Secuencia que muestra las difrentes etapas por las que atraviesa la luna durante un eclipse. El texto de la Sagrada Escritura es rico en alusiones a la luna y al color rojo que caracteriza a los eclipses de nuestro satélite natural.
Luna Roja Apocalipsis – Es cuando la luna roja o luna de sangre mediante la formación del eclipse lunar en la fase de luna llena para una super luna, según el significado de apocalipsis en la biblia es el fin de la vida, la compara con que esta en la espera de la cuarta o tetrada del eclipse lunar, el cual tiene un periodo de formación cada seis meses. Históricamente se comentan hechos que han alterado al mundo en los últimos tiempos, y que se han resaltado desde la pascua del 2014 como luna de sangre en una serie de cuatros lunas eclipsadas llamadas tetrada, cada uno de estas lunas con periodos marcados, dando una tonalidad rojiza.
Levantamiento de Daesh (ISIS)Acuerdo nuclear con iránLa guerra de Israel con Hamas
Se esta avecinando en la espera de la cuarta y ultima luna roja, que según los judíos presentan una fiestas en los tabernáculos, siendo en esta festividad el primer eclipse lunar en luna llena. Por esa razón se presume que la luna roja sera apocalíptica porque no habrá una quinta luna roja ya que se mencionara el fin del mundo o es devastador desastre natural. Esto se puede mencionar en el libro de apocalipsis, en su capitulo 6 versículo 12 donde menciona ¨Y SEGUÍ VIENDO. CUANDO ABRIÓ EL SEXTO SELLO SE PRODUJO UN VIOLENTO TERREMOTO Y EL SOL SE PUSO NEGRO COMO UN PAÑO DE GRIS Y LA LUNA TODA COMO SANGRE¨ trayendo y haciendo señal de fin del mundo.
¿Qué es la Luna Roja?
La luna roja. ¿una señal del Apocalipsis? Cada cierto tiempo sucede un curioso fenómeno astronómico: la denominada ‘luna roja’. Contra lo que dicen algunos agoreros, hay que aclarar que no tiene nada que ver con el Apocalipsis y otras profecías bíblicas.
La luna roja: un fenómeno insólito, pero normal Lo peculiar de este eclipse es el color rojizo con el que se podrá ver el satélite natural de la Tierra durante 78 minutos. ¿A qué es debido este color? A que la atmósfera terrestre hace que, en lugar de dejar de ver totalmente la Luna, la percibamos sin el color azul de los rayos solares que refleja.
Algo parecido a lo que sucede en el crepúsculo. Miguel Gilarte, presidente de la Asociación Astronómica de España, afirma que ‘es uno de los espectáculos más sublimes que podemos contemplar a simple vista’, aunque reconoce que se trata de un fenómeno simple, bien conocido y con una explicación totalmente normal.
Será el primer episodio de lo que los expertos han denominado una ‘tétrada’ o un ‘eclipse tetraedro’, ya que habrá cuatro eclipses cercanos en el tiempo, el último el 28 de septiembre de 2015. Miquel Serra-Ricart, del Instituto de Astrofísica de Canarias, destaca que ‘realmente es un fenómeno astronómico insólito’, ya que ‘el último de estas características sucedió hace una década y el próximo no ocurrirá hasta el 2032’.
Así es: ya pasó algo semejante entre 2003 y 2004 y no vino ningún fin del mundo. Es más, no se recuerda ninguna preocupación apocalíptica por aquel tiempo. Profetas de calamidades o de positividades La luna roja, un fenómeno que en antiguas civilizaciones dio lugar a miedos a los dioses por el recuerdo de la sangre, ha servido para todo tipo de especulaciones en esta ocasión.
Si algunos quedaron defraudados por el fallo estrepitoso de sus profecías para diciembre de 2012, aprovechan la ocasión ahora para infundir miedo en la población. Algunos lo han hecho refiriéndose a la Biblia y a sus alusiones a que ‘la luna se teñirá de sangre’ (lo que comentaremos más adelante). Y, por eso, dicen, ahora ‘todos los signos se cumplen las profecías de Dios han sido dadas y se cumplirán’.
