Que Dice La Biblia Sobre El Compromiso?
Felipe Aguirre
- 0
- 43
En el sentido bíblico, la sumisión significa comprometerse entre sí en forma de compromiso y cooperación.1 Corintios 11:3 dice: ‘ la cabeza de todo hombre es Cristo y la cabeza de la mujer es el hombre, y la cabeza de Cristo es Dios’.
¿Qué nos dice la Biblia del Compromiso?
Los ‘miembros vivientes’ se esfuerzan por comprometerse totalmente – En la sección que sirve de prefacio a Doctrina y Convenios, el Señor reveló que ésta es ‘la única iglesia verdadera y viviente sobre la faz de toda la tierra’, y agregó: ‘con la cual yo, el Señor, estoy bien complacido, hablando a la iglesia colectiva y no individualmente’ ().
Esto debe hacer surgir en nuestra mente una pregunta de importancia eterna: Sabemos que, como institución, ésta es la Iglesia verdadera y viviente, pero, individualmente, ¿soy yo un miembro verdadero y viviente? Cuando pregunto: ‘¿Soy un miembro verdadero y viviente?’, mi pregunta es: ¿Estoy profunda y totalmente dedicado a guardar los convenios que he hecho con el Señor? ¿Estoy completamente comprometido a vivir el Evangelio y a ser un hacedor de la palabra y no un oidor solamente? ¿Vivo mi religión? ¿Me mantendré fiel? ¿Resisto firmemente las tentaciones de Satanás? Responder afirmativamente a la pregunta: ‘¿Soy un miembro viviente?’ confirma nuestro compromiso.
Significa que ahora y siempre amaremos a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos; significa que nuestras acciones reflejarán quiénes somos y qué creemos; significa que somos cristianos de todos los días, que andamos como Cristo desea que andemos.
- Los miembros vivientes son aquellos que se esfuerzan por comprometerse totalmente Los miembros vivientes reconocen su deber de seguir adelante.
- Se bautizan como primer paso en su jornada viviente; es una señal a Dios, los ángeles y los cielos de que obedecerán la voluntad de Él Los miembros vivientes prestan atención al Espíritu, el cual despierta la vida interior; procuran constantemente Su guía; oran para pedir fortaleza y vencen las dificultades.
No han puesto el corazón en las cosas de este mundo, sino en el infinito; no sacrifican la renovación del espíritu por la gratificación física. Los miembros vivientes ponen a Cristo en primer lugar en su vida, puesto que saben de qué fuente proceden su vida y su progreso.
- Una vez que se convierten, los miembros vivientes cumplen el mandamiento de fortalecer a sus hermanos y hermanas, Están deseosos de compartir su gozo con los demás y nunca pierden ese deseo
- Los miembros vivientes reconocen la necesidad de poner en acción sus creencias. Esos santos están anhelosamente consagrados a llevar a cabo muchas obras nobles y buenas de su propia voluntad
- Los miembros vivientes se aman unos a otros, visitan a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y se guardan sin mancha del mundo
Creemos firmemente que ésta es la Iglesia verdadera y viviente del Dios verdadero y viviente. Lo que todavía nos queda por responder es: ¿Soy dedicado y estoy comprometido? ¿Soy un miembro verdadero y viviente? Que podamos mantenernos firmes y ser miembros verdaderos y vivientes de la Iglesia, y recibir el galardón prometido de estar entre quienes se mencionan en Doctrina y Convenios, aquellos ‘que han venido al monte de Sion y a la ciudad del Dios viviente, el lugar celestial, el más santo de todos’ ().
- Repase las enseñanzas del presidente Hunter sobre la diferencia entre hacer una ‘contribución’ y el ‘compromiso total’ (véase la sección 1). ¿Cuál es la diferencia en nuestra vida cuando estamos totalmente comprometidos con Dios? ¿Qué enseñanzas del relato de Sadrac, Mesac y Abed-nego podemos aplicar a nosotros mismos?
- Repase el relato sobre Josué que narra el presidente Hunter en la sección 2. ¿Qué podemos aprender de dicho relato en cuanto a estar plenamente comprometidos con Dios? ¿Cómo podemos cultivar el compromiso de obedecer a Dios sin importar lo que los demás hagan? ¿Cómo podemos ayudar a los niños y jóvenes a cultivar ese compromiso?
- Al repasar los relatos de las Escrituras de la sección 3, ¿cuáles son sus impresiones? ¿Qué otros ejemplos de obediencia de las Escrituras han ejercido influencia en usted? ¿Por qué cree que ‘el Señor aprecia la determinación firme de obedecer Su consejo’?
- Medite en las enseñanzas del presidente Hunter de la sección 4. ¿Por qué el sólo creer ‘no es suficiente’? ¿De qué modo el hacer la voluntad del Padre Celestial nos preparará para los momentos de dificultad? ¿Cómo podemos poner en práctica las enseñanzas del presidente Hunter concernientes a vivir nuestra religión?
