Sembrar y cosechar es un acto de fe. Es un acto de fe, porque no vemos que nada ocurre de inmediato. Es decir ‘Yo creo que algo grande va a ocurrir porque estoy plantando esta semilla’.
¿Qué es sembrar en el Espíritu?
Cuando sembramos para el Espíritu, sembramos la verdad de Dios en nuestra mente y en nuestro corazón. Santiago 3.9-18 En todas nuestras decisiones diarias, o bien ‘sembramos para la carne’, o bien ‘sembramos para el Espíritu’ (Ga 6.8). Con nuestras acciones y pensamientos, plantamos semillas que afectan la clase de persona en la que nos estamos convirtiendo, y también el nivel de impacto que tendrá nuestra vida para Dios.
La ‘carne’ es la parte de nosotros que quiere vivir y actuar independientemente del Señor. Como humanos, todos tenemos que lidiar con esta tendencia; no la perdemos cuando somos salvos. No obstante, el Espíritu Santo nos libera de la esclavitud de la carne. Comienza a cambiarnos para que comencemos a vivir de acuerdo con la verdad.
Las decisiones que tomamos contribuyen al proceso de transformación, y cuando están en armonía con el trabajo del Espíritu Santo, siembran semillas buenas que resultan en nuevo crecimiento. Cuando usted siembra para el Espíritu, siembra la verdad de Dios en su mente y corazón.
- Entonces comienza a experimentar la vida eterna, que viene de conocer verdaderamente al Señor (Jn 17.3).
- El fruto del Espíritu se forma de manera natural a partir de estas semillas, e influye en cada aspecto de su vida.
- Al alimentar su espíritu con las cosas de Dios, se volverá más fuerte, más como Cristo, y sus pensamientos y acciones se llenarán más del Señor.
¿Está alimentando su espíritu y la fuente de su vida, o alimentando la carne que quiere actuar independientemente de Dios? ¿Siembran sus decisiones semillas que edifican su vida, haciéndole diferente y permitiendo que corrientes de agua viva fluyan de usted para alimentar a otros? (Vea Jn 7.37-39).
¿Qué dice la Biblia sobre la siembra y la cosecha?
13 Versículos de la Biblia sobre la Cosecha – NVI & RVR60 « »
El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia. | Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia. |
No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. | No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. |
No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. | No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. |
Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará. | Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. |
Aunque la higuera no florezca, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; aun así, yo me regocijaré en el S eñor, ¡me alegraré en Dios, mi libertador! | Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. |
Honra al S eñor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas. | Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos. |
El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. | Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. |
Si se conducen según mis estatutos, y obedecen fielmente mis mandamientos, yo les enviaré lluvia a su tiempo, y la tierra y los árboles del campo darán sus frutos. | Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto. |
Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? | Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? |
En fin, el fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz. | Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz. |
Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella. | Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados. |
Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto —dice el S eñor Todopoderoso—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde. | Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. |
La vid se marchitó; languideció la higuera; se marchitaron los granados, las palmeras, los manzanos, ¡todos los árboles del campo! ¡Y hasta la alegría de la gente acabó por marchitarse! | La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la palmera y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres. |
13 Versículos de la Biblia sobre la Cosecha – NVI & RVR60
¿Qué es sembrar en la vida?
Definción de Sembrar El sembrar es uno de los actos más importantes que puede realizar el ser humano porque sólo a través suyo puede continuar la vida y de hecho, el sembrar es lo que le permitió al ser humano evolucionar hacia un tipo de vida más compleja, sedentaria y con mayor comodidad.
El ser humano, naturalmente nómade como todos los animales que buscan su alimento, desarrolló las técnicas de la con la y pudo, a partir de la siembra y de la cosecha, obtener su propio alimento sin depender del, de la de en el espacio en el que se ubicaba o de la presencia de competidores que se lo quitaran de antemano.
Hoy en día, la siembra ha evolucionado mucho debido a las necesidades más y más abundantes de alimento pero sin duda sigue siendo la piedra fundamental del desarrollo del ser humano. Cuando hablamos de la siembra estamos haciendo referencia al acto mediante el cual se plantan en la tierra las semillas de aquellos vegetales que después el ser humano utilizará como alimento.
- La siembra es un proceso delicado que debe llevarse a cabo teniendo en cuenta varios tales como el clima, la fertilidad y la humedad de los suelos, el tiempo de crecimiento, la de las semillas, etc.
- Es muy importante revisar que las semillas estén en buenas condiciones, que no posean rastros de la fruta o el vegetal que los generó porque una vez que estos restos sean plantados junto con las semillas, podrán ser inmediatamente consumidos por insectos que luego pasarán a dañar a la en sí, impidiendo su crecimiento.
