Espíritu Santo

Conociendo al Espíritu Santo

Quien Es El Espiritu Santo?

Información adicional – Funciones del Espíritu Santo El Espíritu Santo trabaja en perfecta unión con el Padre Celestial y Jesucristo, y desempeña varias funciones para ayudarnos a vivir en rectitud y recibir las bendiciones del Evangelio. Él “da testimonio del Padre y del Hijo” (2 Nefi 31:18) y revela y enseña “la verdad de todas las cosas” (Moroni 10:5).

Podemos recibir un testimonio seguro del Padre Celestial y de Jesucristo sólo mediante el poder del Espíritu Santo. Su comunicación con nuestro espíritu es mucho más certera que cualquier comunicación que podamos recibir mediante nuestros sentidos naturales. A medida que nos esforcemos por seguir el sendero que lleva a la vida eterna, el Espíritu Santo nos guiará en nuestras decisiones y nos protegerá de los peligros físicos y espirituales.

Por medio de Él podemos recibir dones del Espíritu que nos beneficien a nosotros y a los que amamos y servimos (véase D. y C.46:9–11). Él es el Consolador (Juan 14:26). Así como la dulce voz de un padre amoroso es capaz de calmar el llanto de un niño, los susurros del Espíritu pueden aplacar nuestros miedos, acallar las constantes inquietudes de nuestra vida y consolarnos en la aflicción.

El Espíritu Santo nos puede llenar “de esperanza y de amor perfecto” y [nos}enseña “las cosas apacibles del reino” (Moroni 8:26; D. y C.36:2). Por medio de Su poder, somos santificados a medida que nos arrepentimos, recibimos las ordenanzas del bautismo y la confirmación, y nos mantenemos fieles a nuestros convenios (véase Mosíah 5:1–6; 3 Nefi 27:20; Moisés 6:64–68).

Es el Santo Espíritu de la Promesa (véase Efesios 1:13; D. y C.132:7, 18–19, 26). En tal función, Él confirma que las ordenanzas del sacerdocio que hemos recibido y los convenios que hemos concertado son aceptables para Dios. Esta aprobación depende de nuestra fidelidad continua.

El don del Espíritu Santo Todas las personas que buscan la verdad sinceramente pueden sentir la influencia del Espíritu Santo, guiándoles hacia Jesucristo y Su evangelio. No obstante, la plenitud de las bendiciones que se otorgan mediante el Espíritu Santo están disponibles sólo para quienes reciban el don del Espíritu Santo y se conserven dignos.

Después que una persona se bautiza en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, uno o más poseedores del Sacerdocio de Melquisedec colocan las manos sobre la cabeza de dicha persona y, en una ordenanza sagrada del sacerdocio, la confirman como miembro de la Iglesia.

Como parte de esta ordenanza llamada confirmación, a la persona se le otorga el don del Espíritu Santo. El don del Espíritu Santo es algo distinto de la influencia del Espíritu Santo. Antes del bautismo, toda persona puede sentir la influencia del Espíritu Santo de vez en cuando y recibir un testimonio de la verdad mediante tal influencia.

Después de recibir el don del Espíritu Santo, la persona tiene derecho a la compañía constante de dicho miembro de la Trinidad si es que guarda los mandamientos. Véase también Bautismo; Dones espirituales; Imposición de manos; Revelación; Trinidad —Véase Leales a la fe, 2004, págs.72–74 Ver más

¿Quién es el Espíritu Santo respuesta?

Preguntas y Respuestas: El Espíritu Santo El artículo del día de hoy es una adaptación de uno de los puntos de nuestra, puede leer el resto de nuestra declaración doctrinal, la cual cubre cada uno de nuestras creencias doctrinales de manera sistemática.

¿Cómo entender el Espíritu Santo como parte de la Trinidad? El Espíritu Santo es una Persona divina, eterna, no derivada, que posee todos los atributos de personalidad y deidad incluyendo intelecto (1a Corintios 2:10-13), emociones (Efesios 4:30), voluntad (1a Corintios 12:11, eternidad (Hebreos 9:14), omnipresencia (Salmo 139:7-10), omnisciencia (Isaías 40:13-14), omnipotencia (Romanos 15:13) y veracidad (Juan 16:13).

