Que Dice La Biblia De La Avaricia?
Felipe Aguirre
- 0
- 69
17 Versículos de la Biblia sobre la Codicia « »
Quien ama el dinero, de dinero no se sacia. Quien ama las riquezas nunca tiene suficiente. ¡También esto es absurdo! Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción. ¡Tengan cuidado! —advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes. Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores. ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. El dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece. Todo el día se lo pasa codiciando, pero el justo da con generosidad. Tal como salió del vientre de su madre, así se irá: desnudo como vino al mundo, y sin llevarse el fruto de tanto trabajo. No te afanes acumulando riquezas; no te obsesiones con ellas. Inclina mi corazón hacia tus estatutos y no hacia las ganancias desmedidas. Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas. Por tanto, hagan morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia, la cual es idolatría. Entre ustedes ni siquiera debe mencionarse la inmoralidad sexual, ni ninguna clase de impureza o de avaricia, porque eso no es propio del pueblo santo de Dios. Por eso mismo pagan ustedes impuestos, pues las autoridades están al servicio de Dios, dedicadas precisamente a gobernar. ¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. No codicies la casa de tu prójimo: No codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que le pertenezca.
: 17 Versículos de la Biblia sobre la Codicia
¿Qué dice la Biblia de la avaricia?
Del latín avaritia, la avaricia es el afán o deseo desordenado y excesivo de poseer riquezas para atesorarlas. Desde un punto de vista religioso se trata de un pecado y de un vicio ya que trasciende lo lícito y lo moralmente aceptable.
¿Qué dijo Jesús de la codicia?
La codicia, el egoísmo y los excesos Se ha dicho que el Evangelio es para consolar al afligido y afligir al acomodado. Mi propósito hoy es hablar al acomodado: el rico, el pobre y todos los que nos encontramos entre esas dos categorías.
- El Señor ha dicho:’¡Ay de vosotros, hombres ricos porque vuestras riquezas corromperán vuestras almas ‘ Y también dijo:’¡Ay de vosotros los pobres, cuyos corazones no están quebrantados cuyos ojos están llenos de codicia ‘
- Probablemente muchos de ustedes han escuchado esta pequeña oración que alguien escribió:
- ‘Querido Dios:
‘Hasta el momento todo ha marchado bien: no he chismeado, ni me he enojado, ni he codiciado, ni regañado, no he sido desagradable, ni egoísta, ni caprichoso. Pero en unos minutos, Señor, me voy a levantar de la cama y entonces seguramente voy a necesitar mucha más ayuda’.
Cuando se trata de superar la codicia, el egoísmo y los excesos, todos necesitamos mucha ayuda. En la forma franca de expresarse, el presidente Brigham Young dijo:’El mayor temor que tengo sobre esta gente es que se harán ricos en este lugar, olvidarán a Dios y a Su pueblo, se volverán perezosos y se alejarán de la Iglesia Mi mayor temor es que no puedan soportar la riqueza’.
Nuestra prosperidad trae algunos desafíos reales porque muchos se están haciendo ricos, más de nosotros nos estamos volviendo perezosos, y como resultado de la codicia, del egoísmo y de los excesos podríamos perder el Espíritu y literalmente alejarnos de la Iglesia.
El dinero y las cosas materiales están en la mente de casi todos. Como escribió Morris Chalfant:’La gran en el siglo veinte es:‘¿Cómo puedo adquirir riquezas?’. Ninguna pregunta ocupa un lugar más prominente en la mente y el corazón de la gente hoy en día que ésta Esto se aplica a los hombres de cualquier condición en la vida’.
El dinero en sí no es maligno, pero como Pablo enseñó a Timoteo, la raíz de todos los males es el amor al dinero. Hay algunas personas ricas que manejan muy bien su prosperidad utilizando sus recursos para bendecir a sus semejantes y para edificar el reino.
- Para muchas otras, sin embargo, la riqueza presenta grandes dificultades.
- Al enfrentarnos al materialismo que nos amenaza, he aquí cuatro sugerencias que todos debemos considerar: Primero, no debemos confundir el deseo con la necesidad.
- Al respecto, mi madre me enseñó una importante lección.
- Durante muchos años, mi padre tenía la costumbre de cambiar a un auto nuevo cada año.
Luego, poco después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el precio del grano aumentó, nos sorprendió un día ver a papá llegar en un auto más caro. Una mañana mi madre preguntó:’¿Cuánto más costó ese auto nuevo que el otro?’. Cuando mi padre se lo dijo, mi madre agregó:’Bueno, el otro auto siempre me ha llevado a donde necesitaba ir.
Creo que debemos dar la diferencia a alguien que la necesite más que nosotros’. Y así fue; al año siguiente papá regresó a los autos más baratos y ellos continuaron su vida generosa. Si no somos cuidadosos es fácil que nuestros deseos se conviertan en necesidad. Recuerden el dicho:’Lo que hoy parece lujo, mañana será necesidad’.
Segundo, debemos evitar consentir a los hijos al darles demasiado. Hoy día, muchos niños crecen con valores distorsionados debido a que nosotros, como padres, los consentimos demasiado. Ya sean ustedes personas de recursos o, como la mayoría de nosotros, sean de medios más modestos, nosotros los padres tratamos de dar a los hijos casi todo lo que quieren, privándoles, por lo tanto, de la bendición de sentir el deseo de tener algo que no tienen.
Una de las cosas más importantes que podemos enseñar a los hijos es a privarse de algo. El placer instantáneo por lo general debilita a la gente. ¿Cuántas personas realmente grandiosas han conocido que jamás tuvieron que esforzarse? El élder Maxwell habló de esto cuando dijo:’Algunos de nuestros maravillosos jóvenes y adultos solteros de la Iglesia no se han esforzado al máximo de su capacidad y tienen pase libre.
Se dan los incentivos incluso autos con gasolina y seguro, todo pagado por padres que a menudo esperan en vano unas cuantas palabras de cortesía y agradecimiento. Esto que no se ha sabido valorar tiene la tendencia a dejar ver el egoísmo y la creencia de que se tiene derecho a recibir todo ello.
