La Mujer Que Dio Todo Lo Que Tenia En La Biblia?
Felipe Aguirre
- 0
- 66
Imagen Ilustración por Allen Garns. Los manteles blancos prestados y los centros de mesa en forma de muñecos de nieve daban al salón de actividades un aspecto festivo conforme se llevaban a cabo los preparativos de último minuto para la fiesta navideña de nuestra familia.
- Mientras esperábamos a los invitados, noté una mesa donde había un frasco vacío con una etiqueta que decía: ‘Para la Navidad de una familia necesitada’, y pedí en oración que para el final de la fiesta el frasco estuviera lleno.
- Al hacer los preparativos para la fiesta, nos habíamos enterado de que el esposo de mi prima se había quedado sin trabajo hacía ya más de un año y medio.
La fuente principal de ingresos de la familia provenía de repartir periódicos por cinco rutas diferentes, lo que requería que empezaran a trabajar a las tres y media de la mañana todos los días. La mayor parte de su ingreso se utilizaba para pagar la hipoteca de la casa y otras necesidades básicas, lo cual dejaba poco para las cosas que deseaban, como regalos de Navidad.
La familia de mi prima fue una de las primeras en llegar. Los observé mientras se dirigían hacia las mesas, para lo cual pasaron junto al frasco de Navidad. Al acercarse, el esposo de mi prima se detuvo para leer lo que decía la etiqueta del frasco y, sin vacilar, sacó su desgastada billetera, sustrajo un par de dólares y los puso en el envase, sin saber quién era la ‘familia necesitada’.
Se me hizo un nudo en la garganta y de inmediato recordé la historia del Nuevo Testamento de la viuda y sus dos blancas. Los hombres ricos estaban haciendo alarde de sus grandes donativos al arca de la ofrenda cuando ‘vino una viuda pobre y echó dos blancas’ (véase Marcos 12:41–42 ).
El Salvador entonces dijo a Sus discípulos: ‘ esta viuda pobre echó más que todos los que han echado al arca, ‘porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento’ ( Marcos 12:43−44 ). Jesucristo dijo que dio ‘de su pobreza’ y que echó ‘todo su sustento’.
Ella bien podría haber dado solo una blanca, y probablemente con eso habría cumplido lo requerido, pero al Hijo de Dios le llamó la atención su corazón fiel y su disposición a hacer un sacrificio. Nadie hubiera culpado al esposo de mi prima por pasar de largo junto al frasco pensando: ‘ si tuviera, daría’ ( Mosíah 4:24 ).
¿Como la viuda que dio lo que tenía?
Capítulo 45: Las blancas de la viuda Capítulo 45 Imagen Jesús fue al templo en Jerusalén. Miró a la gente que daba dinero para la iglesia. Muchas personas ricas dieron mucho dinero. Imagen Una viuda pobre dio dos monedas llamadas blancas. No era mucho dinero, pero era todo lo que tenía. Imagen Jesús vio a la viuda y les contó a los discípulos lo que ella había hecho. Imagen Dijo que los ricos habían dado más dinero que ella, pero que ellos tenían más dinero para dar. Imagen La viuda no tenía más dinero. Ella había dado todo lo que tenía. Le dio más a Dios de lo que habían dado todos los ricos.
¿Que nos enseña la viuda pobre?
Le denier de la veuve ( El óbolo de la viuda ), obra realizada por James Tissot entre 1886 y 1894. Se trata de una acuarela opaca sobre grafito en papel avitelado gris que se conserva en el Museo Brooklyn, y que se inspira en los pasajes homónimos del Evangelio de Marcos y de Lucas,
La ofrenda de una viuda pobre en el arca del Tesoro del Templo de Jerusalén es ocasión de alabanza por parte de Jesús de Nazaret, por tratarse de un acto de confianza radical en Dios. La ofrenda de la viuda, también conocido como el óbolo de la viuda es un pasaje que está en dos de los Evangelios sinópticos, el Evangelio de Marcos y el de Lucas ( Marcos 12:41-44, Lucas 21:1-4 ).