Además, también es importante que la siembra se realice dejando espacio entre semilla y semilla de modo que la futura planta o vegetal pueda crecer espaciosamente y así pueda desarrollar una mayor fortaleza. La siembra puede ser realizada de manera industrial o dependiendo del caso. Autor : Cecilia Bembibre. Trabajo publicado en: Ene., 2012. × Bembibre, C. (enero, 2012). Definición de Sembrar. Definición ABC. Desde https://www.definicionabc.com/medio-ambiente/sembrar.php : Definción de Sembrar
¿Qué significa lo que se siembra se cosecha?
Significado : Da a entender que los resultados corresponden a las obras realizadas.
¿Qué dice Dios de la siembra?
Ley de la Siembra y la Cosecha Hay un concepto en la Biblia de que todo lo que el hombre siembra se cosecha. Todo en nuestra vida, sea bueno o malo, producirá un resultado acorde a las semillas que hemos sembrado. Dios estableció leyes naturales durante la creación y todo el universo está sometido al cumplimiento de estas leyes.
Los científicos todavía no logran entender por completo las leyes naturales. Por ejemplo, tenemos la ley de la gravedad, que funciona a la perfección día tras día, como también la ley de acción y reacción, la ley de inercia, etc. De la misma manera, existen leyes espirituales establecidas por Dios. Hoy vamos a hablar de la ley de la siembra y la cosecha.
Esta es una ley espiritual y universal establecida por Dios desde la creación, y se aplica a todas las áreas de la vida, tanto en la naturaleza, como en lo material y espiritual. Todo lo que hacemos, todo lo que decimos y nuestras actitudes, son una siembra y el resultado de la siembra es la cosecha.
Veamos lo que nos dice la Biblia en Gálatas 6:7-8: ‘ 7 No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.8 El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.’ La vida es un campo en el cual sembramos; un campo en donde sembramos semillas buenas (las que se originan en el espíritu santo) o malas (las que se originan en nuestros deseos pecaminosos).
El resultado es la cosecha que recibimos de acuerdo a las semillas que sembramos. Las mismas leyes que rigen la siembra y la cosecha en el mundo natural son las que se cumplen en el mundo espiritual. Hay 4 principios básicos que gobiernan la ley de la siembra y la cosecha.
La Semilla Tiene que ser Plantada para poder Cosechar
El primer principio básico de esta ley, es que debemos sembrar para cosechar. El proceso tiene un orden lógico, en lo natural, como cuando alguien siembra semillas en un campo, y también en lo espiritual. Nadie puede pretender obtener una cosecha sin haber sembrado antes.
Esto parece muy lógico y claro, pero se sorprenderían de la cantidad de gente que espera obtener cosechas de algo que nunca sembró. ¡Nunca vas a cosechar una semilla que tienes guardada! Marcos 4:26-29 ‘Jesús continuó: El reino de Dios se parece a quien esparce semilla en la tierra. Sin que este sepa cómo, y ya sea que duerma o esté despierto, día y noche brota y crece la semilla.
La tierra da fruto por sí sola; primero el tallo, luego la espiga, y después el grano lleno en la espiga. Tan pronto como el grano está maduro, se le mete la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha.’ Sembrar y cosechar es un acto de fe. Es un acto de fe, porque no vemos que nada ocurre de inmediato.
Es decir ‘Yo creo que algo grande va a ocurrir porque estoy plantando esta semilla’. Parece que la semilla está enterrada, que todos caminan sobre ella, pero la verdad es que esa semilla está creciendo en una planta, o en un árbol, está formando raíces debajo de la tierra. Cuando la semilla está bajo tierra, en la época más oscura, algo sobrenatural sucede.
Cuando está cubierta por mucha tierra, la pequeña semilla no se puede detener. Pero en efecto, un día, esa pequeña semilla rompe la superficie de la tierra y sale a la luz.2. Sembramos Semillas de la Especie que Queremos Cosechar El segundo principio de esta ley es que sembramos semillas de la especie que queremos cosechar.
En el libro de Génesis (capitulo 1:11-12), vemos que cuando Dios creó todas las plantas, determinó que cada árbol, cada planta, cada hierba produzca semilla según su propia naturaleza. Si un agricultor siembra semillas de naranjas, entonces va a crecer un árbol de naranjas, no de manzanas. Si siembras amor, cosecharas amor y así con todo.
De la misma manera, nuestra cosecha va a depender de nuestra siembra. Hay dos tipos de semillas: la semilla buena y la semilla mala. Semilla mala – la que se origina en nuestros deseos pecaminosos. Esta semilla produce pecado y corrompe nuestro carácter, llevándonos a la destrucción de nuestro propio ser.