- Una sabia joven madre dijo:’Elijo no dar a nuestros hijos lo que económicamente puedo darles.
- Me refreno por el bien de ellos’.
- En las palabras de Fred Gosman,’Los hijos que siempre obtienen lo que desean, seguirán teniendo deseos a lo largo de toda su vida’.
- Y a través de todo ello, es importante para el desarrollo del carácter que nuestros hijos aprendan que’la tierra sigue girando alrededor del sol’ y no alrededor de ellos.
Más bien, deberíamos capacitar a nuestros hijos a preguntarse:’¿De qué manera es el mundo un lugar mejor por estar ellos en él?’. Vivimos en un mundo de entretenimiento a todo color, en donde las cosas suceden con mucha rapidez; un mundo en el que muchos niños crecen pensando en que si algo no es divertido es aburrido y no vale la pena.
Incluso en las actividades familiares, debemos lograr un equilibrio entre la diversión y el trabajo. Algunas de las experiencias más memorables de mi juventud se centraban alrededor de las actividades familiares: aprender a reparar un techo, construir un cerco o trabajar en el huerto. Más que el ser todo trabajo y nada de juego, para muchos de nuestros hijos es casi todo juego y muy poco trabajo.
Como resultado de consentirlos demasiado, muchos hijos salen de sus hogares mal preparados para enfrentarse al mundo real. El presidente Hinckley dijo:’Por supuesto, tenemos que ganarnos la vida. El Señor le dijo a Adán que comería el pan con el sudor de su frente todos los días de su vida.
- Es importante que aprendamos a ser autosuficientes y particularmente que todo joven en el momento de casarse esté preparado y sea capaz de asumir las responsabilidades de proveer lo necesario para su compañera y para los hijos que vengan a ese hogar’.
- Muchos llegan al matrimonio sin jamás haber aprendido a cocinar, a coser, o a desarrollar otras habilidades importantes en la vida.
Por el hecho de desconocer estas habilidades necesarias, además de la falta de conocimiento de la administración del dinero, se siembran las semillas de muchos fracasos en el matrimonio de nuestros hijos. Temo que en muchos casos estamos criando hijos que son esclavos de los estilos y de las modas costosas.
- Recuerden el pasaje de las Escrituras:’Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón’.
- ¿Cómo determinamos dónde está nuestro tesoro? Para hacerlo, tenemos que evaluar la cantidad de tiempo, dinero y pensamientos que dedicamos a algo.
- ¿No sería bueno evaluar cuánto énfasis ponemos en comprar y gastar? Esto no quiere decir que nuestros hijos no deberían vestirse con alguna ropa apropiada que esté de moda, ya que eso puede ser muy importante para ellos.
Pero no necesitan un armario completo. Como miembros de la Iglesia, tenemos la responsabilidad de presentarnos de forma atractiva, limpia y sobria. Con una buena planificación, esto se puede lograr sin tener que gastar en forma extravagante en nuestra ropa.
- Más de diez veces los profetas del Libro de Mormón nos advierten con respecto a los problemas del orgullo relacionados con la forma de vestir.
- Éste es un ejemplo de ello:’Y aconteció que los de la iglesia empezaron a llenarse de orgullo por motivo de sus grandes riquezas, y sus delicadas sedas, y sus linos de tejidos finos y en todas estas cosas se envanecieron en el orgullo de sus ojos, porque empezaron a usar vestidos muy costosos’.
Haríamos bien en todos los aspectos materiales si nosotros y nuestros hijos siguiéramos el lema tan conocido de los primeros pioneros:’Úsalo, gástalo, haz que sirva o arréglatelas sin él’. Tercero, como lo hemos escuchado a menudo, debemos vivir modestamente y evitar las deudas como si fueran una plaga.
El presidente Hinckley nos recordó recientemente las palabras del presidente Heber J. Grant:’Si hay algo que le dará paz y contentamiento al corazón humano, y a la familia, es el vivir dentro de nuestros medios, y si hay algo que es difícil y desalentador y descorazonador es el tener deudas y obligaciones que no se puedan cumplir’.
Samuel Johnson dijo:’No se acostumbren a considerar las deudas como un inconveniente; se darán cuenta que es una calamidad’. ¿Qué tamaño de casa realmente necesitamos para acomodar a nuestra familia? No debemos ponernos en peligro, ya sea espiritual o económico, al adquirir casas ostentosas que satisfacen nuestra vanidad y van más allá de nuestras necesidades.
Si vamos a ser autosuficientes y estar en posición de compartir, es obvio que debemos adquirir algunos recursos. Si vivimos dentro de nuestros medios y evitamos las deudas, se pueden acumular recursos. Hay personas que con una entrada regular a través de la vida llegan a reunir algunos recursos económicos, y otros que reciben grandes salarios y que no lo logran.
¿Cuál es la diferencia? Es simplemente gastar menos de lo que se recibe, ahorrar y aprovechar el poder del interés compuesto. Los consultores de finanzas indican que:’La mayoría de la gente está equivocada en cuanto a la riqueza La riqueza no es lo mismo que el ingreso.
- Si uno tiene un buen ingreso cada año y lo gasta, no se está enriqueciendo; sólo está viviendo como rico.
- La riqueza es lo que se acumula, no lo que se gasta’.
- Finalmente, debemos ser generosos al dar y compartir con los demás.
- Cuanto más se ocupen nuestro corazón y nuestra mente de ayudar a los menos afortunados que nosotros, más evitaremos los efectos espiritualmente malignos que resultan de la codicia, del egoísmo y de los excesos.
Nuestros recursos son una mayordomía, no nuestras posesiones. Confío en que literalmente seremos llamados a responder ante Dios con respecto a la forma en que hayamos usado los recursos para bendecir vidas y para edificar el reino.
- El profeta Jacob nos da un excelente consejo sobre cómo se pueden adquirir las riquezas y para qué se deben usar:
- ‘Pero antes de buscar riquezas, buscad el reino de Dios.
