Que Pasa Si No Diezmo Según La Biblia?

Que Pasa Si No Diezmo Según La Biblia
El pago del diezmo trae grandes bendiciones – El Señor dio la ley, Si seguimos Su ley, prosperamos; pero cuando seguimos lo que pensamos que es una mejor manera, sobreviene el fracaso. Cuando viajo por la Iglesia y veo los resultados del pago de los diezmos, llego a la conclusión de que no es una carga, sino una gran bendición.

Paguen un diezmo íntegro. Esta ley eterna, revelada por el Señor y practicada por los fieles desde los profetas de la antigüedad hasta el presente, nos enseña a poner al Señor en primer lugar en nuestra vida. Quizá no se nos pida que sacrifiquemos nuestro hogar o nuestra vida, como sucedió con los primeros santos.

Actualmente se nos da el desafío de vencer el egoísmo. Pagamos el diezmo porque amamos al Señor, no porque tenemos los medios para hacerlo. Podemos esperar que el Señor abrirá ‘las ventanas de los cielos’ () y hará llover bendiciones sobre los fieles. Seguimos el principio de reintegrar al Señor una porción de Su bondad para con nosotros, porción a la cual nos referimos como el diezmo.

El diezmo es completamente voluntario. Podemos pagar el diezmo o no pagarlo. Los que lo hacen, reciben bendiciones que los demás no conocen. Mary Fielding Smith una madre pionera indómita que era la esposa y viuda del patriarca Hyrum Smith, hermano del Profeta Una primavera, cuando la familia abrió el depósito de papas, mandó a sus hijos a apartar las mejores para llevarlas a la oficina donde se pagaban los diezmos.

Junto a las escaleras de la oficina se encontró con uno de los secretarios, quien cuando los muchachos comenzaron a descargar las papas. ‘Hermana Smith’, le dijo, recordando sin duda las pruebas y los sacrificios por los que había pasado, ‘es una vergüenza que usted tenga que pagar diezmos’.

Él la reprendió por pagar el diezmo, y la trató de todo, menos de sabia y prudente La pequeña viuda se enderezó hasta alcanzar toda su altura, y dijo: ‘William, ¡debería darte vergüenza! ¿Quieres negarme una bendición? Si no pagara el diezmo, podría esperar que el Señor me retuviera Sus bendiciones; pago mi diezmo no sólo porque es una ley de Dios, sino porque espero una bendición al hacerlo.

Al obedecer esta y otras leyes, espero prosperar y poder proveer para mi familia’ (Joseph Fielding Smith, Life of Joseph F. Smith, Salt Lake City, 1938, págs.158–159). El principio del diezmo debería ser más que un cumplimiento matemático y mecánico de la ley.

El Señor condenó a los fariseos por diezmar hierbas de manera mecánica sin adentrarse en el ámbito de la espiritualidad, Si pagamos los diezmos por el amor que le tenemos al Señor, con plena libertad y fe, reducimos la distancia entre Él y nosotros, y nuestra relación con Él llega a ser muy personal.

Somos librados del cautiverio del legalismo, percibimos la influencia del Espíritu y nos sentimos en unidad con Dios. El pago del diezmo fortalece la fe, aumenta la espiritualidad y la capacidad espiritual, y hace firme el testimonio. Da la satisfacción de saber que uno está cumpliendo con la voluntad del Señor.

Nos brinda las bendiciones que se producen por compartir con los demás mediante los propósitos para los que se utiliza el diezmo. No podemos darnos el lujo de negarnos esas bendiciones. No podemos darnos el lujo de no pagar el diezmo. El hacerlo afecta no solamente el presente, sino también el futuro. Lo que damos, la forma en que lo damos, y la manera en que cumplimos nuestras obligaciones con el Señor tienen importancia eterna.

El testimonio de la ley del diezmo se obtiene al vivirla.

