La palabra Belén viene del hebreo (בית לחם ) bet-lehem (‘casa del pan’). En árabe es بيت لحم (bet-lahm) y significa ‘casa de carne’. Esta es una ciudad de Palestina donde nació Jesucristo.
¿Qué significa Belén espiritualmente?
Vida UCALP El hermoso signo del pesebre, tan estimado por el pueblo cristiano, causa siempre asombro y admiración. La representación del acontecimiento del nacimiento de Jesús equivale a anunciar el misterio de la encarnación del Hijo de Dios con sencillez y alegría.
El belén, en efecto, es como un Evangelio vivo, que surge de las páginas de la Sagrada Escritura. La contemplación de la escena de la Navidad, nos invita a ponernos espiritualmente en camino, atraídos por la humildad de Aquel que se ha hecho hombre para encontrar a cada hombre. Y descubrimos que Él nos ama hasta el punto de unirse a nosotros, para que también nosotros podamos unirnos a Él.
Con esta Carta quisiera alentar la hermosa tradición de nuestras familias que en los días previos a la Navidad preparan el belén, como también la costumbre de ponerlo en los lugares de trabajo, en las escuelas, en los hospitales, en las cárceles, en las plazas Es realmente un ejercicio de fantasía creativa, que utiliza los materiales más dispares para crear pequeñas obras maestras llenas de belleza.
Se aprende desde niños: cuando papá y mamá, junto a los abuelos, transmiten esta alegre tradición, que contiene en sí una rica espiritualidad popular. Espero que esta práctica nunca se debilite; es más, confío en que, allí donde hubiera caído en desuso, sea descubierta de nuevo y revitalizada. El origen del pesebre encuentra confirmación ante todo en algunos detalles evangélicos del nacimiento de Jesús en Belén.
El evangelista Lucas dice sencillamente que María «dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada» (2,7). Jesús fue colocado en un pesebre; palabra que procede del latín: praesepium.
- El Hijo de Dios, viniendo a este mundo, encuentra sitio donde los animales van a comer.
- El heno se convierte en el primer lecho para Aquel que se revelará como «el pan bajado del cielo» (Jn 6,41).
- Un simbolismo que ya san Agustín, junto con otros Padres, había captado cuando escribía: «Puesto en el pesebre, se convirtió en alimento para nosotros» (Serm.189,4).
En realidad, el belén contiene diversos misterios de la vida de Jesús y nos los hace sentir cercanos a nuestra vida cotidiana. Pero volvamos de nuevo al origen del belén tal como nosotros lo entendemos. Nos trasladamos con la mente a Greccio, en el valle Reatino; allí san Francisco se detuvo viniendo probablemente de Roma, donde el 29 de noviembre de 1223 había recibido del Papa Honorio III la confirmación de su Regla.
Después de su viaje a Tierra Santa, aquellas grutas le recordaban de manera especial el paisaje de Belén. Y es posible que el Poverello quedase impresionado en Roma, por los mosaicos de la Basílica de Santa María la Mayor que representan el nacimiento de Jesús, justo al lado del lugar donde se conservaban, según una antigua tradición, las tablas del pesebre.
Las Fuentes Franciscanas narran en detalle lo que sucedió en Greccio. Quince días antes de la Navidad, Francisco llamó a un hombre del lugar, de nombre Juan, y le pidió que lo ayudara a cumplir un deseo: «Deseo celebrar la memoria del Niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno entre el buey y el asno».
- Tan pronto como lo escuchó, ese hombre bueno y fiel fue rápidamente y preparó en el lugar señalado lo que el santo le había indicado.
- El 25 de diciembre, llegaron a Greccio muchos frailes de distintos lugares, como también hombres y mujeres de las granjas de la comarca, trayendo flores y antorchas para iluminar aquella noche santa.
Cuando llegó Francisco, encontró el pesebre con el heno, el buey y el asno. Las personas que llegaron mostraron frente a la escena de la Navidad una alegría indescriptible, como nunca antes habían experimentado. Después el sacerdote, ante el Nacimiento, celebró solemnemente la Eucaristía, mostrando el vínculo entre la encarnación del Hijo de Dios y la Eucaristía.
En aquella ocasión, en Greccio, no había figuras: el belén fue realizado y vivido por todos los presentes. Así nace nuestra tradición: todos alrededor de la gruta y llenos de alegría, sin distancia alguna entre el acontecimiento que se cumple y cuantos participan en el misterio. El primer biógrafo de san Francisco, Tomás de Celano, recuerda que esa noche, se añadió a la escena simple y conmovedora el don de una visión maravillosa: uno de los presentes vio acostado en el pesebre al mismo Niño Jesús.
De aquel belén de la Navidad de 1223, «todos regresaron a sus casas colmados de alegría». San Francisco realizó una gran obra de evangelización con la simplicidad de aquel signo. Su enseñanza ha penetrado en los corazones de los cristianos y permanece hasta nuestros días como un modo genuino de representar con sencillez la belleza de nuestra fe.
Por otro lado, el mismo lugar donde se realizó el primer belén expresa y evoca estos sentimientos. Greccio se ha convertido en un refugio para el alma que se esconde en la roca para dejarse envolver en el silencio. ¿Por qué el belén suscita tanto asombro y nos conmueve? En primer lugar, porque manifiesta la ternura de Dios.