- ‘Y después de haber logrado una esperanza en Cristo obtendréis riquezas, si las buscáis; y las buscaréis con el fin de hacer bien: para vestir al desnudo, alimentar al hambriento, libertar al cautivo y suministrar auxilio al enfermo y al afligido’.
Además de pagar un diezmo íntegro, debemos ser generosos en ayudar a los pobres. ¿Cuánto debemos dar? Agradezco el pensamiento de C.S. Lewis sobre el tema, quien dijo:’Temo que la única regla segura es dar más de lo que las circunstancias nos lo permitan Si lo que damos de caridad no nos pone en aprietos o hace difícil nuestra situación quiere decir que es muy pequeña.
- Tiene que haber cosas que deseemos hacer y que no podamos realizar debido a que nuestros gastos caritativos las hayan puesto fuera de nuestro alcance’,
- Hay muchas personas dignas y causas a las que podríamos contribuir.
- Debemos dar en forma generosa a los fondos de las ofrendas de ayuno y de ayuda humanitaria de la Iglesia.Y.
si deseamos que nuestras familias vivan vidas de plenitud y significado, debemos tener la valentía de examinar honradamente dónde yacen nuestros tesoros y evitar las trampas que resultan de la codicia, del egoísmo y de los excesos. Recordemos:
- Primero: No confundir los deseos con las necesidades.
- Segundo: Evitar el consentir a nuestros hijos.
- Tercero: Vivir modestamente y evitar las deudas.
- Cuarto: Ser generosos al dar a los demás.
El dar es el núcleo de nuestra fe. En esta época de Pascua, nuevamente conmemoramos que’ de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito ‘ que vino a la tierra y pudo haber poseído cualquier cosa material, pero prefirió darnos un ejemplo de una vida simple, libre de cualquier tono de codicia, egoísmo o exceso.
¿Donde dice la Biblia que la avaricia es idolatría?
La Definición de la Avaricia – Nuestro tema del día de hoy es la avaricia. Creo que nuestro texto en 1 Timoteo deja en claro lo que es la avaricia y que la batalla contra ella es, es una batalla contra la incredulidad o una lucha por la fe en las promesas de Dios.
- La palabra ‘avaricia’ no es utilizada aquí, sin embargo, es su realidad de lo que trata este texto.
- Cuando en el versículo 5b dice que algunos de ellos están tratando la piedad como un medio de ganancia, Pablo responde en el versículo 6 que ‘Pero la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento.’ Esto nos da la clave para la definición de la avaricia.
La avaricia es algo que desea tanto que se pierde el contentamiento en Dios. ‘Gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento.’ Lo opuesto a la avaricia es el contentamiento en Dios. Cuando el contentamiento en Dios disminuye, la avaricia por la ganancia aumenta.
- Por eso Pablo dice en Colosenses 3:5 que la avaricia es idolatría.
- Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría.’ Es idolatría, porque el contentamiento que el corazón debería estar recibiendo de Dios, lo comienza a recibir de otra cosa.
Por lo tanto, la avaricia es desear algo tanto que pierdes el contentamiento en Dios. O: pierdes el contentamiento en Dios para buscarlo en otra parte. ¿Alguna vez has considerado que los Diez Mandamientos comienzan y terminan con prácticamente el mismo mandamiento? ‘No tendrás otros dioses delante de mí’ (Éxodo 20:3) y ‘No codiciarás’ (Éxodo 20:17) son mandamientos casi iguales.
¿Que hay detras de la avaricia?
El cerebro, la codicia y la avaricia ‘Madre, yo al oro me humillo, él es mi amante y mi amado, pues de puro enamorado, de continuo anda amarillo; que pues, doblón o sencillo, hace todo cuanto quiero, poderoso caballero es don Dinero’. Francisco de Quevedo Las obras literarias siempre han mostrado al dinero como un objeto de deseo.
- Desde la mitología clásica, donde el rey Midas es condenado a convertir en oro todo lo que toca y prisionero de su propio deseo, hasta la avaricia extrema encarnada en el personaje de Harpagón de la comedia El avaro, de Molière.
- Avaricia y codicia hoy no se diferencian y muchas veces toman otro nombre.
Más a tono con los tiempos, e ilustrativo de esa triste pasión, existe la adicción al dinero, que es en el presente una carrera que empobrece y puede estrangular hasta el último entusiasmo; una trampa fácil que puede desbocar hasta al más prevenido. ¿Qué hay detrás de este afán que pierde toda medida? Hasta ahora las explicaciones apuntaban sobre todo al valor del dinero como recurso social y a su poder simbólico para conseguir todo, incluso sin necesidad de caerle bien a nadie.
En cambio, las últimas teorías, controvertidas, sugieren que quizás haya una base biológica para esta obsesión; y las tesis de los psicólogos Stephen Lea -de la Universidad de Exeter, Reino Unido- y Paul Webley -de la Universidad de Londres- sostienen que el dinero, la nicotina, la cocaína o cualquier actividad adictiva actúan en el cerebro como drogas con gran poder que activan los centros de placer.
Es cierto que el dinero es capaz de cambiar la forma en que uno se siente, aun cuando no tenga una función evolutiva o no sea relevante desde el punto de vista biológico. Los académicos sugieren dos teorías para explicar este fenómeno. Por un lado, una suerte de memoria evolutiva que se remonta a tiempos en los que los más hábiles para el intercambio de bienes tenían más chances de sobrevivir; y por otro, a un instinto lúdico propio de los seres humanos relacionados con los largos años de crianza de la especie.
El dinero sería, según esta línea de pensamiento, el más adictivo de los juegos que inventaron los adultos. Sin embargo, en las neurociencias no todos comparten estas teorías. Algunos han apuntado a que tanto la codicia como la avaricia podrían explicarse como una manifestación del mismo instinto de acumulación, verificado en muchas especies para almacenar comida más allá de las necesidades actuales, incluso de eventuales requerimientos futuros.
La insaciabilidad, manifestada con la tendencia al apropiamiento y la retención, resulta de la incapacidad de gozar plenamente de los bienes que se dispone, más allá de disfrutes fugaces, que avalan los rasgos de dependencia, de compulsión y de búsqueda de algo más que la meta explícita.
