02- ¿Cuándo les envió el Espíritu Santo? Jesús envió el Espíritu Santo a los Apóstoles reunidos con la Virgen Maria, (Hech 1.13-14) el día de Pentecostés.
¿Cómo se llama el día que llegó el Espíritu Santo?
¿Qué es el Pentecostés? El Pentecostés es una festividad de carácter religioso que se celebra cincuenta días después de la Pascua (con la Pascua finaliza la Semana Santa, días en los que se conmemora la crucifixión y muerte de Jesús, el Viernes Santo y se celebra su resurrección y aparición ante sus discípulos el Domingo de Pascua).
- Con la Pascua inicia un periodo conocido como Tiempo Pascual, que dura cincuenta días (de ahí el nombre quincuagésimo), y que finaliza el Domingo de Pentecostés.
- Se celebra tanto en la religión judía como en la religión cristiana.
- Para la religión judía es muy importante porque recuerda el momento en que Dios entregó los Diez Mandamientos a Moisés.
En el año agrícola, Pentecostés era la segunda fiesta del calendario, la fiesta de la cosecha. Etimológicamente, la palabra proviene del latín Pentecostés, y esta, a su vez, del griego πεντηκοστή, (pentecosté), que significa ‘quincuagésimo’. El término, como tal, hace precisamente alusión a los cincuenta días que transcurren desde la Pascua hasta el Pentecostés.
Pentecostés con la iglesia: Los cristianos celebran en el Pentecostés la Venida del Espíritu Santo, que tuvo lugar, según la Biblia, el quincuagésimo (50 días después) de la Resurrección de Jesucristo. En una reunión junto con todos los apóstoles en Jerusalén, se relata el descenso del Espíritu santo.
Ese momento fue el que marcó el comienzo de la iglesia, la comunidad cristiana y la expansión de la fe de Cristo, por ello, la Iglesia dedica la semana del Pentecostés en honor al Espíritu Santo, pero también celebra la Consagración de la Iglesia. Este día es una gran celebración para los cristianos y para el comienzo de la iglesia.En esta imagen se puede ver perfectamente (aunque sea una representación) La celebración del Pentecostés en diversas culturas: En España no es fiesta nacional, pero existen varios lugares en los que se celebra de manera importante.
Almonte, Huelva, tiene lugar la celebración de la Virgen del Rocío miles de personas de España y Europa peregrinan hasta la aldea de El Rocío, a caballo o en coche para conmemorar el Lunes de Pentecostés, día en el que sacan a la virgen en procesión. En Atienza, en la provincia de Guadalajara, también tiene lugar una fiesta denominada La Caballada.
Esta fiesta ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, en la que los cofrades (miembros de una asociación de carácter religioso) montan a caballo, realizan carreras y sacan a la Virgen de la Estrella en procesión. Contador de visitas: 64.108
¿Por qué Jesús envío el Espíritu Santo?
LECCION # 23 JESUS ENVIA EL ESPIRITU SANTO Todas las imágenes de esta lección pueden ser ampliadas para servir de ayuda gráfica en las clases.1. Jesús le prometió a los Apóstoles algo antes de subir al Cielo. ¿Alguien se recuerda Quién iba a enviar Jesús a los Apóstoles. Jesús les prometió enviarles el Espíritu Santo. 2. Y ¿para qué les iba a enviar el Espíritu Santo?, El Espíritu Santo los iba a ayudar para poder llevar la buena noticia de salvación al mundo entero. El Espíritu Santo les iba a recordar todo lo que Jesús les había enseñado. El Espíritu Santo les iba a quitar el miedo que tenían de que los pudieran matar igual que hicieron con Jesús.
El Espíritu Santo les iba a dar la fuerza para hacer lo que tenían que hacer.3. ¿Se recuerdan qué instrucciones le había dado Jesús a los Apóstoles para el envío del Espíritu Santo? Jesús les había dicho que regresaran a Jerusalén y que allí El les enviaría el Espíritu Santo. Ellos sabían que Jesús ya no iba a seguir apareciéndose a cada momento para hablarles.