Él, el Creador del universo, se abaja a nuestra pequeñez. El don de la vida, siempre misterioso para nosotros, nos cautiva aún más viendo que Aquel que nació de María es la fuente y protección de cada vida. En Jesús, el Padre nos ha dado un hermano que viene a buscarnos cuando estamos desorientados y perdemos el rumbo; un amigo fiel que siempre está cerca de nosotros; nos ha dado a su Hijo que nos perdona y nos levanta del pecado.
- La preparación del pesebre en nuestras casas nos ayuda a revivir la historia que ocurrió en Belén.
- Naturalmente, los evangelios son siempre la fuente que permite conocer y meditar aquel acontecimiento; sin embargo, su representación en el belén nos ayuda a imaginar las escenas, estimula los afectos, invita a sentirnos implicados en la historia de la salvación, contemporáneos del acontecimiento que se hace vivo y actual en los más diversos contextos históricos y culturales.
De modo particular, el pesebre es desde su origen franciscano una invitación a ‘sentir’, a ‘tocar’ la pobreza que el Hijo de Dios eligió para sí mismo en su encarnación. Y así, es implícitamente una llamada a seguirlo en el camino de la humildad, de la pobreza, del despojo, que desde la gruta de Belén conduce hasta la Cruz.
- Es una llamada a encontrarlo y servirlo con misericordia en los hermanos y hermanas más necesitados (cf.
- Mt 25,31-46).
- Me gustaría ahora repasar los diversos signos del belén para comprender el significado que llevan consigo.
- En primer lugar, representamos el contexto del cielo estrellado en la oscuridad y el silencio de la noche.
Lo hacemos así, no sólo por fidelidad a los relatos evangélicos, sino también por el significado que tiene. Pensemos en cuántas veces la noche envuelve nuestras vidas. Pues bien, incluso en esos instantes, Dios no nos deja solos, sino que se hace presente para responder a las preguntas decisivas sobre el sentido de nuestra existencia: ¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿Por qué nací en este momento? ¿Por qué amo? ¿Por qué sufro? ¿Por qué moriré? Para responder a estas preguntas, Dios se hizo hombre.
- Su cercanía trae luz donde hay oscuridad e ilumina a cuantos atraviesan las tinieblas del sufrimiento (cf. Lc 1,79).
- Merecen también alguna mención los paisajes que forman parte del belén y que a menudo representan las ruinas de casas y palacios antiguos, que en algunos casos sustituyen a la gruta de Belén y se convierten en la estancia de la Sagrada Familia.
Estas ruinas parecen estar inspiradas en la Leyenda Áurea del dominico Jacopo da Varazze (siglo XIII), donde se narra una creencia pagana según la cual el templo de la Paz en Roma se derrumbaría cuando una Virgen diera a luz. Esas ruinas son sobre todo el signo visible de la humanidad caída, de todo lo que está en ruinas, que está corrompido y deprimido.
Este escenario dice que Jesús es la novedad en medio de un mundo viejo, y que ha venido a sanar y reconstruir, a devolverle a nuestra vida y al mundo su esplendor original. ¡Cuánta emoción debería acompañarnos mientras colocamos en el belén las montañas, los riachuelos, las ovejas y los pastores! De esta manera recordamos, como lo habían anunciado los profetas, que toda la creación participa en la fiesta de la venida del Mesías.
Los ángeles y la estrella son la señal de que también nosotros estamos llamados a ponernos en camino para llegar a la gruta y adorar al Señor. «Vayamos, pues, a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado» (Lc 2,15), así dicen los pastores después del anuncio hecho por los ángeles.
Es una enseñanza muy hermosa que se muestra en la sencillez de la descripción. A diferencia de tanta gente que pretende hacer otras mil cosas, los pastores se convierten en los primeros testigos de lo esencial, es decir, de la salvación que se les ofrece. Son los más humildes y los más pobres quienes saben acoger el acontecimiento de la encarnación.
A Dios que viene a nuestro encuentro en el Niño Jesús, los pastores responden poniéndose en camino hacia Él, para un encuentro de amor y de agradable asombro. Este encuentro entre Dios y sus hijos, gracias a Jesús, es el que da vida precisamente a nuestra religión y constituye su singular belleza, y resplandece de una manera particular en el pesebre.
- Tenemos la costumbre de poner en nuestros belenes muchas figuras simbólicas, sobre todo, las de mendigos y de gente que no conocen otra abundancia que la del corazón.
- Ellos también están cerca del Niño Jesús por derecho propio, sin que nadie pueda echarlos o alejarlos de una cuna tan improvisada que los pobres a su alrededor no desentonan en absoluto.
De hecho, los pobres son los privilegiados de este misterio y, a menudo, aquellos que son más capaces de reconocer la presencia de Dios en medio de nosotros. Los pobres y los sencillos en el Nacimiento recuerdan que Dios se hace hombre para aquellos que más sienten la necesidad de su amor y piden su cercanía.
Jesús, «manso y humilde de corazón» (Mt 11,29), nació pobre, llevó una vida sencilla para enseñarnos a comprender lo esencial y a vivir de ello. Desde el belén emerge claramente el mensaje de que no podemos dejarnos engañar por la riqueza y por tantas propuestas efímeras de felicidad. El palacio de Herodes está al fondo, cerrado, sordo al anuncio de alegría.
Al nacer en el pesebre, Dios mismo inicia la única revolución verdadera que da esperanza y dignidad a los desheredados, a los marginados: la revolución del amor, la revolución de la ternura. Desde el belén, Jesús proclama, con manso poder, la llamada a compartir con los últimos el camino hacia un mundo más humano y fraterno, donde nadie sea excluido ni marginado.