- Repase todas las descripciones que el presidente Hunter hace de un ‘miembro viviente’ en la sección 5. ¿Cómo cultivamos esas cualidades propias de un ‘miembro viviente’? Considere el modo en que podría ser un mejor ‘miembro verdadero y viviente’ de la Iglesia.
; ; ; ; ; ; ; ; ; ;, Lean juntos varias citas del capítulo. Tras leer cada cita, pida a los alumnos que den ejemplos de las Escrituras y de experiencias propias que se relacionen con las enseñanzas de la cita en cuestión. Notas
- En ‘El élder Howard W. Hunter: Presidente en funciones del Quórum de los Doce Apóstoles’, Liahona, abril de 1987, pág.24.
- En Eleanor Knowles, Howard W. Hunter, 1994, pág.153.
- ‘Cuando una puerta se cierra, otra se abre’, Liahona, enero de 1988, pág.55.
- En Knowles, Howard W. Hunter, pág.151.
- Véase ‘Somos testigos de Dios’, Liahona, julio de 1990, págs.73–74, 75.
- Véase ‘Nuestro compromiso con Dios’, Liahona, enero de 1983, págs.110–111.
- ‘Obedience’, discurso pronunciado en una Conferencia del Área Hawái, EE. UU., 18 de junio de 1978, pág.5, Biblioteca de Historia de la Iglesia, Salt Lake City.
- Véase ‘Nuestro compromiso con Dios’, pág.111.
- En Conference Report, octubre de 1967, págs.11, 12–13.
- The Teachings of Howard W. Hunter, ed. Clyde J. Williams, 1997, págs.111–112.
- Véase ‘¿Estoy ‘vivo’ en el Evangelio?’, Liahona, julio de 1987, págs.15, 16.
: Capítulo 19: Nuestro compromiso para con Dios
¿Qué dice la Biblia sobre el Compromiso matrimonial?
El matrimonio en la Biblia: lo que dicen las sagradas escrituras – Elegir textos para una ceremonia religiosa o civil y conocer en qué parte de la Biblia se habla sobre el matrimonio es una oportunidad única para la pareja, Es el pretexto ideal para revelar sus emociones y para cimentarlas espiritualmente en la o en una bella,
¿Cuáles son los compromisos como hijo de Dios?
Ser Hijo de Dios amerita compromiso Mayra de Peña Leyendo en el libro de Daniel cap.1 en la biblia, acerca del comportamiento de Daniel, Ananías, Misael y Azarías del linaje real de los príncipes de Judá frente a la orden de Nabucodonosor, rey de Babilonia, en torno a que le diesen ración para cada día de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía y ver como ellos desestimaron tal privilegio a fin de no contaminarse, me maravilla.
Parecería raro, en nuestra sociedad tal comportamiento, dado el interés que mostramos por estar en las primeras sillas de la mesa y degustando los mejores platos en los sitiales de preponderancia. La historia es hermosa y la traigo a colación en interés de llamar la atención en lo concerniente a nuestro transitar como discípulos de Cristo.
Lo necesario que se hace el no contaminarnos ante tantas opciones llamativas que se nos presentan y ser fiel a lo instituido por Dios. Ser cristianos amerita compromiso, es tener una conducta que nos diferencie como Hijos de Dios. Es tener bien aprendida la lección que nos dejara el Señor a través de su Palabra en torno a lo que debe ser nuestra nueva manera de pensar y de actuar cuando decidimos seguirle.
Es ser íntegros, cumplir los 10 mandamientos y dentro de ellos está el amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, el no mentir, honrar padre y madre, no codiciar los bienes ajenos, no matar, no adulterar, no robar y sobre todoamar a Dios sobre todas las cosas. Es bien sabido que desde que tenemos la facultad de pensar y accionar como adultos, es nuestro interés invertir dinero para obtener ganancias, también ahorrar para tener el futuro asegurado; pues tengo que decirles, que la mejor inversión es seguir los lineamientos divinos y no contaminarse.
Todo lo que le aconteció a Daniel y su recompensa nos da una gran enseñanza. Estamos viviendo tiempos muy difíciles y de fácil confusión, pues a lo bueno se le llama malo y viceversa, tal pareciera que lo dicho en la Biblia en Mateo 7, ¨Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella¨ es una utopía, pues tal pareciera que ser cristiano no conlleva ningún compromiso.
La apostasía ha penetrado en muchas iglesias y doctrinas y de no estar apercibidos podríamos confundirnos. No basta con decir que amo a Dios y a su Hijo e ir a la iglesia, el asunto es más profundo y de convicción. La clave está en conocer lo que Jesús nos dijo, en profundizar en la palabra y en ser ambiciosos en torno a trabajar más por el reino de Dios, que nos duelan las almas que se pierden sin fe y esperanza, para su honra y su gloria y les tengo buenas noticiasla recompensa en el cielo será aún mayor.