La codicia y la avaricia difieren de la gula o la lujuria ya que en estas últimas hay explicaciones biológicas más lógicas, porque se sabe que existen sustancias neurobiológicas que aumentan o disminuyen la libido o estimulan o no el apetito. Las primeras son fenómenos más complejos que están muy condicionados por el aprendizaje.
Si bien pueden existir bases innatas para la codicia y la avaricia, debido a que es un fenómeno muy complejo, también pueden estar más condicionados por el aprendizaje desde el momento en que los deseos más simples, como comer o tener relaciones sexuales, son biológicamente más primitivos.
- Sin embargo, existen cosas que son universales, no necesariamente innatas, y la codicia y la avaricia podrían ser una de ellas.
- Aparentemente, e stos patrones de comportamiento tienen su origen en la primera infancia, en dónde seguramente faltó afecto o existió un aferramiento a los objetos materiales como lo único capaz de controlar, manejar, dominar; de ahí que sea tan complejo pretender modificar luego la fijación del valor que se adjudica a lo material.
Dentro de eso, el placer se centra en ‘retener y acumular’, como en quienes otorgan más importancia al dinero que a cualquier otro vínculo afectivo. Recompensa cerebral La resonancia magnética funcional (fMRI) destaca áreas metabólicas activas en el cerebro que permiten explorar la biología de ciertas situaciones.
Respecto de la codicia y a la avaricia se ha comprobado alteraciones alrededor de los circuitos de recompensa cerebral, incluso en regiones antiguamente evolucionadas, como el núcleo accumbens y el hipotálamo, localizadas profundamente en el cerebro, que son las que proveen información acerca del dolor, el placer, la recompensa y el castigo.
El apetito voraz por la riqueza y el dinero puede explicarse a través del funcionamiento de los sistemas cerebrales de recompensa, con la dopamina como gran neurotransmisor. Esta función estaría relacionada con la sensación de placer tras realizar una determinada actividad, que a la vez activa los sistemas de recompensa y el deseo de repetir la acción, incluso de aumentar la actividad para alcanzar la máxima sensación de placer.
- Resulta curioso ver que con el descubrimiento de la dopamina y su aplicación en pacientes tratados con L-DOPA (enfermedad de Parkinson) muchos enfermos terminan adictos a juegos y a apuestas, confirmando que la clave está en la acción sobre el sistema de recompensa.
- Sin duda, el cerebro necesita ‘sentirse recompensado’ tras realizar acciones tan básicas como comer, beber o mantener relaciones sexuales.
Este placer ayuda a entender que lo que se está haciendo es bueno. En particular, existe activación de la región del cerebro conocida como área ventral tegmental, que se pone en marcha a través de las neuronas dopaminérgicas con el objetivo de aumentar los niveles de dopamina en el núcleo accumbens, situado en las áreas pre frontales de la corteza cerebral, y así activar los sistema de recompensa y gratificación, que son los que al final establecen la dependencia con una sustancia o a una acción determinada.
Algunos estudios intentan diferenciar al ‘tacaño’ del ‘avaro’, aludiendo que el primero es quien ahorra y gasta poco, mucho menos de lo que le gustaría, pero siempre lo gasta en su persona y en sus placeres; mientras que el ‘avaro’ acumula con profunda incapacidad de disfrutar y solo lo hace siendo un verdadero miserable consigo mismo.
Ambas tienen un costo emocional muy alto: las últimas investigaciones revelan que aquellas personas con codicia o avaricia son más propensas a sufrir estrés y ansiedad que quienes son más generosos y no atraviesan tantas preocupaciones. La polémica doctrinal está servida para que avezados filósofos y neurocientíficos se pongan de acuerdo sobre la posible solución a este problema tan candente.
Lea, S.E., & Webley, P. (2006). Money as tool, money as drug: the biological psychology of a strong incentive. Behav Brain Sci, 29(2):161-76. Will, G.J., & Klapwijk, E.T. (2014). Neural Systems Involved In Moral Judgment and Moral Action. The Journal of Neuroscience, 34(32):10459-10461; doi: 10.1523/JNEUROSCI.2005-14.2014 Lo, A.W. (2011). Fear, Greed, and Financial Crises: A Cognitive Neurosciences Perspective. SSRN Electronic Journal. doi: 10.2139/ssrn.1943325 Dagher, A., & Robbins, T.W. (2009). Personality, addiction, dopamine: insights from Parkinson’s disease. Neuron, 61(4):502-10. doi: 10.1016/j.neuron.2009.01.031
Imagen: Designed by Freepik | : El cerebro, la codicia y la avaricia
¿Qué consecuencia trae la avaricia?
La avaricia y la codicia arruinan a la condición humana • Tendencias21 La condición humana está marcada hoy por la avaricia y la codicia, convertidas en valores por el pensamiento liberal dominante. Su implantación ha dado lugar a la corrupción política, consagrada por las mayorías parlamentarias. Decía en mi que hay signos claros de finitud, de agotamiento en el planeta. Y de ese agotamiento hay un solo responsable: el Homo Sapiens. Quiero recordar aquí nuevamente la reflexión de Kant sobre el ser humano ‘con un leño tan torcido como aquél del cual ha sido hecho el ser humano no puede forjarse nada que sea del todo recto’ ¿Pesimismo antropológico? Quizá, pero sobre todo realismo antropológico.
Basta echar un ojeada breve a la acción del hombre durante el siglo XX para comprender hasta qué punto han quedado manifestados y realizados los ‘vicios capitales’ enunciados por Tomás de Aquino. Hablábamos de exceso. Pues bien, quiero tratar en este breve escrito la primera consecuencia de esa terrible propiedad humana.
Y esa es la codicia y su hermana gemela, la avaricia. La avaricia es el afán o deseo desordenado de poseer riquezas, bienes, posesiones u objetos de valor abstracto y concreto con la intención de atesorarlos para uno mismo, mucho más allá de las cantidades requeridas para la supervivencia básica y la comodidad personal.