En todos los atributos divinos y en sustancia él es igual al Padre y al Hijo (Mateo 28:19; Hechos 5:3-4; 28:25, 26; 1a Corintios 12:4-6; 2a Corintios 13:14; y Jeremías 31:31-34 con Hebreos 10:15-17). ¿Qué función tiene el Espíritu Santo? El Espíritu Santo ejecuta la voluntad divina en relación a toda la humanidad.

  • Reconocemos su actividad soberana en la creación (Génesis 1:2), la encarnación (Mateo 1:18), la revelación escrita (2a Pedro 1:20, 21) y la obra de salvación (Juan 3:5-7).
  • La obra del Espíritu Santo en esta época comenzó en Pentecostés cuando él descendió del Padre como fue prometido por Cristo (Juan 14:16, 17; 15:26) para iniciar y completar la edificación del Cuerpo de Cristo, el cual es su iglesia (1a Corintios 12:13).

El amplio espectro de su actividad divina incluye convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio; glorificando al Señor Jesucristo y transformando a los creyentes a la imagen de Cristo (Juan 16:7-9; Hechos 1:5; 2:4; Romanos 8:29; 2a Corintios 3:18; Efesios 2:22).

El Espíritu Santo es el agente sobrenatural y soberano en la regeneración, bautizando a todos los creyentes dentro del cuerpo de Cristo (1a Corintios 12:13). El Espíritu Santo también mora, santifica, instruye y los capacita para el servicio y los sella hasta el día de la redención (Romanos 8:9-11; 2a Corintios 3:6; Efesios 1:13).

El Espíritu Santo es el Maestro divino, quien guió a los apóstoles y profetas en toda la verdad conforme ellos se entregaban a escribir la revelación de Dios, la Biblia. Todo creyente posee la presencia del Espíritu Santo quien mora en él, desde el momento de la salvación, y el deber de todos aquéllos que han nacido del Espíritu, consiste en ser llenos del (controlados por el) Espíritu (Juan 16:13; Romanos 8:9; Efesios 5:18; 2a Pedro 1:19-21; 1a Juan 2:20, 27).

  • ¿Cómo entender los dones del Espíritu Santo? El Espíritu Santo administra dones espirituales a la iglesia.
  • El Espíritu Santo no se glorifica a sí mismo ni a sus dones por medio de muestras ostentosas, sino que glorifica a Cristo al implementar su obra de redención de los perdidos y edificación de los creyentes en la santísima fe (Juan 16:13, 14; Hechos 1:8; 1a Corintios 12:4-11; 2a Corintios 3:18).
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Con respecto a esto, Dios el Espíritu Santo es soberano en otorgar todos sus dones para el perfeccionamiento de los santos en el día de hoy y que hablar en lenguas y la operación de los milagros de señales en los primeros días de la iglesia, fueron con el propósito de apuntar hacia y certificar a los apóstoles como reveladores de verdad divina, y su propósito nunca fue el de ser característicos de las vidas de creyentes (1a Corintios 12:4- 11; 13:8-10; 2a Corintios 12:12; Efesios 4:7-12; Hebreos 2:1-4).

¿Qué dice la Biblia sobre el Espíritu Santo?

5. Gálatas 5:22–23: Cuando tenemos el Espíritu Santo, sentimos amor, gozo, paz – El Espíritu Santo se denomina a menudo Santo Espíritu o el Espíritu del Señor. Gálatas 5:22–23 enseña que “el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fe, Mansedumbre templanza”.

¿Cómo define Jesús al Espíritu Santo?

Comienza diciendo: Ungido con el Espíritu y termina diciendo: porque Dios estaba con él. No se puede decir más de una persona con menos palabras. El Espíritu es Dios mismo como poder, como fuerza que acompaña, que actúa en Jesús, y que confiere una singular autoridad a sus palabras.