Con frecuencia a los niños —¡pero también a los adultos!— les encanta añadir otras figuras al belén que parecen no tener relación alguna con los relatos evangélicos. Y, sin embargo, esta imaginación pretende expresar que en este nuevo mundo inaugurado por Jesús hay espacio para todo lo que es humano y para toda criatura.
Del pastor al herrero, del panadero a los músicos, de las mujeres que llevan jarras de agua a los niños que juegan, todo esto representa la santidad cotidiana, la alegría de hacer de manera extraordinaria las cosas de todos los días, cuando Jesús comparte con nosotros su vida divina.
Poco a poco, el belén nos lleva a la gruta, donde encontramos las figuras de María y de José. María es una madre que contempla a su hijo y lo muestra a cuantos vienen a visitarlo. Su imagen hace pensar en el gran misterio que ha envuelto a esta joven cuando Dios ha llamado a la puerta de su corazón inmaculado.
Ante el anuncio del ángel, que le pedía que fuera la madre de Dios, María respondió con obediencia plena y total. Sus palabras: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38), son para todos nosotros el testimonio del abandono en la fe a la voluntad de Dios.
- Con aquel ‘sí’, María se convertía en la madre del Hijo de Dios sin perder su virginidad, antes bien consagrándola gracias a Él.
- Vemos en ella a la Madre de Dios que no tiene a su Hijo sólo para sí misma, sino que pide a todos que obedezcan a su palabra y la pongan en práctica (cf. Jn 2,5).
- Junto a María, en una actitud de protección del Niño y de su madre, está san José.
Por lo general, se representa con el bastón en la mano y, a veces, también sosteniendo una lámpara. San José juega un papel muy importante en la vida de Jesús y de María. Él es el custodio que nunca se cansa de proteger a su familia. Cuando Dios le advirtió de la amenaza de Herodes, no dudó en ponerse en camino y emigrar a Egipto (cf.
Mt 2,13-15). Y una vez pasado el peligro, trajo a la familia de vuelta a Nazaret, donde fue el primer educador de Jesús niño y adolescente. José llevaba en su corazón el gran misterio que envolvía a Jesús y a María su esposa, y como hombre justo confió siempre en la voluntad de Dios y la puso en práctica.
El corazón del pesebre comienza a palpitar cuando, en Navidad, colocamos la imagen del Niño Jesús. Dios se presenta así, en un niño, para ser recibido en nuestros brazos. En la debilidad y en la fragilidad esconde su poder que todo lo crea y transforma.
- Parece imposible, pero es así: en Jesús, Dios ha sido un niño y en esta condición ha querido revelar la grandeza de su amor, que se manifiesta en la sonrisa y en el tender sus manos hacia todos.
- El nacimiento de un niño suscita alegría y asombro, porque nos pone ante el gran misterio de la vida.
- Viendo brillar los ojos de los jóvenes esposos ante su hijo recién nacido, entendemos los sentimientos de María y José que, mirando al niño Jesús, percibían la presencia de Dios en sus vidas.
«La Vida se hizo visible» (1Jn 1,2); así el apóstol Juan resume el misterio de la encarnación. El belén nos hace ver, nos hace tocar este acontecimiento único y extraordinario que ha cambiado el curso de la historia, y a partir del cual también se ordena la numeración de los años, antes y después del nacimiento de Cristo.
- El modo de actuar de Dios casi aturde, porque parece imposible que Él renuncie a su gloria para hacerse hombre como nosotros.
- Qué sorpresa ver a Dios que asume nuestros propios comportamientos: duerme, toma la leche de su madre, llora y juega como todos los niños.
- Como siempre, Dios desconcierta, es impredecible, continuamente va más allá de nuestros esquemas.
Así, pues, el pesebre, mientras nos muestra a Dios tal y como ha venido al mundo, nos invita a pensar en nuestra vida injertada en la de Dios; nos invita a ser discípulos suyos si queremos alcanzar el sentido último de la vida. Cuando se acerca la fiesta de la Epifanía, se colocan en el Nacimiento las tres figuras de los Reyes Magos.
- Observando la estrella, aquellos sabios y ricos señores de Oriente se habían puesto en camino hacia Belén para conocer a Jesús y ofrecerle dones: oro, incienso y mirra.
- También estos regalos tienen un significado alegórico: el oro honra la realeza de Jesús; el incienso su divinidad; la mirra su santa humanidad que conocerá la muerte y la sepultura.
Contemplando esta escena en el belén, estamos llamados a reflexionar sobre la responsabilidad que cada cristiano tiene de ser evangelizador. Cada uno de nosotros se hace portador de la Buena Noticia con los que encuentra, testimoniando con acciones concretas de misericordia la alegría de haber encontrado a Jesús y su amor.
- Los Magos enseñan que se puede comenzar desde muy lejos para llegar a Cristo.
- Son hombres ricos, sabios extranjeros, sedientos de lo infinito, que parten para un largo y peligroso viaje que los lleva hasta Belén (cf.
- Mt 2,1-12).
- Una gran alegría los invade ante el Niño Rey.
- No se dejan escandalizar por la pobreza del ambiente; no dudan en ponerse de rodillas y adorarlo.
Ante Él comprenden que Dios, igual que regula con soberana sabiduría el curso de las estrellas, guía el curso de la historia, abajando a los poderosos y exaltando a los humildes. Y ciertamente, llegados a su país, habrán contado este encuentro sorprendente con el Mesías, inaugurando el viaje del Evangelio entre las gentes.
