¿Qué es la predestinación? | Preguntas bíblicas La doctrina bíblica de la predestinación enseña que Dios eligió personas para salvación desde antes de la fundación del mundo. Él es su autor porque eligió y predestinó a los creyentes. El apóstol Pablo escribió sobre esta doctrina: «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
- Porque Dios nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él.
- En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme a la buena intención de Su voluntad, para alabanza de la gloria de Su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado.
En Él tenemos redención mediante Su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de Su gracia» (Efesios 1:3-7, cursiva añadida). Dios escogió en amor a Israel de entre todas las naciones (Dt 7:6–8; 10:14–15). También eligió al Mesías (Lc 9:35; 1 P 1:20).
- Jesús, el Elegido, escogió a sus discípulos para que le pertenecieran a Él en lugar de al mundo (Jn 15:16, 19).
- Si recibiéramos lo que merecen nuestros pecados, seríamos condenados.
- Pero Dios, en su gracia, nos eligió a nosotros, quienes no lo buscábamos, y nos dio lo que no merecíamos: la vida eterna (Hch 13:48; Ro 3:9-20).
Nuestra salvación se basa en la misericordia y la iniciativa de Dios (Ro 9:15-16). La elección se basa en la presciencia de Dios (Ro 8:29; 1 P 1:1-2). El lenguaje del Nuevo Testamento con respecto a los elegidos es mayormente plural. También enseña la elección individual (Hch 13:48; Ro 9:15), por lo que la elección es tanto colectiva como personal.
- Pablo combina la elección y la unión con Cristo (Ef 1:4; 2 Ti 1:9).
- Dios nos eligió para salvación antes de la creación y también planeó los medios para salvarnos: enviar a su Hijo a morir, resucitar y enviar el Espíritu para unir a los creyentes con Cristo en la salvación.
- El fin último de la elección o predestinación no es nuestra salvación, sino la gloria de Dios Dios nos eligió para la salvación antes de la creación, ubicando la elección en Dios, no en nosotros (Ef 1:4; 2 Ti 1:9).
Pablo remonta nuestra elección al amor, la gracia y la misericordia de Dios, y también a su propósito o voluntad (Ro 9:15-16; Ef 1:4-6, 11). Pablo da las razones negativas y positivas para la elección: no se basa en el deseo o esfuerzo humano, sino en un Dios misericordioso (Ro 9:16).
- En resumen, la elección tiene su base en el «propósito suyo y la gracia » (2 Ti 1:9).
- La elección tiene propósitos: hacernos santos (Ef 1:4), estimular la seguridad (Jn 10: 27-29), conformarnos a la imagen de Cristo (Ro 8:29-30), fomentar las misiones (Lc 9:1– 5; 10:13-17), y producir alabanza (Ef 1:3, 6, 12, 14), humildad (Ro 9:15-16), servicio renovado (Hch 18:9-10) y evangelismo apasionado (Ro 9:1-3; 10:1-17).
El fin último de la elección o predestinación no es nuestra salvación, sino la gloria de Dios (Ef 1:6, 12, 14). La elección mantiene la responsabilidad humana por la fe y la necesidad del evangelismo y las misiones. Christopher Morgan (PhD Mid-America Baptist Theological Seminary ) sirve como profesor de teología y decano de la Escuela de Ministerios Cristianos en la Universidad Bautista de California en Riverside.
¿Qué significa la palabra predestinación según la Biblia?
Predestinación y omnisciencia – La discusión de la predestinación implica generalmente la consideración de si Dios es omnisciente, o eterno o atemporal (fuera del flujo del tiempo en nuestro universo). En términos de estas ideas, Dios puede ver el pasado, el presente y el futuro, para que Dios sepa efectivamente el futuro.
Si Dios en algún sentido sabe tempranamente lo que sucederá, entonces los acontecimientos en el universo se predeterminan efectivamente del punto de vista de Dios. Esto en sí mismo no es predestinación (aunque implique el determinismo). La predestinación implica que Dios ha determinado el avance de lo que será el destino de las criaturas, no que esté simplemente enterado.
El Judaísmo puede aceptar la posibilidad de que Dios es atemporal; algunas formas de la teología judía enseñan esta virtud como un principio de la fe, mientras que otras formas del judaísmo no. Los judíos pueden utilizar la omnisciencia del término, o la preordenación como un corolario de omnisciencia, pero rechazan normalmente la idea de la predestinación como una idea completamente extraña que no tiene lugar en su religión.
¿Qué quiere decir la palabra predestinó?
Tr. Destinar anticipadamente una cosa para un fin: predestinó a uno de sus hijos para ser abogado. Elegir Dios desde la eternidad a los que han de salvarse por su gracia.
¿Qué dice Martín Lutero sobre la predestinación?
La predestinación y el libre albedrío – Muchos cristianos evangélicos creen que la Reforma de Lutero volvió la iglesia a las normas de los creyentes primitivos. Muchos también creen que los cristianos evangélicos de hoy enseñan lo mismo que enseñaba Lutero.
Sin embargo, ninguna de estas suposiciones está en lo correcto. Probablemente a usted le extrañará aprender que nuestra doctrina actual sobre la salvación por la fe es muy diferente de la doctrina de los cristianos primitivos. Tal vez le extrañará aun más aprender que nuestra doctrina sobre la salvación también es muy diferente de la de Martín Lutero y los otros reformadores.
En verdad, enseñamos sólo la mitad de la doctrina de la Reforma sobre la salvación. Es cierto que Lutero a veces dijo que el hombre se salva ‘sólo por la fe’. Pero también es cierto que enseñó que el hombre está tan totalmente depravado que él ni siquiera puede ejercer fe en Dios o aceptar el don de la salvación.
Por eso, según Lutero, las únicas personas que tienen la fe salvadora son aquellas a quienes Dios se la ha dado. Y Dios da esa fe solamente a aquellos que él predestina arbitrariamente para ello desde antes de la creación. Al decir ‘arbitrariamente’, quiero decir que Lutero enseñaba que Dios da esa fe a algunas personas, y no a otras, sin tomar en cuenta el deseo, la fe, la justicia, las acciones o las oraciones de estas personas.