- Ejemplos: negatividad, enojo, lujuria, maldad, impiedad, rebeldía, desobediencia, perversidad, injusticia, inmoralidad.
- Gálatas 5:19-21 ‘ 19 Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; 20 idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos 21 y envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas.
Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.’ Semilla buena – la que se origina en el Espíritu Santo. Esta semilla tiene cualidades semejantes a las de Cristo que llevan a la vida eterna. La persona que somete su vida a Cristo y vive por el Espíritu, tiene el poder, el dominio propio y el amor para poder obrar conforme al designio divino.
- Ejemplos: amor, paz, armonía, compasión, misericordia, generosidad, justicia, sabiduría, buenas actitudes y acciones, bondad, felicidad.
- Gálatas 5:22-23 ‘ 22 En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, 23 humildad y dominio propio.
- No hay ley que condene estas cosas.’ La Biblia compara la vida cristiana con el ejercicio de cultivar una y otra vez.
Sembremos buenas semillas que produzcan una buena cosecha. Dale a Dios lo mejor y siembra en el reino de Dios.3. La Cosecha Siempre Será en Proporción a lo que se Siembra El tercer principio de esta ley es que mientras más siembras, mas cosechas, por lo tanto, menos siembras, menos cosechas.
- La cosecha es un milagro de Dios.
- Pablo nos dice en 1 Corintios 3:6 ‘ 6 Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento.’ 2 Corintios 9:6 ‘ 6 Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará.’ Ahora, tenemos que tener en cuenta que el tiempo de la cosecha es diferente al de la siembra.
Los resultados toman tiempo. No podemos esperar sembrar hoy o un fin de semana cuando estamos en la iglesia y que a los pocos días ya tengamos nuestra cosecha. Cuando se siembra la tierra, la cosecha se obtiene meses después. De la misma manera ocurre en el mundo espiritual.
La maldad y la bondad no siempre serán recompensadas de inmediato, pero podemos estar seguros de que toda acción es una semilla sembrada y la cosecha llegará. Jesús bendecirá a los que lo aman, lo aceptan como su Salvador y viven una vida para agradarle. A la misma vez, Dios castigará todo pecado y las consecuencias alcanzarán al impío en su debido tiempo, ya que el tiempo de la cosecha es diferente al de la siembra.
Por lo tanto, es importante que el hombre se arrepienta antes que coseche las consecuencias de sus malas obras. Como dijo el apóstol Pablo ‘ 9 No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos’ – Gálatas 6:9.
- Las leyes de Dios no son arbitrarias; están ahí para protegernos de decisiones y comportamientos que de otra forma tendrían consecuencias dolorosas tanto para nosotros como para los demás.
- Dios nos ama y quiere lo mejor para nosotros; es por eso que nos da los principios espirituales necesarios para vivir plenamente ahora y por la eternidad.4.
El Resultado de esta Ley es Multiplicativo Esto es uno de los principios más importantes ‘SE COSECHA MAS DE LO QUE SE SIEMBRA’. Lo que se siembra, se cosecha en forma multiplicada. El Salmo 32:10 aclara que los dolores para el impío serán muchos, ya que lo que se siembra, se cosecha en mayor proporción, pero también todo lo bueno que se hace, Dios lo recompensa abundantemente.
El resultado multiplicativo de esta ley está basado en el hecho de que una persona siembra una semilla, pero como cosecha no se obtiene otra semilla, sino que el resultado de dicha siembra será un árbol, una planta o un arbusto que tiene muchos frutos, flores, y muchas semillas dentro de esos frutos.
En el ámbito natural, para un agricultor, esto es muy lógico. Sin embargo, muchas personas se olvidan que en lo espiritual sucede exactamente lo mismo. La ley de la siembra y la cosechaes una ley espiritual, así que está presente en todo lo que hacemos.
Por eso tenemos que preguntarnos: ¿Qué estoy sembrando? ¿Para quién estoy sembrando? ¿Qué tipo de semillas estoy sembrando? ¿Estoy sembrando para mí o para Dios? Jesús nos enseñó que debemos sembrar nuestra propia vida, que no podemos aferrarnos a ella y que debo dedicar mi vida a Él. ¡Tu vida no es tuya, es de Dios! Tu vida le pertenece a Dios.
Juan 12:25 nos dice ‘ 25 El que se apega a su vida la pierde; en cambio, el que aborrece su vida en este mundo la conserva para la vida eterna.’ Debemos sembrar en FE. Aquello que más necesites en tu vida es lo que debes sembrar en fe. Con la acción de Dios, se dará lo sobrenatural.