- Ante el belén, la mente va espontáneamente a cuando uno era niño y se esperaba con impaciencia el tiempo para empezar a construirlo.
- Estos recuerdos nos llevan a tomar nuevamente conciencia del gran don que se nos ha dado al transmitirnos la fe; y al mismo tiempo nos hacen sentir el deber y la alegría de transmitir a los hijos y a los nietos la misma experiencia.
No es importante cómo se prepara el pesebre, puede ser siempre igual o modificarse cada año; lo que cuenta es que este hable a nuestra vida. En cualquier lugar y de cualquier manera, el belén habla del amor de Dios, el Dios que se ha hecho niño para decirnos lo cerca que está de todo ser humano, cualquiera que sea su condición.
- Queridos hermanos y hermanas: El belén forma parte del dulce y exigente proceso de transmisión de la fe.
- Comenzando desde la infancia y luego en cada etapa de la vida, nos educa a contemplar a Jesús, a sentir el amor de Dios por nosotros, a sentir y creer que Dios está con nosotros y que nosotros estamos con Él, todos hijos y hermanos gracias a aquel Niño Hijo de Dios y de la Virgen María.
Y a sentir que en esto está la felicidad. Que en la escuela de san Francisco abramos el corazón a esta gracia sencilla, dejemos que del asombro nazca una oración humilde: nuestro ‘gracias’ a Dios, que ha querido compartir todo con nosotros para no dejarnos nunca solos.
¿Cómo son las personas que se llaman Belén?
Características generales de las personas más famosas llamadas Belén: – Suelen ser personas valientes, apasionadas, que se entregan a lo que más les gusta. Poseen gran ingenio y capacidad para razonar llegando a conclusiones lógicas con cierta facilidad.
¿Qué significa el nombre Belén en griego?
Qué significa Belén – El significado del nombre Belén es ‘ casa de pan ‘.
¿Qué significa la cuna de Jesús?
La basílica papal de Santa María la Mayor, guarda la reliquia de la cuna donde se cree que María puso al Niño Jesús De la cuna de Jesús se encuentra el testimonio en el versículo siete del capítulo segundo del evangelio de Lucas, en un pasaje que encierra el sentido de la Navidad: ‘María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue’.
- La imagen de una madre cariñosa que deja el cuerpo frágil de su hijo recién nacido dentro de una cuna en un pesebre, toca el corazón de cualquier persona.
- Con esta imagen se emocionó de forma particular el papa Sisto III, el cuál en el año 432 decidió realizar dentro de la basílica de Santa María la Mayor una ‘gruta de la Natividad’ parecida a la de Belén.
La basílica tomó entonces el nombre de Santa María ad praesepem, que en latín significa precisamente pesebre. Fue el primer pesebre de la historia, objeto de devoción popular que empujó a fieles que volvieron de peregrinación en Tierra Santa, a llevar como regalo los que se consideran los preciosos fragmentos de madera de la célebre cuna que acogió al niño Jesús, todavía hoy custodiados en un relicario con el nombre de Sagrada Cuna ( cunabulum ).
La idea de colocar estas reliquias de madera en un tabernáculo fue de Gregorio XI (1370-78), más de un siglo después de la difusión de la costumbre lanzada por Francisco de Asís de realizar el pesebre. El relicario de Gregorio XI fue destruido en el siglo XVIII, durante los trabajos de restructuración en la que se llevó a cabo la fachada principal de la basílica.
Se realizó uno nuevo, que duró pocos decenios, hasta el robo de las tropas napoleónicas durante la ocupación de la ciudad en el bienio 1798-99. Se realizó otro, gracias a la donación de la duquesa Maria Emanuela Pignatelli, embajadora de Portugal. El relicario, que todavía hoy conserva los cinco listones de madera, fue realizado por Giuseppe Valadier.
Un trabajo muy preciso: sobre una plataforma de madera pintada a mano, hay una base rectangular de plata con cuatro bajorrelieves. En el lado delantero está representado el pesebre, en el posterior la última cena, en los lados la fuga a Egipto y la adoración de los Magos. Sobre esta elegante base se apoya el relicario de cristal en la forma de una cuna, sostenido por cuatro querubines de oro.
Por último, la representación de un suelo de paja sobre el que se apoya el Niño bendiciendo de tamaño casi natural ocupa toda la obra. La urna se encuentra bajo el altar mayor. En el pasado, durante las fiestas navideñas, la Sagrada Cuna era expuesta en la nave central para permitir que los fieles pudieran venerarla.
A lo largo de los años, el mal estado de conservación de los resto ha hecho que se evite el desplazamiento, que hoy en día se hace sólo en ocasión de la misa del Gallo. Una medida que interrumpió una tradición consolidada, pero que no impide a los romanos y devotos que sigan yendo a rezar frente a la Sagrada Cuna y no no solamente durante la Navidad.
Y siempre en Santa María Mayor hay otros objetos de profundo valor religioso. Dentro del museo de la basílica se conserva el pesebre más antiguo realizado en 1288 por Arnolfo di Cambio por petición del papa Nicolás IV. Además, en la Navidad de 2007 fue recuperado de una sala no abierta al público el panniculum, un trozo de tela del tamaño de una mano que, según la tradición, es una parte de la que usó María para envolver al niño Jesús y que hoy está guardado en un relicario de gran valor donado por Pío IX.
¿Qué importancia tiene la ciudad de Belén?