Pero sabían que cuando viniera el Espíritu Santo, Jesús estaría con ellos de una manera diferente. Los Apóstoles, entonces, se fueron a Jerusalén y todos los días se reunían a orar con la Santísima Virgen María, la Madre de Jesús 4. Y ¿saben qué sucedió nueve días después? Estaban orando en el mismo salón donde había sido la Última Cena. Y, de repente, comienzan a sentir un ruido muy, muy fuerte, venido del cielo, como de un viento de tormenta, que cada vez se hacía más fuerte. Pero lo que oían y veían era nada comparado con lo que sentían. Porque comenzaron a sentir el mismo amor y la misma fuerza que cuando Jesús estaba con ellos. Entonces sabían que ya había venido el Espíritu Santo. Y estaban contentísimos, llenos de gozo y se sentían fuertes y valientes.
- Y ahora se comenzaron a recordar muchas cosas que Jesús les había enseñado.5.
- ¿Qué hicieron los Apóstoles, entonces? Jerusalén estaba llena de gente, que había venido a celebrar la Fiesta de Pentecostés.
- Era la fiesta en que recordaban cuando Dios le había dado a Moisés las Tablas de la Ley que tenían los 10 Mandamientos.
Un poco de gente se acercó a donde estaban los Apóstoles, cuando oyeron el ruido del viento tan fuerte y tan desconocido. Y entonces Pedro, que antes era cobarde, ahora se puso a anunciarles la buena nueva a ese gentío. Se le quitó el miedo y supo exactamente qué decirle a esa gente. Y los demás Apóstoles ya no se querían quedar callados, sino que contaban todas las cosas que se recordaban sobre Jesús.6. Pero además sucedió otro milagro. Fíjense que había allí en Jerusalén gente de todas partes del mundo. Y todos hablaban diferentes idiomas.
- Pero resulta que todos los que oían a los Apóstoles entendían lo que los Apóstoles decían.
- Pero los Apóstoles no sabían hablar los idiomas de toda esa gente.
- Y la gente se impresionaba.
- Y decían: pero éstos no son galileos.
- ¿Cómo es que los oímos hablar en nuestro idioma? Eran como 20 idiomas diferentes.
Fue un verdadero milagro: los Apóstoles hablaban en su propio idioma y la gente los oía en el idioma de cada uno. 7. Y la gente quería hacer lo que los Apóstoles decían que Jesús había enseñado. Y les preguntaban a los Apóstoles: ¿Qué tenemos que hacer? Los Apóstoles les decían que debían creer que Jesús, que había muerto en la Cruz hacía casi dos meses (50 días), de verdad había resucitado, porque El era Dios.
- Que creyeran en El y en su mensaje de salvación.
- Que se arrepintieran de sus pecados.
- Ese día se bautizaron tres mil personas.
- Y así comenzó la Iglesia que Jesús dejó fundada.
- De eso vamos a hablar en la próxima lección.
- LA SEÑAL DE LA CRUZ (Persignarse y santiguarse) Por la señal de la Santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos, Señor, Dios nuestro.
+ + En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. PADRE NUESTRO Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Amén, AVE MARIA Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. CREDO Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su Único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de Santa María Virgen. Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos, y al tercer día resucitó de entre los muertos. Subió a los Cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso.
¿Cómo fue la llegada del Espíritu Santo en Pentecostés?
Historia La palabra Pentecostés viene del griego y significa el día quincuagésimo. A los 50 días de la Pascua, los judíos celebraban la fiesta de las siete semanas (Ex 34,22), esta fiesta en un principio fue agrícola, pero se convirtió después en recuerdo de la Alianza del Sinaí.
Al principio los cristianos no celebraban esta fiesta. Las primeras alusiones a su celebración se encuentran en escritos de San Irineo, Tertuliano y Orígenes, a fin del siglo II y principio del III. Ya en el siglo IV hay testimonios de que en las grandes Iglesias de Constantinopla, Roma y Milán, así como en la Península Ibérica, se festejaba el último día de la cincuentena pascual.
Con el tiempo se le fue dando mayor importancia a este día, teniendo presente el acontecimiento histórico de la venida del Espíritu Santo sobre María y los Apóstoles (Cf. Hch 2). Gradualmente, se fue formando una fiesta, para la que se preparaban con ayuno y una vigilia solemne, algo parecido a la Pascua. Significado Los cincuenta días pascuales y las fiestas de la Ascensión y Pentecostés, forman una unidad. No son fiestas aisladas de acontecimientos ocurridos en el tiempo, son parte de un solo y único misterio. Pentecostés es fiesta pascual y fiesta del Espíritu Santo.
