Espíritu Santo

Conociendo al Espíritu Santo

Quien Era Asera En La Biblia?

Quien Era Asera En La Biblia
Nombre y epítetos – Asera fue llamada la «madre de todos los dioses». Se le conoce entre los babilonios como Ishtar, originalmente llamada Athirat (o Afdirad). Es la gran diosa semítica de la fecundidad. Sopdet Para los egipcios. En la Biblia recibe el nombre de Astoret, pronunciación desfigurada de la original ‘Astart, mediante la inclusión de las vocales de la palabra hebrea boset (vergüenza) según la costumbre de los rabinos, para desprestigiar a las divinidades paganas.

  1. De acuerdo con el libro The Early History of God, Astarte sería la denominación correspondiente a la Edad de hierro (después del 1200 a.C.) de la diosa Asera de la Edad de bronce (antes del 1200 a.C.) La forma griega es Astarté,
  2. En las Cartas de Amarna, es Ashirtu y Ashratu.
  3. Los textos de Ras Shamra identifican a Asera (‘atrt = atirat) con la diosa esposa de El ; la llaman «señora Asera del mar» y «progenitora de los dioses », (aquí sería la madre de Baal ).

​ No obstante, las funciones de esta deidad debían de ser variadas, presentando similitudes con las tres diosas del baalismo: Anat, Aserá, Astoret (Jueces 3: 7; 6.25; el que los nombres aparezcan en plural puede indicar que cada localidad tenía su Baal y Aserá).

¿Qué significa la palabra Asera en la Biblia?

Diosa cananea de la fertilidad y del amor sexual.

¿Quién era Asera y Baal?

Familia – Su dios padre es El, En la mitología cananea se denominaba así (El) a la deidad principal. Se lo conocía como «padre de todos los dioses», el dios supremo, «el creador», «el bondadoso». Por lo general, al dios El, se le representaba como un toro, con o sin alas.

También se lo llamaba Eloáh o Elah y su esposa principal era Asera ( Astarté, Athirat o Ishtar ), diosa madre de Baal. Su hijo Baal era representado como un joven guerrero, pero también como un toro joven (un becerro). En el templo de El-Il-Dagan (en Ugarit ), Baal y el dios El estaban juntos. La consorte de Baal en Cartago era llamada Tanit, siendo equivalente a la diosa Astarté (o Anat ).

Uno de los hermanos de Baal y dios rival, es el dios semítico del caos y las tempestades, llamado Yam, cuyo culto rivalizó con el culto a su hermano de Baal, ambos hijos del dios principal El, También, ambos formaban parte de su corte de dioses menores.

¿Cómo adoraban a la diosa Asera?

Traductora: Crista Castellanos Ella era venerada bajo cada árbol según la Biblia hebraica, conocida por los cristianos como antiguo testamento. La biblia cuenta también que su imagen se estuvo durante años en el Templo de Salomón y allí las mujeres le colgaban guirnaldas. Tanto en los templos como en los bosques su imagen estaba hecha de madera, ya que los reformadores monoteístas exigían abatirla y quemarla.

Parece haber sido un objeto fabricado por la mano del hombre, esculpido o grabado en un árbol; o tal vez la imagen era simplemente un tronco con cierta forma particular. El patrimonio arqueológico sugiere que Asera fue la Diosa Madre de Israel. La esposa de Dios, según William Dever, quien a desenterrado numerosos indicios de su identidad.

Ella fue venerada aparentemente durante la época en que Israel fue considerada una nación. ¿Pero quién era ella? ¿Quién era esta diosa de los hebreos, hoy perdida? ¿Por qué ya no es venerada en las religiones judío cristianas de nuestros días? La imagen de Asera acentúa su pecho y sugiere así su rol de diosa de la fertilidad, su postura representa su naturaleza de madre en general.

  • Ella ayudaba a las mujeres tanto en la concepción como en el parto y era probablemente también la madre de todos, aquella que daba consuelo y protección en un mundo de incertidumbre.
  • Las descripciones encontradas en Israel nos dicen que Yaveh y Asera eran invocados juntos, para la protección personal.

Su identificación con los árboles sugiere que Asera fue la Madre Naturaleza, una figura que reconocemos en nuestro lenguaje pero que desafortunadamente se perdió en las principales religiones. Ella era, en otros términos, todo aquello que podrías imaginar de la mitad femenina de un duo creador divino: La Gran Madre.

La imagen de Asera no se perdió por casualidad, sino a causa de una acción deliberada del monoteísmo fundamentalista. Primero que todo, sus representaciones fueron demolidas, sus mitos modificados y como resultado, su nombre fue olvidado. De hecho, su nombre aparece 40 veces en las traducciones modernas de la biblia, pero no es nombrada ni una sola vez en la primera traducción inglesa de la misma, la biblia King James.

Como ya nadie sabía en el siglo XVII quien era Asera, su nombre fue traducido por ‘bosques de árboles’, ‘árboles’, o ‘imágenes en los bosques’, sin comprender que esos árboles y esos bosques representaban a La Diosa Madre. Cuando los arqueólogos sacaron a la luz un tesoro de historias Cananeas y otros escritos en Ugarit (actualmente Siria) descubrieron que la misteriosa Asera no era simplemente un objeto sino una diosa: la Diosa Madre de los Cananeos.

Asera era una diosa cananea conocida, la Diosa Madre y esposa del Dios Padre. Su nombre es mencionado repetidamente y parece haber sido venerada por los Israelitas, muy a pesar de las imposiciones monoteístas. Su nombre se encuentra en inscripciones junto con Yaveh. La imagen de una Diosa Madre fue encontrada frecuentemente en los hogares del antiguo Israel. Ella fue venerada, según la biblia, en medio de los bosques junto con Baal y también en el templo de Yaveh. La interpretación lógica es que los Israelitas veneraban a su Diosa Madre Asera, quien fue la esposa del dios de mas alto estatus en la época, ya fuera Baal o Yaveh. La religión israelita no era tan diferente de la cananea. Los dioses lucharon por la supremacía, pero la diosa permaneció.

Ya que los arqueólogos de Tierra Santa eran por lo general religiosos y se especializaban en el campo de la arqueología bíblica, con el objetivo de descubrir pruebas que sustentaran las historias de la biblia, tomó un tiempo que la verdad fuera claramente revelada.

¿Qué es una sacerdotisa de Asera?

Una sacerdotisa es una mujer dedicada a ofrecer o auspiciar sacrificios a ciertas deidades gentilicias y cuidar de sus templos.

¿Qué es el espíritu de Baal?

Preste atención al primer versículo de Jueces 6: ‘Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de Madián por siete años.’ (Jueces 6:1). Estas palabras describen el interminable ciclo que se repitió en Israel por generaciones.

  • En los capítulos anteriores, encontramos estas palabras una y otra vez.
  • Lee así, en esencia: ‘Y los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del Señor, y sirvieron a Baalim y Dios, en su furor, los vendió en las manos de sus enemigos.’ El primer ejemplo ocurre en el capítulo 3.
  • Nos dice: ‘Y reposó la tierra cuarenta años; Volvieron los hijos de Israel a hacer lo malo ante los ojos de Jehová;’ (3:11-12).

Dios entregó a su pueblo a un enemigo, Moab: ‘ por cuanto habían hecho lo malo ante los ojos de Jehová.’ (3:12). E Israel sirvió a este enemigo impío por dieciocho años, soportando penuria y terror. Entonces en el capítulo 4, leemos: ‘ los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová Y Jehová los vendió en mano de Jabín rey de Canaán’ (4:1-2).

  1. Esta vez los cananitas cautivaron al pueblo de Dios.
  2. Por supuesto, Israel clamó a Dios cada vez que fue esclavizado.
  3. Y cada vez, el Señor fue fiel en enviarles un libertador.
  4. Pero tan pronto que ese líder recto moría, el pueblo, como era de esperar, volvía a su pecado.
  5. Y el ciclo volvía a empezar de nuevo.

Continua con nuestro versículo de texto, en el capítulo 6: ‘Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entrego en mano de Madián por siete años.’ (Jueces 6:1). Durante este periodo, Israel era derrotado continuamente por su enemigo Madián.

Como un reloj, los madianitas incursionaban a Israel anualmente, saqueando sus cosechas y sus bienes. Los líderes de caravanas de Madián soltaban todos sus camellos y ganado para que pastaran en los campos de Israel. Y las bestias devoraban la cosecha por completo, barriendo por los campos como langostas.

Cada vez que Israel se resistía, los madianitas los corrían a las lomas y montañas. El pueblo de Dios terminó buscando refugio en cuevas y guaridas, obligados a rebuscar por su alimento. ‘De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián;’ (6:6).

  • Israel perdió todo por este enemigo: sus casas, su comida, sus bienes.
  • Ellos vivían como mendigos, desamparados y despojados.
  • Una vez más las Escrituras dicen: ‘ y los hijos de Israel clamaron a Jehová.’ (6:6).
  • Sin embargo, este clamor no era de arrepentimiento.
  • Israel clamaba porque eran oprimidos por los madianitas.

Era un grito de angustia, a causa de su pobreza, sus pérdidas y su inseguridad. Esta vez, antes de Dios enviarle un libertador a Israel, les mandó un profeta. Este hombre de Dios puso su dedo sobre la razón por la cual el pueblo estaba siendo tan acosado.

  • Él señaló: ‘Mira tu historia.
  • En cada caso, Dios te libertó de la mano de todos los que te oprimían.
  • Él te sacó de la esclavitud en Egipto.
  • Y él te dijo que no temieras a los dioses de los amonitas, en la tierra de los cuales morabas.
  • Pero no le has obedecido.
  • Aún haces homenajes a dioses falsos.’ (Ver 6:8-10).

El Señor le estaba diciendo a su pueblo, en esencia: ‘Lo hice claro desde un principio, no debes temerle a nadie excepto a tu Padre celestial. No permitas que otro temor entre en tu corazón. Pero una vez más, me has desobedecido. Has permitido que toda clase de temores entren en ti.

  1. Y me has forzado a entregarte a tu enemigo, para hacerte volver a mí.’ ¿Cuál era esta gran maldad en la cual Israel seguía cayendo una y otra vez? El profeta le mostró claramente a Israel cuál era su pecado: ellos olvidaron la orden del Señor a no temerle a los dioses de este mundo.
  2. En Jueces 10, vemos al pueblo de Dios admitiendo su pecado: ‘Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, diciendo: Nosotros hemos pecado contra ti; porque hemos dejado a nuestro Dios, y servido a los baales.’ (Jueces 10:10).