  • Repase la definición de la ley del diezmo que figura en la sección 1. ¿Qué es el diezmo? ¿Que aprendemos del presidente Hunter en cuanto a la sencillez de la ley del diezmo?
  • ¿Qué percepciones ha adquirido con las enseñanzas del presidente Hunter sobre la historia del diezmo? (véase la sección 2). ¿Por qué cree que el presidente Hunter deseaba que entendiéramos que la ley del diezmo ‘ha sido y es una ley universal’?
  • ¿Cómo es que con los diezmos ‘ un obsequio al tiempo que pagamos una obligación’? (véase la sección 3). ¿De qué manera el pagar el diezmo demuestra el amor que le tenemos al Señor? ¿En qué forma podemos llegar a sentir que pagar el diezmo es un privilegio y no una carga?
  • ¿Por qué una ofrenda al Señor debe costarle al dador algo de valor? (véase la sección 4). ¿Cómo se puede superar cualquier desafío o renuencia que se tenga para pagar el diezmo?
  • Repase las muchas bendiciones que el presidente Hunter dice que se reciben por pagar el diezmo (véase la sección 5). ¿En qué ocasiones ha visto esas bendiciones en su vida?

; ; ; ; ; Guía para el Estudio de las Escrituras,, Cuando lea por primera vez un capítulo, quizá desee leerlo rápidamente o repasar los encabezamientos para obtener una idea general del contenido; luego relea el capítulo varias veces, más lentamente y estudiándolo más a fondo.

  1. En Eleanor Knowles, Howard W. Hunter, 1994, págs.80–81.
  2. The Teachings of Howard W. Hunter, ed. Clyde J. Williams, 1997, pág.105; véase también Conference Report, abril de 1964, pág.35.
  3. The Teachings of Howard W. Hunter, pág.105.
  4. En Conference Report, abril de 1964, págs.33–35.
  5. En Conference Report, abril de 1964, págs.35–36.
  6. The Teachings of Howard W. Hunter, pág.106; véase también Conference Report, abril de 1964, pág.33.
  7. The Teachings of Howard W. Hunter, pág.105.
  8. The Teachings of Howard W. Hunter, pág.105.
  9. ‘Dedication of Goteborg Chapel’ (discurso pronunciado en Goteborg, Suecia, el 10 de septiembre de 1967), pág.1, Biblioteca de Historia de la Iglesia, Salt Lake City.
  10. Howard W. Hunter, That We Might Have Joy, 1994, págs.136–137.
  11. En Conference Report, abril de 1964, pág.36.
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: Capítulo 9: La ley del diezmo

¿Qué dijo Jesús sobre los diezmo?

Capítulo 32: El diezmo y las ofrendas Capítulo 32: El diezmo y las ofrendas Capítulo 32

¿En qué forma nuestra disposición de pagar el diezmo y las ofrendas demuestra gratitud a nuestro Padre Celestial por todas las bendiciones que nos da?

Se nos han dado mandamientos para que nos preparemos en todos los aspectos con el fin de volver a vivir en la presencia de nuestro Padre Celestial. Él nos ha proporcionado la forma de agradecerle nuestras bendiciones. El pagar los diezmos y las ofrendas y hacerlo de buena voluntad es una forma de agradecerle. Al pagar las ofrendas, le demostramos que lo amamos y que obedeceremos Su consejo.

¿De qué manera el pagar los diezmos y las ofrendas nos ayuda a demostrar nuestro agradecimiento a nuestro Padre Celestial?

¿Qué es un diezmo íntegro?

A los maestros: Utilice las preguntas que se encuentran al principio de la sección a fin de comenzar un análisis y pida a los miembros de la clase o de la familia que consulten el texto a fin de encontrar más información. Haga uso de las preguntas al final de la sección para ayudar a los miembros de la clase o de la familia a meditar y analizar el significado de lo que leyeron y a ponerlo en práctica.