Al final, Lutero no pudo sino lamentar: ‘Esa fe es la del grado más alto—creer que él es misericordioso, el mismo que salva a tan pocos y condena a tantos. Creer que él es justo, el que según su propia voluntad nos dispone sin remedio a la condenación.’ 1 De esta manera los reformadores no enseñaron que el hombre se salva sólo por la fe, o que se salva por recibir a Cristo.
- Enseñaron que los predestinados a la salvación se salvan de pura gracia y los demás se condenan eternamente.
- Es una creencia popular, pero sin base, que Juan Calvino inició la doctrina de la predestinación.
- Calvino sencillamente repetía la teología establecida por todos los reformadores.
- Así que, los que hoy en día dicen que la oferta de la salvación se ofrece libremente a todo el mundo contradicen una doctrina fundamental de la Reforma.
Después de la Reforma, por varios siglos los cristianos evangélicos trataron de convencer a un mundo dudoso que nuestras vidas y nuestros destinos eternos son predestinados arbitrariamente por Dios. Decían que el Dios que los predestina de esta forma es un Dios de amor.
¿Cuál es el sinonimo de predestinado?
5 sinónimos de predestinado en 2 sentidos de la palabra predestinado : Elegido por Dios para la gloria: 1 elegido, escogido, señalado, Ejemplo: Los santos son predestinados. Escrito: 2 escrito, tallado, Ejemplo: Estaba predestinado que se encontrarían. Contenido revisado en mayo de 2017. Lingüista responsable: Fabián Coelho
« predecir « predestinación
« predestinado »
predestinar » predeterminado »
¿Qué es el amor predestinado?
La romántica leyenda japonesa que apuesta por el amor predestinado Seguro que más de una vez has pensado que estabas ‘destinado’ a conocer a tu pareja, Es un comentario bastante común para aquellos quienes consideran su relación perfecta. Es más, llegan al punto de negar que exista una ‘casualidad’ a su encuentro y se empeñan en contar a quien les quiera escuchar que existe detrás todo un designio del destino,Pero, ¿existe el destino en el amor? La verdad es que si queremos ‘justificar’ nuestra respuesta, podemos hacerlo de cierta manera, porque existen un montón de creencias, mitos y leyendas al respecto; a cada cual más elaborado.
- Pero si hay un lugar donde las leyendas y los mitos tradicionales se mezclan armoniosamente con la realidad, ese lugar es Japón, y no iban a ser menos con esto del amor.
- La mitología japonesa es un sistema extremadamente complejo de creencias, y tienen leyendas, mitos e historias para todos los gustos.
Leyendas famosas como las de la Princesa Kaguya o Tanabata son solo algunos ejemplos de las creencias que tienen en el país nipón acerca de los sentimientos más profundos, Pero si hay una leyenda que prevalece (también el mitologÍa china), es la de l hilo rojo, La leyenda del hilo rojo vendría a demostrar que el amor sí está predestinado. Twitter/VRVR_VERIVERY Según el mito, las relaciones humanas estarían predestinadas por un hilo rojo que los dioses atan al dedo meñique de aquellos que tienen como objeto encontrarse en la vida.
La leyenda es firme: si el destino tiene preparado que te encuentres con una persona en concreto, así será, Es más, afirma que aquellos que estén unidos por el hilo rojo están destinados a convertirse en almas gemelas, y vivirán una historia importante, sin importar cuánto tiempo pase o las circunstancias que se encuentren en la vida.
El hilo rojo puede enredarse, estirarse, tensarse o desgastarse pero nunca romperse, No importa cuánto tiempo discurre hasta que esas dos personas se encuentran, pero dicho instante se dará en algún momento de nuestra vida más pronto o más tarde. Cuando dicho encuentro se haya dado, ya nunca podremos separarnos. Cuando te encuentres con esa persona, jamás podrás separarte de ella. Pikrepo Una de las leyendas más famosas sobre el hilo rojo cuenta la historia de cómo un emperador conoció a la que sería su esposa, gracias a la intervención de una poderosa hechicera capaz de ver el hilo rojo.
- El emperador le pidió a la hechicera que siguiese su hilo rojo para conocer a la mujer de su destino, y así lo hicieron.
- La búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con un bebé en los brazos, ofrecía sus productos.
- Al llegar allí, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie.
Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: ‘Aquí termina tu hilo’. Sin embargo, al emperador no le hizo demasiada gracia que su destino se entrelazara con esa mujer tan pobre, por lo que enfureció, creyendo que era una burla de la hechicera. Así, empujó a la campesina que aún llevaba a su bebé en brazos, haciéndole caer. El hilo se puede enredar, tensar. Pero nunca romperse. Pikrepo Pero, ¿por qué en el dedo meñique? Todo tiene que ver con la sangre: la arteria cubital (o ulnar) conecta nuestro corazón con el dedo meñique y, según la leyenda, esa vena (hilo rojo) se extendería por el mundo hasta unirse a la arteria y llegar al corazón de otra persona.
- Ahora bien, los japoneses no limitan estas conexiones al amor de pareja como tal, sino que determina todas las relaciones con significado que podríamos tener en nuestras vidas: mejores amigos, alguien en el que causaremos (o nos causará) un impacto.
- La leyenda tiene su encanto, y eso de que tarde o temprano nos encontremos con ese alguien determinado por nuestro destino lo hace aún más mágico.
Sin embargo, creer en el destino puede hacer que perdamos el control sobre nuestra vida, y eso no es beneficioso. Hemos de ser conscientes de que somos dueños de nuestras propias acciones, y solo decidiendo de una forma consciente seremos felices de verdad.
¿Qué es la predestinación según Calviño?
Jean Calvino y la predestinación del capitalismo (2). Reforma y crematística Calvino no toleraba oposición porque no admitía la libertad de pecar. Sus instrumentos fueron las ‘Ordonnances ecclésiastiques’ (Ordenanzas eclesiásticas) de 1541 y el ‘Catéchisme’ (Catecismo) del año siguiente, mediante los que toda la vida de la ciudad se organizó como una Iglesia visible entregada al ascetismo y a la ‘glorificación de Dios’, y dentro del más escrupuloso respeto al principio de la justificación por la fe.
- El sistema de protestantismo fundado por Calvino -que logró subordinar el poder civil a la Iglesia- fue la expresión de las reivindicaciones de la parte más audaz de la burguesía de entonces.