En concreto, ha cobrado mucha popularidad un pastor evangélico radical estadounidense, John Hagee, que en su libro Four blood moons: something is about to change afirma que esta tétrada de eclipses supone el cumplimiento de la profecía apocalíptica. Además, escudriña las fechas para subrayar que el primer y tercer eclipse de la serie coinciden con la fiesta judía de la Pascua, mientras que el segundo y el cuarto sucederán mientras los judíos celebren la fiesta de los Tabernáculos.
- Esto, unido a que en ocasiones anteriores de eclipse lunar la coincidencia se dio con acontecimientos importantes para el pueblo hebreo, hace que Hagee prediga ‘un gran evento que va a cambiar la historia’.
- Hay algunos que han vinculado esto con el fenómeno OVNI, afirmando que ‘estos seres están pendientes de nosotros, dispuestos a ayudarnos si nos dejáramos’.
Un cambio de ciclo con intervención alienígena que supondrá la revelación de muchos misterios que ‘pondrán en duda muchas creencias dogmáticas, incrementándose una guerra secreta de poderes eclesiásticos’. Por el contrario, algunos han aprovechado la ocasión para interpretar el fenómeno de la luna roja en clave espiritual y simbólica positiva: el eclipse significaría ‘el verdadero cambio de conciencia esperado, no el fin del mundo’.
He podido leer cómo algunos personajes del mundillo esotérico lo interpretan en clave de evolución mundial, de cambio de época hacia una humanidad mejor. Una astróloga argentina, por ejemplo, ofrece múltiples explicaciones desde los signos del Zodiaco y concluye que, según su saber, con el eclipse ‘se agudizan los procesos transformadores que literalmente nos están haciendo despegar hacia una forma de conciencia mayor, más madura y solidaria.
La palabra clave es renovación’. Cuando la Biblia dice que la Luna se teñirá de sangre Ante todo esto, muchos se preguntan: ¿y qué dice realmente la Biblia de todo esto? Hay tres lugares en los que se alude a nuestro satélite natural asociándolo al color rojo.
El primero de ellos es en el profeta Joel, cuando relata la conmoción cósmica que sucederá en el día del Señor: ‘el sol se cambiará en tinieblas y la luna en sangre, ante la venida del Día de Yahvé, grande y terrible’ (Jl 3,4). Segunda aparición: nada menos que una cita textual del texto de Joel, hecha por Pedro en el discurso del día de Pentecostés (Hch 2,20).
Y tercera, la que más le gusta a sensacionalistas y cantamañanas: en el libro del Apocalipsis, cuando al abrirse el sexto sello ‘el sol se puso negro como un paño de crin, y la luna toda como sangre’ (Ap 6,12). Más allá de esto, los que defienden el carácter de cumplimiento profético de este eclipse citan al mismo Jesús, cuando habla de señales en el sol, la luna y las estrellas, o afirma que en el momento del fin la luna dejará de dar su resplandor (Mt 24,29; Mc 13,24; Lc 21,25).
Cuestión importante; cómo hay que entender las palabras proféticas de la Biblia en general, y el libro del Apocalipsis en particular. Se trata de un género literario peculiar, el apocalíptico, que no puede leerse de forma literal. Un género plagado de simbolismo y metáforas, en el que los números, las formas, los colores, los animales tienen cada uno su significado teológico.
Se trata de un discurso religioso, de unas palabras que expresan algo desde la fe, y no de un meticuloso programa de futuros acontecimientos históricos, políticos o astronómicos. Y yendo ya al libro del Apocalipsis, fechado por los exegetas a finales del siglo I en su redacción final, y escrito que concluye la Biblia, hay que reconocer su carácter de libro sagrado que pretende infundir esperanza a los cristianos perseguidos.