En la antigüedad, Abraham y Jacob obedecieron el mandamiento de pagar el diezmo, que consistía en la décima parte de su interés (véase ; ; ). En tiempos modernos, el profeta José Smith suplicó: ‘¡Oh Señor! Indica a tus siervos cuánto requieres de las propiedades de tu pueblo como diezmo’ (, encabezamiento); el Señor le contestó: ‘Y esto será el principio del diezmo de mi pueblo.

Y después de esto, todos aquellos que hayan entregado este diezmo pagarán la décima parte de todo su interés anualmente; y ésta les será por ley fija perpetuamente’ (). La Primera Presidencia explicó que ‘la décima parte de todo su interés anualmente’ se refiere a nuestro ingreso (véase Carta de la Primera Presidencia, 19 de marzo de 1970).

  • ¿De qué forma es el diezmo un principio de fe más que un principio económico?
  • ¿Qué pueden hacer los padres para enseñar a sus hijos a pagar el diezmo y para que comprendan su importancia?

¿Por qué es importante nuestra actitud cuando pagamos el diezmo?

Es importante que paguemos el diezmo y que lo hagamos de buena voluntad. ‘Cuando alguien paga el diezmo sin gozo, se está robando una parte de la bendición. Debe aprender a dar alegremente, voluntariamente y con gozo, y lo que dé será bendecido’ (Stephen L Richards, The Law of Tithing, folleto, 1983, pág.8).

¿Qué significa para usted ser un ‘dador alegre’?

¿De qué forma utiliza la Iglesia los fondos de los diezmos y de las otras ofrendas?

Como miembros de la Iglesia, damos al Señor el diezmo y otras ofrendas. La Iglesia utiliza el dinero del diezmo para diversos fines, algunos de los cuales son:

  1. La edificación, el mantenimiento y el funcionamiento de templos, centros de reuniones y otros edificios.
  2. El proporcionar fondos de funcionamiento para las estacas, los barrios y otras unidades de la Iglesia. (Esas unidades utilizan los fondos para llevar a cabo los programas eclesiásticos de la Iglesia, entre los cuales se encuentra la enseñanza del Evangelio y el realizar actividades sociales).
  3. La ayuda al programa misional.
  4. La educación de la juventud de la Iglesia en escuelas, seminarios e institutos.
  5. La publicación y distribución de materiales didácticos.
  6. La ayuda para la historia familiar y la obra del templo.

Las ofrendas de ayuno. Los miembros de la Iglesia ayunan una vez al mes, para lo cual se abstienen de alimentos y líquidos por dos comidas consecutivas; luego contribuyen, por lo menos, con la cantidad de dinero que hubieran gastado en ellas. Pueden dar en forma tan generosa como su situación se los permita.

A ese donativo se le llama ofrenda de ayuno. Los obispos utilizan las ofrendas de ayuno para proporcionar comida, alojamiento, ropa y atención médica a los necesitados. (Véase el capítulo 25 de este libro). Como parte del día de ayuno, los miembros asisten a una reunión llamada reunión de ayuno y testimonio, en donde expresan su testimonio de Cristo y Su evangelio.

Otros donativos, Los miembros de la Iglesia pueden dar donativos a otros programas de la Iglesia, tales como la obra misional, el Fondo Perpetuo para la Educación, la construcción de templos y la ayuda humanitaria. Servicio, Los miembros también ofrecen parte de su tiempo, habilidades y bienes para ayudar a otras personas.

Ese servicio permite a la Iglesia ayudar a los necesitados, ya sean miembros o no, por todo el mundo a nivel comunitario, nacional e internacional, especialmente cuando ocurre alguna catástrofe. El Señor promete bendecirnos si pagamos fielmente los diezmos y las ofrendas. Él dijo: ‘Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto si no os abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde’ ().