Que quisieron decir los israelitas aquí, cuando dijeron que ellos le habían servido los baales? La palabra baales está en forma plural. Denota a todos los dioses falsos del mundo. La raíz de baales es Baal, el cual reconocemos de las Escrituras como un espíritu demoníaco.

  1. La misión de Baal es robar a Dios de toda adoración y confianza de su pueblo.
  2. Logra esto al enfocar nuestra atención en nuestras circunstancias en vez de en el Señor.
  3. Eso es exactamente lo que le sucedió a Israel.
  4. Su pecado le trajo tristeza, desastre económico, terrorismo de sus enemigos, e incertidumbre.

El hecho es que Dios ya no los estaba protegiendo. Por supuesto que él aún amaba a Israel, pero él tuvo que ponerlos a la merced de sus enemigos para despertarlos. Él estaba tratando de hacerles volver a sus alas protectoras. Pero Israel rehusaba reconocer que la causa de su crisis era su propio pecado.

Increíblemente, esta gente estaban sacrificando bebés, derramando sangre inocente, volviéndose sensuales y adictos al placer. Como resultado, un desastre detrás de otro cayó sobre ellos. Sin embargo, ni una vez asociaron estos desastres con su rebeldía. No pudieron llegar a creer que Dios lo estaba permitiendo todo para llevarlos al arrepentimiento.

Píenselo: en los últimos seis meses, América ha visto los peores fuegos en su historia. Una tercera parte de la nación ha estado en llamas. También hemos visto cambios drásticos en el tiempo e inundaciones devastadoras. Y los escarabajos japoneses están devorando acres de bosques.

Ahora estamos viendo otro brote del Virus del Nilo Occidental. Y en el Medio Oeste, una terrible enfermedad cerebral está acabando con la población de ciervos. Más de 50,000 ciervos tuvieron que ser sacrificados para tratar de contener la enfermedad. Pero algunos expertos dicen que 200,000 ciervos más tendrán que ser sacrificados antes que la enfermedad sea erradicada.

Cada vez que damos la vuelta, parece que enfrentamos otra crisis. Les pregunto: ¿puede Dios hacer su mensaje más claro? Él está diciendo: ‘Estoy tocándote en el hombro, tratando de despertarte. Sin embargo sigues ignorándome. Eso sólo hará que te toque más fuerte.’ Te pregunto: ¿crees que Dios pudo detener a esos secuestradores musulmanes que volaron los aviones contra las Torres? Por supuesto que él pudo hacerlo.

Él ha descubierto tales tramas una y otra vez. Pero él no lo hizo el año pasado. ¿Por qué? Él está tratando de hablarnos, de que le pongamos atención. Él permitió la destrucción de nuestros símbolos de prosperidad, porque es allí donde pusimos todo nuestro orgullo y confianza. Nuestro Presidente, nuestros líderes en el Congreso y los oficiales de seguridad nos han estado avisando: ‘El gran ataque está por venir.’ Ahora escucho a algunos cristianos diciendo: ‘Sólo espera el grande.

Puede ser una bomba en una valija. O, alguien puede esparcir viruela o ántrax en una ciudad importante. Pase lo que pase, habrá miles de víctimas. Y eso obtendrá la atención de América. La gente sabrá que Dios está llamando a esta nación a él mismo. Multitudes clamarán al Señor.’ No estoy de acuerdo.

Déjame decirte por que. Aunque América ‘clame a Dios,’ como lo hizo Israel, Dios desea algo más. Israel lloró fuertemente, clamando a Dios en su angustia. Así que el Señor envió un profeta para mostrarles que el pecado había hecho que el juicio cayera sobre ellos. Ahora, para estar verdaderamente arrepentidos, Israel tenía que reconocer su pecado como causa de sus problemas.

Y ellos hicieron precisamente eso, reconocieron que habían pecado. Pero aun había otro paso que tomar. Ves, aunque clamemos a Dios en arrepentimiento, él requiere algo más de nosotros. Y si no se toma este paso, Dios no mostrará su brazo poderoso a favor nuestro.

Vemos exactamente cuál es este paso, en la próxima orden de Dios: Derriba a Baal. El Señor dijo está palabra a Gedeón: ‘ Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él.’ (Jueces 6:25).

Antes de esto, Gedeón probablemente pensaba que estaba suficientemente arrepentido. Después de todo, él había clamado al Señor. Él había escuchado la palabra profética de Dios enviada a Israel. Y el respondió plenamente a ella, reconociendo su pecado. Hoy veo el mismo tipo de actitud arrepentida entre muchos cristianos.

En iglesias de costa a costa, la gente está sobre sus rodillas clamando a Dios. Y eso es bueno. Pero según el Señor, un problema permanece. Es un ídolo en nuestros medios: Baal. Sí, Baal sigue siendo un ídolo en la actualidad. Y si nuestro arrepentimiento ha de ser pleno, debemos derribar a este ídolo. De lo contrario, no importara cuanto clamamos a Dios, oramos y ayunamos.

Ningunas de nuestras acciones tendrá impacto alguno, hasta que derribemos el ídolo que ha tomado control de tantos corazones. Puedes preguntar: ‘Entonces, ¿qué es este Baal? ¿Dónde lo veo obrando? ¿Cómo puede un antiguo dios falso estar presente en nuestra sociedad moderna?’ En el Antiguo Testamento, Baal fue representado por un ídolo tallado, hecho de madera, piedra o metal.

  1. Fue formado en la imagen de un hombre, un Adonis atractivo.
  2. Aunque este ídolo sólo era un pedazo de material muerto, había un espíritu poderoso detrás de él.
  3. En nuestra era educada, no podemos imaginar a una persona inteligente inclinándose ante un ídolo tallado.
  4. Por supuesto que aun existen religiones impías que usan tales imágenes en adoración, incluyendo el Budismo, Hare Krishna e Hinduismo.

Pero sea el ídolo Baal, Buda o cualquiera de los millones de dioses hindúes, el mismo espíritu satánico está detrás de ellos. Y este espíritu sale del infierno con un sólo propósito: hacer que la gente dude de la realidad de Dios. Simple y llanamente, es un espíritu de incredulidad.

  1. Y asalta nuestras mentes con dudas acerca de la fidelidad de Dios.
  2. Es absolutamente peligroso entretener a este espíritu.
  3. Si no es echado fuera inmediatamente del primer ataque, se infiltrará en la mente.
  4. Y una vez que se permite entrar a la duda y el temor, el espíritu de Baal toma posesión del alma.
  5. Si no se le presenta un desafío, el espíritu de Baal de incredulidad entra y establece un altar.

Sin lugar a dudas, la incredulidad es un ídolo. Te dobla en sumisión a su poder. Y abre tu alma a toda clase de maldad. En efecto, el versículo que vemos repetido a través de Jueces — ‘Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová’ — no se refiere a un pecado grotesco, sino a la incredulidad del pueblo.

Esto es ilustrado claramente en Ezequiel 8. El Espíritu Santo tomó al profeta Ezequiel en un viaje visionario al santuario santo. Allí el le reveló al profeta cuatro abominaciones deplorables que el pueblo de Dios estaba cometiendo. Entonces, él le mostró a Ezequiel una abominación aún más grande: ‘Y me dijo: Hijo de hombre, cava ahora en la pared.

Y cavé en la pared, y he aquí una puerta. Me dijo luego: Entra, y ve las malvadas abominaciones que estos hacen allí. Entré, pues, y miré;’ (Ezequiel 8:8-10). Lo que Ezequiel vio lo horrorizó. Las paredes de la habitación estaban llenas de pinturas de ‘toda forma de reptiles y bestias abominables; y todos los ídolos de la casa de Israel,’ (8:10).

Frente a estas paredes habían setenta ancianos de Israel, moviendo incensarios. Ellos estaban adorando al espíritu detrás de las pinturas. El Espíritu Santo le dijo a Ezequiel que esta escena revelaba lo que estaba llenando las mentes de los ancianos de Israel. Y esto es lo que estos hombres pensaban: ‘No nos ve Jehová; Jehová ha abandonado la tierra.’ (8:12).

Amados, aquí el espíritu de Baal fue plenamente descubierto. A través de una visión dada por el Espíritu Santo. Ezequiel vio de primera mano como este espíritu levanta un altar en la mente de una persona y toma control. Como resultado, los líderes de Israel descartaron el cuidado de Dios por ellos.

Mientras ellos comparaban su pobreza con la aparente prosperidad de los madianitas, ellos pensaron: ‘¿Dónde está Dios? Nuestras oraciones no son contestadas. No vemos ninguna evidencia de que él está obrando por nosotros. El Señor nos ha abandonado.’ Satanás había cumplido su única y primordial misión: implantar en las mentes de creyentes que Dios no es quien la Biblia dice que es.

El diablo quiere convencerte que Dios no tiene todo conocimiento, es Todopoderoso y tiene el cuidado de todo. Él está trabajando constantemente sembrando semillas de dudas en ti. Él te hace pensar que Dios no escucha tus oraciones, que él no cumple sus promesas.

  1. El diablo envía el espíritu de Baal para terminar su obra en ti.
  2. El espíritu de Baal siempre está presente junto a la cama de un niño moribundo o un familiar enfermo.
  3. Mientras observamos el sufrimiento de nuestro ser querido, nos preguntamos acerca de los propósitos de Dios.
  4. Y de repente, un temor es inyectado en nuestra mente.

Después, cuando la muerte azota, esa semilla de duda es regada. Pronto nos encontramos preguntando: ‘¿Cómo un Dios amante puede permitir que esto pase?’ El mes pasado, estaba escuchando reportajes radiales acerca del aniversario de los ataques del 9/11.

  1. Cientos de gentes eran entrevistadas.
  2. La gran mayoría dijeron que después de los ataques perdieron toda confianza en Dios.
  3. La respuesta típica era: ‘¿Cómo un Dios justo y amante puede quedarse tranquilo y permitir que esto pase? No puedo seguir creyendo en un Dios que permite que tanta gente muera.’ Varias personas declararon: ‘Mi Dios murió el 11 de septiembre.’ No importa si eres un devoto amante de Jesús o un incrédulo.

Después de cada desastre, calamidad o accidente fatal Satanás despacha una multitud de espíritus demoníacos a hacer la obra de Baal. Ellos se mueven inmediatamente, susurrando: ‘¿Dónde estaba Dios? ¿Cómo puede él permitir que tal cosa acontezca?’ Ahora mismo, hay una incertidumbre propagada por nuestra sociedad.