- Calvino reconoció la dignidad del trabajo, lo cual favoreció el desarrollo de la ciudad, a lo que se unió la entrada de muchos cualificados artesanos franceses exiliados.
Admitió la licitud del préstamo a bajo interés (5 a 6%), con la condición de no hacérselo a los pobres para quienes debía ser gratuito. La desocupación se consideró como una lacra; el ocio y la mendicidad no eran tolerados. Para el crecimiento cultural de la ciudad procuró la fundación de una Academia donde se estudiase filosofía y teología, algo que lograría en 1559.
Poco después se produjo un enfrentamiento con el médico español Miguel Servet (1511-1553), quien había publicado en 1531 ‘De Trinitatis erroribus’ (De los errores de la Trinidad), obra en la que afirmaba la bondad natural y el carácter divino del hombre, negando el dogma básico del cristianismo católico y reformado: la Trinidad.
En 1553, Servet reafirmó y amplió su reforma en la ‘Christianismi restitutio’ (Restitución del cristianismo), y cometió la imprudencia de pasar por Ginebra camino de Nápoles. Reconocido y encarcelado, fue sometido a juicio y condenado a morir en la hoguera con el consentimiento de Calvino.
Además de sus convicciones religiosas, el factor determinante en la ejecución de Servet fueron sus estudios sobre la circulación de la sangre en los hombres, teorías que Calvino reprobaba. El ‘hereje’ fue quemado vivo junto a sus libros el 27 de octubre de 1553. Este episodio mostró claramente a los reformados humanistas (de orientación racionalista y tolerante) los límites estrechos de las grandes confesiones reformadas.
También polemizó con los seguidores del líder reformista suizo Ulrich Zwingli (1484-1531), quien en 1525 había publicado ‘Commentarius de vera et falsa religione’ (Comentario sobre la verdadera y la falsa religión), obra en la que condenaba el culto a las imágenes y las reliquias, y eliminaba los sacramentos de la eucaristía, la confirmación y la extremaunción.
Ya en 1552, escribió un tratado sobre la predestinación eterna de Dios, en el que reafirmaba de manera tajante los rasgos distintivos de la teología calvinista. Esa predestinación no excluía la vida activa, dado que el creyente, si bien desconoce cuál es su destino, podía demostrar que era un ‘elegido de Dios’ con los éxitos que alcanzase en su vida privada.
Desde 1554, la posición de Calvino se consolidó definitivamente en Ginebra. A su muerte, el 27 de mayo de 1564, la ciudad tenía la fisonomía que él le había dado y que conservaría durante siglos. Entre los fundamentos de la doctrina calvinista que partió del luteranismo se destaca el de la predestinación, es decir, todos los hombres tienen ya determinado su destino tras la muerte desde su nacimiento, pero para estar entre los elegidos era necesaria una observancia estricta de los principios cristianos reflejados en las escrituras, llevar una vida austera y humilde, y gozar de la gracia divina.
- Calvino partió de la misma antropología pesimista que Lutero: todo resplandece en el hombre antes de la caída, pero, como consecuencia de ella, la naturaleza humana está irresistiblemente inclinada al mal y al pecado.
- Incluso la misma semilla del conocimiento de Dios instalada naturalmente en el hombre degenera, como consecuencia del pecado, en superstición e idolatría.
La distancia absoluta que separa al hombre de Dios no puede ser franqueada por el hombre, ni en el plano del conocimiento ni en el de la justificación. Así pues, por si mismos, todos los hombres merecen la condenación. Por lo tanto, el retorno del hombre a Dios sólo puede ser fruto de la acción misma de Dios; únicamente es posible conocer a Dios si él mismo se revela al hombre.
En lo que se refiere a la salvación, el biógrafo Stefan Zweig (1881-1942) dice en ‘The right to heresy'(El derecho a la herejía, 1936): ‘ésta no puede ser también sino acción de Dios, manifiesta en la libre concesión divina de la gracia irresistible: mediante la gracia, nuestra voluntad es convertida de mala en buena por la acción de Dios en nosotros.
Pero es evidente que la gracia divina no es concedida a todos los hombres: muchos están desprovistos de ella. Si la salvación es totalmente fruto de la gracia y se expresa en la fe, no queda sino concluir que Dios ha establecido (en su libertad absoluta) el ‘decreto’ de salvar a unos y condenar a otros.
Es el principio de la predestinación eterna’. Para Calvino, este ‘decreto’ no generaba angustia, pues se sentía en posesión de la gracia y su confianza en Cristo era plena. No ocurrió lo mismo con el hombre común de la calle, para quien la cuestión de la certidumbre alcanzó una importancia primordial.
De ahí la posterior elaboración de la doctrina que prescribía el rechazo de toda duda -porque indicaba una acción insuficiente de la gracia- y fomentaba la acción en el mundo -el trabajo y la creación de riqueza-, no como adquisición de méritos ante Dios, sino como realización de la vida humana en cuanto ‘glorificación del Creador’ y en cuanto confirmación del estado de gracia y la presencia de Dios en los hombres.
Ésta es la base de la moral puritana y de su compulsión al trabajo permanente como forma de existencia humana en el mundo, que procuró al capitalismo los principios éticos que impulsaron su desarrollo. En su citada obra ‘Institución de la religión cristiana’, Calvino decía que los hombres no pueden hacer nada para cambiar la elección de Dios que salva a algunos o condena a otros, pero ante la incertidumbre acerca de si alguien es elegido o condenado anticipadamente por Dios, quedaba un signo de la elección previa: la profesión de fe y la capacidad de tener una vida moral virtuosa.
Tal esfuerzo era un signo de la pertenencia al grupo de los elegidos. El éxito en la vida terrenal era visto como un signo de la salvación obrada y elegida por Dios. ‘Lo que cada uno posee no lo ha conseguido a la ventura o por casualidad, sino por la distribución del que es supremo Señor de todas las cosas’.
- Estas nuevas ideas religiosas fueron ventajosas a largo plazo, tanto desde el punto de vista psicológico como del económico, para la clase media, industrial y comercial, habitantes, por lo general, de las pequeñas ciudades.