En un momento crítico para la primera Iglesia, cuando se ve acosada por los poderes de su tiempo, constata la propia mediocridad comunitaria y descubre que se retrasa la segunda venida de Jesús, el escrito sagrado llama a confiar en la victoria de Cristo resucitado sobre las fuerzas del mal. La última palabra la tendrá Dios, porque el principal acontecimiento de la historia ya ha sucedido: el triunfo del Cordero degollado, que es el mismo Jesús, sobre el misterio del mal, sobre el pecado y la muerte.
Ni Jesús es el hijo de una oveja, aunque se le llame Cordero, ni se van a ir al cielo sólo 144.000 elegidos. Como se ha dicho antes, los números, hechos astronómicos, animales, colores hay que interpretarlos simbólicamente. ¿Hay motivos para preocuparse? No hay motivos para preocuparse, desde luego que no.
A los que hagan caso al pastor John Hagee, el máximo protagonista del pánico por el eclipse lunar colorado, habrá que recordarles que en 2012 se planteó si ‘podría ser el fin del mundo tal como lo conocemos’ en una serie de sermones. Fijándonos en la Biblia, lo que más preocupa a muchos –y más nos interesa a los creyentes–, también es bueno que se aclaren algunas cosas con respecto a los textos bíblicos que hablan de la Luna teñida de sangre y que han sido citados antes.
En primer lugar: cuando el profeta Joel habla de esa conmoción cósmica, dice en el versículo siguiente (versículo que, curiosamente, no citan los apocalípticos postmodernos): ‘y sucederá que todo el que invoque el nombre del Señor se salvará’ (Jl 3,5). Te puede interesar: Segundo momento: cuando Pedro cita las palabras de Joel el día de Pentecostés ante la multitud reunida en Jerusalén lo hace señalando que ya se han cumplido esas palabras, porque ha sido derramado el Espíritu Santo sobre los hijos de Israel.
- No habla del Sol ni de la Luna, ni le importan.
- Sin tener estudios exegéticos ni teológicos sabe perfectamente que se ha cumplido la profecía de Joel.
- En cuanto al tercer texto, el del libro del Apocalipsis, no habla sólo de una Luna ‘como sangre’, sino también de un violento terremoto, de un sol negro y de estrellas que caen del cielo.
Por lo que yo sé, nadie de la NASA ha hablado de esto. Mucha coincidencia sería. Y, si se diera, el Apocalipsis seguirá siendo un escrito que anuncia la salvación de Cristo de una forma extraordinariamente bella y sugerente, como en una inmensa liturgia, como una gran Misa cósmica que concluye con unas bodas: las de Jesús con la Iglesia, que es la humanidad salvada.
¿Por qué no se recuerda la Luna Roja?
La luna roja. ¿una señal del Apocalipsis? Cada cierto tiempo sucede un curioso fenómeno astronómico: la denominada ‘luna roja’. Contra lo que dicen algunos agoreros, hay que aclarar que no tiene nada que ver con el Apocalipsis y otras profecías bíblicas.
- La luna roja: un fenómeno insólito, pero normal Lo peculiar de este eclipse es el color rojizo con el que se podrá ver el satélite natural de la Tierra durante 78 minutos.
- ¿A qué es debido este color? A que la atmósfera terrestre hace que, en lugar de dejar de ver totalmente la Luna, la percibamos sin el color azul de los rayos solares que refleja.
Algo parecido a lo que sucede en el crepúsculo. Miguel Gilarte, presidente de la Asociación Astronómica de España, afirma que ‘es uno de los espectáculos más sublimes que podemos contemplar a simple vista’, aunque reconoce que se trata de un fenómeno simple, bien conocido y con una explicación totalmente normal.
- Será el primer episodio de lo que los expertos han denominado una ‘tétrada’ o un ‘eclipse tetraedro’, ya que habrá cuatro eclipses cercanos en el tiempo, el último el 28 de septiembre de 2015.
- Miquel Serra-Ricart, del Instituto de Astrofísica de Canarias, destaca que ‘realmente es un fenómeno astronómico insólito’, ya que ‘el último de estas características sucedió hace una década y el próximo no ocurrirá hasta el 2032’.