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Bancarrotas están en su apogeo. Trabajadores temen perder sus empleos. Mientras la gente mira el futuro, están abrumados por el temor. Te digo, en tal tiempo como este, Satanás lanza un ataque campal. Él quiere entrar en tu mente, para sembrar semillas y levantar un altar de Baal. Él quiere que dudes todo lo que has conocido acerca de la palabra de Dios.

¿Qué tiene que ver con nosotros la orden de Dios de ‘derribar a Baal’? Puedes pensar: ‘No tengo idolatría alguna en mi vida. ¿Cómo puedo derribar el altar de Baal?’ Déjame enfatizar otra vez: Baal es un espíritu de incredulidad. Puede que te hayas arrepentido de pecado, clamado a Dios por misericordia, y haber hecho caso a los avisos proféticos.

  • Pero si tienes dudas en tu corazón acerca de la fidelidad de Dios hacia ti, estás sujeto al espíritu de Baal.
  • Y Dios te está diciendo: ‘Debes derribar ese espíritu de incredulidad de tu alma.’ El profeta Jeremías describe la incredulidad como pecado ‘escrito está como cincel de hierro y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón.’ (Jeremías 17:1).

Según él, Dios le dijo a Israel: ‘Porque fuego habéis encendido en mi furor, que para siempre arderá.’ (17:4). ¿Cuál fue su pecado? ‘Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.’ (17:5, 7).

  1. Mantén estas fuertes palabras en mente al volver nuestra atención a Gedeón.
  2. Aquí estaba un hombre que clamaba a Dios, quien fue visitado por una fuerte palabra profética, y quien hizo caso a esa palabra.
  3. Sin embargo, Gedeón aun albergaba dudas y temores.
  4. ¿Por qué? El padre de Gedeón había erigido un altar a Baal en su propiedad.

Solamente era una estatua de madera. Pero el espíritu detrás de ella había edificado una fortaleza en el corazón de Gedeón. Cada vez que Gedeón le pasaba por el lado, la voz de ese ídolo hablaba a su alma: ‘Mira tu pobreza, tu penuria y tus necesidades sin cumplir.

  • ¿Dónde está Dios?’ Ciertamente, el ídolo estaba como testimonio a cada israelita que lo miraba: ‘Dios no está contigo.
  • Tú no le importas.
  • Él está muy ocupado con los asuntos mundiales para preocuparse por alimentar y proteger a un pueblo tan insignificante.
  • El Señor te ha abandonado.’ Ahora en Jueces 6, un ángel le trae estas palabra a Gedeón: ‘Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.’ (Jueces 6:12).

Dios solo dice ocho palabras aquí. Y las primeras cinco están dirigidas no sólo a Gedeón sino a todo el pueblo, incluyendo la iglesia actual: ‘Jehová está contigo.’ En esencia, el Señor está diciendo: ‘Esta promesa es todo lo que tu necesitas: Yo estoy contigo.’ Amados, esta verdad debe convertirse en el mismo fundamento de nuestra fe.

No importa lo que enfrentemos—penuria, tragedia, enfermedad, pobreza, tentación—la promesa de nuestro Padre es verdadera: ‘Yo estoy contigo.’ En todas nuestras pruebas, especialmente mientras somos inundados y abrumados, debemos asirnos a esta palabra. Debemos clamar en fe: ‘Yo se que estás conmigo, Señor.

Y si tú estás conmigo, ¿quién contra mí?’ Sin embargo cuando Gedeón se encontró con el ángel del Señor, el tenía un espíritu de incredulidad en su corazón. Él le contesto al ángel: ‘Si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? Y donde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mando de los madianitas.’ (6:13).

¿Te suenan familiares las palabras de Gedeón? Él estaba diciendo las mismas cosas que llenaban las mentes de aquellos setenta ancianos en la visión Ezequiel: ‘No nos ve Jehová; Jehová ha abandonado la tierra.’ (8:12). Ellos se decían a sí mismos: ‘Si, existe Dios. Él existe y es el Creador de todo. Pero él no nos hace caso.

Él no ve nuestra situación. Él nos ha abandonado.’ Dios ya le había ordenado a Gedeón: ‘Ve y libera a Israel. Yo estaré contigo.’ Pero todavía había que tratar un asunto del corazón.’ El Señor le dijo a Gedeón: ‘Aún dudas que estoy contigo. Eso es idolatría, Gedeón.

  1. Es el espíritu de Baal.
  2. Ahora ve, busca el buey de tu padre, y derriba ese ídolo.
  3. Entonces corta todos los árboles en la arboleda, y úsalos para construir un altar nuevo.
  4. Vas a consumir el ídolo de tu padre sobre ese altar.
  5. Quiero que derribes ese símbolo de incredulidad y lo destruyas por completo.’ ¿Por que escogió el Señor a este hombre incrédulo para derribar a Baal? Fue simplemente un acto de la tierna misericordia de Dios.

Él era un hombre con fuertes dudas, luchando para creer que Dios tenía cuidado de él. Él estaba tan lleno de incredulidad, que le podía decir a un ángel: ‘Dios nos ha abandonado.’ Y él probó a Dios, una y otra vez. Pero en cada ocasión, el Señor contestó la duda de Gedeón.

Déjame darte un ejemplo. Después, cuando Gedeón estaba listo para entrar en batalla, probó a Dios. La situación de Israel se veía imposible. Así que Gedeón oro: ‘Señor, si realmente vas con nosotros a la batalla, demuéstramelo. Voy a colocar un vellón de lana sobre la hierba esta noche. Mañana sabré que estás con nosotros, si el vellón está mojado pero la tierra a su alrededor está seca.’ Puedes quedarte estupefacto por la audacia de Gedeón.

Sin embargo, la próxima mañana, Gedeón vio que la tierra estaba seca. Y cuando levanto el vellón, chorreaba con agua, como el había pedido. Muchos de nosotros somos como Gedeón. Dios fielmente nos suple en prueba tras prueba, liberándonos y haciendo provisión por nuestras necesidades.

Pero entonces enfrentamos aun otra situación, que nos obliga a decir: ‘Señor, esta crisis es mayor. Nunca he enfrentado una como ésta. Tengo dudas.’ ¿Existe una medida de incredulidad en ti? Estás luchando, haciendo preguntas, tales como: ‘¿Donde estás, Señor? ¿No has visto mis lágrimas? ¿Dónde está la evidencia que estas conmigo en esta prueba? ¿Me has abandonado? Mi fe, ¿no conmueve tu corazón? ¿Por qué no quitas estas cargas de mí?’ El Señor no condena ni menosprecia a nadie por sus tiempos de dudas y temor.

La verdad es, Dios sabía que las dudas de Gedeón no eran acusaciones. Eran preguntas. Gedeón simplemente estaba buscando respuestas. Te digo, el Dios de misericordia quien se encontró con el incrédulo Gedeón y lo llamó a la acción quiere hacer lo mismo contigo.

  • Él tiene grandes victorias planeadas para ti.
  • Y el desea vencer a cada enemigo en tu vida.
  • Por lo tanto, él quiere darte su poder y autoridad para derribar cada fortaleza: cada duda, cada temor, cada pensamiento de incredulidad.
  • El Señor me ha indicado que está a punto de hacer una obra particular en las vidas de muchos cristianos.

En efecto, él está a punto de llevarlos a su victoria más importante. Él ya los está llevando a lugares nuevos de paz y descanso en Cristo. Y él está a punto de revelar su brazo fuerte a su favor. Yo creo que este es el propósito de Dios para muchos lectores de este mensaje.

Él está a punto de hacer algo nuevo en ti. Pero primero, debes derribar cada pensamiento de duda, y rendir cada temor. Dios quiere que derribes por completo el espíritu de Baal en tu corazón y comiences a vivir y hablar en fe. El Señor proveerá el poderoso buey necesario para derribar el ídolo. ¡Él te dará su poder y fuerza del Espíritu Santo! Así que avísale al enemigo: ‘¡Dios está conmigo, diablo! No puedes hacerme daño.

¡Y no puedes detener sus planes para mi vida! ¡El Señor tiene victorias por delante para mí!’

¿Qué significa la palabra Baal?

La palabra Baal tiene el significado de ‘nombre propio de una divinidad semita’ y viene del hebreo Baal = ‘señor’. Ver: Belcebú, bálsamo y también Biblia.

¿Quién inventó el dios Baal?

Mitología Mesopotámica Aunque parece que Omri introdujo a Baal, el dios de Tiro, en Israel, fue Acab quien promovió su adoración cuando construyó un templo para este dios pagano en Samaria para complacer a Jezabel, su esposa fenicia.

¿Cuáles eran los sacrificios a Baal?

Él y los sacerdotes sacrificarían un buey en un altar, pero no prenderían fuego. En lugar de eso, los sacerdotes orarían a Baal para que encendiera el fuego. Luego, Elías oraría a Jehová para que encendiera el fuego. Elías sabía que solo el Dios verdadero encendería el fuego.

¿Qué representa Baal Peor en la Biblia?

OPINION – Si el feligrés está estreñido siempre se puede ofrendar un bebé. En el catálogo de ofertas religiosas un dios llamado Baal el Peor no tiene visos de reunir demasiados seguidores. Pero en tiempos ancianos, antes de que los judíos inventaran el monoteísmo, los canaaneos, sirios, moabitas y los madianitas, tribus del Oriente Medio, adoraron a una deidad con semejante nombre, versión local (por el monte Peor ) del dios mesopotámico Baal.

Y no sólo lo adoraron, sino que le ofrendaban sus heces, llegando a defecar en la boca de una estatua que representaba al dios, No sorprende, por tanto, que la Biblia se refiera a Baal como ‘el señor de las moscas’ milenios antes de que Wiliam Golding escribiera la novela. Según relata Paul Spinrad en su muy docto libro ‘Guía de los fluidos corporales’: Baal el Peor parece ser un ‘dios de los excrementos’, asociado a los intestinos, las flatulencias y otras funciones corporales relacionadas con el estiércol.

En tanto las religiones politeístas típicamente ofrecen sacrificios materiales a los dioses que tratan de aplacar, sus seguidores lógicamente sacrificarían sus heces para curar sus problemas intestinales o bien para ayudar a fertilizar las cosechas El Peor está relacionado con el antiguo dios egipcio Le Pet, representado como un niño con la tripa hinchada y, avanzando en el tiempo, con Crépito, dios romano de la flatulencia.