- Se le aplica el término a un deseo excesivo por la búsqueda de riquezas, placer, estatus y poder.
- La codicia, por su parte, es el afán excesivo de riquezas o de personas, para su utilización ilícita, inmoderada y/o criminalmente lucrativa.
- También es aplicable en situaciones donde la persona experimenta la necesidad de sentirse por encima de los demás desde un punto de vista relacionado con el poder, la influencia política, el resplandor social, la ostentación, el éxito económico, sexual y de cualquier otra manera imaginable, permitiéndose incluso, en un obsceno alarde de cinismo, dar lecciones de supuesta probidad moral.
La codicia y la avaricia generan deslealtad, traición deliberada -especialmente para el beneficio personal- como es el caso de dejarse sobornar o exigir la recompensa ilícita antes de que los hechos se produzcan. Es también la búsqueda y acumulación de dinero, objetos y posesiones de todo tipo (incluidas personas) mediante el abuso de poder de cualquier tipo, la estafa, el robo, el secuestro y el asalto en todas las variedades imaginables.
Todo ello valiéndose del engaño, el poder económico y político, los variados mecanismos de presión, la manipulación, la tergiversación o descalificación de las leyes que estorban, pasando por encima o engañando a las autoridades íntegras y de todo lo que puede quedar de limpio del entramado social y económico de la sociedad.
Si algo se interpone en la codicia humana, sencillamente hay que cambiarlo o destruirlo. En todas las épocas Ciertamente, siempre ha existido la codicia como elemento consustancial del Homo Sapiens. Si estudiamos esta desgraciada propiedad de nuestra estirpe cainita desde las primeras civilizaciones hasta el siglo XX, detectamos su presencia e influencia en la acción humana a nivel personal o colectivo en todas las épocas.
- Ciertamente, los avances tecnológicos han supuesto unas herramientas fundamentales para que la codicia alcanzase metas más amplias.
- Simultáneamente han refinado y extendido sus métodos de actuación.
- No soy tecnófobo en absoluto como se verá en los diversos artículos que tengo ya planeados.
- Antes bien, creo que en una buena y amplia utilización de la tecnociencia reside la configuración moral del hombre nuevo y la salvación de nuestro hogar, la Tierra.
Sin embargo, cuando la tecnociencia se sustrae al ámbito del progreso para el bien y se utiliza con fines desaprensivos, esto es, egocéntricos, codiciosos o de poder, inevitablemente aquella se convierte en un elemento auxiliar pero decisivo para hacer el mal conscientemente.
Schopenhauer, un filósofo fundamental y por cierto, hispanófilo declarado, con quien me identifico en algunos aspectos importantes, introdujo un razonamiento que parte de la división de Epicuro respecto de las necesidades humanas (o los placeres): las posesiones y el lujo han de contarse entre las que no son «ni naturales, ni necesarias».
En efecto, el límite de la riqueza que se desea depende del horizonte de necesidades de cada cual y siempre es relativo. Las aspiraciones dependen del horizonte de lo que se considera posible alcanzar, y además Schopenhauer añade la frase que quiero resaltar: ‘la riqueza se asemeja al agua salada: cuanto más se bebe, más sediento está uno.
Lo mismo vale para la fama’ (1). Una reflexión para enmarcar que hace años, alguien muy codicioso, quiso que simpatizase con ella, bien que dicho mucho más toscamente. Me produjo tristeza y asco. Y Schopenhauer razonaba que la razón por la que los hombres desean siempre más dinero, incluso el poder, se desea, según Schopenhauer, por la riqueza a la que conduce.
Corrupción del espíritu En un interesante y acertado artículo publicado en el diario El País el 6 de junio de 2010, titulado ‘Anatomía de la codicia’ el filósofo y ensayista Borja Vilaseca (2) se pregunta ‘¿Qué motiva a un hombre que lo tiene todo a querer más? ¿Por qué tantas personas se vuelven corruptas, mezquinas y perversas al alcanzar el poder?’ Vilaseca establece que, según la opinión de muchos psicólogos, los casos más conocidos de corrupción por codicia representan la punta del iceberg de uno de los dramas contemporáneos más extendidos en la sociedad: la corrupción del espíritu ‘Y es que, para cometer actos corruptos, primero tenemos que habernos corrompido por dentro.
Esto implica marginar nuestros valores éticos esenciales -como la integridad, la honestidad, la generosidad y el altruismo en beneficio de nuestro propio interés’ Esta posición de Vilaseca coincide, a mi modo de ver, con la moral tradicional occidental de raíz judeocristiana, que seguía guiándose en esta cuestión, al menos formalmente, por el décimo mandamiento de las llamadas Tablas de la Ley, ‘No codiciarás los bienes ajenos’.
Sin embargo, el paso de los siglos y las adaptaciones culturales han desactualizado su vigencia formal y efectiva. Hoy, paradójicamente, la codicia no es algo que, en el fondo, esté mal visto. Con frecuencia, es todo lo contrario: muchos apelan a ella como remedio de la pobreza.
- Pues según dicen: ¿quién no busca su propio beneficio? Y es que la codicia, al igual que la avaricia -que como ya hemos dicho vienen a ser lo mismo, pero con el deseo de atesorar-, son términos que no se oyen, no están de moda.
- Y sé que cuando una palabra sale del circuito natural de la comunicación humana, se desvirtúa también el concepto que la acompaña.
Y en caso de mantenerse su original acepción, se buscan caminos para desvirtuar los significados. De ahí que se hagan esfuerzos por cambiar los términos con el objetivo de modificar lo que significan. Con las palabras se van los conceptos. Con ello, unos tranquilizan sus conciencias y otros tratan de adaptar la realidad a sus intereses.
- La corrupción política se refiere al mal uso del poder público para conseguir una ventaja ilegítima generalmente de forma secreta y privada.
- El término opuesto a corrupción política es transparencia.