- A partir de ellas, el éxito en el trabajo tomó un impulso interno y se convirtió en un signo de la presencia de Dios que lo otorgaba y con él la riqueza.
Sin esta tendencia impulsiva al trabajo exitoso no se habría desarrollado luego el capitalismo. El dinero fue validado, aunque debía ser pensado y administrado dentro de una vida ascética. ‘El dinero es una señal del reino de Dios, de la abundancia del mundo venidero así como las riquezas de la tierra prometida fueron para Israel una prefiguración de la opulencia de la vida futura.
- En sí, el dinero es una señal con un doble sentido: señal de la gracia para aquél que sabe discernir por la fe que todo cuanto posee viene de Dios; señal de condenación para quien recibe los bienes para su vida sin discernir que son un don de Dios’.
- André Biéler (1914-2006), profesor de Teología en las universidades de Lausana y Ginebra, decía en su ensayo ‘L’humanisme social de Calvin’ (El humanismo social de Calvino), que esa doctrina supo satisfacer las humanas necesidades de los individuos atemorizados, desarraigados y aislados, que se veían obligados a orientarse y relacionarse con un nuevo mundo.
La tendencia al trabajo, la pasión por el ahorro, la orientación a hacer de la propia vida un instrumento que expresara la trascendencia del hombre elegido por Dios, el ascetismo, el sentido del deber, fueron las fuerzas eficientes que hicieron posible la acumulación del capital y su dinamismo, sin las cuales sería inconcebible el desarrollo social y el surgimiento de lo que luego se llamó la burguesía.
- Calvino estimaba que ‘para permanecer en su humanidad, el hombre debe imponerse una disciplina rigurosa’.
- Por el comportamiento de su acción y por el control de sus comportamientos individuales y sociales, el creyente ‘da testimonio al exterior de su sujeción al amor activo de Dios’.
- Se trataba, pues, de instalar una disciplina que era un ascetismo en la libertad, ‘un freno que el hombre se imponía libremente, para dominarse, habiendo sido devuelto a sí mismo por Cristo, después de haber renunciado a sí’.
El historiador francés Jean Delumeau (1923-2020), por su parte, opinaba en ‘Des religions et des hommes’ (De las religiones y los hombres) que ‘al negar el valor de la vida religiosa apartada del mundo, Calvino subrayó la obligación del trabajo cotidiano y la vocación profesional.
La teología franciscana consideraba al mendigo como otro Cristo. Calvino lanzó anatemas contra los que se negaban a trabajar y calificó muy duramente cualquier forma de ociosidad. Probablemente la mentalidad moderna, caracterizada por la búsqueda de la ganancia y por el individualismo, estaba a punto de desarrollarse en todo el Occidente sin tener en cuenta las barreras confesionales.
Hubiera acabado por imponerse sin Calvino. Pero si se consideran las cosas con una perspectiva más amplia, es obligado concluir que el protestantismo, por sus posteriores ramificaciones -por ejemplo, el puritanismo-, ha ayudado al hombre moderno a salir de la Edad Media y de la mentalidad precapitalista.
- Ha sido un fermento que ha acelerado la floración de un mundo radicalmente distinto’.
- A la muerte de Calvino, la corriente había trascendido ampliamente los límites del feudo ginebrino.
- Esta reforma del dogma, de la liturgia y sobre todo de las costumbres entre los calvinistas del siglo XVI dio lugar fuera de la ciudad de Ginebra a unas consecuencias de amplio alcance.
La estela calvinista se extendió por casi toda la geografía mundial, afectando a muy diversas clases sociales y a muy distintas actividades, incluso a las de orden socioeconómico. De hecho, algunas formas del capitalismo moderno se han vinculado habitualmente a aquella manera de entender la vida, la moral y el trabajo.
Una ética protestante, que se movía a favor de las monarquías absolutas y en contra de poderes feudales que obstruían el comercio, pudo transformarse tanto en una individual búsqueda afanosa de ganancias como en la promoción sectorial de una racional planificación económica. Esto es, derivó en una ética capitalista.
El Estado nacional que promoviera y protegiera la propiedad y sus beneficios resultaba así factor indirecto de salvación. La salvación ya no se derivaba exclusivamente del poder sacerdotal (catolicismo), sino también de la sociedad civil (en cuanto supone el Estado).
Para este imaginario la propiedad capitalista y sus instituciones devinieron en ‘sagradas’. El historiador inglés Richard H. Tawney (1880-1962) sostenía en su ensayo de 1926 ‘Religion and the rise of capitalism’ (La religión en el origen del capitalismo) que la vida material en su conjunto viene de Dios y por lo tanto los bienes, e incluso el dinero, son signo de su bondad y en cierto sentido de su predilección.
Al igual que Calvino en su tiempo, valorizó el préstamo comercial o industrial, un sistema que hizo posible el mundo de la banca y de las finanzas. El calvinismo, según algunos sociólogos como Max Weber (1864-1920), habría dado el primer impulso económico a esta nueva burguesía formada a partir del siglo XVII: una sociedad homogénea, honesta y eficiente, lectora de la Biblia, convencida de una estricta división del mundo entre buenos y malos, con una confianza absoluta en sus razones morales y convencida de la licitud y necesidad de un trabajo destinado a mejorar su particular situación económica.
Trabajo que, en cualquier caso, debía revelar la predilección divina si iba acompañado por el éxito material, el dinero abundante y el ascenso social correspondiente. De esta manera, el enriquecimiento era visto como una señal de predestinación a la salvación eterna, por lo que el capitalismo, según Weber, actuaba como un orden extraordinario en el que el individuo queda atrapado inexorablemente.
En su ‘Die protestantische ethik und der geist des kapitalismus’ (La ética protestante y el espíritu del capitalismo) escribió: ‘El bien supremo de esta ética estriba en la persecución continua de más y más dinero, procurando evitar cualquier goce inmoderado, carece de toda mira utilitaria, tan puramente ideado como fin en sí, que se manifiesta siempre como algo de absoluta trascendencia e inclusive irracional ante la dicha o el rendimiento del hombre en particular.
- El beneficio no es un medio del cual deba valerse el hombre para satisfacer materialmente aquello que le es de suma necesidad, sino aquello que él debe conseguir, pues esta es la meta de su vida’.