La ‘misa’, por utilizar un concepto de todos conocido transcurría en estos términos: Muchas crónicas ancestrales aseguran que el culto a Baal el Peor incluía algún tipo de sacrificio escatológico tras el altar. Según algunos, ese sacrificio equivalía a tirarse un pedo, Según otros, los seguidores desnudaban sus traseros y cagaban en la boca en forma de ano del ídolo, que estaba situado tras el altar.

Pero no sólo de cacas vive un ídolo, por falso que este sea: ‘Algunos feligreses también ofrecían al ídolo lágrimas, cera de los oídos, pus de la nariz, saliva y orina, amén de las heces ‘. Pero un dios no puede alimentarse sólo de cera, pus, saliva y caca, por mucho que hayan sido depuestos con devoción, así que a Baal el Peor también se le ofrecían sacrificios humanos, como relata el Libro de Salmos (106:28).

Ninguna mención, por tanto, a la coprofagia Baalista. Una página cristiana omite la parte escatológica al culto a Baal el Peor y despacha al mismo como ‘un culto obsceno y licencioso’. Tampoco sorprende que Baal sea el origen del archienemigo de Jehová: Baal-Zebú, Para distiguirse de estos cultos ‘obscenos y licenciosos’, la religión judía se erigió sobre una base antiescatológica.

¿Radicalmente? Bueno, con alguna pequeña licencia, como la coprofagia, En Ezequiel 4:12, Jehová ordena a Ezequiel cocinar un pan con su excremento y comérselo delante de sus vecinos: Cocerás ese pan con excremento humano, y a la vista de todos lo comerás, como si fuera una torta de cebada.

¿Quién es asherah en la Biblia?

. Hallazgos en Ras Shamra, Ugarit y la Bible. En esos textos, Asherah se pone en conexión con Baal, pero no es su esposa, sino que es la esposa de El – el antiguo dios del panteón cananeo, creador del cielo y de la tierra, Eterno padre, el más anciano, padre de años y señor del tiempo.

¿Qué significa la palabra Moloc en la Biblia?

Representación de Moloch en el libro de Anton Nyström, Historia de la cultura general o de la vida humana en su desarrollo (1900). Cronos devorando a sus hijos, a veces identificado con Moloch Moloch ( fenicio ????????????‎, hebreo : מֹלֶךְ‎ mōlek, griego Μολόχ, también transcripto como Moloc o Molech ) es el nombre dado por la Biblia a una antigua divinidad cananea, asociada con los sacrificios de niños por medio del fuego.

Según la tradición rabínica, Moloch era una estatua de bronce con fuego en su interior, dentro del cual se arrojaba a las víctimas. Modernamente, esta descripción ha sido relacionada con los relatos de autores clásicos acerca de sacrificios de niños realizados en Cartago como parte del culto de Baal Hammón,

​ En 1935, el investigador Otto Eissfeldt sostuvo que mlk no era un teónimo, sino la denominación de una clase de sacrificios llamados *lĕmōlek, Moloch es usado de manera figurada, desde la obra de Milton donde designa a un demonio, como cualquier persona o entidad que requiera la entrega de lo más preciado a cambio de alguna recompensa y también, simplemente, como un sistema que devora a quienes lo veneran.

¿Qué dice la Biblia de la Reina del Cielo?

Astarté – La diosa, la Reina del Cielo, a cuya adoración se opuso el profeta Jeremías tan vehementemente, pudo haber sido posiblemente Astarté, que es el nombre de una diosa conocida en las regiones semíticas del noroeste, relacionada en nombre, origen y funciones con la diosa Ishtar en los textos mesopotámicos. Astarté montada en su carro, con cuatro ramas que sobresalen del techo, en el reverso de una moneda de Julia Mesa de Sidón, De acuerdo con el erudito Mark S. Smith, Astarté puede ser la encarnación de la Edad de Bronce (hasta el 1200 a.C.) en Astarot,

​ Astarté estaba conectada con la fertilidad, la sexualidad y la guerra, Sus símbolos eran el león, el caballo, la esfinge, la paloma y una estrella dentro de un círculo que indicaba el planeta Venus. Las representaciones pictóricas a menudo la muestran desnuda. Fue aceptada por los griegos bajo el nombre de Afrodita,

La isla de Chipre, uno de los mayores centros de fe de Astarté, proporcionó el nombre Cypris como el nombre más común de Afrodita. Astarot era adorada en el antiguo Israel como la consorte de El y en Judá como la consorte de Yahweh y Reina del Cielo —los hebreos horneaban pequeños pasteles para celebrar su festival—: ​ ¿No ves lo que hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? Los hijos recogen leña, los padres encienden el fuego y las mujeres amasan su masa para hacer pasteles a la reina del cielo y para derramar libaciones a otros dioses, para provocarme a la ira.​,

¿Qué mujer fue sacerdotisa en la Biblia?

Este don de profetizar dio fama a la sacerdotisa Pitia, que en el célebre templo de Delfos era la intérprete de Apolo, y pronunciaba sus oráculos subida sobre un trípode.

¿Cuáles eran los dioses de los cananeos?

Mitología – El panteón cananeo estaba presidido por el dios El (también denominado Ël o Il y Elohim, según muchos piensan, en hebreo), dios decano de los nómadas y, por ende, con funciones eminentemente éticas y sociales. Es descrito como tolerante y benigno: recibe los títulos de «El supremo», «El poderoso», «Dios de dioses», «Rey», «Padre», «El creador de todo», «amable», «misericordioso».

  1. El culto al dios Él era propio de los pueblos cananeos en el siglo XXII a.C.
  2. Luego se difundiría entre asirios y babilonios.
  3. Era la deidad principal, el rey, creador de todas las cosas, el juez que dictaba lo que debían hacer tanto los hombres como los dioses.
  4. Dadas esas características, para algunos, Él era el apelativo con que se designaba por antonomasia a Dagan (dios de los cereales).

La palabra dagan se traduce como ‘grano’, ‘trigo’ o ‘semilla’; si se derivase del hebreo antiguo dag, podría significar ‘pez’. Esto último motivó la errónea interpretación de Dagan (cereal) como el dios pez ( Dagón entre los filisteos). Se podría admitir que en el transcurso del tiempo, a lo largo de la orilla mediterránea, se desarrolló una concepción y representación doble de Dagón como resultado de la supuesta doble derivación del nombre.

A su vez era considerado como padre de Baal, La representación de Baal era también un toro joven (becerro). En Ugarit el templo de Dagan y el de Baal estaban juntos. Baal (b’l, dueño o señor) era una designación general que pasó a constituir la denominación de Hadad, el dios de las lluvias, convertido en el «dueño» o «señor» por antonomasia en una sociedad agrícola que vive pendiente de las lluvias para lograr las cosechas.

En las tablas de Ugarit figura también como el esposo (o hijo) de la diosa Asera (la madre de todos los dioses, la esposa celestial). En Canaán el rey era nombrado «siervo de El». Esto describía el estatus de los reyes antiguos como ejecutores de la voluntad divina.

¿Que hacian las sacerdotisas de Isis?

Sacerdotisas_egipcias_Las Sacerdotisas En este trabajo se intentará aclarar algunas de estas y otras afirmaciones con datos más precisos, procedentes de la propia documentación que el Egipto Faraónico nos proporciona. Ciertamente la mujer tuvo una función importante en el mundo del Antiguo Egipto, no sólo como componente activo de un cuerpo sacerdotal, sino también marcando su presencia imprescindible en la sociedad egipcia, ya fuera realizando las humildes labores del hogar, como trabajadora en diferentes oficios o desempeñando el papel de madre, esposa, etc.

Puede pensarse equivocadamente en un cuerpo sacerdotal dirigido y estructurado sólo por personal masculino. Este error, el mismo en el que cayó Heródoto, omite la presencia de la mujer en el clero sin percatarse de que, en ocasiones ocupó puestos de competencia y formó un grupo importante en la estructura jerárquica y sacerdotal del Antiguo Egipto.

LAS PHYL AÍ El término griego Phyl ê (en egipcio Sa) sirve para designar a un grupo de personas que trabajan en una misma institución, de forma periódica y reunidas en una estructura jerárquica común. Según este punto de vista podemos hablar de las Phyl aí desde el periodo Arcaico, pero no es hasta el Reino Antiguo cuando constatamos la presencia de mujeres.

Nada sabemos de los requisitos necesarios para entrar a formar parte de una de estas Phyl aí, ni la edad mínima para incorporarse en ellas. Algunos autores creen tentador la idea de que estas féminas, al igual que sus homónimos masculinos, ingresarían después de haber pasado ciertos ritos relacionados con la circuncisión en los hombres y la ablación del clítoris (circuncisión sudanesa) en las mujeres no obstante, por el momento, no puede constatarse esta práctica con precisión.

De hecho, otros estudiosos opinan que la ausencia de cuerpos femeninos circuncidados, sustenta la teoría de que esta práctica no se empleó en Egipto, aunque puntualizan que los cuerpos momificados que han sido hallados pertenecen a la capa social más elevada, no pudiéndose confirmar que dicha practica no fuera utilizada por otros grupos de la población.

  • Los primeros indicios del caminar de la mujer en el clero apuntan hacia labores enmarcadas dentro del culto funerario, siendo estas esposas de altos oficiales.
  • Más tarde su actividad se amplió en el seno del culto de los dioses y diosas, como músicos y bailarinas.
  • Estaban encuadradas dentro de cuatro o cinco Phyl aí o grupos, estructuradas jerárquicamente de forma piramidal, de forma análoga a sus homónimos masculinos.

Aunque podría pensarse que las mujeres formaban un cuerpo sacerdotal independiente del de los hombres, existen algunos indicios de lo contrario. En ocasiones se ha encontrado que el número o designación de una P h yl ê era el mismo en el que un padre y su hija prestaban sus servicios.

  • También es cierto que hombres y mujeres sacerdotes oficiaban juntos en muchos pasajes del ritual, por lo que una estructura común facilitaría su organización.
  • De cualquier modo, de lo que no cabe duda, es que en mayor o menor medida todas las estructuras femeninas y aun las dirigidas por mujeres, estaban supeditadas, de un modo u otro, a la supervisión masculina.
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Pese a estas consideraciones y hasta que no hallar datos concluyentes al respecto, en este trabajo seguiremos optando por una casta sacerdotal segregada por sexos. Sin embargo, algunos de sus títulos no tenían paralelo con los del clero masculino, y aun hoy no se ha podido desvelar el alcance de su responsabilidad o el exacto nivel dentro de su estructura. ó «Ella, la que se distingue por la excelencia de sus extremidades, quien es como creada por Isis» Realmente desde el punto de vista del hombre del siglo XX, nos encontramos más ante frases explícitas, ante bellísimos piropos, que ante una denominación de abolengo. Para los antiguos egipcios además de esta significación, cumplía una labor estrictamente religiosa.