Una revelación de los últimos días habla sobre otra bendición que recibirán quienes paguen el diezmo: ‘y en verdad, es un día de sacrificio y de requerir el diezmo de mi pueblo, porque el que es diezmado no será quemado en su venida’ (). Las bendiciones que se nos han prometido son tanto materiales como espirituales.

  1. Si damos de buena voluntad, nuestro Padre Celestial proporcionará lo necesario para satisfacer nuestras necesidades diarias de comida, ropa y alojamiento.
  2. Dirigiéndose a los Santos de los Últimos Días de Filipinas, el presidente Gordon B.
  3. Hinckley dijo que si las personas ‘aceptan el Evangelio y viven de acuerdo con sus principios, pagan sus diezmos y ofrendas, no importa cuán mínimos sean, el Señor cumplirá con ellos Su antigua promesa y tendrán arroz en sus platos, abrigo en sus espaldas y refugio sobre su cabeza.
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Yo no veo otra solución. Ellos necesitan un poder mayor que cualquier otro poder terrenal que los levante y ayude’ (‘Las palabras del profeta actual’, Liahona, junio de 1997, pág.33). El Señor también nos ayudará a progresar ‘en el conocimiento de Dios, y en testimonio, y en poder para vivir de acuerdo con el Evangelio e inspirar a nuestras familias a hacer lo mismo’ ( Enseñanzas de los presidentes de la Iglesia: Heber J.

¿Cuáles son algunas bendiciones que usted, los miembros de su familia o sus amigos han recibido por medio del pago del diezmo y de otras ofrendas?

: Capítulo 32: El diezmo y las ofrendas

¿Qué dice la Biblia de los diezmos en el Nuevo Testamento?

Jesús no anuló el diezmo – Que Pasa Si No Diezmo Según La Biblia El Nuevo Testamento no prohíbe el diezmo en ningún lugar. En sus enseñanzas Jesús reprendió a los líderes religiosos de su época, no porque daban el diezmo sino porque no obedecían al mismo tiempo las otras leyes de Dios. Por otro lado, Jesús tampoco impone el diezmo.

¿Qué significa la palabra Alfoli en la Biblia?

Almacén de la sal.

¿Qué es robar a Dios?

¿A QUIÉN HIZO DIOS ESTA PROMESA? – Algunos sostienen que las bendiciones y maldiciones de esta profecía son para la iglesia. Incluso, es común escucharlo en los tiempos de ofrenda, cuando se recuerda las muchas bendiciones que Dios derramará sobre el que ofrende.

El enfoque aquí no está tanto en ser generosos con lo que Dios ha dado, sino en lo que Dios nos dará si la iglesia diezma y ofrenda. No hay mucha literatura que argumente con base bíblica que Malaquías 3:8–12 aplique directamente a la iglesia, pero es uno de los pasajes más utilizados por los teólogos de la prosperidad para incentivar la ofrenda.

Los argumentos se podrían exponer de la siguiente manera:

‘Robar a Dios’ es no darle la parte que le corresponde (el diezmo). El robo —la ausencia de diezmo— trae como consecuencia maldición sobre la persona. Si alguien es generoso, Dios abre las ventanas de los cielos para derramar bendición —material— sobre la persona ‘diezmadora’.

En este caso, se aplica un paralelismo casi absoluto entre Israel y la Iglesia, afirmando que la promesa es universal. Pero no se considera el contexto del mensaje ni el destinatario del libro. Como dice el comentario bíblico Mundo Hispano: ‘El v.10 es probablemente el texto más frecuentemente citado de todo el libro de Malaquías.

  • Hemos de reconocer que muchas veces esto es hecho ‘fuera de contexto”.
  • Malaquías 1:1 dice que esta es una profecía ‘contra Israel’.
  • El destinatario específico de la promesa es el pueblo de Israel, no la iglesia.
  • ¿A qué diezmos y ofrendas se refería esta profecía? En relación al diezmo, Baldwin dice: ‘la ley señalaba que el diez por ciento de lo producido era ‘santo para el Señor’ (Lv.27:30) y era para los levitas (Nm.18:28), que ellos mismos daban un diezmo a los sacerdotes (Nm.18:28)’.