Así es: ya pasó algo semejante entre 2003 y 2004 y no vino ningún fin del mundo. Es más, no se recuerda ninguna preocupación apocalíptica por aquel tiempo. Profetas de calamidades o de positividades La luna roja, un fenómeno que en antiguas civilizaciones dio lugar a miedos a los dioses por el recuerdo de la sangre, ha servido para todo tipo de especulaciones en esta ocasión.
- Si algunos quedaron defraudados por el fallo estrepitoso de sus profecías para diciembre de 2012, aprovechan la ocasión ahora para infundir miedo en la población.
- Algunos lo han hecho refiriéndose a la Biblia y a sus alusiones a que ‘la luna se teñirá de sangre’ (lo que comentaremos más adelante).
- Y, por eso, dicen, ahora ‘todos los signos se cumplen las profecías de Dios han sido dadas y se cumplirán’.
En concreto, ha cobrado mucha popularidad un pastor evangélico radical estadounidense, John Hagee, que en su libro Four blood moons: something is about to change afirma que esta tétrada de eclipses supone el cumplimiento de la profecía apocalíptica. Además, escudriña las fechas para subrayar que el primer y tercer eclipse de la serie coinciden con la fiesta judía de la Pascua, mientras que el segundo y el cuarto sucederán mientras los judíos celebren la fiesta de los Tabernáculos.
- Esto, unido a que en ocasiones anteriores de eclipse lunar la coincidencia se dio con acontecimientos importantes para el pueblo hebreo, hace que Hagee prediga ‘un gran evento que va a cambiar la historia’.
- Hay algunos que han vinculado esto con el fenómeno OVNI, afirmando que ‘estos seres están pendientes de nosotros, dispuestos a ayudarnos si nos dejáramos’.
Un cambio de ciclo con intervención alienígena que supondrá la revelación de muchos misterios que ‘pondrán en duda muchas creencias dogmáticas, incrementándose una guerra secreta de poderes eclesiásticos’. Por el contrario, algunos han aprovechado la ocasión para interpretar el fenómeno de la luna roja en clave espiritual y simbólica positiva: el eclipse significaría ‘el verdadero cambio de conciencia esperado, no el fin del mundo’.
- He podido leer cómo algunos personajes del mundillo esotérico lo interpretan en clave de evolución mundial, de cambio de época hacia una humanidad mejor.
- Una astróloga argentina, por ejemplo, ofrece múltiples explicaciones desde los signos del Zodiaco y concluye que, según su saber, con el eclipse ‘se agudizan los procesos transformadores que literalmente nos están haciendo despegar hacia una forma de conciencia mayor, más madura y solidaria.
La palabra clave es renovación’. Cuando la Biblia dice que la Luna se teñirá de sangre Ante todo esto, muchos se preguntan: ¿y qué dice realmente la Biblia de todo esto? Hay tres lugares en los que se alude a nuestro satélite natural asociándolo al color rojo.
El primero de ellos es en el profeta Joel, cuando relata la conmoción cósmica que sucederá en el día del Señor: ‘el sol se cambiará en tinieblas y la luna en sangre, ante la venida del Día de Yahvé, grande y terrible’ (Jl 3,4). Segunda aparición: nada menos que una cita textual del texto de Joel, hecha por Pedro en el discurso del día de Pentecostés (Hch 2,20).
Y tercera, la que más le gusta a sensacionalistas y cantamañanas: en el libro del Apocalipsis, cuando al abrirse el sexto sello ‘el sol se puso negro como un paño de crin, y la luna toda como sangre’ (Ap 6,12). Más allá de esto, los que defienden el carácter de cumplimiento profético de este eclipse citan al mismo Jesús, cuando habla de señales en el sol, la luna y las estrellas, o afirma que en el momento del fin la luna dejará de dar su resplandor (Mt 24,29; Mc 13,24; Lc 21,25).
Cuestión importante; cómo hay que entender las palabras proféticas de la Biblia en general, y el libro del Apocalipsis en particular. Se trata de un género literario peculiar, el apocalíptico, que no puede leerse de forma literal. Un género plagado de simbolismo y metáforas, en el que los números, las formas, los colores, los animales tienen cada uno su significado teológico.