¿Cuál es la misión del Espíritu Santo?

La misión del Espíritu Santo es guiar a los creyentes hacia esta amistad íntima con el Padre, del mismo modo que Jesús siempre señaló al Padre en su tiempo en la tierra. Jesús nos llama amigos en el Evangelio (Jn 15,15).

¿Cómo se ve el Espíritu Santo?

¿Cómo se siente el Espíritu Santo?

Es probable que hayas escuchado a la gente decir: “En este momento siento el Espíritu muy fuerte”.Quizás tú también sientas algo en ese momento, pero ¿tienes algún problema si tú no lo sientes?Respuesta corta: en absoluto,

porque las personas experimentan la influencia del Espíritu Santo de manera diferente. Eso es lo milagroso de los mensajes del Espíritu Santo: van dirigidos solo para ti. Para algunas personas, el Espíritu Santo puede hacer que se sientan impresionadas por la emoción y conmovidas hasta las lágrimas; para otras, las lágrimas rara vez o nunca llegan, lo cual está bien.

  • Para ellas, el Espíritu Santo puede producir un sutil sentimiento de gratitud, paz, reverencia o amor (véase ).
  • En las Escrituras también se describe al Espíritu Santo como un “ardor” en el pecho (véase ).
  • Pero la intensidad o el grado de ese “ardor” puede ser diferente para todos.
  • A veces es como una pequeña brasa resplandeciente en lugar de un fuego arrasador.

O tal vez hayas oído la descripción del Espíritu Santo como una “voz suave y apacible” (véase ). Y de inmediato pensaste: “Pero no he OÍDO una voz. ¿Me pasa algo?”. Y repetimos, no en absoluto. Esa descripción de las Escrituras no significa necesariamente que todos oímos una voz literal.

El élder Ronald A. Rasband, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó: “El espíritu habla con palabras que sentimos. Tales sentimientos son delicados, un suave impulso a actuar, a hacer algo, a decir algo, a reaccionar de cierta manera”1. El punto es: cada uno de nosotros experimentará el Espíritu Santo de forma diferente y en diferentes grados.

Lo importante es que vivamos dignos de recibirlo y que lo reconozcamos cuando venga. Al hacerlo, empezaremos a notar que Su influencia está presente en nuestra vida mucho más de lo que esperábamos. : ¿Cómo se siente el Espíritu Santo?

¿Que nos comunica el Espíritu Santo?

“Del corazón del que cree en mí brotarán ríos de agua viva” (cfr. Jn 7, 37-39) “Simple en su esencia y variado en sus dones está presente en cada hombre capaz de recibirlo, como si solo él existiera y, no obstante, distribuye a todos gracia abundante y completa”.

¿A quién se refería con estas palabras San Basilio Magno?, al Espíritu Santo, la Tercera persona de la Santísima Trinidad, que es el amor de quien deriva toda dádiva divina, y por cuyos dones “todos los males han sido destruidos y todos los bienes han sido producidos”. Ese amor, que es el primer don que contiene todos los demás, “Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha dado” ¡En la Solemnidad de Pentecostés recordamos y vivimos esta verdad! El Espíritu Santo, presente en la creación, iluminó a los profetas e inspiró las Escrituras y la Tradición.

Pero sobre todo, por su obra y bajo su acción, el Hijo único de Dios fue concebido en el seno Virginal de María, y fue ungido para salvarnos y mostrarnos el camino hacia la felicidad plena y eterna, que todos andamos buscando: el amor. Un amor que no puede reducirse solo a un sentimiento, una emoción o un placer, sino que debe ir más allá, haciéndonos capaces de confiar en Dios, y comprender, tratar con justicia, servir y perdonar a los que nos rodean, tal y como Cristo nos ha enseñado con su encarnación, con su vida, con su pasión, con su muerte y con su resurrección.

Pero ¿dónde encontraremos la fuerza necesaria para amar como Jesús?; en el Espíritu Santo, “Señor y dador de Vida”, que Él mismo nos ha comunicado para realizar en nosotros la redención que nos obtuvo en la Cruz, convocándonos en la unidad de su Familia, la Iglesia, donde nos hace hijos de Dios, partícipes de su vida plena y eternamente feliz, que consiste en amar.