Seamos verdaderos discípulos, caminemos como Jesús anduvo, seamos coherentes con lo que predicamos en donde quiera que nos encontremos, como lo hizo Daniel, Ananías, Misael y Azarías y veremos al igual que ellos, cómo ni aún dentro de las fosas de los leones, seremos atacados, porque tal y como lo dijera el Señor, ¨en los últimos tiempos abundaría el pecado pero sobreabundaría la Gracia¨.
¿Qué es el Compromiso con la obra de Dios?
Los tres fundamentos del compromiso con Dios Rev. Alberto Ortega ‘Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz.’ Juan 5:35. La palabra compromiso procede del latín compromissum, es usada para describir una transacción pactada entre dos personas por medio de un depósito que ambos hacían a una entidad de arbitraje comercial.
En caso de un litigio entre ambos compromisarios, recurrían a esta entidad que daba su veredicto entre los dos socios. Desde el punto de vista espiritual, el compromiso es la entrega que hacemos de nuestra vida en las manos de Dios como un depósito para que Él sea el árbitro legal, con plena autoridad para dictaminar si la fidelidad que hemos pactado con Él y su Obra sigue invariable dentro del marco inicial.
En el evangelio de Juan 5:35, Jesús resumió el ministerio de Juan el Bautista con estas palabras: «Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz». En la Versión la Biblia del Oso, leemos: «Él era candil que ardía, y alumbraba; mas vosotros quisisteis engreíros por un poco a su luz».
El Señor Jesucristo quiso aclarar a los que cuestionaban su proclamación como el Mesías y como el Hijo de Dios, recordándoles que Juan el Bautista fue el primero en proclamar esta verdad, pero que a pesar de las cualidades incuestionables de Juan, su integridad moral y espiritual, así como la evidencia de un ministerio ungido por Dios que los conmovió, pero, tampoco le creyeron.
Es interesante notar las palabras con las que Jesús define a Juan el Bautista: «él era (nos habla de su identidad) antorcha que ardía (nos revela el proceso interno) y alumbraba (nos señala el efecto externo)». Estos que cuestionaban a Jesús eran inconstantes ante la Obra de Dios, tan solo se regocijaron por un tiempo, en la Biblia del Oso dice: por un poco, en la versión 1909 dice: por una hora.
- Aquella antorcha o lámpara que Dios había encendido no penetró en sus vidas de forma permanente, solo les hizo efecto por una hora, tuvo el alcance de un flash que ilumina a la misma velocidad que se apaga.
- Aquella luz, aunque los atrajo poderosamente, no logró hacerlos perseverar en aquella verdad por mucho tiempo.
Jesús se refiere a la antorcha usando una palabra que era muy conocida de los que le oían, se usaba el término de antorcha para destacar a los maestros que por su santidad y conocimiento de las verdades de Dios brillaban, iluminaban y avivaban al pueblo.
- Los distinguían como luces o lámparas, antorchas, luces ardientes o luces resplandecientes.
- En el libro del Zohar (comentario bíblico judío) el Rabino Simeón hijo de Jocai era llamado «la luz santa».
- Aseguraban que este hombre era una lámpara de luz que ardía hacia arriba y hacia abajo.
- Alumbraba abajo sobre todos los hijos del mundo; pero también alumbraba al mundo porque su luz de abajo ascendía hasta la luz de arriba.
Cuando Jesús destaca y define el ministerio de Juan, éste ya había sido decapitado por Herodes. Así se refiere a Juan en tiempo pasado, él era, es decir que su ciclo había terminado, su ministerio había concluido, pero lo selló con una nota de triunfo, con un compromiso sin fallas, ni fisuras.
- Lucas es el evangelista que dedica más versículos acerca de la vida de Juan, le consagra el capítulo primero de su evangelio.
- Pedro nos advierte: «Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo» (2 Pedro 1:21).
El Espíritu Santo no dedicaría un capítulo entero a algo irrelevante o que no merezca nuestra atención. Lucas en su capítulo primero describe con lujo de detalles a Juan, quiénes eran sus padres, el anuncio de su nacimiento por un ángel al lado del altar del incienso, la profecía que pronunció Zacarías, su padre, la visita de María, madre de Jesús, a su madre Elisabet, su llenura del Espíritu Santo desde el vientre de su madre, su circuncisión, su crianza y crecimiento.
- La vida y el ministerio de Juan nos mueven a considerar tres elementos claves o fundamentos invariables del Compromiso con Dios y su Obra.
- I. El primer fundamento del Compromiso es el de la Ubicación
- «Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel» (Lucas 1:80).