El puesto de sacerdotisa, igual que el de sacerdote, no era exclusivo para el servicio a un solo dios; todo lo contrario, podía simultanearse en diferentes cultos e incluso disfrutar de puestos, de diferentes niveles jerárquicos, en distintos templos y localidades. Este es el caso de Nesjonsu, hija de Smendes y esposa del «Gran Sacerdote de Amón» Pinedyem II (Dinastía XXI) que ostentó los cargos de «Jefe de las Concubinas de Amón», «Profeta Femenina de Amón», «Profeta Femenino de Jnum, Señor del Distrito de la Catarata», «Profetisa de Jnum Señor de Gehesti», «Profetisa de Nebet-Hotep de Seruedet» y «Profetisa de Hathor Señora de Aagana».

Ya en el Reino Antiguo y a partir de la Dinastía IV las sacerdotisas eran escogidas entre miembros de la alta sociedad, por lo que su dignidad era ciertamente codiciada. Ésta situaba a su posesora en un nivel superior en relación a otras de su mismo status social.

  1. Si bien es cierto que inicialmente sus funciones se centraban en el culto funerario, éstas fueron ampliándose a otras ramas del clero como «Vigilantes del Tesoro» o incluso «Sumos Sacerdotes».
  2. Tal es el caso de Meresanj III, una nieta del rey Jufu (Keops), nombrada máxima responsable del culto a Thot y de la hija de un noble provincial de Beni Hassan durante la Dinastía V nombrada «Gran Sacerdotisa de Hathor».

En otro nivel, a finales de esta misma dinastía o comienzos de la sexta, una mujer llamada Intkaes fue «Sacerdotisa de Hathor y Neith». Su estatua se encuentra expuesta en el Museo Fitzwilliam de Cambridge (Gran Bretaña). El resto de los puestos sin cometidos de cierta responsabilidad o de jefatura eran completados por mujeres de más baja alcurnia, que realizaban las tareas más simples, hasta completar todo el personal necesario de las Phyl aí Inicialmente su servicio se realizaba de forma gratuita aunque posteriormente los altos cargos fueron remunerados.

Por ejemplo, 1 « Ha. de terreno cultivable y parte de las ofrendas que recibía el lugar de culto donde desempeñaba su labor era una forma de pago. Recordemos que en Antiguo Egipto la mujer y el hombre gozaban de la misma igualdad ante la ley y por tanto podían ser propietarias de tierras, vender, comerciar, heredar o legar.

Incluso alguna llegó a gobernar el País de las Dos Tierras. Las sacerdotisas no sólo competían en el terreno sacerdotal con los hombres sino también, en cierto modo, compartían ciertas indumentarias especializadas. Vistieron la tradicional piel de leopardo, símbolo de su pertenencia al clero.

  • Citemos dos ejemplos al respecto: la ya mencionada Meresanj III en su mastaba de Guiza y la princesa Nefertiabet que vivió bajo el reinado de Jufu (Keops, Dinastía IV), cuya efigie se conserva en el museo del Louvre,
  • Sin embargo su vestimenta habitual difería poco o nada del resto de las mujeres egipcias; detalles pequeños como el tisú rojo de algunas sacerdotisas de Hathor o vestimenta con tendencia arcaica pueden hacernos notar su función clerical.

Paralelamente al clero masculino, el acceso de la mujer a las escuelas sacerdotales se realizaba por designación, cambiando paulatinamente a puesto hereditario ya fuera por descendencia directa patriarcal o por línea materna. La relevancia de la mujer en el clero sufrió variaciones a lo largo de su historia.

Su ascenso a cargos importantes en el Reino Antiguo se vio mermado en el Reino Medio y volvió a resurgir durante el Reino Nuevo. Es a partir de este momento cuando generalmente la mujer accede al clero en empleos de responsabilidad, por medio de su relación matrimonial con algún sacerdote. Parece que en este caso sus labores no fueron remuneradas, beneficiándose únicamente de un status social más elevado.

No obstante, existieron ciertos pagos que los documentos egipcios recogen cuidadosamente. A continuación se ha creído conveniente adjuntar un pequeño cuadro que servirá para aclarar la estructura básica del clero femenino. Parece acertado pensar que la mujer no oficiaba en el templo de manera permanente durante un mes, como era el caso de los sacerdotes y que lo hacía sólo cuando era necesaria su presencia en un determinado acto, desarrollando sus funciones musicales o bien representando a determinadas deidades.

El término que tradicionalmente se ha venido empleando para designar a algunas mujeres vinculadas al santuario es el de Concubina y éste puede dar lugar a equívocas interpretaciones. Esta denominación también se utilizaba para referirse ocasionalmente a aquellas mujeres que desarrollaban sus funciones de sacerdotisas en el «Cuerpo Musical Sagrado de Amón». A diferencia con otras culturas del mundo antiguo, el clero femenino no mantenía relaciones sexuales de carácter religioso, ciñéndose únicamente a un vínculo místico con su dios. Es decir, no había ningún tipo de prostitución religiosa.

A modo de resumen y siguiendo las teorías de Naguib Sephinaz-Amal clasificaremos los títulos del clero femenino según el siguiente esquema: * Títulos puramente honoríficos, que son designaciones de rango social. * Títulos estrictamente religiosos (dotados o no de una función efectiva). * Títulos correspondientes a una función real.

Títulos femeninos con connotaciones religiosas. MÉDICOS, ESCRIBAS, VISIRES Y JUECES.

Ya que en teoría las enseñanzas de la medicina y de la escritura no eran discriminatorias para hombres y mujeres, sabemos que algunas de ellas ocuparon puestos importantes relacionados con estas disciplinas. Bien es cierto que su directa conexión con el cargo sacerdotal no puede ser establecido con certeza, debido a las escasas fuentes y datos de que disponemos. Uno de estos ejemplos lo tenemos en lo que podría denominarse como una escuela de obstetricia, ubicada en el templo de la diosa Neith en la ciudad de Sais. Allí, según el texto siguiente, era donde presumiblemente aprendían su profesión algunas comadronas: ‘ Yo he venido desde la escuela de medicina de Heliópolis y he estudiado en la escuela de mujeres de Sais donde las madres divinas me han enseñado como curar las enfermedades’. Por todo ello y como hipótesis de trabajo, podríamos hacer una conexión entre las mujeres que se relacionaron con la medicina y su participación en un clero específico, como ocurre con el caso de los médicos masculinos.

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a mujer egipcia marcó una acusada diferencia en relación con sus coetáneas extranjeras, ya que pudo tener acceso al estudio y la práctica de la medicina, aunque este hecho no sea tan numeroso como para hablar e un grupo de médicos femeninos similar al de los hombres. En algunos casos como simple ayudante de sacerdotes médicos y en otros como verdaderas especialistas, practicando incluso cirugía menor en operaciones de circuncisión, cirugía del pie y otras. Finalmente, se cree que también actuaron como maestras de sus compañeras. Mostremos algunos ejemplos al respecto de la mujer en las prácticas de sanación: Peseshet fue «Supervisora o Directora de Médicos» en la Dinastía IV, dirigiendo presumiblemente a un grupo de médicos femeninos; Taua ostentó el título de «Mujer-médico», ejerciendo su profesión entre las mujeres.

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Son muy escasos los datos referentes a mujeres escribas o relacionadas con cargos próximos a las labores de escribas, función por otra parte realizada mayoritariamente por varones y, por cierto, profesión envidiable y deseada. Su ejercicio las situaba en una posición privilegiada, pues estaba muy considerado el conocimiento de la lectura y de la escritura. Veamos tres ejemplos.

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En la tumba de Irterau, en Assasif (TT390), mujer que vivió en tiempos de Psamético I, figura en una inscripción ostentando el cargo de «Escriba Femenino», inusual alto privilegio, además de ser «Jefe Asistente de la Divina Adoratriz Nitocris». Nesi-Tanebet-Isheru (Dinastía XXI) hija de Pinedyem II y de la dama Nesjonsu y madre de Nes-Jonsu-Pa-Jered, reunió en su persona los títulos de «La que Trabaja en los Rollos de Papiro de Amón Ra», «Gran Superiora del Harén Musical de Amón Ra Rey de los Dioses», «Superiora de Shepsut », «Sacerdotisa de Amón Ra, Señor de Iurud », «Sacerdotisa Nejbet, la Blanca de Nejen », «Sacerdotisa de Onuris-Shu, hijo de Ra», «Sacerdotisa de Pajet, la Gran Señora de Sty », «Sacerdotisa del Señor de Abidos», «Sacerdotisa de Mut, Señora de Isheru », «Grande en la Casa de Mut», «Sacerdotisa de Osiris que está sobre el Trono en Abidos», «Sacerdotisa de Osiris, Horus e Isis en Abidos», «Sacerdotisa de Horus, Señor de Dyuef », «Sacerdotisa de Min-Horus, hijo de Isis en Panópolis », «Grande del templo de Jonsu Neferhotep en Tebas», «Gran Sacerdotisa de Amón-Ra Rey de los Dioses», «Madre Divina de Jonsu Niño», «Sacerdotisa de Hathor, Señora de Cusae»; parece que, gracias al primero de su innumerable lista de cargos, actuó como copista a la vez que ofició al servicio de dioses importantes. En la tumba de Seshseshet Idut (Dinastía VI) en Sakkara (cerca de la pirámide Unas), existe una curiosa representación de la finada con útiles de escritura. Desafortunadamente no podemos asegurar que éstos le pertenecieran, ya que pudieron se añadidos en sus manos por el «Jefe de Justicia» y «Visir» Ihy, usurpador de la mastaba en la misma dinastía, con intención de adecuar las figuras a su propia personalidad.

Como vemos son pocas las evidencias encontradas de mujeres escribas, sin embargo, cuesta creer que damas de alto rango e incluso reinas, como Hatshepsut o Tiy, se encontraran imposibilitadas o con serias dificultades para leer textos de su incumbencia, confidenciales o de rango diplomático, y tuvieran que acudir a la ayuda de lectores y escribanos.