Así ha calmado nuestra sed de felicidad, llevándonos a “la verdad completa”, y haciendo que de nuestro corazón broten los ríos del agua viva del amor, que nos permiten hacer felices a los demás, renovando de esta manera a toda la tierra. Vida plena, bajo la acción del amor increado La gracia del Espíritu Santo, que se manifestó en Pentecostés, se perpetúa en la Iglesia al ser comunicada por los apóstoles a sus sucesores los obispos, con el Sacramento del Orden, quienes a su vez hacen partícipes de este don a los sacerdotes y a los diáconos.

  • Y en el sacramento de la Confirmación, se hace posible que sean fortalecidos por Él todos los que, mediante su acción, renacieron en el Bautismo.
  • Así, por el Espíritu Santo, Dios guía a su iglesia a través del Papa y de los obispos, para unirnos a la Santísima Trinidad por medio de la Liturgia, especialmente de los sacramentos.
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Él acude con ayuda de nuestra debilidad e intercede por nosotros en la oración, edifica a la Iglesia con carismas y ministerios, y con el testimonio de los santos, nos manifiesta la eficacia de su fuerza, que nos transforma en imagen del resucitado. “Dios es amor” y en el Espíritu Santo nos comunica el poder salvífico de Jesús, dándonos la gracia para amar “como Él nos ha amado”.

Así nos conduce a la verdad, para que seamos capaces de ser libres eligiendo lo que nos edifica, tanto en lo individual como en lo social. Por todo esto, en medio de las alegrías y los problemas de la vida, quienes formamos la Iglesia, perseveramos en oración como los Apóstoles lo hicieron en aquel tiempo junto a María, Madre de Cristo, conscientes de que la paz que tanto anhelamos en nuestra vida personal y social es fruto del amor; de ese amor que Jesús, enviado de Dios, nos ha dado con el Espíritu Santo.

¡Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor!, para que con tu fuerza y tu poder, podamos hacer que todo, la ciencia, la tecnología, las comunicaciones, el derecho, la educación, la cultura, la política, la economía, la diversión, el deporte, las instituciones y la familia estén al servicio de toda persona humana, y podamos alcanzar la vida eterna, proponiéndonos aquello que Santa Teresa del Niño Jesús expresó así: “en el corazón de mi Madre la Iglesia, yo seré el amor”.

DESTACADO La gracia del Espíritu Santo, que se manifestó en Pentecostés, se perpetúa en la Iglesia al ser comunicada por los apóstoles a sus sucesores los obispos, con el Sacramento del Orden, quienes a su vez hacen partícipes de este don a los sacerdotes y a los diáconos. Y en el sacramento de la Confirmación, se hace posible que sean fortalecidos por Él todos los que, mediante su acción, renacieron en el Bautismo.

Fundado en 2001, Intolerancia Diario es un periódico de circulación regional en el estado de Puebla, el cual se edita e imprime en Puebla de Zaragoza. Ganador de diversos premios estatales de periodismo.

¿Cuál es el mayor don del Espíritu Santo?

El de la sabiduría, que es el más excelente de todos, y por eso corresponde a la caridad, se da para juzgar de las cosas divinas por su altísima causa que es Dios. El de entendimiento sirve para la perfecta penetración de lo que es creíble por la fe, y por eso corresponde a esta virtud.

¿Cómo llega el Espíritu Santo a nuestras vidas?

La recepción del Espíritu Santo –

¿Qué debemos hacer para recibir la compañía constante del Espíritu Santo?

Después de que las personas se han bautizado, se les confirma miembros de la Iglesia y se les otorga el don del Espíritu Santo por medio de la imposición de manos. El Señor dijo: “Y por la imposición de manos confirmaréis en mi iglesia a quienes tengan fe, y yo les conferiré el don del Espíritu Santo” ( D.