- Finalmente, como era de esperar, las riquezas acumuladas pervirtieron el espíritu puritano y lo fueron debilitando hasta incluso el secularismo laico.
No obstante, como decía Weber ‘el capitalismo victorioso no necesita ya de este apoyo religioso, puesto que descansa en fundamentos mecánicos’. En otras palabras, una vez que se asentó el capitalismo tomó vida propia creando necesidades y construyendo los medios para su perpetuación sin necesidad de que la ideología puritana lo siguiese sustentando.
Allá por 1921 el filósofo alemán Walter Benjamin (1892-1940) percibía en su ‘Kapitalismus als religión’ (Capitalismo como religión) que el mismo capitalismo es una religión: ‘El capitalismo se ha desarrollado en Occidente -como se puede demostrar no sólo en el calvinismo, sino también en el resto de orientaciones cristianas ortodoxas- parasitariamente respecto del cristianismo, de tal forma que, al final, su historia es en lo esencial la de su parásito, el capitalismo.
El cristianismo no favoreció en tiempo de la Reforma el surgimiento del capitalismo, sino que se transformó en el capitalismo’. Hoy, sea cual sea la religión que lo sustente, la creación de riqueza parece ser que ya no depende de la ‘adquisición de méritos ante Dios’ ni de la ‘glorificación del Creador’; ahora se habla de ‘laissez faire, laissez passer’ (dejar hacer, dejar pasar), una expresión doctrinaria creada por el economista francés Vincent de Gournay (1712-1759) para evitar la intervención del Estado en la economía, y de la ‘mano invisible del mercado’, una institución que se autorregula y que, por lo tanto, regula el significado de todas las otras instituciones.
El éxito material en la vida de las personas ya no es visto como un signo de la salvación obrada y elegida por Dios, sino como producto de la ‘meritocracia’, de la ‘cultura del esfuerzo’ y del saber cómo sacarle la ‘máxima rentabilidad’ a cada acción humana. Incluso, apoyándose en las ideas de históricos filósofos y economistas como Thomas Hobbes (1588-1679), Francois Quesnay (1694-1774), John Stuart Mill (1806-1873), Friedrich von Hayek (1899-1992) o Milton Friedman (1912 -2006), una hueste intelectual de ángeles mercenarios del sistema capitalista ha llegado a decir que esa ‘mano invisible’ -una especie de ‘mano de Dios’- conduce a la humanidad por el camino de un ‘egoísmo salvador’.
Un egoísmo que, aunque principalmente es individual, gracias al ‘efecto derrame’ termina por beneficiar a todos. Los individuos deben buscar su beneficio personal y, de esa forma, impulsarán el bienestar social. ¿Puede una corriente religiosa surgida hace 500 años influir en la situación financiera del mundo actual? Evidentemente sí, puede.
Hoy la religión es un asunto relativamente secundario, reducido al ámbito privado, pero aun así ejerce una fuerte influencia, y los ecos de esa mentalidad religiosa son tristemente avalados por muchos ciudadanos que siguen dando alas a una política económica que demuestra a diario que las desigualdades sociales son cada vez mayores.
Las felonías capitalistas más innobles, las prácticas empresariales más abyectas, la generalización de la rapiña en los ámbitos económicos y financieros, y una ambición extrema que bordea la adicción no han hecho más que instalar un sistema económico criminal.
¿Qué significa la palabra presciencia de Dios?
Conocimiento de las cosas futuras.
¿Qué hizo Martín Lutero en contra la Iglesia católica?
31 octubre 2017 Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, Martín Lutero publicó sus criticas de la Iglesia católica el 31 de octubre de 1517. Quinientos años atrás se inició el movimiento protestante que cambió al cristianismo para siempre. El 31 de octubre de 1517 Martín Lutero publicó su crítica contra la Iglesia católica y su centro de poder en Roma que lanzó la Reforma.
¿Quién mató a Martín Lutero?
Carisma – En 1968 había evolucionado; ya no sólo hablaba de desobediencia civil, sino de actuar contra la guerra de Vietnam; había conseguido una fusión con los movimientos negros más violentos e iniciado una serie de relaciones con la nueva izquierda blanca, que a su vez defendía los derechos civiles de los negros para establecer un programa común.
Su carisma de apóstol comenzaba a asustar a los conservadores y a las instituciones. En abril, Martin Lutero King fue a Memphis para solidarizarse con los basureros -principalmente negros-, que estaban en huelga. Desde allí iba a preparar una gran marcha negra a la ciudad de Washington: numerosas personalidades blancas se iban a sumar a ella.
Iban a defenderse los derechos civiles y a protestar de la guerra en Vietnam. No le dio tiempo: un pistolero lo mató el día 4.Dos meses después la policía inglesa detenía al que supuso autor de su muerte: James Earl Ray, que usaba el nombre de Eric Starvo Galt, que era un gánster de poca monta difícilmente interesado por asuntos políticos.
Se concluyó que el asesinato había sido obra de un solo hombre y que no había ninguna conspiración. Dos meses después, el 4 de junio, el senador Kennedy, que hacía la campaña presidencial para continuar la política de su hermano -del que había sido ministro de Justicia, o fiscal general-, fue a su vez asesinado.
Por un solitario: un palestino, Sirhan Sirhan, que declaró que quería vengarse de Israel. Y otra vez se dijo que no hubo conspiración. Esa América de las turbulencias y los crímenes es la que se espera ver hoy (segunda cadena, a las 23.25, 140 minutos) en un programa que conmemora el asesinato de King.
¿Qué hizo Martín Lutero con la Biblia en 1521 por qué?
Lutero hizo posible el acceso a la Biblia en alemán apoyado en el uso de la imprenta, facilitando la propagación del protestantismo, aunque no fue el primero que imprimió la Biblia en alemán, la cual tradujo de un manuscrito sagrado a la lengua materna de esa nación.
¿Qué significa la palabra destinado?
Verbo transitivo – 1 Designar, determinar o señalar algo para un objetivo o efecto,
Ejemplo: Esta olla está destinada a hervir la leche; no la uses para otras cosas.
2 Designar el empleo o cargo de alguien e indicar el lugar en que ha de llevarlo a cabo.
Ejemplo: El joven se destinó como asistente del director.