Se trata de un discurso religioso, de unas palabras que expresan algo desde la fe, y no de un meticuloso programa de futuros acontecimientos históricos, políticos o astronómicos. Y yendo ya al libro del Apocalipsis, fechado por los exegetas a finales del siglo I en su redacción final, y escrito que concluye la Biblia, hay que reconocer su carácter de libro sagrado que pretende infundir esperanza a los cristianos perseguidos.
En un momento crítico para la primera Iglesia, cuando se ve acosada por los poderes de su tiempo, constata la propia mediocridad comunitaria y descubre que se retrasa la segunda venida de Jesús, el escrito sagrado llama a confiar en la victoria de Cristo resucitado sobre las fuerzas del mal. La última palabra la tendrá Dios, porque el principal acontecimiento de la historia ya ha sucedido: el triunfo del Cordero degollado, que es el mismo Jesús, sobre el misterio del mal, sobre el pecado y la muerte.
Ni Jesús es el hijo de una oveja, aunque se le llame Cordero, ni se van a ir al cielo sólo 144.000 elegidos. Como se ha dicho antes, los números, hechos astronómicos, animales, colores hay que interpretarlos simbólicamente. ¿Hay motivos para preocuparse? No hay motivos para preocuparse, desde luego que no.
A los que hagan caso al pastor John Hagee, el máximo protagonista del pánico por el eclipse lunar colorado, habrá que recordarles que en 2012 se planteó si ‘podría ser el fin del mundo tal como lo conocemos’ en una serie de sermones. Fijándonos en la Biblia, lo que más preocupa a muchos –y más nos interesa a los creyentes–, también es bueno que se aclaren algunas cosas con respecto a los textos bíblicos que hablan de la Luna teñida de sangre y que han sido citados antes.
En primer lugar: cuando el profeta Joel habla de esa conmoción cósmica, dice en el versículo siguiente (versículo que, curiosamente, no citan los apocalípticos postmodernos): ‘y sucederá que todo el que invoque el nombre del Señor se salvará’ (Jl 3,5). Te puede interesar: Segundo momento: cuando Pedro cita las palabras de Joel el día de Pentecostés ante la multitud reunida en Jerusalén lo hace señalando que ya se han cumplido esas palabras, porque ha sido derramado el Espíritu Santo sobre los hijos de Israel.
- No habla del Sol ni de la Luna, ni le importan.
- Sin tener estudios exegéticos ni teológicos sabe perfectamente que se ha cumplido la profecía de Joel.
- En cuanto al tercer texto, el del libro del Apocalipsis, no habla sólo de una Luna ‘como sangre’, sino también de un violento terremoto, de un sol negro y de estrellas que caen del cielo.
Por lo que yo sé, nadie de la NASA ha hablado de esto. Mucha coincidencia sería. Y, si se diera, el Apocalipsis seguirá siendo un escrito que anuncia la salvación de Cristo de una forma extraordinariamente bella y sugerente, como en una inmensa liturgia, como una gran Misa cósmica que concluye con unas bodas: las de Jesús con la Iglesia, que es la humanidad salvada.
¿Qué significa el eclipse de la Luna Roja?
Por el contrario, algunos han aprovechado la ocasión para interpretar el fenómeno de la luna roja en clave espiritual y simbólica positiva: el eclipse significaría ‘el verdadero cambio de conciencia esperado, no el fin del mundo’.
¿Por qué la Luna es azul?
La luna roja. ¿una señal del Apocalipsis? Cada cierto tiempo sucede un curioso fenómeno astronómico: la denominada ‘luna roja’. Contra lo que dicen algunos agoreros, hay que aclarar que no tiene nada que ver con el Apocalipsis y otras profecías bíblicas.
- La luna roja: un fenómeno insólito, pero normal Lo peculiar de este eclipse es el color rojizo con el que se podrá ver el satélite natural de la Tierra durante 78 minutos.
- ¿A qué es debido este color? A que la atmósfera terrestre hace que, en lugar de dejar de ver totalmente la Luna, la percibamos sin el color azul de los rayos solares que refleja.