Otros altos cargos no sacerdotales fueron ocupados ocasionalmente por mujeres. Tales son los casos de Nebet, posible suegra de Pepy I (rey de la Dinastía VI), Berenice II, cónyuge de Ptolomeo III o Cleopatra I, esposa de Ptolomeo VI, que ejercie?on el puesto de Visir. Además tenemos documentado el empleo de Juez en mano de dos mujeres, la ya mencionada Nebet y 1681 años más tarde la Divina Adoratriz Ajnesneferibra, una hija del faraón Psamético II, en la Dinastía XXVI.

Si esto fue realmente cierto, tanto Nebet como Ajnesneferibra, estarían relacionadas con el culto a Maat, diosa de la justicia y del orden cósmico.

LOS DIOSES EN LAS TITULATURAS. Antes de abordar los diferentes rangos sacerdotales ocupados por mujeres, es preciso aclarar un concepto que se repetirá con frecuencia en sus titulaturas, cuando aparezcan relacionados diferentes nombres de deidades. El panteón egipcio está compuesto por un gran número de dioses y diosas, todos ellos independientes que en muchas ocasiones pueden considerarse aspectos distintos de una sola entidad, masculina o femenina; dependiendo del carácter que se quiera enfatizar y de la historia mitológica a la que se haga referencia se podrán denominar de uno u otro modo.

Pongamos por ejemplo Hathor, Mut, Sekhmet, Tefnut, Bastet, Isis y Neftis o Meret, entre otras muchas. Haciendo una burda comparación, podríamos pararnos a pensar cuál podría ser el pensamiento de los historiadores y arqueólogos del año 7497 de nuestra era (tiempo aproximado transcurrido desde el comienzo del Predinástico hasta 1997) cuando excaven los restos de, por ejemplo, un país mayoritariamente católico como España ¿Cuál será su opinión al contemplar la infinidad de advocaciones de la Virgen con nombres distintos? ¿Qué creerán al encontrar una importante cantidad de santos en nuestras iglesias? Es muy probable que piensen que fuimos un país politeísta y no lleguen a adivinar el fondo de la cuestión. Salvando esta circunstancia, el panteón de dioses egipcios puede quizá reducirse, mediante estas asimilaciones, en más del 50%.

LA ESPOSA DEL DIOS.

La estructura piramidal del clero femenino se configuraba de forma análoga al clero masculino. Al «Alto Clero» de éstos se correspondía un grupo dirigente compuesto por damas de alta alcurnia a cuyo frente se encontraba la reina. El «Bajo Clero» masculino tenía su paralelo en un grupo de sacerdotisas, de orden menor. Sobre todas ellas se situaba la «Esposa del Dios», Tras ésta la «Supervisora de las Concubinas», también llamada «La más grande del Harén de Músicos de Amón». Por fin, y para cada una de las cuatro Phyl aí o grupos existía el cargo de «Supervisora». El título de «Primera y Segunda Sacerdotisa de Amón Ra, Rey de los Dioses» ( y respectivamente) encontrado en determinadas ocasiones, induce a pensar que la estructura del clero femenino se correspondía casi fidedignamente con el masculino, es decir, cuatro máximas sacerdotisas (Alto Clero) y el conjunto de las demás mujeres encuadradas en las cuatro Phyl aí (Bajo Clero)

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El título, de «Esposa del Dios», que en egipcio se denominaba Hemet Neter, fue inicialmente honorífico y no reportaba responsabilidad sacerdotal alguna. Aparece ya desde la Dinastía XI en la persona de la princesa Neferu, en Imertnebes, hija de Duy y algunas reinas lo llevaron esporádicamente desde la Dinastía XII. En el Reino Nuevo este cargo cambia su denominación pasando a ser «Esposa del Dios Amón» o «Gran Profeta Femenino del Dios Amón-Ra» adquiriendo poder político. Entre sus atribuciones, además de estar al frente de todo el clero femenino, se encontraban las de representar en la tierra a la diosa Mut, consorte de Amón en Tebas, aunque a la vez guardaba cierta relación con la diosa Tefnut de Heliópolis, mediante un juego sincretizador.

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Las primeras mujeres que llevaron el rango de «Esposas del Dios Amón» fueron la reina Aahotep, madre de Ahmose Nefertari, y Satkamose, hija de la misma reina, ambas a título póstumo. La primera que ejerció el cargo en vida fue Ahmose Nefertari en el año 18 ó 19 de su esposo Ahmose (Dinastía XVIII); curiosamente renunció al titulo de «Segundo Profeta de Amón», puesto tradicionalmente masculino, hecho que se relata en una estela encontrada entre los bloques de relleno del tercer pílono del templo de Karnak en la actual ciudad de Luxor.

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En este templo, el cargo más importante del clero femenino fue el de «Esposa Divina» y como tal la mujer era propietaria de una casa que dirigía un «Director de la Casa de la Esposa del Dios», encargado de controlar las labores administrativas de la institución a su servicio. Además de un mayordomo asistente, poseía almacenes, talleres de fabricación, rentas supervisadas por el «Jefe del Doble Granero de la Casa de la Esposa Divina», rebaños, labriegos, una remuneración consistente en donación de terrenos, etc, Todos estos bienes, así como el personal a su servicio eran heredados por su sucesora en el cargo y se localizaban en la orilla Occidental de Luxor, cerca del actual pueblo de Sheikh Abd el-Gurna.

El puesto de «Esposa del Dios» con el paso del tiempo fue adquiriendo mayores atribuciones e incluso su nombre sufrió variaciones, hasta llegar al de «Divina Adoratriz de Amón-Ra». Ambos títulos existieron a veces simultáneamente y fueron llevados por una misma persona.

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Durante el período comprendido entre el reinado de Thutmose I a Thutmose III, el grado de «Esposa del Dios» normalmente (salvo excepciones) pasó de madres a hijas de reyes cuyo futuro fuera convertirse en reinas. Desapareció temporalmente con Amenhotep III para reaparecer con Thutmose IV, que se lo dio a Tia, su madre. El resto de las reinas de la Dinastía XVIII no llevaron el título que renació inexplicablemente con el reinado de Ramsés I (Dinastía XIX), en manos de su esposa Satra. Obviamente el cargo en esta época no exigía el celibato de la mujer, al recaer en «Esposas Reales».

Después de este nuevo resurgimiento decayó lentamente, empleándose intermitentemente por las mujeres e hijas de los reyes y no teniendo otro sentido que el de un mero título nobiliario o de la realeza, sin responsabilidades sacerdotales. De esta forma reinas tan nombradas como Nefertari, esposa de Ramsés II o Tausert, esposa de Sethy II lo incluyeron en su titulatura, incluso fue utilizado por la alta nobleza sin tener línea directa descendiente con los faraones.

Nuevamente reaparece durante la Dinastía XXI, añadiendo a su cargo el de Ueret Hesit en Jenu en Imen es decir, «Gran Cantora de los Espacios Interiores de Amón» controlando y dirigiendo a las «Cantoras de los Espacios Interiores» y portado por la hija natural o adoptiva del «Primer Sacerdote de Amón» y en algunos casos adoptado por la «Divina Adoratriz» (Maatkara, hija de Pinedyem I).

Como puede observarse, la dignidad de «Esposa del Dios» no fue mantenida de una manera homogénea y uniforme a lo largo de la historia sino, todo lo contrario, sufrió altibajos.

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Un caso a tener en cuenta es la sucesión de la «Esposa del Dios» en tiempos de la reina Hatshepsut, cuestión aun no resuelta definitivamente. En el año segundo de su reinado abandonó algunos de sus títulos en favor de su hija Nefrura, que murió prematuramente. Hatshepsut iba a ser nombada Faraón y por ello debía delegar estos cargos religiosos en una segunda persona. ¿Quién mejor que su propia hija?. Así la pequeña princesa Nefrura añadió a sus títulos los de «Esposa del Dios», «Mano del Dios» y «Divina Adoratriz»,

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A la muerte de la pequeña quedaron vacantes los puestos, pero éstos debían de ser ocupados por personas de solvencia, ya que los ritos religiosos tenían que desarrollarse con normalidad y era imprescindible que la mujer o mujeres representantes de estos tres cargos oficiaran en ellos. Por todo ello parece que a la muerte de Nefrura el puesto de «Divina Adoratriz» lo ocupó Senseneb, hija del «Gran Sacerdote de Amón» Hapuseneb y posiblemente durante unos años por Huy. madre de Meritra Hatshepsut.

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Las funciones iniciales de las sacerdotisas, participando activamente en las liturgias, fueron incrementándose, teniendo su máximo exponente en la figura de la «Esposa del Dios». Llegaron a oficiar en los «Jubileos», coronaciones, ritos de purificación y ofrendas (en Tebas) y en gran variedad de actos públicos. Dependiendo directamente de ésta, y a la cabeza del clero femenino, encontramos a la «Directora Jefe de todo el Personal Femenino de los Templos del Alto Egipto y Nubia», un título que según algunos autores podría ser una variación del de «Virrey de Kush ». Posiblemente tenía su homónima en el Bajo Egipto

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Los bloques graníticos de la ‘Capilla Roja’ de la reina Hatshepsut son un valioso documento que nos muestran diferentes funciones y el carácter marcademente religioso de este cargo, cuya portadora, en este caso, quizá fuera Nefrura, su hija, o bien una sacerdotisa de alto rango. También de esta misma reina, las paredes de su templo en Deir el-Bahari nos acercan al concepto de Teogamia, En este caso la «Esposa del Dios», función que ostentaba la madre del futuro rey, era visitada por la propia divinidad, encarnada en la tierra por su esposo, para engendrar al que sería el próximo faraón; el relato prosigue con el embarazo y finalmente con el parto. Sin embargo, Ahmose, madre de Hatshepsut y esposa de Thutmose I, no llevó el título de «Esposa del Dios», ya que en principio, su hija no estaba destinada a convertirse en faraón.

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La reina Ahmose, embarazada de Hatshepsut, conducida a la sala del parto, llevando el tocado de buitre

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LA DIVINA ADORATRIZ.