- Según Hernández Gómez (3), la corrupción se define como « toda violación y/o acto desviado, de cualquier naturaleza, con fines económicos o no, ocasionada por la acción u omisión de los deberes institucionales, de quien debía procurar la realización de los fines de la administración pública y que en su lugar los impide, retarda o dificulta «,
Por esta razón se puede hablar del nivel de corrupción o de transparencia de un Estado legítimo. Cuestión de mayorías Las formas de corrupción varían, pero las más comunes son el uso ilegítimo de información privilegiada, los sobornos, el tráfico de influencias, las extorsiones, los fraudes la malversación, la prevaricación, el caciquismo, el compadreo, la cooptación, el nepotismo, la impunidad y el despotismo.
- La corrupción facilita a menudo otro tipo de hechos criminales como el narcotráfico, el lavado de dinero, la prostitución, el tráfico de personas, las agresiones al medio ambiente Ahora bien, la corrupción no se restringe a estos crímenes organizados, y no siempre apoya o protege otros crímenes.
- Por ello, en la práctica, en las llamadas democracias avanzadas, con los comportamientos-corruptos próximos al poder, casi nunca pasa nada.
Quedan exonerados con lo que se entiende como castigo político. Un castigo que se reduce, normalmente, a «perder el poder», para volver a alcanzarlo cuando las aguas se hayan calmado. Y si se mantienen los cargos después de unas elecciones, la consecuencia es que lo que se hizo, aunque fuera una fechoría, se considerará positivo, ya que el pueblo así lo dictamina.
De manera que la moral pública se asimila a la opinión de la mayoría. Así, lo que está bien o mal acaba reducido a la relatividad democrática. Hecho que explica, de alguna manera, los por qué de la sociedad relativista actual. Son las mayorías -por lo general mayorías minoritarias- las que dictaminan lo que es bueno y lo que no lo es.
Pero en el mundo actual la pérdida de valores resulta demasiado general. Lo que se trata es de concretar. Para conocer las causas y proponer soluciones, no bastan las ideas generalistas. Apelar a la pérdida de valores sin más, me parece demasiado general.
Mamífero dominante Complicidad política Lo que dice el cerebro: neuropéptidos clave
Para comenzar, identifico la primera y principal causa en la propagación, promoción e imposición sistemática de un neoliberalismo sin control basado en un peligrosísimo ‘laissez faire’como fundamento de la creación de riqueza. ¡Como si al mamífero dominante se le pudiese dejar campar por sus respetos sin control alguno! (6) Estas ideas tienen su origen el siglo XVIII, cuando Adam Smith aseguraba que la búsqueda del interés propio acabaría trayendo el bienestar a todos.
Según él, una mano invisible acabaría ajustando los desajustes. Un pensamiento que se ha convertido en la regla de oro de los últimos cuarenta años. Este pensamiento ha tenido el aplauso y el apoyo de reconocidos economistas que han defendido la codicia, sin mencionarla en absoluto, en total connivencia con la clase política.
Identificada la causa, surge el problema principal actual: una jauría de renombrados financieros pusieron en práctica toda su creatividad con las bendiciones de los economistas, la protección de los responsables políticos y de los grandes organismos económicos internacionales, que han permitido prácticas absolutamente inmorales cuando no criminales.
Efectivamente, la economía financiera sin control y las inestabilidad que ha producido en la economía real, han sido la primera consecuencia de la crisis que hemos padecido y que hoy continúa. Asimismo, la economía financiera es la principal responsable de las desigualdades gigantescas que se ven entre pobres y ricos y del mayor ataque global a las clases medias que estas han sufrido.
En España, sin ir más lejos, uno de cada cinco ciudadanos, el 21 % de la población, se encontrara en 2012 por debajo del umbral de la pobreza. Creo que ha quedado claro que las viles prácticas de la economía financiera no serían posibles sin el concurso y apoyo de los reguladores, es decir, de los responsables políticos.
Hoy es la política la que condiciona los mercados. Y son las clases políticas dominantes las que facilitan que los mercados financieros ahoguen a la economía real. En efecto, el destrozo económico del que hemos sido testigos, y que aún sufrimos, no habría sido posible si los reguladores no hubieran permitido la expansión de productos financieros tóxicos, ni hubieran facilitado unas condiciones en los mercados que fueron el inicio de otros abusos.
Tampoco habrían sido posible los problemas habidos en numerosas entidades financieras sin la cohabitación de políticos y gestores empresariales. Entidades que han tenido que ser rescatadas a base de impuestos a los ciudadanos, mientras los responsables se otorgaron, en muchos casos, enormes sumas por su gestión al frente de empresas quebradas.
- Mayor inmoralidad no cabe.
- Los que aún tienen fe en el hombre actual, proponen un cambio de rumbo manifestando que este no debiera contemplar como única solución el llevar a cabo políticas económicas restrictivas y ajustes excesivos que, al final, sufren los que menos tienen.
- Esto solo llevará a un retroceso de muchos de los derechos hasta ahora adquiridos.
Con ello, el Estado de bienestar irá poco a poco desapareciendo. ¿Y cuál es ese nuevo rumbo? Pues los teóricos bien pensantes creen que, simplemente, sería suficiente la creación de estructuras políticas más democráticas, clases políticas más honradas, más separación de poderes y una justicia efectiva e independiente.
- Y todo ello encaminado a trasladar a los mercados globalizados los mismos mecanismos.
- Mayor ingenuidad no cabe.
- ¿No recuerdan la historia? La democracia y la separación de poderes se trajeron con sangre; el Estado de bienestar también.
- De manera que de pronto emerja una clase política honrada y justa es algo inconcebible.
Creo que ha quedado perfectamente demostrado que la codicia es un problema profundo vinculado a la naturaleza biológica del hombre. En un contexto social líquido (7), sostenido por un pensamiento postmoderno ya crepuscular, no veo la posibilidad de subsistencia de este Homo tardío, tal como está, a medio plazo.
- Habrá que buscar la senda de la biología porque la ética, en el fondo, siempre ha capitulado frente a la codicia.
- La labor del epistemólogo, a mi juicio, es encontrar respuestas en la ciencia allí donde otras disciplinas tradicionales no las encuentran.
- Y eso es lo que trato de hacer tras describir la codicia quizá demasiado extensamente.