En el relato, Jesús de Nazaret enseña en el Templo de Jerusalén, El evangelio de Marcos especifica que eran dos blancas (Griego: Lepta ), equivalentes a un cuadrante, la moneda romana de menor valor. En la historia una viuda entrega dos monedas pequeñas, mientras los ricos dan mucho más, Jesús explica a sus discípulos que los pequeños sacrificios del pobre valen más para Dios, que el dinero sobrante de los ricos.
¿Que nos enseña Lucas 21 1?
La cantidad de lo que haga no es importante para Dios, ya que lo que importa es mi generosidad, lo que está en mi corazón. Le pido a Dios un corazón abierto, preparado para darlo todo, así como la viuda del Evangelio.
¿Qué dicen Marcos 12 41?
Marcos 12
- 1 Y comenzó a hablarles por parábolas: Un hombre plantó una viña, y la cercó con un muro, y cavó un lagar, y edificó una torre, y la arrendó a labradores y partió lejos.
- 2 Y envió un siervo a los labradores en su debido tiempo, para que recibiese de los labradores del fruto de la viña.
- 3 Pero ellos, tomándole, le golpearon y le enviaron con las manos vacías.
- 4 Y volvió a enviarles otro siervo; mas apedreándole, le hirieron en la cabeza y le despidieron afrentado.
- 5 Y volvió a enviar otro, y a este mataron; y así a otros muchos, a unos golpearon y a otros los mataron.
- 6 Teniendo, pues, aún un hijo suyo, bien amado, por último lo envió también a ellos, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo.
- 7 Pero aquellos labradores dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y la heredad será nuestra.
- 8 Y apresándole, le mataron y le echaron fuera de la viña.
9 ¿Qué, pues, hará el señor de la viña? Vendrá, y destruirá a esos labradores y dará su a otros.
- 10 ¿Ni aun esta Escritura habéis leído: La que desecharon los edificadores ha llegado a ser cabeza del ángulo;
- 11 el Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos?
- 12 Y procuraban apresarle, porque entendían que decía contra ellos aquella parábola; pero temían a la multitud, y dejándole, se fueron.
- 13 Y le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos para que le en alguna palabra.
14 Y viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz y que no te dejas influir por nadie, porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos? 15 Entonces él, como entendía la hipocresía de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis? Traedme la moneda para que la vea.16 Y ellos se la trajeron y les dijo: ¿De quién es esta imagen y esta inscripción? Y ellos le dijeron: De César.17 Y respondiendo Jesús, les dijo: Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.
- 18 Entonces vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron, diciendo:
- 19 Maestro, Moisés nos escribió que si el hermano de alguno muere y deja esposa, y no deja hijos, que su se case con ella y levante descendencia a su hermano.
- 20 Hubo siete hermanos; y el primero tomó esposa, y murió, sin dejar descendencia;
- 21 entonces la tomó el segundo, y murió, y este tampoco dejó descendencia; y el tercero, de la misma manera.
- 22 Y la tomaron los siete, y tampoco dejaron descendencia; a la postre, murió también la mujer.
23 En la resurrección, pues, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será ella esposa? Porque los siete la tuvieron por esposa.
- 24 Entonces, respondiendo Jesús, les dijo: ¿No por eso, porque no conocéis las Escrituras ni el poder de Dios?
- 25 Porque cuando resuciten de los muertos, ni se ni se darán en casamiento, sino que serán como los ángeles que están en los cielos.
- 26 Y en cuanto a que los muertos, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el de Abraham, y el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?
27 no es Dios de muertos, sino Dios de vivos. Así que vosotros erráis mucho.
- 28 Y acercándose uno de los, que los había oído discutir y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?
- 29 Y Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es:, Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
- 30, pues, al Señor tu Dios con todo tu, y con toda tu alma, y con toda tu y con todas tus ; este es el principal mandamiento.