  • Y C.33:15 ).
  • Todo élder digno de la Iglesia, cuando se le ha autorizado, puede otorgar el don del Espíritu Santo a otra persona.
  • Sin embargo, eso no garantiza que esa persona reciba inspiración y guía del Espíritu Santo solamente porque los élderes le pusieron las manos sobre la cabeza.
  • Cada persona debe “recibir el Espíritu Santo”.

Eso significa que el Espíritu Santo vendrá a nosotros sólo cuando seamos fieles y deseemos la ayuda de ese mensajero celestial. Para ser dignos de recibir la ayuda del Espíritu Santo, debemos tratar anhelosamente de obedecer los mandamientos de Dios, y mantener nuestras acciones y nuestros pensamientos puros.

¿Cómo orar para que el Espíritu Santo se manifieste en mí?

11. Oración al Espíritu Santo (Schoenstatt) – Espíritu Santo, eres el alma de mi alma. Te adoro humildemente. Ilumíname, fortifícame, guíame, consuélame. Y en cuanto corresponde al plan del eterno Padre Dios revélame tus deseos. Dame a conocer lo que el Amor eterno desea de mí.

  • Dame a conocer lo que debo realizar.
  • Dame a conocer lo que debo sufrir.
  • Dame a conocer lo que, silencioso, con modestia y en oración debo aceptar, cargar y soportar.
  • Sí, Espíritu Santo, dame a conocer tu voluntad y la voluntad del Padre.
  • Pues toda mi vida no quiere ser otra cosa, que un continuado y perpetuo Sí a los deseos y al querer del eterno Padre Dios.

Amén.

¿Cómo explicar a los niños que es el Espíritu Santo?

¿Cómo explicar a los niños que es el Espíritu Santo? – Qué es el Espíritu Santo: El Espíritu Santo deriva del latín Espiritus Sanctus que se refiere a la gracia divina que se revela para entrar en comunión con los creyentes con el fin de contactarse con Cristo o con Dios, en otras palabras, el Espíritu Santo es el que despierta la fe cristiana.

¿Por qué el Espíritu Santo se representa como una paloma?

De Wikipedia, la enciclopedia libre La paloma con la rama de olivo en el pico, símbolo de salvación. La paloma en la Anunciación que es símbolo del Espíritu Santo. La paloma es un símbolo usado en representaciones antiguas y paleocristianas para denotar el deseo de un difunto pobre de espíritu y valores. Es un fenómeno propio del arte paleocristiano el que algunas figuras o imágenes usadas en contextos paganos fueran reutilizadas y potenciaran su significado al ser empleadas por los cristianos sobre todo en el arte funerario.

  1. ​ Con ese sentido inicial de vida beata deseada a los difuntos, es colocada sea sola (como mero símbolo) sea también en el contexto de una representación paradisíaca, a veces al lado de una figura de orante,
  2. En ocasiones representa a la misma alma del difunto (siguiendo una exégesis en boga durante el tiempo de los padres de la Iglesia ​) que llega al cielo gracias a la intervención de Jesús,
See also:  Que Son Los Frutos Del Espiritu Santo Y Su Significado?

Es común también representar a la paloma con un ramo de olivo en su pico o entre sus patas. Es una mención al texto del libro del Génesis donde Noé suelta una paloma para verificar si existe algún lugar ya seco tras el diluvio. En este sentido, representa la esperanza o implica un mensaje de salvación.

¿Cuál es la relación entre el amor de Dios y el Espíritu Santo?

Y el Espíritu Santo es la expresión personal de este ser-amor de Dios. Porque Él es el amor entre Padre a Hijo hecho persona. Porque el amor entre Padre a Hijo es tan profundo a intenso que se convirtió en persona. El Espíritu es, por eso, en la Trinidad el vínculo de amor entre Padre a Hijo.

¿Qué es el fuego del Espíritu Santo?

Cuando el fuego del Espíritu Santo está encendido en el cristiano, éste busca con pasión la presencia de Dios, sirve con diligencia al Señor, y anhela ver la manifestación gloriosa del poder de Dios en su vida y en la vida de los demás. Lo contrario lo vemos por ejemplo en la iglesia de Efeso, la cual había abandonado su primer amor por Dios.