Y, efectivamente, en la ciencia parece estar la clave: en los mecanismos evolutivos de la cognición humana. Algunos experimentos de la neurociencia han mostrado que cuanto más codiciosa es una persona, la corteza prefrontal de su cerebro tiene menos capacidad para disminuir el placer de ganar más dinero, inhibiendo la actividad de las neuronas del estriado ventral, implicado en ese placer.
El cerebro del codicioso podría funcionar entonces de manera diferente al de las personas que no lo son. Otros estudios han sugerido que, como los codiciosos tienden además a apostar fuerte para maximizar sus ganancias, podrían padecer una perturbación mental que anula su capacidad para percibir el riesgo o para ver las necesidades de los demás.
Las personas con una corteza prefrontal ventromedial diferente o dañada, carecen de la capacidad empática para llegar a respuestas morales, y cuando se enfrentan con dilemas morales, estos sujetos entienden y defienden con toda frialdad que «justifica el fin de los medios» Además, estos sujetos parecen tomar decisiones sin la angustia que aqueja a quienes tienen un cerebro que funciona normalmente.
- Estos son algunos datos empíricos que ayudan a entender el mecanismo cerebral implicado en la codicia.
- Los neuropéptidos oxitocina (OXT) (8) y arginina vasopresina (AVP) han desempeñado papeles clave en la evolución de los mamíferos en cuanto a la regulación de la cognición y comportamientos sociales complejos como el apego, la socialización, el altruismo, la codicia, el reconocimiento y la agresión, así como la ansiedad, el miedo y la extinción del miedo.
-Mi propósito no es entrar a describir como los sistemas OXT y AVP actúan bioquímicamente en cerebro humano. Solamente trataré de mostrar que son determinantes con respecto al comportamiento social. Y todo ello a través de estudios genéticos, de neuroimagen, neuroendocrinología y de estudios clínicos.
-Para evaluar lo que estos neuropéptidos representan, experimentalmente pueden administrarse de forma no invasiva en el cerebro humano mediante administración intranasal, con claras consecuencias a nivel conductual y neural. -Después de la administración intranasal, OXT mejora el reconocimiento de emociones, mejora la mirada hacia la región ocular, promueve la confianza y el comportamiento pro-social, y reduce las respuestas de comportamiento y endocrinas al estrés social.
-En estudios iniciales, la administración intranasal de AVP parece influir en la comunicación social y frenar el estrés- Las variantes de riesgo en los genes que codifican para estos receptores cerebrales específicos para OXT y AVP se han asociado a determinadas patologías y también comportamientos humanos como parece ser la tendencia a la codicia.
- Los estudios de imágenes genéticas muestran que las variantes de riesgo genético en los receptores cerebrales para OXT y AVP afectan la estructura y función de las regiones clave para el comportamiento social, incluida la amígdala, la corteza cingulada anterior y el hipotálamo.
- Los estudios de neuroimagen funcional que utilizan la aplicación intranasal de neuropéptidos, respaldan la opinión de que los efectos de OXT y AVP en la conducta social están mediados por circuitos límbicos con la amígdala como estructura central.
-Estudios recientes han comenzado a proporcionar evidencias del deterioro del funcionamiento de OXT y AVP en trastornos mentales caracterizados por una alteración precoz del vínculo o una patología de interacción social. -Resulta fundamental establecer que las variantes comunes de riesgo genético en los genes que codifican los receptores cerebrales para OXT y AVP se han asociado con el autismo y los fenotipos de comportamiento social en humanos.
- Los receptores parecen ser el factor clave, en especial el avpr1a que es el acrónimo de arginine vasporesin receptor 1a.
- 9) Pienso que bien podría estar este fenómeno relacionado con el proceso evolutivo del Homo Sapiens.
- En efecto, la inercia a acumular recursos contrarresta el sentimiento de incertidumbre sobre lo que le puede pasar a uno en el futuro, por lo que la codicia pudo haber evolucionado en nuestros antepasados ancestrales como una forma de adaptación cuando el entorno es pobre en recursos.
Finalizamos este artículo expresando nuestra confianza en la ciencia para generar un hombre nuevo y sin las taras del viejo Homo Sapiens. (*) Javier del Arco es Biólogo y epistemólogo. Editor del Blog de Tendencias21. Notas (1) Schopenhauer A., Parerga y paralipómena’.
Madrid, Trotta, 2 vols., 2006 y 2009. Tomo I, 2006 (2ª edición 2009). (2) Borja Vilaseca es escritor, filósofo, conferenciante, profesor y emprendedor de proyectos orientados a la transformación y el despertar de la consciencia de la sociedad. Su gran pasión es democratizar la sabiduría para inspirar un cambio de actitud y de mentalidad, de manera que las personas aprendan a ser verdaderamente felices y sepan cómo desplegar todo su talento y potencial al servicio de una función profesional útil, creativa y con sentido.
(3) Hernández Gómez, José Ricardo. ‘La anticorrupción en Colombia el agente encubierto y la función de inteligencia’ Prolegómenos 21 (41): 99-114. (4) Eduardo Olier, nacido en Madrid en 1949, es doctor ingeniero de Telecomunicación por la Universidad Politécnica de Madrid.
- Fue profesor titular en la Cátedra de Matemática Fundamental y Programación de la Escuela de Ingenieros de Telecomunicación de Madrid y realizó programas de postgrado en Crandfield School of Management y Harvard Business School.
- En la actualidad, dirige la Cátedra de Geoeconomía y Estrategia Internacional del Instituto de Postgrado CEU.
Ha sido director de programas tecnológicos en la Agencia Espacial Europea (Holanda) y ha ocupado puestos directivos en Repsol y el Grupo Industrial BBV-Iberdrola. Fue socio director de la firma de consultoría estadounidense Deloitte Consulting y presidente para Iberia, así como vicepresidente ejecutivo de la empresa japonesa NEC, donde fue responsable del sur de Europa y Latinoamérica.