- La Iglesia sabe que nace en la Resurrección de Cristo, pero se confirma con la venida del Espíritu Santo.
- Es hasta entonces, que los Apóstoles acaban de comprender para qué fueron convocados por Jesús; para qué fueron preparados durante esos tres años de convivencia íntima con Él.
- La Fiesta de Pentecostés es como el «aniversario» de la Iglesia.
El Espíritu Santo desciende sobre aquella comunidad naciente y temerosa, infundiendo sobre ella sus siete dones, dándoles el valor necesario para anunciar la Buena Nueva de Jesús; para preservarlos en la verdad, como Jesús lo había prometido (Jn 14.15); para disponerlos a ser sus testigos; para ir, bautizar y enseñar a todas las naciones.
Es el mismo Espíritu Santo que, desde hace dos mil años hasta ahora, sigue descendiendo sobre quienes creemos que Cristo vino, murió y resucitó por nosotros; sobre quienes sabemos que somos parte y continuación de aquella pequeña comunidad ahora extendida por tantos lugares; sobre quienes sabemos que somos responsables de seguir extendiendo su Reino de Amor, Justicia, Verdad y Paz entre los hombres.
¿Quién es el Espíritu Santo? «Nadie puede decir: ¡Jesús es el Señor! sino por influjo del Espíritu Santo» (1Co 12,3) Muchas veces hemos escuchado hablar de Él; muchas veces quizá también lo hemos mencionado y lo hemos invocado. Piensa cuántas veces has sentido su acción sobre ti: cuando sin saber cómo, soportas y superas una situación, una relación personal difícil y sales adelante, te reconcilias, toleras, aceptas, perdonas, amas y hasta haces algo por el otro. El Espíritu Santo ha actuado durante toda la historia del hombre. En la Biblia se menciona desde el principio, aunque de manera velada. Y es Jesús quien lo presenta oficialmente: «SI ustedes me aman, guardarán mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y les dará otro Defensor que permanecerá siempre con ustedes.
Este es el Espíritu de Verdad. En adelante el Espíritu Santo Defensor, que el Padre les enviará en mi nombre, les va a enseñar todas las cosas y les va a recordar todas mis palabras. En verdad, les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Defensor no vendrá a ustedes. Pero si me voy se lo mandaré.
Cuando él venga, rebatirá las mentiras del mundo. Tengo muchas cosas más que decirles, pero ustedes no pueden entenderlas ahora. Pero cuando Él venga, el Espíritu de la Verdad, los introducirá en la verdad total». Estos son fragmentos del Evangelio de San Juan, capítulos 14, 15 y 16.
Si quieres saber más sobre las últimas promesas y más profundas revelaciones de Jesús, lee con atención y mucha fe, esta parte del evangelio. Desde que éramos niños, en el catecismo aprendimos que «el Espíritu Santo es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad». Es esta la más profunda de las verdades de fe: habiendo un solo Dios, existen en Él tres personas distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Verdad que Jesús nos ha revelado en su Evangelio. El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia hasta su consumación, pero es en los últimos tiempos, inaugurados con la Encarnación, cuando el Espíritu se revela y nos es dado, cuando es reconocido y acogido como persona.
Jesús nos lo presenta y se refiere a Él no como una potencia impersonal, sino como una Persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal, Formas de llamar al Espíritu Santo «Espíritu Santo» es el nombre propio de la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, a quien también adoramos y glorificamos, junto con el Padre y el Hijo.
Pero Jesús lo nombra de diferentes maneras: EL PARÁCLITO: Palabra del griego «parakletos», que literalmente significa «aquel que es invocado», es por tanto el abogado, el mediador, el defensor, el consolador. Jesús nos presenta al Espíritu Santo diciendo: «El Padre os dará otro Paráclito» (Jn 14,16).
El abogado defensor es aquel que, poniéndose de parte de los que son culpables debido a sus pecados, los defiende del castigo merecido, los salva del peligro de perder la vida y la salvación eterna. Esto es lo que ha realizado Cristo, y el Espíritu Santo es llamado «otro paráclito» porque continúa haciendo operante la redención con la que Cristo nos ha librado del pecado y de la muerte eterna.