El desierto fue el lugar donde Juan se formó y se desarrolló, en esa ubicación o posición se mantuvo y perseveró durante su etapa de crecimiento, y más tarde de ministerio. Fue fiel al lugar en el cual Dios lo llamó, no se desubicó durante toda su existencia de aquel medio ambiente duro, inclemente y despiadado con la naturaleza humana.
- Vemos a Juan adaptarse perfectamente en aquella posición que Dios había escogido para él.
- En Lucas 3:2 leemos: «Y siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto», aquí aparece el cambio en el proceso de formación y crecimiento.
- En Lucas 1:80 lo vemos creciendo y fortaleciéndose en el desierto, luego en Lucas 3:2 la palabra de Dios vino a Juan en el mismo lugar o ubicación en el que se formó.
Durante su toda existencia, jamás perdió la dimensión del desierto, porque fue el lugar que Dios escogió para él. Cuando la palabra de Dios vino a él en el desierto no salió corriendo, se movió hacia el Jordán, pero manteniéndose en la parte del desierto.
«En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado» (Mateo 3:1-2). ¿Por qué se mantuvo en el desierto? En Lucas 3:4 tenemos el motivo: «Como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; Enderezad sus sendas».
Era el desierto que identificaba su ministerio desde la perspectiva profética, Isaías reveló que el precursor del Mesías sería la Voz que clama en el desierto. Juan no hubiera cumplido con la profecía que señalaba el desierto como la clave de su ministerio.
- Lo primero que aprendemos de esta antorcha era su ubicación voluntaria.
- Ocupó el lugar de su compromiso con Dios y en ningún momento se planteó salir del lugar divinamente escogido.
- Por mantenerse en el desierto, Dios le trajo toda Judea y Jerusalén al lugar de su compromiso.
- El segundo principio que Juan nos enseña es el saber vivir de lo que se tiene al alcance dentro del lugar del compromiso.
«Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre» (Mateo 3:4). No comía langostas (saltamontes) porque fuera un fanático del insecto, ni de comidas exóticas tan de moda en nuestros días, sino porque era lo que único que estaba a su alcance.
- En esta obra del Movimiento Misionero Mundial, el cuerpo ministerial, hemos aprendido a vivir donde Dios nos ha ubicado, no importando el sacrificio ni la escasez.
- Los lugares en donde el Señor nos ha enviado no nos han espantado, no le hemos huido al esfuerzo misionero, hemos sido adiestrados por el Espíritu Santo para el sacrificio por amor a la Obra de Dios y no hemos abandonado nuestra ubicación, aunque hemos tenido que aprender a aprovechar lo que teníamos a nuestro alcance.
Las nuevas generaciones de pastores que por la Gracia de Dios han sido añadidas dentro de esta Obra no deben olvidar este Fundamento del Compromiso. El impacto de Juan en su ubicación fue tan grande que no solo atrajo a los pecadores al Jordán, sino también el interés del liderazgo espiritual de la nación.
- «Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres?» (Juan 1:19).
- Si somos fieles a Dios siempre llega el día en que ministerialmente atraemos la mirada, un día en que las multitudes llegan, el reconocimiento aparece, ese es el momento en que muchos se desubican y piensan que hay que dejar el desierto del compromiso por la Jerusalén de las glorias humanas.
Las glorias humanas son el reflejo del egocentrismo, las antorchas de Dios brillan por medio del Compromiso. ¿Cuál era el centro de interés del Sumo Sacerdote? «Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres? Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo.
Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No. Le dijeron: ¿Pues quién eres? Para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?» (Juan 1:19-22). « ¿Tú, quién eres? ¿Eres tú Elías? ¿Eres tú el profeta? ¿Pues quién eres? Para que demos respuesta a los que nos enviaron.
¿Qué dices de ti mismo?» ¡Qué tremendo! Cuando llega la notoriedad llega el «¿Quién eres? ¿Qué dices de ti mismo?». ¡Cuántos sucumben ante la fama y el renombre! Si Juan hubiera buscado el reconocimiento humano, este era el momento ideal, pero su Compromiso con Dios era más importante por tanto su respuesta fue de lo más contundente: «Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo».
- En la Obra de Dios no sirve el renombre, sino la ubicación dentro del Compromiso con Dios. II.
- El Segundo Fundamento del Compromiso es lo que nos Motiva a Trabajar La delegación de los sacerdotes y levitas no era la única que se hacía preguntas con respecto a Juan.
- En Juan 1:24-27 leemos: «Y los que habían sido enviados eran de los fariseos.
Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta? Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado».
También había una delegación de fariseos que oyeron todas las preguntas de los sacerdotes, estos, ante el «no» rotundo de Juan a todas las preguntas, le propusieron otro tipo de pregunta: «¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?» Querían saber si no era el Mesías, ni Elías, ni el profeta, por qué estaba practicando el bautismo que la tradición atribuía exclusivamente al Mesías, el cual, purificaría al pueblo de Israel a través de un bautismo en agua.