3 Dirigir un envío o encargo hacia un lugar o persona específicos.
Ejemplo: El paquete iba destinado a Pekín.
¿Que no muere sinonimo?
Eterno – sinónimos y antónimos – WordReference.com.
¿Cuál es el sinonimo de impulsivo?
Impetuoso: 1 impetuoso, vehemente, exaltado, arrebatado, intempestivo, apasionado, violento, fogoso.
¿Cuál es la diferencia entre libre albedrío y predestinación?
Cuál es la diferencia entre libre albedrío y predestinación Esta es la oportunidad que tiene una persona de elegir y tomar sus propias decisiones independientemente las consecuencias que tengan. La predestinación es una manipulación obligatoria de sucesos y decisiones.
¿Qué dice en Efesios 1 11?
Efesios 1
- 1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso:
- 2 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
- 3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
- 4 según nos en él de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor,
- 5 habiéndonos para ser hijos suyos por medio de Jesucristo, según la complacencia de su voluntad,
- 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos ha favorecido en el Amado.
- 7 En quien tenemos por su sangre, la de pecados según las riquezas de su,
- 8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda e inteligencia,
- 9 dándonos a conocer el de su voluntad, según su complacencia, la cual se había propuesto en sí mismo,
- 10 de las cosas en Cristo, en la del cumplimiento de los tiempos, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra.
- 11 En él, asimismo, obtuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,
- 12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primero esperábamos en Cristo.
- 13 En él esperasteis también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el de vuestra salvación; en él también, habiendo creído, fuisteis con el,
- 14 quien es la garantía de nuestra herencia, para la redención de la posesión adquirida para alabanza de su gloria.
- 15 Por lo cual también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos,
- 16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,
- 17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de y de en el conocimiento de él;
- 18 los de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las de la gloria de su herencia en los santos,
- 19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación de la fuerza de su poder,
- 20 el cual ejerció en Cristo, de los muertos, y colocándole a su diestra en lugares celestiales,
- 21 sobre todo principado y autoridad, y poder y señorío, y sobre todo que se nombra, no solo en este mundo, sino también en el venidero.
- 22 Y sometió las cosas debajo de sus pies, y lo dio por sobre todas las cosas a la,
- 23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
¿Qué es la predestinación según Calviño?
Jean Calvino y la predestinación del capitalismo (2). Reforma y crematística Calvino no toleraba oposición porque no admitía la libertad de pecar. Sus instrumentos fueron las ‘Ordonnances ecclésiastiques’ (Ordenanzas eclesiásticas) de 1541 y el ‘Catéchisme’ (Catecismo) del año siguiente, mediante los que toda la vida de la ciudad se organizó como una Iglesia visible entregada al ascetismo y a la ‘glorificación de Dios’, y dentro del más escrupuloso respeto al principio de la justificación por la fe.
El sistema de protestantismo fundado por Calvino -que logró subordinar el poder civil a la Iglesia- fue la expresión de las reivindicaciones de la parte más audaz de la burguesía de entonces. Calvino reconoció la dignidad del trabajo, lo cual favoreció el desarrollo de la ciudad, a lo que se unió la entrada de muchos cualificados artesanos franceses exiliados.
Admitió la licitud del préstamo a bajo interés (5 a 6%), con la condición de no hacérselo a los pobres para quienes debía ser gratuito. La desocupación se consideró como una lacra; el ocio y la mendicidad no eran tolerados. Para el crecimiento cultural de la ciudad procuró la fundación de una Academia donde se estudiase filosofía y teología, algo que lograría en 1559.
Poco después se produjo un enfrentamiento con el médico español Miguel Servet (1511-1553), quien había publicado en 1531 ‘De Trinitatis erroribus’ (De los errores de la Trinidad), obra en la que afirmaba la bondad natural y el carácter divino del hombre, negando el dogma básico del cristianismo católico y reformado: la Trinidad.
En 1553, Servet reafirmó y amplió su reforma en la ‘Christianismi restitutio’ (Restitución del cristianismo), y cometió la imprudencia de pasar por Ginebra camino de Nápoles. Reconocido y encarcelado, fue sometido a juicio y condenado a morir en la hoguera con el consentimiento de Calvino.
Además de sus convicciones religiosas, el factor determinante en la ejecución de Servet fueron sus estudios sobre la circulación de la sangre en los hombres, teorías que Calvino reprobaba. El ‘hereje’ fue quemado vivo junto a sus libros el 27 de octubre de 1553. Este episodio mostró claramente a los reformados humanistas (de orientación racionalista y tolerante) los límites estrechos de las grandes confesiones reformadas.
También polemizó con los seguidores del líder reformista suizo Ulrich Zwingli (1484-1531), quien en 1525 había publicado ‘Commentarius de vera et falsa religione’ (Comentario sobre la verdadera y la falsa religión), obra en la que condenaba el culto a las imágenes y las reliquias, y eliminaba los sacramentos de la eucaristía, la confirmación y la extremaunción.
- Ya en 1552, escribió un tratado sobre la predestinación eterna de Dios, en el que reafirmaba de manera tajante los rasgos distintivos de la teología calvinista.
- Esa predestinación no excluía la vida activa, dado que el creyente, si bien desconoce cuál es su destino, podía demostrar que era un ‘elegido de Dios’ con los éxitos que alcanzase en su vida privada.
Desde 1554, la posición de Calvino se consolidó definitivamente en Ginebra. A su muerte, el 27 de mayo de 1564, la ciudad tenía la fisonomía que él le había dado y que conservaría durante siglos. Entre los fundamentos de la doctrina calvinista que partió del luteranismo se destaca el de la predestinación, es decir, todos los hombres tienen ya determinado su destino tras la muerte desde su nacimiento, pero para estar entre los elegidos era necesaria una observancia estricta de los principios cristianos reflejados en las escrituras, llevar una vida austera y humilde, y gozar de la gracia divina.
Calvino partió de la misma antropología pesimista que Lutero: todo resplandece en el hombre antes de la caída, pero, como consecuencia de ella, la naturaleza humana está irresistiblemente inclinada al mal y al pecado. Incluso la misma semilla del conocimiento de Dios instalada naturalmente en el hombre degenera, como consecuencia del pecado, en superstición e idolatría.