31 Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos.32 Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; 33 y el con todo el corazón, y con todo el entendimiento, y con toda el alma y con todas las fuerzas, y el amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los y sacrificios.34 Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios.
Y ya ninguno osaba preguntarle.35 Y enseñando Jesús en el templo, decía: ¿Por qué dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?, 36 pues el mismo David dijo por el Espíritu Santo: Dijo el a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.37 Si el mismo David le llama Señor, ¿cómo, pues, es su hijo? Y la gran multitud le oía de buena gana.38 Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, a quienes les andar con ropas largas y también las salutaciones en las plazas, 39 y las primeras sillas en las sinagogas y los primeros asientos en las cenas; 40 que devoran las casas de las viudas y, por aparentar, hacen largas oraciones.
Estos recibirán mayor,
- 41 Y estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho.
- 42 Y vino una pobre y echó dos, que son un cuadrante.
- 43 Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta pobre echó más que todos los que han echado al arca,
- 44 porque todos han echado de que les sobra; pero esta, de su lo que tenía, todo su sustento.
¿Quién dio la mejor ofrenda?
OFRENDA AGRADABLE — De Hombre A Hombre En el capítulo 4 de Génesis encontramos a Caín y Abel, dos hermanos que dieron una ofrenda a Dios. Hoy veremos cual fue la diferencia entre ambos. Y aconteció que al transcurrir el tiempo, Caín trajo al Señor una ofrenda del fruto de la tierra.
- También Abel, por su parte, trajo de los primogénitos de sus ovejas y de la grosura de los mismos.
- Génesis 4:3-4 Una de las diferencias es que Caín ofreció granos y Abel animales pero esta no fue la razón por la que Dios rechazó a Caían.
- Verás, la gran diferencia fue que Abel no dio una simple ofrenda, no dio cualquier cosa, él dio lo primero (trajo de los primogénitos) y lo mejor, es por eso que fue visto con agrado delante de Dios.
Muchas veces somos como Caín. Queremos darle cualquier cosa a Dios o le damos lo que nos sobra y olvidamos que nuestro Dios no es limosnero ni pordiosero. Él no está ahí con la mano estirada esperando a ver que le damos. Olvidamos que, ¡Él es el Señor, reina sobre la tierra y es el Dueño de todo! Es importante que sepamos que no toda ofrenda agrada a Dios.
Tú y yo no podemos poner primero la renta, los recibos de los servicios, la despensa o la ropa, antes que a Dios. Si queremos demostrarle a Dios que verdaderamente es el más importante en nuestras vidas y que nuestra confianza y fe están puestas en Él, debemos honrarle dándole lo primero y lo mejor así como Abel.
Dios nos pide que le demos la décima parte de nuestras ganancias, es decir, el diezmo. Pero no solo debe ser la décima parte, debe ser la primera décima parte. ¿Entiendes la diferencia? Antes de pagar cualquier cosa, lo primero que debemos hacer al recibir nuestro sueldo o cheque es tomar ese 10% que le corresponde a Dios y entregárselo.
Debemos dejar a un lado nuestras preocupaciones ‘¿Y si no me alcanza? ¿Y si no me rinde la quincena?’, caminar en fe y confiar plenamente en Dios. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero a Caín y su ofrenda no miró con agrado. Y Caín se enojó mucho y su semblante se demudó. Entonces el Señor dijo a Caín: ¿Por qué estás enojado, y por qué se ha demudado tu semblante? Si haces bien, ¿no serás aceptado? Y si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo.
Y Caín dijo a su hermano Abel: vayamos al campo. Y aconteció que cuando estaban en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató. Génesis 4:4-8 No dejemos que el espíritu de codicia que invadió a Caín domine nuestra vida. Algunas veces vemos que Dios bendice a nuestro prójimo, que si es fiel y diezmador, y nos enojamos.