Los fariseos formaban parte de los que creían que la nación entera necesitaba una purificación mesiánica por medio de las aguas. Antes de entrar al templo, los judíos piadosos practicaban un ritual de purificación que consistía en sumergirse vestidos con túnicas blancas en las aguas del estanque de Betesda que por encontrarse en los aledaños del Templo se le atribuía propiedades sagradas.
- A diferencia de las que hicieron los sacerdotes, esta pregunta fue contestada con lujo de detalles, el corazón y los ojos del Bautista se iluminaron, la temática era diferente.
- Los sacerdotes se centraron en ¿quién eres? Los fariseos le preguntaron ¿qué haces? Ésta temática le apasionó porque tocaron las motivaciones de su alma.
En la obra de Dios, el renombre, el quién dices o quieres que digan que eres no tiene importancia, lo que importa realmente es ¿Qué motivaciones reales nos mueven a trabajar, a pasar penalidades y a sufrir por la Obra de Dios? Sobre este punto Juan fue contundente y dio más detalles: «Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis.
- Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado».
- Empezó a describir a Aquel que le motivaba a servir, Aquel del cual no era digno de desatar la correa del calzado, el que era antes que él aunque nació tres meses después de él, el que es el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin.
Este es el Segundo Fundamento del Compromiso con Dios y su Obra, algo que tenemos que tener claro para poder servir a Dios, ¿por quién lo hacemos todo? ¿Para nuestro renombre o para el que tiene un nombre que es sobre todo nombre? Nadie dentro de esta Obra puede trabajar para su propia gloria, sino únicamente para la Gloria de Aquel que vino a salvarnos de nuestros pecados.
- III. El Tercer Fundamento del Compromiso es entender nuestro Tiempo en la Obra de Dios
- «Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz» (Juan 5:35).
- El Señor se refiere a Juan en tiempo pasado «Él era», esto significa que no importa cuán ungidos somos, cuánto logramos, cuántas multitudes atraemos, cuantos milagros realizamos, todos somos antorchas o lámparas temporales que un día se apagarán.
Esta Obra del Movimiento Misionero Mundial tiene solamente 48 años de existencia, es todavía una Obra joven, en el transcurso de los años tuvimos que incorporar en nuestra mente, corazón y horizonte cosas nuevas. Por ejemplo, todos pensábamos que el Rev.
- Luis M. Ortiz seguiría al frente de la misma hasta el arrebatamiento de la iglesia al Cielo, éramos y somos todavía una Obra joven.
- No nos planteábamos que un día aquella antorcha que ardía para Dios en nuestro medio iba a apagarse, pero tuvimos que asimilar la transición como parte del proceso de Dios y así poder continuar hacia adelante.
Las transiciones forman parte de la Obra de Dios, no debemos resistirlas ni oponernos a ellas. Toda antorcha arde porque tiene un combustible que la hace arder, pero el combustible tiene su tiempo, se agota y la lámpara se apaga. Cuando el hombre de Dios brilla es porque está ardiendo para Dios, se está quemando para Dios y todo lo que arde consume el combustible que lo mantiene ardiendo.
Nuestro Señor Jesucristo nos dice que Juan ardió por una hora, a pesar de las multitudes que se amontonaban para ser bautizadas en las aguas del Jordán, a pesar de ser el precursor del Mesías, a pesar de haber bautizado al Hijo de Dios, a pesar de haber preparado el camino a la Segunda Persona de la Trinidad, solo pudo dar su luz por una hora.
Su ministerio fue más corto que el de nuestro Señor Jesucristo. Solo somos lámparas temporales, Jesús es la Luz Eterna, las lámparas se apagan, la Luz no tiene final. Juan el bautista fue consciente de que tenía una función transitoria, por esta razón preparó la mente y el corazón de sus discípulos para que asumieran la transición necesaria de aquella antorcha temporal y los llamó a mirar la Luz eterna que era Jesús.
- Oigamos este sentir en labios de Juan: «Entonces hubo discusión entre los discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación.
- Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él.
- Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo.
Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él. El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido.
- Es necesario que Él crezca, pero que yo mengüe» (Juan 3:25-30).
- Sabía que como antorcha o lámpara solo sería temporal y preparó la transición.
- Unos veinte años después de su ministerio y muerte, Apolos, un discípulo de Juan, apareció en Éfeso: «Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras.
Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios» (Hechos 18:24-26).
- Priscila y Aquila, colaboradores de Pablo, le expusieron a Apolos lo que Juan enseñó acerca de Jesús, y éste sin ningún problema recibió aquella transición de la antorcha a la Luz.