Como se ha expuesto, Duat Neter, el nombre egipcio de la «Divina Adoratriz», apareció en el reinado de Hatshepsut, consolidándose el título y heredándose de madres a hijas hasta la Dinastía XX. A este respecto, Ratie, basándose en una cita tardía de Heródoto, nombra a Nefrura, hija de Hatshepsut, como la segunda «Divina Adoratriz» de la historia, tomando la dignidad en el segundo año de reinado de su madre. Aunque esta afirmación pueda parecer aventurada teniendo en cuenta sólo la citada fuente, Bryan y Saphinaz-Amal son de la misma opinión, basándose en otras fuentes de época faraónica. Ratie, también censó como «Divina Adoratriz» a un personaje ajeno a la línea de la realeza, Maatka, que fue esposa de Senna, «Jefe de los trabajadores de Oro del Dios Amón», que vivió bajo el reinado de Amenhotep II (Dinastía XVIII), y se enterró en la tumba tebana 169. La divina Adoratriz Amenardis dis

A partir de Ramsés III su esposa, la reina Isis III adoptó el título y con Ramsés VI (Dinastía XX) se produjo un cambio a destacar en la sucesión del cargo. Su hija fue nombrada «Divina Adoratriz» pero se incorporó la obligación de permanecer célibe, sin duda para evitar la creación de una posible dinastía colateral que pusiera en peligro la normal y pacífica sucesión del heredero.

A partir de la Dinastía XXI, un cambio en el mapa político provoca una nueva dimensión en las atribuciones de la «Divina Adoratriz». En efecto, Egipto se disgrega en dos poderes: en el norte los reyes de Tanis, apoyados por el clero menfita y en el Sur, los «Grandes Sacerdotesde Amón», controlando el área de Tebas.

El nexo de unión entre ambos poderes recayó en la figura de la «Divina Adoratriz», que, como se ha citado, además se hizo con el título de «Esposa del Dios». El acuerdo suscrito entre los monarcas del norte y del sur (los «Sumos Sacerdotes») fue que las hijas vírgenes de los monarcas norteños, condicionadas a permanecer célibes, tomaran este título, siendo su lugar de residencia el sur del país, Tebas.

  1. Para asegurar la sucesión la «Divina Adoratriz» reinante adoptaba una niña entre las princesas del rey sucesor.
  2. Por ello, a partir de Shepenupet I (Dinastía XXIII) el nombre de estas mujeres se acompañó del título de « Madre de,» es decir, de la mujer que la sucedería por adopción.
  3. Fue Pinedyem I el primer faraón que situó en Tebas a una de sus hijas, Maatkara.

Pero fue a partir de la Dinastía XXIII, con el gobierno de Osorkón III cuando realmente la figura de «Divina Adoratriz» cobró relevancia y poder, igualando e incluso sobrepasando las atribuciones del «Primer Servidor del Dios» e intentando doblegar o igualar al monarca.

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La suerte y el poder del clero masculino y femenino en la Dinastía XXVI, bajo el mandato de Psamético I y reyes posteriores, corrieron paralelos. Ambos decayeron hasta tal punto que el puesto de «Sumo Sacerdote» (tradicionalmente masculino) pasó a manos de la máxima sacerdotisa. Así ocurrió con Ajnesneferibra y Nitocris II. Incluso se dio el caso de corregencia, por ejemplo Amenirdis II y Nitocris I, se repartieron el poder ya que la primera reinó en Napata y la segunda en Tebas. Las dos últimas mujeres que disfrutaron de este rango fueron Anjnesneferibra y su sucesora Nitocris II, hija del rey Ahmose II, ya sin poder político y simplemente con carácter religioso. Con la dominación persa desapareció el rastro de ésta y con ella su título. Los últimos datos que tenemos de ella están inscritos en una estatuilla de bronce que representa a Amón sentado en su trono. Esta pieza está alojada en el Instituto Oriental de Chicago (10584) y dice lo siguiente: ‘Amón Ra, Señor de los Tronos del Doble País, que ama Tebas. Protección del Profeta de Amón, Nitocris, hija del Señor del Doble País, Amasis hijo de Neith, viviente; su madre, la Divina Adoratriz, Ajnesneferibra’. Nitocris I

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Sin embargo, mientras existió el cargo de «Divina Adoratriz», su poder y ambición fue palpable. Sus ceremonias de entronización eran similares a las de los faraones reinantes. Por ejemplo, la «Divina Adoratriz» Nitocris arrodillada ante Amón, recibía del dios la corona azul o Keperesh, mientras éste posaba la mano en ella. Situaron su nombre dentro de cartuchos, vistieron el Ureo real y adoptaron la prerrogativa de «Horus Hembra», una encarnación pensable únicamente para el «Faraón». Ya en época Ptolemaica, las soberanas imitaran esta costumbre (Berenice II, Cleopatra I, III,y VII).

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Usurpando el poder a reyes débiles las «Divinas Adoratrices» no sólo realizaban ritos mágico-religiosos que incluían la demostración de fuerza, puntería y dominación de fuerzas apotropaicas, sino también ceremonias de fundación, adoración, inauguración de capìllas, consagración de ofrendas y oficio en el culto. Llegaron a celebrar realmente ceremonias Heb-Sed o «Fiestas de Renovación del poder real ».

Paralelamente a su poder fáctico, sus bienes y riqueza marchaban en paralelo. He aquí la fortuna de Nitocris I y los bienes u ofrendas que le debían entregar, mensual o diariamente, según lo que nos transcribe Robins: ‘De siete Nomos del Alto Egipto ella recibió (como dote): 1800 Aruras de tierra junto con todo lo que procede de éstas en el campo y en la ciudad, junto con sus tierras de secano y sus canales.

También recibió, en las mismas condiciones, 1400 Aruras de cuatro nomos del Bajo Egipto. Cada día tenía que recibir del «Cuarto Sacerdote de Amón» un total de 600 Deben de pan, 11 Hin de leche (un Hin es poca más de medio litro), 2 1/6 pasteles, 2 2/3 manojos de hierbas. Cada mes tenía que recibir 3 bueyes, 5 terneras, 20 Heben de cerveza y el producto de 100 Aruras de tierra. Varios templos le daban 1500 Deben de pan’. Los numerosos bienes que le fueron entregados en el momento de su ascensión procedían tanto de su madre adoptiva, Shepenupet, como de la familia del poderosísimo «Cuarto Profeta» Montuemhat, del clero de Amón, de su padre Psamético I y de numerosos santuarios del Delta y del Egipto Medio.

EL HARÉN DEL DIOS. Lejos de responder a la concepción moderna de harén, hemos de entender el «Harén del dios» como un conjunto de sacerdotisas cuya función era la de celebrar y participar en el culto de un dios, desarrollando actividades relacionadas con el mundo de la música básicamente, u otras funciones específicas.

  • El primer dato que se conserva de su aparición es el de una supervisora del culto al dios Iunmutef de Heliópolis, en la Dinastía IV.
  • Inicialmente esta función se denominó «Supervisor de Cantantes» y ya en la Dinastía XVIII cambió a «La Grande del Harén de Cantantes del dios Amón» ( Ueret Heneret Neter ).

Damas importantes llevaron este título, por ejemplo Ahmose Nefertari, Tuya esposa de Sethy I y Bananit,hija de Ramsés II. A partir de la Dinastía XIX también lo ostentaron hijas o esposas de sacerdotes del «Alto Clero», personajes de la alta jerarquía e incluso esposas de «Sacerdotes Uab», pertenecientes al bajo clero.

Más tarde, el cargo pasó a manos de las mujeres del «Primer Sacerdote de Amón». Esta dignidad no era excluyente y daba opción a la dirección de varios harenes. Tal es el caso de Tuya, madre de la esposa de Amenhotep III, que fue la «Superiora del Harén de Amón y de Min». Por el contrario, varias mujeres podían dirigir una misma institución, aunque distribuyendo sus responsabilidades y portando títulos diferentes: «Esposa del Dios», «Divina Adoratriz» y «La Grande del Harén de Cantantes del Dios Amón»,

Igual que el faraón delegaba sus funciones en el «Sumo Sacerdote», que el «Primer Profeta» masculino» comisionaba los suyos a otro miembro del Alto Clero o que la propia reina facultaba a una «Gran Sacerdotisa» para realizar ciertos actos religiosos en los que no pudiera estar presente, la «Supervisora del Harén» tenía la potestad de hacerse suplir en algunas ceremonias por una «Superiora» de alta jerarquía, generalmente elegía a princesas y esposas de sacerdotes de alto rango.

  1. Entre sus funciones encontramos las de presentación de ofrendas, tanto materiales, sólidas, líquidas, como fumigaciones de incienso, todas ellas cargadas de grandes responsabilidades y habilidades especiales.
  2. Como sus homónimos masculinos, las componentes del harén debían de somerterse a purificaciones rituales, antes de las ceremonias, realizando varias inmersiones en las aguas del Nun, simuladas por el estanque del templo, donde estaba contenida toda la potencialidad de la creación.

Es decir, gracias a esta agua de vida, renacían en cada purificación. Además debían depilarse y fumigarse con incienso. Básicamente sus funciones eran las del entretenimiento del dios mediante cánticos, música y bailes; también se dedicaban a la preparación de la vestimenta litúrgica y de los objetos de tocador que el dios precisaba para su aseo diario.

Pese a que a la cabeza del harén se encontraba una mujer influyente, ésta no alcanzó nunca el poder de su homónimo masculino y jamás pudo optar, en igualdad de condiciones, a desempeñar labores administrativas o intelectuales dentro del santuario. Esta afirmación es solamente válida para aquellas anteriores a las «Divinas Adoratrices» de Época Baja.

Generalmente el «Harén del dios» estaba formado por mujeres de la alta sociedad, aunque cabe la posibilidad de que cierto número de ellas fuera reclutado entre los estratos sociales más bajos. A partir de la Dinastía XXI una parte importante se formó con las hijas de los «Grandes Sacerdotes», seguramente debido a motivos políticos.

Se les exigía el celibato y se las instruía en los misterios del dios, por lo que estaban preparadas para participar en los rituales de representación de las deidades, ya fuera a cara descubierta o con una máscara representando las facciones del dios; tocaban instrumentos musicales y estaban al cuidado de las pertenencias sagradas.

Se las denominó «Reclusas» o «Concubinas» y bajo las órdenes de una «Directora» vivían y pertenecían a la « Casa de la Esposa del dios», Esta institución desapareció en la Dinastía XXII.

Un elemento importante en los ritos que debía desarrollar el «Harén del Dios» era la música, ya que ésta servía para adorar, animar y regenerar al dios o al difunto. Desafortunadamente el Antiguo Egipto no nos ha legado elementos con los que reconstruir su música, aunque sí sabemos el tipo de instrumentos que utilizaban, relacionados en documentos o inscripciones. Podemos aventurar que en las ceremonias, los textos eran salmodiados y las melodías monótonas y repetitivas favorecieran el estado de trance que en ocasiones era necesario para el culto. Todo ello se acompañaba de danzas cuyas ejecutoras, ya desde el Reino Antiguo, correspondían a sacerdotisas bailarinas, cantantes y músicos.