Ken DarkThe Conversation*
24 diciembre 2020 Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, Belén cobra particular importancia durante la Navidad por ser escenario del nacimiento de Jesús. Cada Navidad, Belén se convierte en un foco de atención mundial como el escenario de la Natividad (el nacimiento de Cristo).
Casi todos los años, el centro de la ciudad está lleno de peregrinos cristianos, De hecho, muchas personas viajan a Tierra Santa durante todo el año para visitar lugares de importancia religiosa, ya sea en Jerusalén, Nazaret o alrededor del Mar de Galilea. Pero, ¿cuándo empezaron los cristianos a considerar ciertos lugares como santos y empezaron a viajar a ellos en peregrinación? Después de mi trabajo arqueológico en Nazaret, decidí investigar utilizando tanto fuentes escritas antiguas como evidencia arqueológica.
Según los evangelios, Cristo enseñó que no existe algo así como un ‘lugar santo’. Pero para el siglo III, cristianos prominentes como Alejandro, más tarde obispo de Jerusalén, y el renombrado erudito Orígenes de Alejandría estaban buscando lugares mencionados en la Biblia.
¿Cómo se dice Belén en inglés?
Belén Bethlehem
¿Cuándo es el Día de Belén?
Celebra su onomástica el 25 de diciembre, en honor de Nuestra Señora de Belén.
¿Qué significa Belén con los pastores?
‘En Belén con los pastores’
La Vida martes, 12 de febrero de 2013 |
Pablo Clase Hijo Estar en Babia, distraído, sin enterarse de la realidad, es lo mismo que estar ‘en Belén con los pastores’. Se dice cuando uno no se percata de lo que ocurre a su alrededor, o de lo que se habla en una conversación, porque está abstraído, embobado, arrobado o ensimismado.
La frase evoca a los pastores de Belén: no se daban cuenta de que, a su lado, ocurría el nacimiento de Jesús. Un ángel tuvo que aparecérseles e informarles que había nacido allí, en Belén, ‘en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor’ (Lc 2:8-11). Hoy debemos estar despiertos, despabilados, ante el pronto regreso de Cristo.
Es tiempo de creer en Él y aceptarle como Salvador y Señor, a fin de que cuando vuelva por su iglesia no estemos ‘en Belén con los pastores’, sino preparados para irnos con Él a las moradas del cielo. : ‘En Belén con los pastores’
¿Cómo se dice Belén en China?
La palabra china Boliheng – 伯利恒 – Bólìhéng. ( Belén en chino )
¿Cuántas personas en el mundo se llaman Belén?
Tenemos más Belenes que Natividades: los nombres navideños en España Hay seis personas que se apellidan Navidad Navidad en España, doce que tras el nombre tienen en el carnet los apellidos Belén Belén. y 26 mujeres llamadas Navidad. La posibilidad de una unión de apellidos o nombres entre estas sagas podría crear ciudadanos llamados Belén Navidad Navidad, o similares.
Pero no son los únicos españoles cuyos nombres de pila o apellidos nos remontan a realidades o personajes navideños. En este artículo recorremos una decena de nombres usados en nuestro país que están fuertemente relacionados con la fiesta cristiana. El que aparece en más DNI: Natalia Si nos fijamos en los nombres de persona, vemos que, según los datos del, el nombre navideño que cuenta con más portadores en España es Natalia, nombre derivado del latín dies natalis o día del nacimiento de Cristo.
Hay en nuestro país 91.703 mujeres llamadas Natalia y repartidas de forma desequilibrada, ya que las estadísticas sitúan a muchas en Asturias, Valladolid, Zaragoza o Toledo y, en cambio, a muy pocas en provincias como Murcia, Palencia o Castellón. La media de edad de las mujeres llamadas así se sitúa en 26 años y medio.
Esa media refleja que hace más de 25 años que se pone el nombre de Natalia en nuestro país y que sigue utilizándose para dar nombre a las niñas que nacen. De otro modo la media sería más alta, ya que todos conocemos a Natalias que tienen más de 40 años. Sus variantes familiares, Natacha, Natatxa, Nataxa o Natasha son usadas también como nombre en los registros: hay casi 1600 Natachas en España, y de la juventud de estas formas nos informa el que la variante con sh ( Natasha ) ofrezca una media de edad de solo 17 años y la forma con x una media de 16.
Los Natalios, en cambio, son pocos (algo menos de 1.500) y tienen un nombre menos elegido para los bebés que nacen, ya que presentan una media de edad de 58 años; parece que en general no quedan Natalios que crean en los Reyes. Noelia, popularizado por Nino Bravo Fruto de una moda que es reciente y cuya pista podemos seguir con facilidad es el nombre Noelia.
- Se origina en la palabra francesa para Navidad ( Noël ) a la que se añadió una –a para formar un nombre femenino.
- Antes de 1972 era muy infrecuente encontrar a mujeres llamadas así, pero una de ellas, la canaria (Miss España 1968), fue clave en la historia de este nombre: en ella se inspiró Augusto Algueró para componer una que popularizó en 1971 Nino Bravo.
A partir de ese momento se empezaron a generalizar las Noelias en España; ahora son 73.138 y viven en su mayoría en provincias como Murcia y Palencia (dos provincias donde, en cambio, hay pocas Natalias), Toledo, Guadalajara, León y Lugo. La media de edad de las Noelias españolas es de 25 años, lo que prueba que, más allá de la eclosión de la canción en torno a Noelia hace 46 años, el nombre se ha seguido utilizando.