¿Qué pasó con la viuda que dio todo lo que tenía?
Imagen Ilustración por Allen Garns. Los manteles blancos prestados y los centros de mesa en forma de muñecos de nieve daban al salón de actividades un aspecto festivo conforme se llevaban a cabo los preparativos de último minuto para la fiesta navideña de nuestra familia.
Mientras esperábamos a los invitados, noté una mesa donde había un frasco vacío con una etiqueta que decía: ‘Para la Navidad de una familia necesitada’, y pedí en oración que para el final de la fiesta el frasco estuviera lleno. Al hacer los preparativos para la fiesta, nos habíamos enterado de que el esposo de mi prima se había quedado sin trabajo hacía ya más de un año y medio.
La fuente principal de ingresos de la familia provenía de repartir periódicos por cinco rutas diferentes, lo que requería que empezaran a trabajar a las tres y media de la mañana todos los días. La mayor parte de su ingreso se utilizaba para pagar la hipoteca de la casa y otras necesidades básicas, lo cual dejaba poco para las cosas que deseaban, como regalos de Navidad.
La familia de mi prima fue una de las primeras en llegar. Los observé mientras se dirigían hacia las mesas, para lo cual pasaron junto al frasco de Navidad. Al acercarse, el esposo de mi prima se detuvo para leer lo que decía la etiqueta del frasco y, sin vacilar, sacó su desgastada billetera, sustrajo un par de dólares y los puso en el envase, sin saber quién era la ‘familia necesitada’.
Se me hizo un nudo en la garganta y de inmediato recordé la historia del Nuevo Testamento de la viuda y sus dos blancas. Los hombres ricos estaban haciendo alarde de sus grandes donativos al arca de la ofrenda cuando ‘vino una viuda pobre y echó dos blancas’ (véase Marcos 12:41–42 ).
El Salvador entonces dijo a Sus discípulos: ‘ esta viuda pobre echó más que todos los que han echado al arca, ‘porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento’ ( Marcos 12:43−44 ). Jesucristo dijo que dio ‘de su pobreza’ y que echó ‘todo su sustento’.
Ella bien podría haber dado solo una blanca, y probablemente con eso habría cumplido lo requerido, pero al Hijo de Dios le llamó la atención su corazón fiel y su disposición a hacer un sacrificio. Nadie hubiera culpado al esposo de mi prima por pasar de largo junto al frasco pensando: ‘ si tuviera, daría’ ( Mosíah 4:24 ).
¿Qué quiere decir Filipenses 2 5?
‘Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano.Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminals.’ (Filipenses 2:5-8).
- El apóstol Pablo siempre tenía a Cristo delante de sus ojos espirituales.
- Lo veía como el Salvador sufriente, clavado en la cruz de maldición: ‘ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado’, dice en Gálatas 3:1.
- Nosotros, ¿también vemos a Cristo de esta manera? En Filipenses, 2:5 leemos: ‘Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús’.
Con esto la Biblia nos está diciendo que debemos pensar, hablar y actuar de la manera en que Jesucristo lo hizo. Nuestro sentir depende de la meta que tenemos para nuestra vida, influye en nuestro diario actuar, y se resume en la frase de Jesús: ‘Donde está nuestro tesoro, allí estará también nuestro corazón’.
- En Filipenses 2:6 leemos: ‘El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse’.
- Jesús estaba dispuesto a dejarlo todo, y este también debería ser nuestro sentir fundamental.
- El Señor Jesús renunció a Su posición en el cielo, a Su gloria, Su majestad, Su autoridad y Su esplendor, y todo eso lo hizo por nosotros.
Nuestro trato con los demás, ¿se caracteriza por tal sentido de renuncia? ¿O tratamos de aferrarnos con todas nuestras fuerzas a algo que de todos modos no podremos retener? ¿Somos capaces de ponernos a nosotros mismos en segundo lugar? ¿Podemos callar cuando se comete una injusticia contra nosotros o cuando se nos pasa por alto? ¿Vive realmente en nosotros el sentir de Jesús? Filipenses 2:7 dice: ‘sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo’.