La distancia absoluta que separa al hombre de Dios no puede ser franqueada por el hombre, ni en el plano del conocimiento ni en el de la justificación. Así pues, por si mismos, todos los hombres merecen la condenación. Por lo tanto, el retorno del hombre a Dios sólo puede ser fruto de la acción misma de Dios; únicamente es posible conocer a Dios si él mismo se revela al hombre.
En lo que se refiere a la salvación, el biógrafo Stefan Zweig (1881-1942) dice en ‘The right to heresy'(El derecho a la herejía, 1936): ‘ésta no puede ser también sino acción de Dios, manifiesta en la libre concesión divina de la gracia irresistible: mediante la gracia, nuestra voluntad es convertida de mala en buena por la acción de Dios en nosotros.
Pero es evidente que la gracia divina no es concedida a todos los hombres: muchos están desprovistos de ella. Si la salvación es totalmente fruto de la gracia y se expresa en la fe, no queda sino concluir que Dios ha establecido (en su libertad absoluta) el ‘decreto’ de salvar a unos y condenar a otros.
Es el principio de la predestinación eterna’. Para Calvino, este ‘decreto’ no generaba angustia, pues se sentía en posesión de la gracia y su confianza en Cristo era plena. No ocurrió lo mismo con el hombre común de la calle, para quien la cuestión de la certidumbre alcanzó una importancia primordial.
De ahí la posterior elaboración de la doctrina que prescribía el rechazo de toda duda -porque indicaba una acción insuficiente de la gracia- y fomentaba la acción en el mundo -el trabajo y la creación de riqueza-, no como adquisición de méritos ante Dios, sino como realización de la vida humana en cuanto ‘glorificación del Creador’ y en cuanto confirmación del estado de gracia y la presencia de Dios en los hombres.
- Ésta es la base de la moral puritana y de su compulsión al trabajo permanente como forma de existencia humana en el mundo, que procuró al capitalismo los principios éticos que impulsaron su desarrollo.
- En su citada obra ‘Institución de la religión cristiana’, Calvino decía que los hombres no pueden hacer nada para cambiar la elección de Dios que salva a algunos o condena a otros, pero ante la incertidumbre acerca de si alguien es elegido o condenado anticipadamente por Dios, quedaba un signo de la elección previa: la profesión de fe y la capacidad de tener una vida moral virtuosa.
Tal esfuerzo era un signo de la pertenencia al grupo de los elegidos. El éxito en la vida terrenal era visto como un signo de la salvación obrada y elegida por Dios. ‘Lo que cada uno posee no lo ha conseguido a la ventura o por casualidad, sino por la distribución del que es supremo Señor de todas las cosas’.
Estas nuevas ideas religiosas fueron ventajosas a largo plazo, tanto desde el punto de vista psicológico como del económico, para la clase media, industrial y comercial, habitantes, por lo general, de las pequeñas ciudades. A partir de ellas, el éxito en el trabajo tomó un impulso interno y se convirtió en un signo de la presencia de Dios que lo otorgaba y con él la riqueza.
Sin esta tendencia impulsiva al trabajo exitoso no se habría desarrollado luego el capitalismo. El dinero fue validado, aunque debía ser pensado y administrado dentro de una vida ascética. ‘El dinero es una señal del reino de Dios, de la abundancia del mundo venidero así como las riquezas de la tierra prometida fueron para Israel una prefiguración de la opulencia de la vida futura.
En sí, el dinero es una señal con un doble sentido: señal de la gracia para aquél que sabe discernir por la fe que todo cuanto posee viene de Dios; señal de condenación para quien recibe los bienes para su vida sin discernir que son un don de Dios’. André Biéler (1914-2006), profesor de Teología en las universidades de Lausana y Ginebra, decía en su ensayo ‘L’humanisme social de Calvin’ (El humanismo social de Calvino), que esa doctrina supo satisfacer las humanas necesidades de los individuos atemorizados, desarraigados y aislados, que se veían obligados a orientarse y relacionarse con un nuevo mundo.
La tendencia al trabajo, la pasión por el ahorro, la orientación a hacer de la propia vida un instrumento que expresara la trascendencia del hombre elegido por Dios, el ascetismo, el sentido del deber, fueron las fuerzas eficientes que hicieron posible la acumulación del capital y su dinamismo, sin las cuales sería inconcebible el desarrollo social y el surgimiento de lo que luego se llamó la burguesía.
Calvino estimaba que ‘para permanecer en su humanidad, el hombre debe imponerse una disciplina rigurosa’. Por el comportamiento de su acción y por el control de sus comportamientos individuales y sociales, el creyente ‘da testimonio al exterior de su sujeción al amor activo de Dios’. Se trataba, pues, de instalar una disciplina que era un ascetismo en la libertad, ‘un freno que el hombre se imponía libremente, para dominarse, habiendo sido devuelto a sí mismo por Cristo, después de haber renunciado a sí’.
El historiador francés Jean Delumeau (1923-2020), por su parte, opinaba en ‘Des religions et des hommes’ (De las religiones y los hombres) que ‘al negar el valor de la vida religiosa apartada del mundo, Calvino subrayó la obligación del trabajo cotidiano y la vocación profesional.
La teología franciscana consideraba al mendigo como otro Cristo. Calvino lanzó anatemas contra los que se negaban a trabajar y calificó muy duramente cualquier forma de ociosidad. Probablemente la mentalidad moderna, caracterizada por la búsqueda de la ganancia y por el individualismo, estaba a punto de desarrollarse en todo el Occidente sin tener en cuenta las barreras confesionales.
Hubiera acabado por imponerse sin Calvino. Pero si se consideran las cosas con una perspectiva más amplia, es obligado concluir que el protestantismo, por sus posteriores ramificaciones -por ejemplo, el puritanismo-, ha ayudado al hombre moderno a salir de la Edad Media y de la mentalidad precapitalista.
- Ha sido un fermento que ha acelerado la floración de un mundo radicalmente distinto’.
- A la muerte de Calvino, la corriente había trascendido ampliamente los límites del feudo ginebrino.
- Esta reforma del dogma, de la liturgia y sobre todo de las costumbres entre los calvinistas del siglo XVI dio lugar fuera de la ciudad de Ginebra a unas consecuencias de amplio alcance.