EL ESPÍRITU DE LA VERDAD: Jesús afirma de sí mismo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6). Y al prometer al Espíritu Santo en aquel «discurso de despedida» con sus apóstoles en la Última Cena, dice que será quien después de su partida, mantendrá entre los discípulos la misma verdad que Él ha anunciado y revelado. Cada vez que rezamos el Credo, llamamos al Espíritu Santo: SEÑOR Y DADOR DE VIDA: El término hebreo utilizado por el Antiguo Testamento para designar al Espíritu es «ruah», este término se utiliza también para hablar de «soplo», «aliento», «respiración».
El soplo de Dios aparece en el Génesis, como la fuerza que hace vivir a las criaturas, como una realidad íntima de Dios, que obra en la intimidad del hombre. Desde el Antiguo Testamento se puede vislumbrar la preparación a la revelación del misterio de la Santísima Trinidad: Dios Padre es principio de la Creación; que la realiza por medio de su Palabra, su Hijo; y mediante el Soplo de Vida, el Espíritu Santo.
La existencia de las criaturas depende de la acción del soplo – espíritu de Dios, que no solo crea, sino que también conserva y renueva continuamente la faz de la tierra. (Cf. Sal 103/104; Is 63, 17; Gal 6,15; Ez 37, 1-14). Es Señor y Dador de Vida porque será autor también de la resurrección de nuestros cuerpos: «Si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes, Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a sus cuerpos mortales por su Espíritu que habita en ustedes» (Rom 8,11).
La Iglesia también reconoce al Espíritu Santo como: SANTIFICADOR: El Espíritu Santo es fuerza que santifica porque Él mismo es «espíritu de santidad». (Cf. Is.63, 10-11) En el Bautismo se nos da el Espíritu Santo como «don» o regalo, con su presencia santificadora. Desde ese momento el corazón del bautizado se convierte en Templo del Espíritu Santo, y si Dios Santo habita en el hombre, éste queda consagrado y santificado.
El hecho de que el Espíritu Santo habite en el hombre, alma y cuerpo, da una dignidad superior a la persona humana que adquiere una relación particular con Dios, y da nuevo valor a las relaciones interpersonales. (Cf.1Cor 6,19), Los símbolos del Espíritu Santo Al Espíritu Santo se le representa de diferentes formas: • El Agua: El simbolismo del agua es significativo de la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que el agua se convierte en el signo sacramental del nuevo nacimiento.
- La Unción: Simboliza la fuerza.
- La unción con el óleo es sinónima del Espíritu Santo.
- En el sacramento de la Confirmación se unge al confirmado para prepararlo a ser testigo de Cristo.
- El Fuego: Simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu.
- La Nube y la Luz: Símbolos inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo.
Así desciende sobre la Virgen María para «cubrirla con su sombra». En el Monte Tabor, en la Transfiguración, el día de la Ascensión; aparece una sombra y una nube. • El Sello: Es un símbolo cercano al de la unción. Indica el carácter indeleble de la unción del Espíritu en los sacramentos y hablan de la consagración del cristiano. El Espíritu Santo y la Iglesia La Iglesia nacida con la Resurrección de Cristo, se manifiesta al mundo por el Espíritu Santo el día de Pentecostés. Por eso aquel hecho de que «se pusieron a hablar en idiomas distintos», (Hch 2,4) para que todo el mundo conozca y entienda la Verdad anunciada por Cristo en su Evangelio.
La Iglesia no es una sociedad como cualquiera; no nace porque los apóstoles hayan sido afines; ni porque hayan convivido juntos por tres años; ni siquiera por su deseo de continuar la obra de Jesús. Lo que hace y constituye como Iglesia a todos aquellos que «estaban juntos en el mismo lugar» (Hch 2,1), es que «todos quedaron llenos del Espíritu Santo» (Hch 2,4).
Una semana antes, Jesús se había «ido al Cielo», y todos los que creemos en Él esperamos su segunda y definitiva venida, mientras tanto, es el Espíritu Santo quien da vida a la Iglesia, quien la guía y la conduce hacia la verdad completa. Todo lo que la Iglesia anuncia, testimonia y celebra es siempre gracias al Espíritu Santo.
Son dos mil años de trabajo apostólico, con tropiezos y logros; aciertos y errores, toda una historia de lucha por hacer presente el Reino de Dios entre los hombres, que no terminará hasta el fin del mundo, pues Jesús antes de partir nos lo prometió: «yo estaré con ustedes, todos los días hasta el fin del mundo» (Mt.28,20) El Espíritu Santo y la vida cristiana A partir del Bautismo, el Espíritu divino habita en el cristiano como en su templo (Cf.