- Si Juan no lo hubiera preparado para pasar de la antorcha a La Luz, éste se hubiera mantenido en aquel bautismo del Jordán, pero sabía que Juan había señalado con toda claridad a Jesús el Cristo, y esto le ayudó hacia una transición natural y no traumática.
Poco tiempo después, el Apóstol Pablo encontró a doce discípulos de Juan en Éfeso, vio la realidad de la piedad en ellos, pero observó que les faltaba algo. Les preguntó de qué bautismo habían sido bautizados: «Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Éfeso, y hallando a ciertos discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo.
Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. Eran por todos unos doce hombres» (Hechos 19:1-7). Vemos de nuevo una transición sin problemas de la antorcha hacia la Luz, Juan había hecho lo correcto con los que le seguían, no quiso dejarlos estancados en el Jordán que solo era un paso de fe para llegar al Salvador.
- Si somos conscientes de que somos lámparas temporales, ayudaremos grandemente los procesos de la Obra de Dios y no los estorbaremos.
- Hay un peligro de no entender este fundamento del Compromiso, en 2 Samuel 11:1 leemos: «Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén» (2 Samuel 11:1).
En esta ocasión David pensó que su tiempo como antorcha de su ejército había concluido. Pensó que ya no era necesario salir al campo de batalla, la Biblia nos dice que se quedó en el tiempo que salen los reyes a la guerra y envió a su ejército a pelear contra los amonitas.
- El resultado fue catastrófico, en la recta final de su vida, David cometió la falta más grave y horrenda de toda su carrera.
- Esta catástrofe lo alcanzó a él, a toda su familia y aun la nación entera.
- Perdió la perspectiva de su tiempo de Compromiso como antorcha de guerra y fracasó gravemente.
- Pero en 2 Samuel 21.16-17 aparece otro error con el factor tiempo: «E Isbi-benob, uno de los descendientes de los gigantes, cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y quien estaba ceñido con una espada nueva, trató de matar a David; mas Abisai hijo de Sarvia llegó en su ayuda, e hirió al filisteo y lo mató.
Entonces los hombres de David le juraron, diciendo: Nunca más de aquí en adelante saldrás con nosotros a la batalla, no sea que apagues la lámpara de Israel» (2 Samuel 21:16-17). Esta fue la última batalla de David, si Abisai, su sobrino, hijo de su hermana Sarvia no interviene aquel gigante le quita la vida.
Había llegado al final del combustible de su antorcha, ahora le tocaba preparar la transición. Puso en peligro que la lámpara de Israel se apagara y los enemigos aprovecharan esa oportunidad para destruir a la nación. Un día nuestra lámpara se apagará, pero la Luz (Cristo) que está brillando en esta Obra de Dios nunca se apagará porque es divina, inagotable y eterna.
Amado no se mueva de los Fundamentos del Compromiso con Dios, es lo único que tiene recompensa aquí y en la eternidad, solo manteniéndose dentro de la voluntad de Dios logrará alcanzar la meta de su vida y de su ministerio, estamos viviendo tiempos finales, recuerde lo que Jesús dijo: «El que persevere hasta el fin, éste será salvo» (Mateo 24:13).
¿Cuál es el verdadero compromiso?
El compromiso, la marca de un verdadero discípulo Marzo 6 /2012 Conferencista: Pastor. Cesar Palacios. Texto bíblico. Para considerar este tema comenzamos por entender que somos todos cristianos y lideres en su obra, y por tener a Cristo en el corazón, entonces nuestro mayor amor debe ser el Señor Jesucristo y que no hay nadie ni nada más, en el trono de nuestro corazón.
- Así que si le amamos así tan profundamente entonces estamos dispuestos para lo que sea con dios, porque el amor se debe manifestar con mis hechos con el que amamos.
- Cuando hablamos de compromiso debemos entender qué significa la palabra compromiso, y según el diccionario dice que Compromiso es: Una obligación mantenida de manera voluntaria, en la cual debemos tener todas nuestras capacidades comprometidas para sacar adelante todas las cosas cabalmente; ejemplos tenemos muchos, por ejemplo el matrimonio.
Cuando aceptamos un compromiso es porque estamos dispuestos a dar el todo por el todo, con el propósito por el cual nos hemos comprometido. Así que si debemos ser efectivos en cualquier cosa que nos comprometamos, llámese hogar, negocio, empresa, la propia vida, ministerio etc.
- Cuando decimos que nos comprometemos en algo, es porque estamos decididos a hacer las cosas bien, porque lo estamos haciendo como para el Señor, así que hoy debemos aprender: LA IMPORTANCIA DEL COMPROMISO.
- Es trascendental aprender a ser gente comprometida porque cuando estamos comprometidos con algo, esto atrae a las personas a nuestro alrededor, al desarrollar un ministerio queremos servirle a Dios, y todo se construye con base a las personas, que están alrededor de nuestra vida, y una persona se va a querer acercar a ti, cuando vea que realmente eres una persona que hace frente a sus compromisos.