- A Noelia Afonso, que cumplirá 68 años en la navideña fecha del 3 de enero, le debemos que esté tan presente un nombre navideño como el suyo desde los últimos años del franquismo.
- La forma masculina, Noel, tiene casi 5.000 representantes en España, en su mayoría en la cornisa noroccidental del país.
- Más belenes que Reyes Magos El tercer puesto en los nombres femeninos navideños lo ocupa Belén: en España hay 34.494 mujeres llamadas así, con una media de edad de 32 años.
Y el más antiguo, pero también menos frecuente de estos nombres navideños femeninos es Natividad, denominación que tienen en su carnet 32.495 mujeres en España de una edad media de 63 años, lo que muestra que últimamente no se usa tanto para las recién nacidas.
- Derivado del latín nativitas, que designaba al nacimiento del niño Jesús, Natividad es también en España un nombre masculino (aunque solo lo porten en la actualidad 44 hombres) y un apellido (hay 806 personas con ese apellido, concentradas sobre todo en Soria, Vizcaya y Valencia).
- Los nombres de los Reyes Magos son, en cambio, menos exitosos que los que significan ‘Navidad’.
Unos quince mil españoles tienen el nombre de uno de estos monarcas: 3768 se llaman Melchor, 6904 son Gaspar y hay 4748 Baltasares. Son nombres que no se ponen mucho a los bebés, ya que la media de edad de los tres es superior a los 50 años. Si te llamas como uno de los Reyes, en suma, tu edad se aproxima más a la de Sus Majestades que a la del niño Jesús.
- Y aún mayores son las mujeres con nombre de rey mago, ya que superan los 70 años quienes se llaman Melchora, Gaspara o Baltasara.
- Suman entre los tres nombres algo menos de 1700 personas, las menos comunes son las Gasparas.
- Mirra, rara como regalo y como apellido El repertorio se puede ampliar un poco más si apuntamos a nombres de realidades que tienen que ver intrínsecamente con las Navidades.
El nacimiento, como muchos españoles llaman al portal de Belén que ponemos en casa, da nombre a 31 mujeres españolas: Nacimiento, con una media de edad de 63 años y en su mayoría provenientes de Granada. Más exótico aún es llamarse : hay 23 personas llamadas así (47,4 años de media) y 31 lo tienen como apellido.
Y curioso es apellidarse, el regalo más enigmático de los portados por los tres Reyes Magos, que es también como apellido una rareza, ya que lo tienen solo 17 personas (barcelonesas en su mayoría). Los nombres que se ponen o se dejan de poner así como los apellidos que se han usado históricamente son parte del objeto de estudio de la Onomástica histórica, disciplina filológica que en este caso ofrece sus datos para intervenir en la clásica batalla de Papá Noel frente a los Reyes Magos.
En cuanto a sus sistemas de transporte, ganan claramente Sus Majestades: hay 462 personas apellidadas Camello de primero o de segundo en España; en cambio, solo 71 se apellidan Reno. Nuestro querido Santa Claus, en cuestión de nombres, no circula mucho por España en Navidad,
¿Cómo se llama la ciudad de Belén?
Beit laħem]) es una ciudad ubicada en el centro de Cisjordania (Palestina), situada a unos 9 km al sur de Jerusalén y enclavada en los montes de Judea.
¿Donde dice la Biblia que Jesús nació en un pesebre?
(Shutterstock) Hoy pesebre es sinónimo de cuna de Jesús o de la escena completa del niño Dios rodeado por sus padres, los Reyes Magos, los pastores y los animales en un establo. Pero esta palabra de origen latino – praesepe o praesepes – designa originalmente el comedero, la caja donde se coloca el forraje para alimentar a los animales.
El vocablo se compone del prefijo prae, que significa ‘delante’ y saepes, ‘cerco’. De los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento, sólo el de Lucas hace referencia a las circunstancias del nacimiento de Jesús : María, dice el evangelista, acostó a su niño en un pesebre, en el establo donde ella y su esposo pasaron la noche en Belén, porque no había sitio en el mesón.
‘Y aconteció que estando ellos allí (en Belén), se cumplieron los días de su alumbramiento. Y (María) dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.
Y he aquí, que se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.
Esto os servirá de señal: hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre,’ Un texto breve pero extraordinariamente fructífero. De estas líneas ha surgido una tradición más que milenaria, La Navidad no fue festejada desde el comienzo por los cristianos.
Recién en el siglo VI, está documentada una primera celebración en la Iglesia Santa María la Mayor, en Roma, el 25 de diciembre, en torno a reliquias del pesebre traídas de Belén y con estatuas de la Virgen, de José, del buey y del asno. Es en este momento que se fija la fecha del 25 de diciembre como la del nacimiento de Jesús.
La fecha es convencional y no está reconocida como exacta por la historiografía, ya que no hay fuentes que certifiquen la fecha del nacimiento Cristo. Los Evangelios no dan ninguna, ni siquiera Lucas que es el que más referencia hace al acontecimiento en sí. atividad, Fra Angelico, 1441 (Florencia) A San Francisco de Asís se le atribuye la ‘invención’ del pesebre viviente. Fue en 1223. La intención del Santo era hacerles ‘vivir’ la Navidad a los campesinos de la región de Umbría. Para ello instala un pesebre viviente en una gruta en Greccio, que incluye un buey y un asno reales.