¿Cómo sembrar en el Señor?
Cuando hablamos de sembrar y cosechar, ¿cuál es la semilla? En lo primero que pensamos cuando escuchamos la frase ‘tiempo de sembrar y cosechar’, es en la agricultura. Y es lo primero que viene a nuestra mente cuando leímos por primera vez acerca de este tema en Génesis 8:22, en donde encontramos la siguiente promesa: «Mientras la tierra permanezca, no faltarán la sementera y la siega, ni el frio y el calor, ni el verano y el invierno, ni el día y la noche».
- Sin embargo, no tenemos que esperar mucho tiempo para ver como el principio de la siembra y la cosecha o de ‘sembrar y segar’, se aplique en cada área de nuestra vida.
- La ley de la siembra y la cosecha es un proceso establecido por Dios, el cual siempre existirá mientras estemos en la Tierra.
- Veamos un ejemplo de esto en Gálatas 6:7-9.
En estos versículos, la ley se aplica a las consecuencias y a las recompensas de las decisiones que una persona toma en la vida: «No se dejen engañar: nadie puede burlarse de la justicia de Dios. Siempre se cosecha lo que se siembra. Los que viven sólo para satisfacer los deseos de su propia naturaleza pecaminosa cosecharán, de esa naturaleza, destrucción y muerte; pero los que viven para agradar al Espíritu, del Espíritu, cosecharán vida eterna.
Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos» ( NTV ). Observa que en esos versículos se habla acerca de las semillas que son sembradas en las diferentes áreas de la vida, ya sea en lo financiero y en lo social, o de los que siembran y cosechan de su propia naturaleza de pecado, y los que siembran para el Espíritu.
Las buenas nuevas del evangelio nos dicen que por medio de Cristo, la recompensa (o cosecha) de nuestro pecado puede ser lavado con Su sangre; y gracias a ello, podemos disfrutar de una vida de abundancia que nunca terminará: «Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor» (Romanos 6:23, NTV ).
- El plan de Dios, consiste en proveerte buena semilla para sembrar.
- Y en 2 Corintios 9:8-11, dice que Dios es quien le provee la semilla al sembrador.
- Su plan no es sólo suplir nuestras necesidades, sino que tengamos lo suficiente en abundancia para sembrar para toda buena obra.
- Te animamos a creer que el Señor te dará buena semilla para sembrar; no importa si necesitas una semilla financiera, una palabra amable, un regalo de servicio o un acto de obediencia.
¡Dios multiplicará la semilla que siembres! Jesús manifestó en Lucas 6:38: «Den, y recibirán. Lo que den a otros les será devuelto por completo: apretado, sacudido para que haya lugar para más, desbordante y derramado sobre el regazo. La cantidad que den determinará la cantidad que recibirán a cambio» ( NTV ).
¿Quién siembra el bien?
Significado de Quien siembra vientos cosecha tempestades
- ‘Quien siembra vientos, cosecha tempestades’ es un refrán que advierte que todas nuestras acciones en la vida generan consecuencias,
- En este sentido, ‘sembrar vientos y cosechar tempestades’ hace referencia a la idea de los resultados negativos que producen acciones mal encaminadas.
- ‘Sembrar’, tal como es utilizado en este dicho, vendría a ser una metáfora agrícola: lo que sembramos no retoña sino hasta mucho después, y solamente si lo hemos cultivado con esmero y cuidado.
‘Cosechar’, por su parte, se referiría a aquello que obtenemos al momento de recoger los frutos de lo que hemos sembrado. La cosecha es representativa de nuestro trabajo de siembra: si la cosecha es buena, es porque hemos hecho un buen cultivo. Podemos sembrar con nuestras acciones.
- Este proverbio es utilizado sobre todo para recordarnos que si actuamos mal en nuestras vidas y si hacemos mal a los demás, cuando necesitemos de ellos, no estarán allí.
- Esta expresión popular tiene, además, otras variantes, como, por ejemplo: ‘quien siembra vientos, recoge tempestades’; ‘siembra vientos y recogerás tempestades’; ‘el que vientos siembra, tempestades cosecha’.
- En inglés, por su parte, podemos traducir este refrán como ‘ you reap what you sow ‘ (cosechas lo que siembras).
- Vea también,
Cómo citar: ‘Quien siembra vientos cosecha tempestades’. En: Significados.com, Disponible en: https://www.significados.com/quien-siembra-vientos-cosecha-tempestades/ Consultado: : Significado de Quien siembra vientos cosecha tempestades