Infortunadamente cuando se hacen convocatorias, a muchos líderes les cuesta comprometerse, pero a cambio, sí quieren ser bien atendidos; y resulta que un discípulo de Cristo debe andar como Jesús anduvo. Si algo hizo Jesús fue comprometerse con su Iglesia, sin ningún reparo, ni limitación.
Esa ausencia de compromiso de parte nuestra, se ha ido impartiendo alrededor de la familia, y de allí se ha ido transmitiendo a toda la sociedad; es la razón por la cual, la gente no desarrolla un sentido de pertenencia hacia su propia vida; lo vemos en personas que dejan sus empleos por otro en el cual aunque le ofrecen un poco más, no obstante no le importa dejar su trabajo y todo lo que allí ha realizado, por ir en busca de otras cosas; y así sucede incluso en la relación de parejas, que se constituyen ya con hijos y todo, sin querer adquirir un compromiso matrimonial; pero resulta que si realmente queremos proyectarnos como Dios lo quiere, necesitamos aprender a ser gente de compromiso.
Las personas que pretendan acercarse a nuestra organización, sin lugar a dudas –y aunque nada digan-, van a estar observando si realmente somos personas de compromiso; igual como cuando llegábamos nosotros a conocer de Dios, mirábamos qué tanto compromiso tenía nuestro líder con la causa de la iglesia, en todas las estrategias de crecimiento espiritual (encuentros, discipulados, escuelas etc.); y esto se evidenciaba y entonces, nosotros poníamos buen cuidado en cómo servían a los demás y mirábamos si realmente estaría comprometido con todo aquello que nos estaba enseñando; y esa es la semilla que iba quedando plantada en cada nuevo corazón.
Dios nos confirma esto, en aquel pasaje cuando Dios le dice a Moisés que aliste líderes de su pueblo, gente escogida para que le ayudaran en el oficio de juzgar al pueblo, porque iba a colocar -Dios-, del espíritu del mismo Moisés, en ellos, no dice que Dios iba a colocar de Su Espíritu, sino del espíritu de Moisés en aquellos hombres, y si algo tenía Moisés, es que era un hombre comprometido, con la causa del Señor, la cual era sacar al pueblo de Dios hacia la libertad.
Hay quienes consideran que por el hecho de ser mentores, ya no necesitan esforzarse tanto, pero resulta que nuestros discípulos siempre están mirando qué tanto adoramos a Dios, cómo es nuestro servicio y compromiso con la iglesia, si realmente nos gozamos alabando al Señor, de lo contrario, lo único que ha de querer es que le cambien de líder, porque desea tener al frente alguien que sea un desafío para él (ella) mismo(a); que sea un mentor o mentora que lo quiera llevar muy adelante en su compromiso con Dios; debemos tener cuidado, porque la Escritura dice que hay de aquel que sea un estorbo para que alguno no alcance el propósito divino.
Igual de importante es el compromiso familiar, porque quien no se compromete con su familia, no se compromete con nada, por eso se ve a gente tan inconstante, porque son personas que no son capaces de comprometerse en sacar su familia adelante de acuerdo a los principios de Dios, por tanto, Dios no le tiene en cuenta para cosas trascendentales e importantes, sino para cosas muy pequeñas.
Estás obligado a progresar. Dios no lo demanda, porque no lo dejó dicho (), tenemos la responsabilidad de progresar, porque cuando no hacemos así, hay gente alrededor de uno que se empieza a cansar; hay mujeres que se cansan del estancamiento de su esposo, y es la consecución de nuestros sueños lo que nos va a llevar a progresar.
Un compromiso es importante porque cuando uno asume el compromiso, se quebranta toda duda, o temor; por tanto ha de guardar su palabra, primeramente con Dios, pero también con la persona con la cual se ha comprometido; es la razón por la cual dice: ‘Hazlo todo como para el Señor’, porque en realidad hay cosas que en ocasiones no provoca hacerlas, y si uno sabe que todo lo hace como para Dios, entonces sale el amor para perseverar y Dios confía en que todo lo haremos bien hecho.
¿Cómo se logra el compromiso? 1. Cuando alimentamos nuestra fe (). Un error muy común es comprometerse bien sea con algo que no conoce o con alguien a quien no conoce; a Dios hay que conocerlo, porque en la medida que escudriñamos la Palabra, obtenemos una mayor confianza, con aquel que nos está pidiendo que nos comprometamos con él. 2. Evaluando permanentemente nuestras decisiones y lo que estamos alcanzando hasta el momento. Es necesario estar revaluando nuestra decisión cada día, para saber qué ha pasado con nuestro compromiso. En ocasiones evaluamos sobre los resultados, cuando ya no hay nada qué hacer.