La estela calvinista se extendió por casi toda la geografía mundial, afectando a muy diversas clases sociales y a muy distintas actividades, incluso a las de orden socioeconómico. De hecho, algunas formas del capitalismo moderno se han vinculado habitualmente a aquella manera de entender la vida, la moral y el trabajo.
Una ética protestante, que se movía a favor de las monarquías absolutas y en contra de poderes feudales que obstruían el comercio, pudo transformarse tanto en una individual búsqueda afanosa de ganancias como en la promoción sectorial de una racional planificación económica. Esto es, derivó en una ética capitalista.
El Estado nacional que promoviera y protegiera la propiedad y sus beneficios resultaba así factor indirecto de salvación. La salvación ya no se derivaba exclusivamente del poder sacerdotal (catolicismo), sino también de la sociedad civil (en cuanto supone el Estado).
- Para este imaginario la propiedad capitalista y sus instituciones devinieron en ‘sagradas’.
- El historiador inglés Richard H.
- Tawney (1880-1962) sostenía en su ensayo de 1926 ‘Religion and the rise of capitalism’ (La religión en el origen del capitalismo) que la vida material en su conjunto viene de Dios y por lo tanto los bienes, e incluso el dinero, son signo de su bondad y en cierto sentido de su predilección.
Al igual que Calvino en su tiempo, valorizó el préstamo comercial o industrial, un sistema que hizo posible el mundo de la banca y de las finanzas. El calvinismo, según algunos sociólogos como Max Weber (1864-1920), habría dado el primer impulso económico a esta nueva burguesía formada a partir del siglo XVII: una sociedad homogénea, honesta y eficiente, lectora de la Biblia, convencida de una estricta división del mundo entre buenos y malos, con una confianza absoluta en sus razones morales y convencida de la licitud y necesidad de un trabajo destinado a mejorar su particular situación económica.
Trabajo que, en cualquier caso, debía revelar la predilección divina si iba acompañado por el éxito material, el dinero abundante y el ascenso social correspondiente. De esta manera, el enriquecimiento era visto como una señal de predestinación a la salvación eterna, por lo que el capitalismo, según Weber, actuaba como un orden extraordinario en el que el individuo queda atrapado inexorablemente.
En su ‘Die protestantische ethik und der geist des kapitalismus’ (La ética protestante y el espíritu del capitalismo) escribió: ‘El bien supremo de esta ética estriba en la persecución continua de más y más dinero, procurando evitar cualquier goce inmoderado, carece de toda mira utilitaria, tan puramente ideado como fin en sí, que se manifiesta siempre como algo de absoluta trascendencia e inclusive irracional ante la dicha o el rendimiento del hombre en particular.
- El beneficio no es un medio del cual deba valerse el hombre para satisfacer materialmente aquello que le es de suma necesidad, sino aquello que él debe conseguir, pues esta es la meta de su vida’.
- Finalmente, como era de esperar, las riquezas acumuladas pervirtieron el espíritu puritano y lo fueron debilitando hasta incluso el secularismo laico.
No obstante, como decía Weber ‘el capitalismo victorioso no necesita ya de este apoyo religioso, puesto que descansa en fundamentos mecánicos’. En otras palabras, una vez que se asentó el capitalismo tomó vida propia creando necesidades y construyendo los medios para su perpetuación sin necesidad de que la ideología puritana lo siguiese sustentando.
Allá por 1921 el filósofo alemán Walter Benjamin (1892-1940) percibía en su ‘Kapitalismus als religión’ (Capitalismo como religión) que el mismo capitalismo es una religión: ‘El capitalismo se ha desarrollado en Occidente -como se puede demostrar no sólo en el calvinismo, sino también en el resto de orientaciones cristianas ortodoxas- parasitariamente respecto del cristianismo, de tal forma que, al final, su historia es en lo esencial la de su parásito, el capitalismo.
El cristianismo no favoreció en tiempo de la Reforma el surgimiento del capitalismo, sino que se transformó en el capitalismo’. Hoy, sea cual sea la religión que lo sustente, la creación de riqueza parece ser que ya no depende de la ‘adquisición de méritos ante Dios’ ni de la ‘glorificación del Creador’; ahora se habla de ‘laissez faire, laissez passer’ (dejar hacer, dejar pasar), una expresión doctrinaria creada por el economista francés Vincent de Gournay (1712-1759) para evitar la intervención del Estado en la economía, y de la ‘mano invisible del mercado’, una institución que se autorregula y que, por lo tanto, regula el significado de todas las otras instituciones.
El éxito material en la vida de las personas ya no es visto como un signo de la salvación obrada y elegida por Dios, sino como producto de la ‘meritocracia’, de la ‘cultura del esfuerzo’ y del saber cómo sacarle la ‘máxima rentabilidad’ a cada acción humana. Incluso, apoyándose en las ideas de históricos filósofos y economistas como Thomas Hobbes (1588-1679), Francois Quesnay (1694-1774), John Stuart Mill (1806-1873), Friedrich von Hayek (1899-1992) o Milton Friedman (1912 -2006), una hueste intelectual de ángeles mercenarios del sistema capitalista ha llegado a decir que esa ‘mano invisible’ -una especie de ‘mano de Dios’- conduce a la humanidad por el camino de un ‘egoísmo salvador’.
Un egoísmo que, aunque principalmente es individual, gracias al ‘efecto derrame’ termina por beneficiar a todos. Los individuos deben buscar su beneficio personal y, de esa forma, impulsarán el bienestar social. ¿Puede una corriente religiosa surgida hace 500 años influir en la situación financiera del mundo actual? Evidentemente sí, puede.
Hoy la religión es un asunto relativamente secundario, reducido al ámbito privado, pero aun así ejerce una fuerte influencia, y los ecos de esa mentalidad religiosa son tristemente avalados por muchos ciudadanos que siguen dando alas a una política económica que demuestra a diario que las desigualdades sociales son cada vez mayores.
Las felonías capitalistas más innobles, las prácticas empresariales más abyectas, la generalización de la rapiña en los ámbitos económicos y financieros, y una ambición extrema que bordea la adicción no han hecho más que instalar un sistema económico criminal.