- Ser siervo significa vivir en dependencia de otros, sin tener libertad.
- En la época del Nuevo Testamento un siervo era un esclavo que llevaba una vida extremamente sencilla, llena privaciones, marcada por el trabajo y el servicio.
- Jesucristo fue el Siervo perfecto, pues Él dijo: ‘El Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos’ (Mt.20:28).
Esta fue la actitud fundamental del Señor Jesús: estaba dispuesto a renunciar a Su propia voluntad y someterla a la de Su Padre. Hebreos 10:9 describe esta actitud citando un verso del Salmo 40: ‘He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad’. Jesús manifestó esta disposición cuando oró en Getsemaní justo antes de la crucifixión: ‘Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya’ (Lc.22:42).
Jesús vivió como Siervo, sirviendo a los hombres de todas las capas sociales, sin acepción de personas. Sirvió a los ricos como a los pobres, a los lindos como a los feos, a los prestigiosos y a los marginados. Llamó ‘amigo’ a Su traidor, e incluso lavó los pies de Su enemigo, haciendo el trabajo de un esclavo del rango más bajo.
¿Está este sentir de Jesús también en nosotros? Deberíamos pensarlo. Filipenses 2:7-8 señala: ‘hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre’. Como humano, Jesús renunció a Su omnipotencia, a Su omnisciencia y a Su omnipresencia. Se hizo hombre y por lo tanto se cansaba (Juan 4:6), sentía hambre (Lucas 4:2) y sed, (Juan 19:28) y lloraba (Lucas 19:41).
De esta manera ‘se humilló a sí mismo’, dejando de lado todo lugar preferencial (Filipenses 2:8). Antes bien, Su sentir era el de tomar el lugar que les correspondía a los pecadores: el lugar de humillación, al lado de los débiles, miserables, privados de derechos, endemoniados y marcados por enfermedades, el lugar cerca de los expulsados y menospreciados.
Este proceder de Cristo al ocupar el lugar de humillación, ¿es también nuestra actitud? Luego Filipenses 2:8 expresa: ‘Haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz’. ¿Podemos ser obedientes nosotros? Jesús fue obediente. No necesitaba serlo, pero Él era la obediencia en Persona, la obediencia hasta la muerte.
- Jesús recorrió Su camino en obediencia y cumplió con diligencia la misión que se le asignó.
- Aunque sabía muy bien lo que le esperaba, en Su obediencia, no se dejó mover de la meta.
- El miedo más grande del hombre es el miedo a la muerte, y Jesús lo tuvo que sufrir.
- Tuvo que pasar por un gran temor: la Biblia nos relata que cuando nuestro Señor estaba en el huerto de Getsemaní, estaba en agonía y ‘oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra’ (Lc.22:44).
Jesús sufrió mil muertes por ti y por mí, fue por nosotros a Gólgota, y padeció una muerte espantadora. Soportó terrible angustia, fue torturado por los demonios y por el mismo Diablo, cargó con todo el pecado de este mundo y fue desamparado por Su Padre. Ahora, ¿cómo vivimos nosotros? ¿Somos obedientes en el camino que Dios nos ha preparado, y en las circunstancias de vida en las cuales nos ha puesto? No necesitamos hacer grandes hazañas, no necesitamos cambiar el mundo, pero sí debemos ser obedientes en el lugar en el que Cristo nos ha puesto.
Con toda nuestra debilidad humana podemos ser una luz parecida a la de una pequeña vela; pero aunque sea tan solo una velita de escasa iluminación, cuanto más oscuro es el lugar, tanto más brilla su luz. El Señor Jesús fue obediente al recorrer Su camino. Ahora se nos exhorta a nosotros a recorrer el camino de la obediencia demostrando el mismo sentir de Cristo.