Rom 8,9.11; 1Cor 3,16; Rom 8,9). Gracias a la fuerza del Espíritu que habita en nosotros, el Padre y el Hijo vienen también a habitar en cada uno de nosotros. El don del Espíritu Santo es el que: • nos eleva y asimila a Dios en nuestro ser y en nuestro obrar; • nos permite conocerlo y amarlo; • hace que nos abramos a las divinas personas y que se queden en nosotros.
La vida del cristiano es una existencia espiritual, una vida animada y guiada por el Espíritu hacia la santidad o perfección de la caridad. Gracias al Espíritu Santo y guiado por Él, el cristiano tiene la fuerza necesaria para luchar contra todo lo que se opone a la voluntad de Dios. (Cf. Gal 5,13-18; Rom 8,5-17).
Para que el cristiano pueda luchar, el Espíritu Santo le regala sus siete dones, que son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu, estos dones son: o ð Sabiduría: nos comunica el gusto por las cosas de Dios.
O ð Ciencia: nos enseña a darle a las cosas terrenas su verdadero valor. o ð Consejo: nos ayuda a resolver con criterios cristianos los conflictos de la vida. o ð Piedad: nos enseña a relacionarnos con Dios como nuestro Padre y con nuestros hermanos. o ð Temor de Dios: nos impulsa a apartarnos de cualquier cosa que pueda ofender a Dios.
o ð Entendimiento: nos da un conocimiento más profundo de las verdades de la fe. o ð Fortaleza: despierta en nosotros la audacia que nos impulsa al apostolado y nos ayuda a superar el miedo de defender los derechos de Dios y de los demás. Experiencias del Espíritu Santo en la vida concreta • Cuando se da una esperanza total que prevalece sobre todas las demás esperanzas particulares, que abarca con su suavidad y con su silenciosa promesa todos los cimientos y todas las caídas; • Cuando se acepta y se lleva libremente una responsabilidad donde no se tienen claras perspectivas de éxito y de utilidad; • Cuando se da como buena la suma de todas las cuentas de la vida que uno mismo no puede calcular pero que Otro ha dado por buenas, aunque no se puedan probar; • Cuando la experiencia fragmentada del amor, la belleza y la alegría se viven sencillamente y se captan como promesa del amor, la belleza y la alegría, sin dudar a un escepticismo cínico como consuelo barato del último desconsuelo; • Cuando el vivir diario, amargo, decepcionante y aniquilador se vive con serenidad y perseverancia hasta el final, aceptado por una fuerza cuyo origen no podemos abarcar ni dominar; • Cuando se corre el riesgo de orar en medio de tinieblas silenciosas sabiendo que siempre somos escuchados, aunque no percibamos una respuesta que se pueda razonar y disputar; • Cuando uno se entrega sin condiciones y esta capitulación se vive como una victoria; • Cuando se experimenta la desesperación, y misteriosamente se siente uno consolado sin consuelo fácil: Allí está Dios y su gracia liberadora, allí conocemos a quien nosotros, cristianos, llamamos Espíritu Santo de Dios».
Oraciones al Espíritu Santo El hombre prudente, sabe que necesita luz en su inteligencia y fuerza en su voluntad para pensar y hacer lo que Dios quiere. Esa luz y esa fuerza solamente vienen de lo alto; es el Espíritu Santo quien provee al cristiano de todo lo que necesita para su caminar en la vida.
Por eso, todos los días nos conviene invocarlo. Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido, luz que penetras las almas, fuente de mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego; gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
- Entra hasta el fondo del alma, Divina Luz, y enriquécenos.
- Mira el vacío del hombre si tu le faltas por dentro, mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
- Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo.
- Doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. AMÉN. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
- Envía Señor, tu Espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra.
- ¡Oh, Dios, que has instruido los corazones de tus fieles con la luz de tu Espíritu Santo!, concédenos que sintamos rectamente con el mismo Espíritu y gocemos siempre de su divino consuelo.
- Por Jesucristo, Nuestro Señor. AMÉN.
SACADO DE LA PÁGINA WEB : http://www.rosario.org.mx/liturgia/a_liturgico/pente.htm
¿Que se inició con la venida del Espíritu Santo?