Y en relación a las ofrendas dice que ‘eran las porciones de los sacrificios que se apartaban para los sacerdotes (Éx.29:27,28; Lv.7:32; Nm.5:9) y las ofrendas voluntarias para un propósito especial (Éx.25:2-7)’. Pero el pueblo no estaba dando nada de esto al Señor.

  • La actitud mezquina del pueblo contrastaba con la ofrenda generosa del pueblo cuando primero edificaron el Tabernáculo, revelando la condición espiritual del pueblo.
  • Tal y como menciona Calvino, el profeta ‘prueba al pueblo que son culpables de perversión (), la avaricia gobernaba sobre ellos, inclinándose para su propio beneficio, descuidaron el templo y los sacerdotes’.

El pueblo realmente está ciego (Mal.3:11), y ‘la ceguera es tan profunda que ni siquiera la maldición ni la situación precaria sacude al pueblo para volverse a Dios’. Es una maldición muy específica al pueblo de Israel: una sequía. Esto es probable por la expresión de abrir las ‘ventanas de los cielos’ (Mal.3:10).

Esta expresión también se usa en 2 Reyes 7:2 y hace referencia a una lluvia abundante. En aquella época esta lluvia era necesaria para subsistir. La sequía era fruto de su falta de fe en dar sus diezmos y ofrendas. Dios, a través de Malaquías, reta al pueblo a arrepentirse y esperar a que Dios les bendiga.

Es interesante que ‘la idea del hombre probando a Dios es extraña’ en la Biblia. Debido a la rareza de esto, no es un principio aplicable de manera universal. Esto lleva a cuestionar acerca de la aplicabilidad de este pasaje a la iglesia. También, debemos notar algo: los diezmos y ofrendas que Dios le reclamaba a Israel no son similares al ‘diezmo’ actual (el 10% de tu salario).

¿Qué nos dice Jesús que hagamos?

Nos pide Jesús que hagamos lo mismo que El hizo viviendo su misma entrega y entrando en la misma sintonía de amor Génesis 14, 18-20; Sal 109; 1Corintios 11, 23-26; Lucas 9, 11b-17 ‘Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis de la copa, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva’ Es lo que san Pablo nos transmite como una Tradición que a su vez él mismo ha recibido del Señor.

Es lo que se convierte en el centro de nuestra celebración y de nuestra vida. Es lo que hoy de manera especial, pero siempre queremos vivir cada vez que celebramos la Eucaristía. Es la entrega del Señor, ‘El Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo se entregó El’, Podría parecer que son los hombres los que entregan a Jesús cuando atentan contra su vida y lo llevan ante Pilato para ser ejecutado, pero es El quien se entrega.

Ya lo había expresado, ‘nadie me quita mi vida sino que yo la entrego libremente’ y así lo contemplaremos en Getsemaní que se adelanta a los que le buscan. ‘¿A quién buscáis?. Yo soy’ y da el paso adelante, se entrega. Por eso en la noche de la cena pascual, se adelanta.

  1. Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre’.
  2. Es la entrega de Jesús camino y ejemplo de nuestra entrega.
  3. Haced esto en memoria mía’, les dice y nos dice.
  4. Hacemos memoria del Señor, hacemos memoria de su entrega, hacemos memoria de su vida, hacemos memoria de su amor.
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Hoy está de moda hablar de la memoria histórica, y quien no hace memoria de su historia parece que está olvidándose de sus orígenes, de sus raíces, de valor y del sentido de su vida, porque nacemos y vivimos en un momento de la historia que tiene su continuidad como tiene sus raíces, lo pasado, lo vivido que ha construido el presente.