Su personalidad, Su mentalidad, Su manera de actuar y de pensar deben determinar nuestra vida. Sí, debemos estar dispuestos a ser humillados, a servir y a renunciar a nuestros propios derechos y nuestra propia comodidad. Este sentir debería ser nuestra actitud básica en el trato con los demás, caracterizando nuestro servicio y nuestra vida.
¿Que le pidió Elías a la viuda?
Elías el Profeta y la viuda Relatos de las Escrituras Imagen Imagen Imagen Un profeta llamado Elías advirtió a la gente que habría una hambruna. No llovía y las plantas no crecían. Durante esa hambruna, Elías bebía agua de un arroyo, y Dios enviaba pájaros que le llevaban comida. Pero entonces, el arroyo se secó. Dios le dijo a Elías que buscara a una mujer en la ciudad, y que ella lo alimentaría.
- Elías el Profeta halló a la mujer recogiendo leña para hacer un fuego.
- Elías le pidió algo de comer y la mujer le dijo que solamente tenía un poco de harina y aceite para alimentarse a sí misma y a su hijo.
- El Profeta prometió que, si compartía su comida con él, esta no se acabaría.
- La viuda tuvo fe en el profeta Elías y compartió su comida.
Cada día había suficiente alimento para que comieran. ¡Era un milagro! Entonces el hijo de la viuda enfermó y murió, pero Elías lo devolvió a la vida. La mujer fue bendecida por escuchar al Profeta. Somos bendecidos cuando escuchamos al Profeta.
¿Qué valor tenía una blanca en la Biblia?
Blanca (moneda) – Wikipedia, la enciclopedia libre Blanca de los, Blanca era una, de origen y utilizada durante todo del, que valía medio ; cuatro blancas eran un y ocho un, Originalmente (desde ) seis blancas componían un de, pero las sucesivas reformas monetarias hicieron que esa equivalencia pasara a ser de 68 (34 maravedíes el real).
La primera alteración fue obra de ( blancas de la banda, desde 1442), durante cuyo reinado 3 blancas equivalían a 2 de las de reinados anteriores. Las acuñadas desde 1451 tenían tan poco contenido de plata que se llamban rabo de gallo o blancas sevillanas, En el reinado de se hicieron dos tipos de blancas (las de ley de 10 granos en marco se valoraban a un real de plata cada 62).
Desde 1497 (segunda reforma de los ) pasaron a cambiarse 68 por un real. Las acuñadas en el reinado de fueron aún con menos contenido de plata. En los reinados posteriores no se volvieron a emitir. Era de tan poco valor que ‘no tener ni blanca’ o ‘estar sin blanca’ pasaron a ser frases hechas con el significado de ‘no tener dinero’ o ‘ser pobre’.
¿Qué significa Lucas 21 1 4?
Es una ofrenda dirigida a Dios. La viuda no ofrendó para ser vista, no ofrendó lo que le sobraba, sino por amor. Esa pequeña ofrenda se hace enorme porque la motivación de ella es honrar a Dios y no buscar la honra de la gente. El Señor ve eso, y se complace en ver este gesto cargado de amor.
¿Cuánto es el valor de dos blancas?
La ofrenda de la viuda – Google Arts & Culture La ofrenda de la viuda, también conocido como el óbolo de la viuda es un pasaje que está en dos de los Evangelios sinópticos, el Evangelio de Marcos y el de Lucas. En el relato, Jesús de Nazaret enseña en el Templo de Jerusalén.
El evangelio de Marcos especifica que eran dos blancas, equivalentes a un cuadrante, la moneda romana de menor valor.En la historia una viuda entrega dos monedas pequeñas, mientras los ricos dan mucho más, Jesús explica a sus discípulos que los pequeños sacrificios del pobre valen más para Dios, que el dinero sobrante de los ricos.
Mostrar menos Más información : La ofrenda de la viuda – Google Arts & Culture