José, María, los magos y los pastores eran representados por gente del pueblo. La teología franciscana es cristocéntrica y eso explica el interés por la escenificación del nacimiento milagroso de Jesús. La costumbre de los pesebres vivientes se fue difundiendo luego por toda Italia y más tarde pasó al sur de Francia.
Poco a poco, los actores irán siendo remplazados por figuras en madera, cera, pasta de papel o cartón, porcelana, arcilla, etcétera. Los pesebres con figuras se instalan primero en las iglesias, hacia el siglo XV, durante el Renacimiento. Y en las casas de familia, especialmente de las clases acomodadas, a partir del siglo XVIII.
- Los primeros pesebres particulares aparecen en esa época en Nápoles en las casas de la aristocracia.
- Al prohibir las representaciones públicas de la Navidad, en el marco de su política anticlerical, la Revolución Francesa alentó la costumbre de instalar pesebres privados en las casas.
- Los ‘nacimientos’ se repliegan pues al interior de los hogares como forma de compensar el vacío causado por esa prohibición.
Se atribuye a los jesuitas de Praga, en el siglo XVI, la aparición de los pesebres como los conocemos hoy, de menor tamaño, armados con figuras. Son los más antiguos que se conocen. Conscientes del poder de la celebración de Navidad, de su popularidad, los jesuitas difunden la práctica de los pesebres por toda la cristiandad a través de modelos reducidos como los que hoy se usan, como forma de reforzar la catequesis en el marco de la Contrarreforma.
La piedad popular encontraría un medio adecuado de expresión a través de estas representaciones. A lo largo de la historia, los pesebres fueron conquistando otros sitios además de las iglesias: edificios públicos, negocios, plazas. En cada país, fueron adquiriendo rasgos particulares ligados a las tradiciones y al folklore local.
En años recientes, en algunos países europeos y en el marco de un laicismo mal entendido, se han desatado polémicas por la iniciativa de autoridades de varias ciudades y comunas de prohibir los pesebres en sitios públicos. ¿Pesebre o gruta? ¿Dónde nació Jesús? El pesebre es una escenificación del nacimiento con algunos personajes imprescindibles, como José, María y Jesús, con otros actores secundarios, pero importantes, como los reyes magos, los ángeles y los pastores, y con el agregado de animales, especialmente buey, asno, corderos y camellos.
- Algunos pesebres son representados dentro de grutas.
- Esta idea surge de textos cristianos de los primeros tiempos, como el Diálogo con Trifón, del filósofo cristiano Justino de Naplusa y el Protoevangelio de Santiago, en los que se sugiere que la tradición oral de la zona señalaba como lugar preciso del nacimiento un establo construido en una gruta.
Eran habituales por entonces las casas en flancos de colina en Belén. De hecho, la basílica de la Natividad de Belén fue construida en el siglo IV sobre grutas. Un evangelio apócrifo (llamado del Pseudo Mateo) del siglo VII combina ambas versiones: María y José se refugian primero en una gruta, donde nace el Niño, y luego en un establo, donde lo acuestan en un pesebre. El verdadero Mateo no menciona ni gruta ni establo.
- En cambio dice que los Reyes Magos visitaron a Jesús en una ‘casa’, sin mayores detalles.
- Es la tradición posterior la que fue sumando y mezclando todos estos elementos.
- En las iglesias y en los hogares, los pesebres se instalan varios días antes de la Navidad, pero la fecha es variable.
- Según algunas tradiciones, se lo hace el primer domingo de Adviento.
El Adviento es el período de preparación para el nacimiento. Varía de 21 a 28 días pues abarca 4 domingos. Otras fechas que suelen usarse es la festividad de San Nicolás, el 6 de diciembre, o el día de Santa Lucía, el 13 de diciembre. Finalmente, una fecha muy difundida es la de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre. Shutterstock 163 Algunos arman el pesebre completo desde el comienzo, pero también es muy frecuente colocar al niño Jesús recién en la medianoche del 24, luego de las doce campanadas. El asno está presente porque es el animal con el cual viajó la Sagrada Familia y el buey el que dio calor al niño.
Los pastores con sus ovejas están allí porque como vimos fueron los primeros en recibir la noticia del nacimiento. También se suele colocar una estrella en la parte superior para simbolizar a la que, con su brillo particular, orientó a los Magos que venían de Oriente buscando a Jesús. Estos suelen venir acompañados de otros animales, más exóticos, como camellos, caballo y hasta elefantes.
Algunos colocan a los magos recién el 6 de enero. En cuanto al momento de desarmar el pesebre, tampoco hay una sola tradición: algunos lo hacen después de Reyes (6 de enero), otros, el 2 de febrero, día de la presentación de Jesús en el Templo de Jerusalén.
Para los cristianos, el pesebre es la representación del nacimiento de Cristo, Dios hecho hombre, simboliza la encarnación del Hijo de Dios, que viene a vivir entre los hombres y a morir por ellos. Representa el amor de Dios por los hombres, tan grande, que envía a su Hijo para redimirlos. Mensaje muy fuerte es el del marco de humildad de la escena.
El Hijo de Dios nace en un establo y sus primeros visitantes son simples pastores. Jesús nació pobre entre los pobres. 162 En su última homilía de la Epifanía (Reyes), antes de renunciar al papado, el 6 de enero de 2013, Joseph Ratzinger, hoy papa emérito Benedicto XVI, dijo: ‘Así como los pastores que, como primeros anfitriones del Niño recién nacido acostado en el pesebre, personifican a los pobres de Israel y, en general, a las almas humildes que viven interiormente en gran cercanía con Jesús, así los hombres que llegan de Oriente personifican a los pueblos del mundo, a la Iglesia de los gentiles, a los hombres que a lo largo de todos los siglos se ponen en marcha hacia el Niño de Belén, honran en Él al Hijo de Dios y se postran frente a él’.