El avivamiento consiste precisamente en un corazón o iglesia encendida en el fuego del Espíritu Santo. La iglesia primitiva se destacó por ese fuego, pasión y fuerza en el Espíritu Santo y fue por esto que evangelizó al mundo conocido. Hoy más que nunca necesitamos el fuego del Espíritu de Dios. Este texto busca generar un mayor anhelo por la presencia de Dios y por una fuerte comunión con el Espíritu Santo.

Esperamos que puedas leerlo y ser bendecido. Pastor Gonzalo Sanabria.

¿Qué significa el dedo en el Espíritu Santo?

Los 8 símbolos del Espiritu Santo Posted at 15:48h in by El 28 de mayo se celebra la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles y la Virgen María o, como comúnmente se conoce, el Día de Pentecostés. Nos hemos acostumbrado a verlo con la imagen de una paloma, pero ¿sabrías decir qué otros símbolos tiene? Aquí te los presentamos:

El agua : representada como la acción del Espíritu Santo en el Bautismo. Según explica el Catecismo, el agua representa el Espíritu Santo que brota de Jesús crucificado La unción : Jesús es el Cristo (ungido en griego) que ha sido ungido por el Espíritu Santo. Es en la confirmación donde recibimos la plenitud de este a través del óleo La nube y la luz : son símbolos que se suelen relacionar con el Espíritu Santo. Aparecían desde el Antiguo hasta en el Nuevo Testamento cuando en su Encarnación, cuando el Espíritu Santo cubre con su «sombra» a la Virgen María; en la Transfiguración, cuando «vino una nube y cubrió con su sombra» a Jesús, Moisés, Elías, Pedro, Santiago y Juan; y en la Ascensión, en la que una nube «ocultó a Jesús a los ojos» de sus discípulos mientras subía al Cielo. La mano : símbolo de la efusión todopoderosa del Espíritu Santo cuando Jesús curaba a los enfermos y los apóstoles le seguían con el mismo gesto. Este gesto se mantiene aún a día de hoy justo antes de la consagración en la Santa Misa El dedo : proviene de la existencia de un himno que invoca al Espíritu Santo llamándolo “dedo de la diestra de Dios”. Hay multitud de referencias en el Antiguo Testamento siendo algunas como el que escribió las tablas de piedra o las cartas a San Pablo. El sello : se le compara al símbolo de la unción ya que indica el carácter indeleble de la Unción del Espíritu Santo en los sacramentos del Bautismo La paloma : siendo quizás el más conocido ya que después de que Jesús se bautizara bajó sobre él el Espíritu Santo en forma de este animal El fuego : simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu Santo en contraposición del primero símbolo, el agua, el cual tiene como referencias el nacimiento y la fecundidad de la vida

Con todo esto se puede apreciar cómo la simbología del Espíritu Santo es tan diversa y variada como sus interpretaciones. Aunque bien es cierto que todas parten de la misma base o hecho. ¿Qué opinas de esto? ¿Hay alguno que no conocieras? ¡Háznoslo saber en comentarios! : Los 8 símbolos del Espiritu Santo

¿Cómo explicar a los niños que es el Espíritu Santo?

¿Cómo explicar a los niños que es el Espíritu Santo? – Qué es el Espíritu Santo: El Espíritu Santo deriva del latín Espiritus Sanctus que se refiere a la gracia divina que se revela para entrar en comunión con los creyentes con el fin de contactarse con Cristo o con Dios, en otras palabras, el Espíritu Santo es el que despierta la fe cristiana.

¿Qué papel tiene el Espíritu Santo en la vida de la Iglesia?

El Espíritu Santo nos hace amigos de Dios; Él hace que estemos en Él y Él mismo en nosotros. Por consiguiente, por Él nos regocijamos de Dios y recibimos consuelo en las dificultades de la vida presente. El Espíritu Santo es nuestro Paráclito y Consolador (Juan 14, 26).