Y quien olvida su historia está olvidando algo muy importante de la razón de ser de su vida; por eso hemos de hacer buena memoria y no tergiversar tampoco la historia, como muchas veces quizá queremos hacer a nuestra conveniencia. Mal construimos así nuestra vida y la vida de nuestro pueblo. Jesús nos pide hacer memoria suya porque en esa vida de Jesús y de su entrega de amor estamos hundiendo nuestra vida en Dios.

Y no podemos desdecirnos de esa historia de amor y de entrega, sino que precisamente eso nos está pidiendo que nosotros hagamos lo mismo que Jesús. Porque Jesús nos está pidiendo que hagamos lo mismo. ‘Haced esto’, nos dice ¿Qué hemos visto hoy en el evangelio? Jesús que cuando llega a aquel lugar se encuentra con una multitud hambrienta y dolorida.

Se detiene con ellos, les habla, les cura y finalmente los alimenta, podemos resumir el evangelio. Pero en medio hay algo que le está diciendo a los discípulos, que nos está diciendo a nosotros. ‘Dadles vosotros de comer’. Los discípulos le habían manifestado con compasión que aquella gente está hambrienta, que están lejos de poblados, que no tienen allí con qué alimentarlos y lo mejor es que regresen a sus hogares, pero Jesús les dice: ‘Dadles vosotros de comer’.

Hoy nos dice ‘haced esto en memoria mía’. ¿Qué ha hecho Jesús? Es el momento de su entrega, de la entrega de amor infinito y nos está pidiendo que nosotros vivamos también en esa entrega de amor. Es abrir entonces nuestros ojos a la compasión, es poner el corazón en sintonía de amor, es ser capaces de captar donde está la necesidad, es ponernos manos a la obra ante la tarea inmensa del mundo hambriento que nos rodea.

  1. Nos lo está recordando hoy con su Palabra en esta fiesta grande de la Eucaristía.
  2. Litúrgicamente llevaremos en procesión el Sacramento del Cuerpo de Cristo por nuestras calles.
  3. Tiene que ser todo un signo de cómo nosotros salimos también por nuestras calles, por nuestro mundo al encuentro de nuestros hermanos, al encuentro del sufrimiento de los hombres y mujeres de hoy, al encuentro de tantas almas tristes y sin esperanza, al encuentro de ese mundo donde hay tanto sufrimiento porque falta paz, al encuentro de tantos que indiferentes pasan por la vida sin sensibilidad para tener compasión en el corazón, al encuentro de los hermanos que creen y de aquellos que han perdido toda esperanza y les parece que ya no tienen nada en qué creer, al encuentro de los que quizá confundidos en la orientación que le dan a sus vidas crean guerras y violencias allí donde están o con aquellos con los que conviven o viven solo pensando en si mismos, al encuentro de ese mundo que nos rodea que muchas veces parece que se nos vuelve hostil.

La procesión de este día es el signo de todo ese trabajo que tenemos que realizar cuando nos dice Cristo que les demos de comer, o cuando nos manda hoy que hagamos lo mismo que El hizo en memoria suya. No es una memoria de la mente, tiene que ser una memoria hecha desde el corazón porque nos tiene que llevar a un compromiso serio e importante, porque ahí a ese mundo con esos sufrimientos tenemos que alimentar, tenemos que iluminar con una nueva luz.

  • Es el anuncio del Evangelio de Jesús que tenemos que realizar, pero un evangelio de Jesús que tenemos que presentar plasmado en nuestras vidas.
  • No sean solo unos adornos los que pongamos en nuestras calles con nuestras flores o con nuestro arte – que también tenemos que hacerlo, ¿por qué no? – pero que tiene que llevarnos a un compromiso más grande para hacer lo mismo que hizo Jesús, para vivir la misma entrega que vivió Jesús.

No olvidemos que estamos proclamando la muerte de Jesús hasta que El vuelva. : Nos pide Jesús que hagamos lo mismo que El hizo viviendo su misma entrega y entrando en la misma sintonía de amor

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