¿Cómo era Belén en la epoca del nacimiento de Jesús?
Así es Belén, la ciudad en la que, según la tradición cristiana, nació Jesús de Nazaret Belén es una ciudad antiquísima, para buscar su origen hay que remontarse siglos antes del nacimiento de Jesús porque ya en escritos del año 1350 a.C. aparece mencionada como una ciudad de paso para los viajeros que recorrían los caminos que unían Siria y Egipto; claro que lo que ha hecho famosa a esta ciudad no es tanto su historia como sus vínculos con la religión y no solo con el cristianismo sino también con el judaísmo: Belén es, para los cristianos, el lugar de nacimiento de Jesús, es más, el lugar exacto en el que este sucedió está marcado en la ciudad y ha sido, históricamente, un lugar de peregrinación; para los judíos Belén es la ciudad del rey David, un personaje de gran importancia que sirve además de vínculo entre el judaísmo y el cristianismo porque José, padre de Jesús, era descendiente de David. Belén | Imagen de Soman en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 2.5 Actualmente Belén no recibe tantos turistas como tiempo atrás, era un lugar de peregrinación tanto para cristianos como para judíos pero actualmente está en territorio palestino y rodeada por una muralla con sus accesos controlados, algo que ha hecho disminuir el turismo en una ciudad que es, en cierta medida, representación en sí misma de la zona del mundo que ocupa: la mitad de sus habitantes son musulmanes y la mitad cristianos. Iglesia de la Natividad | Imagen de dominio público Pero ¿cuáles son en realidad los lugares más emblemáticos de Belén? para nosotros, como hijos de la tradición cristiana, el primer lugar es el que está indicado como lugar exacto del nacimiento de Jesús; es de visita obligada la basílica de la Natividad, en la plaza del Pesebre, donde los días de Navidad tienen lugar los actos religiosos propios de estas fechas aunque, curiosamente, aquí la Navidad tiende a dispersarse debido a multiculturalidad de la ciudad de Belén: los católicos y protestantes celebran la Navidad el 25 de diciembre mientras los cristianos de origen sirio lo hacen el 6 de enero y los ortodoxos el 19 de enero. Gruta de la Leche, Belén | Imagen de Diego Delso en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 4.0 Alejándonos un poco de la tradición cristiana, nos acercamos a los museos Baituna Al-Talhami, un imperdible para conocer la cultura de Belén y el de Giacaman, un museo entorno a la producción del aceite de oliva. Mezquita de Omar en Belén | Imagen de dominio público Es verdad que Belén, en territorio palestino y a menos de 10 kilómetros de Jerusalén, es una ciudad conflictiva para visitar y de hecho ha perdido atractivo turístico pero a pesar de eso sigue siendo ciudad de peregrinación, destino importante para quienes viajan guiados por su fe y, dado que es la principal industria de la ciudad, cuenta con más de 30 hoteles, alguno de ellos centenario.
¿Cómo se llama el lugar donde nació Jesús?
Evangelio de Lucas – En los días en que Herodes era rey de Judea, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret (en Galilea) para anunciarle a una virgen llamada María, que estaba desposada con un hombre llamado José, que le nacería un niño y debía llamarlo Jesús, porque él sería el hijo de Dios y gobernaría sobre Israel para siempre.
- Cuando se acercaba el momento del nacimiento, César Augusto ordenó un censo de los dominios romanos, y José llevó a María a Belén, la antigua ciudad de David, ya que él era de la casa de David.
- Y sucedió que Jesús nació en Belén; y como no tenían dónde quedarse en el pueblo, el infante fue acostado en un pesebre mientras los ángeles anunciaban su nacimiento a un grupo de pastores que lo adoró como Mesías y Señor.
De acuerdo con la ley judía, sus padres presentaron al niño Jesús en el Templo de Jerusalén, donde dos personas en el templo, Simeón y Ana, dieron gracias a Dios porque había enviado su salvación. José y María luego regresaron a Nazaret. Allí «el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él».
¿Cuál es el origen del Belén?
Los Belenes. Dice la historia que San Francisco de Asís tras su peregrinación a los Santos Lugares celebró la Eucaristía en la Nochebuena de 1233 en Greccio donde preparó una representación de un pesebre con una mula y un buey, considerándose desde entonces esta representación como el origen del belenismo.
¿Quién hizo el primer Belén?
Según la tradición, el primer belén lo realizó San Francisco de Asís, en 1223, en Greccio, en la provincia de Rieti (Umbría).
¿Quién creó el Belén?
Historia y origen del Belén Historia y origen del Belén 13 junio, 2017 ¿Por qué tenemos la costumbre de poner el portal de belén en navidades?. La costumbre de representar el nacimiento de Jesucristo con figuras se originó en la Edad Media. El primer Belén del que se tienen noticia se lo debemos a San Francisco de Asís, que en 1223 celebró la misa de Navidad dentro de una cueva en Italia.
¿Quién fundó Belén?
Belén (Catamarca)
Belén | |
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Fundación | 20 de diciembre de 1681 (hace ya 340 años, 10 meses y 7 días) (Bartolomé de Olmos y Aguilera) |
Altitud | |
Media | 1255 m s.n.m. |
Población (2019) | Puesto 2.º |