Cabe destacar el Sistro y el Menat entre los instrumentos utilizados únicamente con fines rituales.

El sistro consistía en un mango que soportaba en su parte superior una forma ovalada o de capilla con cuernos, hecho con los más diversos materiales. Atravesando esta forma mediante unos taladros, se hacían pasar unas varillas. Al agitarlo estas varillas producían un sonido característico.

¿Qué pasó con los 400 profetas de Asera?

El Profeta Elias Derrota A 450 Profetas De Baal Y 400 De Astarté. ‘ ustedes han dejado de obedecer los mandamientos de Dios y adoran las imágenes del dios Baal. Ordena que los israelitas se reúnan en el monte Carmelo.

¿Qué significa la palabra Moloc en la Biblia?

Representación de Moloch en el libro de Anton Nyström, Historia de la cultura general o de la vida humana en su desarrollo (1900). Cronos devorando a sus hijos, a veces identificado con Moloch Moloch ( fenicio ????????????‎, hebreo : מֹלֶךְ‎ mōlek, griego Μολόχ, también transcripto como Moloc o Molech ) es el nombre dado por la Biblia a una antigua divinidad cananea, asociada con los sacrificios de niños por medio del fuego.

  • Según la tradición rabínica, Moloch era una estatua de bronce con fuego en su interior, dentro del cual se arrojaba a las víctimas.
  • Modernamente, esta descripción ha sido relacionada con los relatos de autores clásicos acerca de sacrificios de niños realizados en Cartago como parte del culto de Baal Hammón,

​ En 1935, el investigador Otto Eissfeldt sostuvo que mlk no era un teónimo, sino la denominación de una clase de sacrificios llamados *lĕmōlek, Moloch es usado de manera figurada, desde la obra de Milton donde designa a un demonio, como cualquier persona o entidad que requiera la entrega de lo más preciado a cambio de alguna recompensa y también, simplemente, como un sistema que devora a quienes lo veneran.

¿Quién es la diosa Asherah?

Asherah Que significa el trmino ‘Asherah’ segn las escrituras hebreas?, Asherah aparece 40 veces en la Biblia hebrea y en nueve libros: Exodo, Deuteronomio, Jueces, 1-2 Reyes, Isaas, Jeremias, Mical y 2 Crnicas, adems de una posible mencin en Oseas 14.9 discutida. Exod 34.13 y Deut 7.5 se refiere a cortar el Asherim (NRSV ‘echaste abajo sus postes sagrados’). En Jueces 6.25 Gideon se habla de cortar la Asherah que est al lado del altar de Baal – el hebreo se refiere literalmente a la ‘madera de Asherah’. Asociacin de rboles : Algunos han pensado que el asherim pudo haber sido rboles, una idea que deriva en parte de Deuteronomio 16.21 ‘ no plantareis ningn rbol como Asherah al lado del altar ‘ y por el hecho de que la traduccin griega del trmino asherim hebreo es ‘ arboleda ‘ Sin embargo, otros textos se refieren t o la fabricacin, construccin y el emplazamiento del Asherah. Las referencias bblicas sugieren que el asherim fue utilizado en un ajuste cltico sincrtico y que estuvieron asociados a la religin autctona de Baal de la tierra en la cual los israelitas vivieron pero que estaba prohibida para los israelitas. Sin embargo, los israelitas son repetidamente citados como realizando estos cultos varias ocasiones perdindose Y un continuum en el Libro de los Jueces es que ‘ el pueblo de Israel hizo cul era malvado a la vista del seor y sirvi a Baal y Asherah y en el libro de los Reyes se repite que ‘en cada colina alta y debajo de cada rbol verde, Israel hizo sacrificios y quem incienso ( por ejemplo,2 Reyes 12.3, 14.4, 15.35, 16.4).

En Ugarit, Ras Shamra, se han encontrado millares de tablillas de la arcilla; entre ellas, algunas con textos mitolgicoas significativos que nos informan sobre la religin de Ugarit se sita en la caja amarilla en el mapa a la izquierda, Hallazgos en Ras Shamra, Ugarit y la Bible.

En esos textos, Asherah se pone en conexin con Baal, pero no es su esposa, sino que es la esposa de El – el antiguo dios del panten cananeo, creador del cielo y de la tierra, Eterno padre, el ms anciano, padre de aos y seor del tiempo. Ashera era reverenciada como Creadora de todas las deidades con el ttulo de ‘ la que da a luz a los dioses, ‘ que aparece en cinco ocasiones.

Tilde Binger supone que su papel era ms significativo que el que se le supones como solo esposa de El, creador del mundo, a cuyo lado Aserah es supuesta a veces como una simple ama de casa ocupndose de los pucheros ( Asherah 1997;51). Otro de sus ttulos es ‘Seora Asherah del mar’ que aparece 19 veces.

Este ttulo posiblemente tenga connotaciones o relacin con la destruccin de las aguas del Caos primordial, como la victoria de Marduk sobre of Tiamat o la de Yhwh sobre Tehom. ASERAH COMO O DIOSA El reconocimiento de Asherah como diosa parece tambin evidente en las Sagradas Escrituras hebreas : A sherah the goddess: En 18 de las 40 citas, ‘ Asherah ‘ est un sustantivo singular femenino que tiene la forma plural de Asheroth (que aparece 3 veces).

Citas que parecen referirse a la diosa Asherah incluyen 1 Reyes 15.13, 16.33, 18.9, 2 Reyes 21.7, 23.4 y 7, 2 Cronicas 15.16 y posiblemente Jueces 3.7 ( cfr. Judith Hadley The Cult of Asherah ) En 1 Reyes 15.13, el rey Asa le retir a su abuela Maacah la dignidad de Reina Madre, porque habia fabricado una imagen abominable ( tclpm ) para Asherah; Asa destruy el tclpm y lo quem en el Valle de Cedrn.

Este texto se refiere a una significativa mujer de la casa real de Jud como participante de los cultos de Aserah, El problema es saber a que representacin se refiere y la Vulgata sugiere incluso una representacin flica ( aunque Judith Hadley se pregunta como podra representar a una diosa un falo- cfr.

The Cult of Asherah 2000: 64), suponiendo que se trataba de una imagen de la diosa misma (cfr. por ejemplo R. Patai ‘The Goddess Asherah’ Journal of Near Eastern Studies 24 (1965) 37-52. Hadley piensa que esta puede ser una buena interpretacin. Interesantemente, la versin de los LXX parece haaber trasladado de forma diferente el texto hebreo: Dice as: ‘Y despoj a Ana, su madre, And he removed Ana, his mother Y l quit Ana, su madre de modo que ella no tuviera un puestto aficial como l hizo con las asambleas en sus arboledas.

Y Asa derrib sus imgenes y las quem con fuego en el Valle de Cedrn. En esta versin, la reina parece que ejerce una funcin en el culto de Asherah, siendo la cuestin por qu lo hizo.

¿Qué dice Deuteronomio 16 21?

Deuteronomio 16

  • 1 Guardarás el mes de Abib y celebrarás la a Jehová tu Dios, porque en el mes de Abib te sacó Jehová tu Dios de Egipto, de noche.
  • 2 Y sacrificarás la pascua a Jehová tu Dios, de las ovejas y de las vacas, en el lugar que Jehová escoja para hacer habitar allí su nombre.
  • 3 No comerás con ella pan con levadura; siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción, porque saliste de la tierra de Egipto, para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de la tierra de Egipto.
  • 4 Y no se dejará ver contigo en todo tu territorio durante siete días; y de la carne que sacrifiques al atardecer del primer día, no quedará nada hasta la mañana siguiente.
  • 5 No podrás sacrificar la pascua en ninguna de las ciudades que Jehová tu Dios te da,
  • 6 sino en el lugar que Jehová tu Dios escoja para hacer habitar allí su nombre; sacrificarás la pascua al, a la puesta del sol, a la hora en que saliste de Egipto.
  • 7 Y la asarás y la comerás en el lugar que Jehová tu Dios haya escogido, y por la mañana regresarás y volverás a tus tiendas.
  • 8 Seis días comerás pan sin levadura, y el séptimo día será asamblea solemne a Jehová tu Dios; no trabajarás en él.
  1. 9 Siete semanas contarás; desde que comience a meterse la hoz en las mieses comenzarás a contar las siete semanas.
  2. 10 Y celebrarás la fiesta de las a Jehová tu Dios; de la ofrenda voluntaria de tu mano será lo que des, según la abundancia con la que Jehová tu Dios te haya bendecido.
  3. 11 Y te alegrarás delante de Jehová tu Dios, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu criado, y tu criada, y el levita que esté en tus ciudades, y el extranjero, y el huérfano y la viuda que estén en medio de ti, en el lugar que Jehová tu Dios haya escogido para hacer habitar allí su nombre.
  4. 12 Y acuérdate de que fuiste esclavo en Egipto; por tanto, guardarás y cumplirás estos estatutos.
  5. 13 Celebrarás la de los tabernáculos durante siete días, cuando hayas recogido la cosecha de tu era y de tu lagar.
  6. 14 Y te alegrarás en tu fiesta solemne, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu criado, y tu criada, y el levita, y el extranjero, y el huérfano y la viuda que están en tus poblaciones.
  7. 15 Siete días celebrarás fiesta solemne a Jehová tu Dios en el lugar que Jehová escoja, porque te habrá bendecido Jehová tu Dios en todos tus frutos y en toda la obra de tus manos, y estarás verdaderamente alegre.
  8. 16 veces cada año se presentará todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escoja: en la fiesta de los panes sin levadura, y en la fiesta de las semanas y en la fiesta de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías;
  9. 17 uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te haya dado.
  10. 18 y pondrás para ti en todas tus ciudades que Jehová tu Dios te dará en tus tribus, los cuales juzgarán al pueblo con justo juicio.
  11. 19 No perviertas el ; no hagas acepción de personas ni tomes soborno, porque el soborno ciega los ojos de los sabios y pervierte las palabras de los justos.
  12. 20 La justicia, y solo la justicia seguirás, para que vivas y heredes la tierra que Jehová tu Dios te da.
  13. 21 No plantarás para ti ningún para Asera cerca del altar de Jehová tu Dios, que tú te habrás hecho.
  14. 22 Ni levantarás para ti, lo cual aborrece Jehová tu Dios.

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