Algo parecido a lo que sucede en el crepúsculo. Miguel Gilarte, presidente de la Asociación Astronómica de España, afirma que ‘es uno de los espectáculos más sublimes que podemos contemplar a simple vista’, aunque reconoce que se trata de un fenómeno simple, bien conocido y con una explicación totalmente normal.
Será el primer episodio de lo que los expertos han denominado una ‘tétrada’ o un ‘eclipse tetraedro’, ya que habrá cuatro eclipses cercanos en el tiempo, el último el 28 de septiembre de 2015. Miquel Serra-Ricart, del Instituto de Astrofísica de Canarias, destaca que ‘realmente es un fenómeno astronómico insólito’, ya que ‘el último de estas características sucedió hace una década y el próximo no ocurrirá hasta el 2032’.
Así es: ya pasó algo semejante entre 2003 y 2004 y no vino ningún fin del mundo. Es más, no se recuerda ninguna preocupación apocalíptica por aquel tiempo. Profetas de calamidades o de positividades La luna roja, un fenómeno que en antiguas civilizaciones dio lugar a miedos a los dioses por el recuerdo de la sangre, ha servido para todo tipo de especulaciones en esta ocasión.
- Si algunos quedaron defraudados por el fallo estrepitoso de sus profecías para diciembre de 2012, aprovechan la ocasión ahora para infundir miedo en la población.
- Algunos lo han hecho refiriéndose a la Biblia y a sus alusiones a que ‘la luna se teñirá de sangre’ (lo que comentaremos más adelante).
- Y, por eso, dicen, ahora ‘todos los signos se cumplen las profecías de Dios han sido dadas y se cumplirán’.
En concreto, ha cobrado mucha popularidad un pastor evangélico radical estadounidense, John Hagee, que en su libro Four blood moons: something is about to change afirma que esta tétrada de eclipses supone el cumplimiento de la profecía apocalíptica. Además, escudriña las fechas para subrayar que el primer y tercer eclipse de la serie coinciden con la fiesta judía de la Pascua, mientras que el segundo y el cuarto sucederán mientras los judíos celebren la fiesta de los Tabernáculos.
- Esto, unido a que en ocasiones anteriores de eclipse lunar la coincidencia se dio con acontecimientos importantes para el pueblo hebreo, hace que Hagee prediga ‘un gran evento que va a cambiar la historia’.
- Hay algunos que han vinculado esto con el fenómeno OVNI, afirmando que ‘estos seres están pendientes de nosotros, dispuestos a ayudarnos si nos dejáramos’.
Un cambio de ciclo con intervención alienígena que supondrá la revelación de muchos misterios que ‘pondrán en duda muchas creencias dogmáticas, incrementándose una guerra secreta de poderes eclesiásticos’. Por el contrario, algunos han aprovechado la ocasión para interpretar el fenómeno de la luna roja en clave espiritual y simbólica positiva: el eclipse significaría ‘el verdadero cambio de conciencia esperado, no el fin del mundo’.
He podido leer cómo algunos personajes del mundillo esotérico lo interpretan en clave de evolución mundial, de cambio de época hacia una humanidad mejor. Una astróloga argentina, por ejemplo, ofrece múltiples explicaciones desde los signos del Zodiaco y concluye que, según su saber, con el eclipse ‘se agudizan los procesos transformadores que literalmente nos están haciendo despegar hacia una forma de conciencia mayor, más madura y solidaria.
La palabra clave es renovación’. Cuando la Biblia dice que la Luna se teñirá de sangre Ante todo esto, muchos se preguntan: ¿y qué dice realmente la Biblia de todo esto? Hay tres lugares en los que se alude a nuestro satélite natural asociándolo al color rojo.
- El primero de ellos es en el profeta Joel, cuando relata la conmoción cósmica que sucederá en el día del Señor: ‘el sol se cambiará en tinieblas y la luna en sangre, ante la venida del Día de Yahvé, grande y terrible’ (Jl 3,4).