Asimismo, ha ocupado la presidencia del Consejo Asesor de la consultora Bearing Point en el sur de Europa; y de la firma de recursos humanos Korn Ferry en la misma región. En el ámbito de los medios, fue presidente del Grupo Negocios, así como editor de la Gaceta de los Negocios y vicepresidente de Intereconomia Corporación.
Casado y con 5 hijos, actualmente preside en España el Institut Choiseul, think tank de origen francés, y dirige la edición de las dos revistas Choiseul que se publican en español: Geoeconomía y Seguridad Global. Es, igualmente, miembro del Consejo de l’Union Culturel pour la Méditerranée (París) y presidente para España y Portugal, de la sociedad de gestión de inversiones BN Capital Assets con sede en Milán.
Recientemente, ha sido nombrado nuevo presidente del Instituto Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra. Sustituye en el cargo a Enrique Sendagorta, recientemente homenajeado en el acto del 25 aniversario de este centro. (5) Olier, E., ‘Codicia Financiera’. Pearson, Madrid. (6) Macfarlane Burnet.
‘El mamífero dominante. La biología del destino humano’. Alianza Editorial. Madrid, 1973 (7) Bauman Z., ‘Modernidad líquida’, FCE. Madrid, 2016 (8) Carsten K.W. De Dreu, H. Steven Scholte, Frans A.A.M. van Winden y K. Richard Ridderinkhof. ‘Oxytocin tempers calculated greed but not impulsive defense in predator-prey contests’.
Social Cognitive and Affective Neuroscience, Volume 10, Issue 5, 1 May 2015, Pages 721–728, (9) Uzefovsky, F., Shaley, I., Israel.S., Edelman, S., Raz, Y., Makuta, D., Kanofo Noara, A., Ebstein, R.B.’Oxytocin receptor and vasopressin receptor 1a genes are respectively associated with emotional and cognitive empathy’ Hormones and Behavior, Vol.67,
Enero 2015. Pag.60-65 : La avaricia y la codicia arruinan a la condición humana • Tendencias21
¿Por qué la avaricia es idolatria?
El pecado de la avaricia coloca el dinero y los bienes terrenales en el lugar de Dios, y a él se rinde culto y adoración. Esto recibe el nombre de idolatría, que significa «adoración a un ídolo».
¿Qué dice la Biblia sobre la ambición al dinero?
Mateo 19:21 – Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres : así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme’. Esta frase se la dice a un joven que le pregunta cómo ganarse la vida eterna y quien asegura cumplir, además, los 10 mandamientos.
Pero ante la respuesta, el hombre decide irse ‘porque poseía muchos bienes. Posteriormente Jesús lanza su famoso ‘ difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos ‘. Aunque hay católicos que gustan seguir las palabras de las Escrituras en un sentido literal, las palabras de Jesús son una manera de decir que las personas deben desapegarse de los bienes materiales,
Esto no quiere decir que vivan desnudos sin una casa y sin comer, sino que no se debe idolatrar lo material ni ponerlo sobre todas las cosas. Además de que aquel que tiene de más debe ponerlo al servicio de otros.
¿Qué personaje representa la avaricia?
Personajes: Harpagón: El es el personaje principal, y es padre de Cleanto y de Elisa. Harpagón es el ‘Avaro’, en la historia el tiene una cajita donde guarda su dinero del que está obsesionado. Es viejo, egoísta y no le da gran importancia a sus hijos.
Esta enamorado de una chica joven llamada Mariana con la que pretende casarse. Cleanto: Hijo de Harpagón. El es un personaje bastante cómico porque vive por más de sus posibilidades ya que depende económicamente de su padre. Cleanto le gusta llevar pelucas y trajes caros. El también está enamorado de Mariana y por supuesto no quiere que Harpagon se case con ella.
Elisa: Hermana de Cleanto y hija de Harpagón. Elisa es una chica bastante joven, es la pretendiente secreta de Valerio con el que esta perdidamente enamorada. Le tiene miedo a su padre ya que Harpagón no le permite casarse con alguien que no tenga mucho dinero. Valerio: Valerio es el hijo de Anselmo y pretendiente de Elisa. Para conseguir estar más cerca de Elisa decide trabajar como sirviente de Harpagón. Es un chico honorable que hace lo que puede para poder convertirse en el favorito del padre de su pretendiente y finalmente pedirle permiso para casarse con su hija.
Mariana: Hija de Anselmo, hermana de Valerio. Ella es la pretendiente de Harpagón pero en realidad está enamorada de Cleanto. Le pide ayuda a Frosina muchas veces durante toda la historia para aportar un buen plan para estar con Cleanto. Anselmo: Padre de Valerio y Mariana. Anselmo es el abogado de Harpagón, aparece por el final de la historia.
Ayuda a encontrar la cajita de dinero del avaro y soluciona los problemas amorosos de los jóvenes permitiéndoles el financiamiento del casamiento. Frosina: Frosina es una mensajera, ella al principio tenía como deber conseguir que Mariana aceptase casarse con Harpagón. Esto cambio cuando Harpagón no le quería dar una recompensa, así que Frosina decide finalmente ayudar a Mariana y a Cleanto. Don Simon: El hace negocios con Cleanto y Harpagón.
¿Qué significa de la palabra avaricia?
Avidez, afán o deseo desmesurado de poseer, especialmente dinero o riquezas, con la intención de acumularlos para uno mismo.
¿Cómo se llama el demonio de la avaricia?
Etimología – Mammon es una palabra aramea que significa ‘dios de la avaricia’,su etimología es un demonio al cual denominan como mammón, representando uno de los pecados capitales como lo es la avaricia. La Palabra Griega Original: πλεονεξία, ας, ἡ, pleonexia.
Definición: avaricia, avaricias, avidez, ventaja, codicia. Palabra Latin, avaritia, es el afán o deseo desordenado de poseer riquezas, bienes u objetos de valor abstracto. La transcripción griega para mammon es μαμωνάς ( mamonás ), y puede encontrarse en el Sermón de la montaña (durante el discurso sobre la ostentación) y en la parábola del administrador injusto.
Otros eruditos sugieren que mammon procede del término fenicio mommon («beneficio» o «utilidad»).