Una meta en la cual como iglesia nos hemos comprometido es llevar este año a quince mil personas para Encuentro; pero si nosotros nos quedamos hasta fin de año para ver cuántas vamos a llevar, estaremos echándole la culpa al diablo o a las personas, porque no logramos la meta propuesta; al tener claro nuestro compromiso, estaremos evaluándonos constantemente y revisando permanentemente las metas y orando y con nuestros discípulos revisándonos cómo vamos respecto de ello.
Igual sucede con el llamado de atención que nos tengan que hacer nuestros líderes, o nuestro apóstol, porque es la única manera de mantener vigente el compromiso, porque estamos evaluando constantemente. En ocasiones queremos, evaluar al final cuando ya no hay nada qué hacer. 3. Quebrantando el emocionalismo. El compromiso es una herramienta fundamental para quebrantar el emocionalismo, porque esto es lo que más detiene el fluir de una persona, hay gente que va muy bien, pero se dejan llevar de repente por sus emociones y éstas le llevan a tomar decisiones equivocadas, porque se vuelve tremendamente quisquilloso, ejemplos: ya no quiere perdonar, o no quiere ir a determinado lugar porque el líder le llamó la atención, empieza a desarrollar una sensiblería que no le deja avanzar. 4. Resultados del compromiso (); es decir que el Señor no te va a dejar sin recompensa, porque cuando creemos que Dios no nos va a dar recompensa, entonces nos desesperamos y nos vamos, no seguimos asumiendo el compromiso porque creemos que como Dios ya no hizo nada, entonces ya no va a hacer nada y resulta que justo en el momento en que todo lo dejamos tirado, en ese preciso momento Dios ya venía con su recompensa.
Por eso, es necesario ser paciente, perseverante, constante y perseverante, porque tenemos promesas de Dios, por ejemplo aquella que dice que Él va a sanar tu pan y tus aguas y que va a quitar de tu tienda la aflicción; si Él lo dice, no debemos nunca ponerlo en duda; porque Dios nos da privilegios a todos aquellos que adquirimos responsabilidades.
Hay gente que quiere privilegios sin responsabilidad; pero cuando se es una persona de compromiso, se aprende a disfrutar absolutamente todo lo que Dios pone a su alcance, de tal modo que aunque sea muy duro tú lo disfrutas. Si Dios nos da el privilegio de ir a ministrar a las naciones, entonces procuremos disfrutar el privilegio de hacerlo. 5. El compromiso te genera sentido de pertenencia. Cuando no hay sentido de pertenencia, la gente asiste a la iglesia y no se identifica con ella, ni siente que esté en su casa o que el hecho de que tenemos un lote para construir, no lo sentimos como nuestro para participar, por eso, es necesario desarrollar compromiso, para poder desarrollar sentido de pertenencia; de igual forma hay personas que no tienen sentido de pertenencia con su familia.
- Quien no tenga sentido de pertenencia con la casa de Dios, debe pedirle al Señor que le quebrante, para que pueda aprender a comprometerse con el Señor en primera instancia; porque una persona que no desarrolle este sentido, tiene serias dificultades y nada le va a parecer o gustar.
- Cuando hay sentido de pertenencia con la iglesia, uno no llega a criticar, sino a ayudar y aprendemos a amar la familia de fe tal y como son; solamente cuando esto hacemos, entonces le tomamos afecto a todo lo que sucede en nuestra familia y queremos asistir a los congresos y a cuanta reunión seamos convocados; aprendemos a estar pendientes de nuestros hermanos, al igual que lo hacemos con nuestra familia biológica; por eso es necesario que nos sintamos parte de esta casa y sentir que somos todos Misión Paz a las Naciones.
Hay personas que no se les da nada cambiar de iglesia, y resulta que ese es un reflejo de lo que pasa con su familia, porque le da lo mismo estar en casa, que no estar. Cuando es importante saber que podemos contar con nuestros hermanos y que ellos, pueden contar con nosotros también y que todos necesitamos de todos.
¿Qué compromiso debe tener el ser humano para reconciliarse con Dios?
Desde esta mirada, reconciliar requiere un compromiso de ver el rostro de Dios en el otro, sentir el mundo desde su perspectiva y ubicarnos, no en control, sino junto a su experiencia y su realidad, sus problemas y sus dolores.
¿Qué significa la palabra de Dios y el compromiso moral?
Respuesta: La palabra de dios: La Biblia como libro es ‘Palabra de Dios’, porque antes la vida ha sido ‘Palabra de Dios’. Nosotros los cristianos creemos con Jesús y sus apóstoles, con la Iglesia, que la Biblia entera es ‘Palabra de Dios’. Algo así como la fe que tenemos en Jesús, que es verdadero Dios y verdadero hombre.