- Segunda aparición: nada menos que una cita textual del texto de Joel, hecha por Pedro en el discurso del día de Pentecostés (Hch 2,20).
Y tercera, la que más le gusta a sensacionalistas y cantamañanas: en el libro del Apocalipsis, cuando al abrirse el sexto sello ‘el sol se puso negro como un paño de crin, y la luna toda como sangre’ (Ap 6,12). Más allá de esto, los que defienden el carácter de cumplimiento profético de este eclipse citan al mismo Jesús, cuando habla de señales en el sol, la luna y las estrellas, o afirma que en el momento del fin la luna dejará de dar su resplandor (Mt 24,29; Mc 13,24; Lc 21,25).
- Cuestión importante; cómo hay que entender las palabras proféticas de la Biblia en general, y el libro del Apocalipsis en particular.
- Se trata de un género literario peculiar, el apocalíptico, que no puede leerse de forma literal.
- Un género plagado de simbolismo y metáforas, en el que los números, las formas, los colores, los animales tienen cada uno su significado teológico.
Se trata de un discurso religioso, de unas palabras que expresan algo desde la fe, y no de un meticuloso programa de futuros acontecimientos históricos, políticos o astronómicos. Y yendo ya al libro del Apocalipsis, fechado por los exegetas a finales del siglo I en su redacción final, y escrito que concluye la Biblia, hay que reconocer su carácter de libro sagrado que pretende infundir esperanza a los cristianos perseguidos.
- En un momento crítico para la primera Iglesia, cuando se ve acosada por los poderes de su tiempo, constata la propia mediocridad comunitaria y descubre que se retrasa la segunda venida de Jesús, el escrito sagrado llama a confiar en la victoria de Cristo resucitado sobre las fuerzas del mal.
- La última palabra la tendrá Dios, porque el principal acontecimiento de la historia ya ha sucedido: el triunfo del Cordero degollado, que es el mismo Jesús, sobre el misterio del mal, sobre el pecado y la muerte.
Ni Jesús es el hijo de una oveja, aunque se le llame Cordero, ni se van a ir al cielo sólo 144.000 elegidos. Como se ha dicho antes, los números, hechos astronómicos, animales, colores hay que interpretarlos simbólicamente. ¿Hay motivos para preocuparse? No hay motivos para preocuparse, desde luego que no.
A los que hagan caso al pastor John Hagee, el máximo protagonista del pánico por el eclipse lunar colorado, habrá que recordarles que en 2012 se planteó si ‘podría ser el fin del mundo tal como lo conocemos’ en una serie de sermones. Fijándonos en la Biblia, lo que más preocupa a muchos –y más nos interesa a los creyentes–, también es bueno que se aclaren algunas cosas con respecto a los textos bíblicos que hablan de la Luna teñida de sangre y que han sido citados antes.
En primer lugar: cuando el profeta Joel habla de esa conmoción cósmica, dice en el versículo siguiente (versículo que, curiosamente, no citan los apocalípticos postmodernos): ‘y sucederá que todo el que invoque el nombre del Señor se salvará’ (Jl 3,5). Te puede interesar: Segundo momento: cuando Pedro cita las palabras de Joel el día de Pentecostés ante la multitud reunida en Jerusalén lo hace señalando que ya se han cumplido esas palabras, porque ha sido derramado el Espíritu Santo sobre los hijos de Israel.
No habla del Sol ni de la Luna, ni le importan. Sin tener estudios exegéticos ni teológicos sabe perfectamente que se ha cumplido la profecía de Joel. En cuanto al tercer texto, el del libro del Apocalipsis, no habla sólo de una Luna ‘como sangre’, sino también de un violento terremoto, de un sol negro y de estrellas que caen del cielo.
Por lo que yo sé, nadie de la NASA ha hablado de esto. Mucha coincidencia sería. Y, si se diera, el Apocalipsis seguirá siendo un escrito que anuncia la salvación de Cristo de una forma extraordinariamente bella y sugerente, como en una inmensa liturgia, como una gran Misa cósmica que concluye con unas bodas: las de Jesús con la Iglesia, que es la humanidad salvada.