Para el punto de vista judío de esta fiesta, véase Shavuot,
Pentecostés | |||
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Pentecostés, por El Greco, | |||
Tipo | festividad cristiana, feriado en Noruega, feriado en Suecia, tema bíblico, determinador para fecha de ocurrencia periódica, public holidays in Denmark y Fiestas de los Países Bajos | ||
Celebrada por | cristianismo | ||
Fecha | 50 días después de la Pascua, Su fecha es variable según el cómputus romano | ||
Motivo | Pentecostés | ||
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Pentecostés (del griego πεντηκοστή, pentēkostḗ, que significa ‘quincuagésimo’) es el término con el que se define la fiesta cristiana del quincuagésimo día del tiempo pascual, Se trata de una festividad que pone término a ese tiempo litúrgico y que configura la culminación solemne de la misma Pascua, su colofón y su coronamiento.
- Durante Pentecostés se celebra la venida del Espíritu Santo y el inicio de las actividades de la Iglesia,
- Por ello también se le conoce como la celebración del Espíritu Santo.
- En la liturgia católica es la fiesta más importante después de la Pascua y la Navidad,
- La liturgia incluye la secuencia medieval: Veni, Sancte Spiritus,
En las Iglesias ortodoxas existe además la celebración de las «Tres Divinas Personas» o de la Santísima Trinidad, Las Iglesias occidentales celebran para esta ocasión, desde el siglo XIV, su propia fiesta llamada « Trinitatis » —la fiesta de la Santísima Trinidad— una semana después de Pentecostés.
¿Que sucedio el día de Pentecostés?
Pentecostés (Hechos 2, 1-18 32.36-38.41-42)
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Los discípulos, por tanto, se quedaron en Jerusalén esperando al Espíritu Santo que Jesús les había prometido. Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente, se oyó por los aires un soplo de viento muy fuerte.
Tembló todo la casa donde se encontraban y aparecieron llamas de fuego que flotaban sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y la voz de Dios hablaba por medio de ellos en distintos idiomas, según les inspiraba el Espíritu de Dios. Vivían en Jerusalén hombres temerosos de Dios de todos los países del mundo, los cuales, sorprendidos por aquel estruendo procedente del cielo, acudieron en masa al lugar donde predicaban los apóstoles y se juntó allí mucha gente.
Al oírles hablar cada uno en su propio idioma, llenos de admiración y de espanto, decían: ‘¿Esos que hablan no son de Galilea? ¿Entonces por qué les oímos hablar en nuestra lengua? Somos de distintos países y regiones y, sin embargo, los entendemos y los oímos hablar de lo que Dios ha hecho’.
Otros en cambio, pensaban que los apóstoles habrían bebido vino muy de madrugada y que estaban borrachos. De esa manera se burlaban de ellos y decían: ‘Han bebido demasiado mosto. Por eso hablan con tanta fuerza’. Entonces Pedro, con los doce apóstoles se presentó ante ellos y comenzó a hablarles en voz alta: ‘Gentes de Judea y de Jerusalén, oíd lo que voy a deciros y aceptar nuestro mensaje.
Estos hombres no están borrachos ya que apenas son las nueve de la mañana. Lo que ha sucedido es lo que predijo el profeta Joel: ‘Sucederá en los últimos días, dice Dios, que derramaré mi Espíritu sobre todos los hombres, y vuestros hijos e hijas predicarán con don de lenguas.
- Verdaderamente aquellos días Yo derramaré sobre mis siervos y siervas, mi Espíritu y profetizarán’.
- Y Pedro les habló de Jesús, anunciándoles que Dios lo había resucitado de entre los muertos y les dijo: ‘Aquel a quien vosotros crucificásteis, Dios lo ha hecho Señor y Salvador vuestro’.
- Al oír lo que Pedro había dicho, muchos de los que estaban allí, preguntaron: ‘Hermanos, ¿qué debemos hacer?’.
Pedro les dijo: ‘Convertíos a Él y bautizaos en el Nombre del Señor Jesús. Así se os perdonarán los pecados, y Dios derramará también sobre vosotros el Espíritu Santo’. Aquel día se bautizaron unos tres mil hombres y se incorporaron a la comunidad. Todos escuchaban juntos las enseñanzas de los apóstoles, celebraban la cena y rezaban en común.
¿Qué pasó en el día de la Pentecostés?
En esta fiesta recordaban el día en que Moisés subió al Monte Sinaí y recibió las tablas de la Ley y le enseñó al pueblo de Israel lo que Dios quería de ellos.