Espíritu Santo

Conociendo al Espíritu Santo

Que Significa Agua Viva En La Biblia?

Que Significa Agua Viva En La Biblia
McConkie definió el agua viva como ‘ las palabras de vida eterna, el mensaje de salvación, las verdades en cuanto a Dios y Su reino

¿Qué significado tiene agua viva?

Aguas que brotan del suelo y corren de manera natural. También se dice agua viva.

¿Qué quiere decir que el Espíritu Santo es como agua viva?

TODO EL QUE QUIERA | | Si alguno tiene sed, venga a mí y beba, (Jn.7:37) Las palabras ‘todo el que quiera, puede venir’, se interpretan generalmente como queriendo decir que la salvación es un asunto dejado a la voluntad y decisión del pecador. Se reconoce que no todos son salvos, pues no todos quieren ir a Cristo, pero eso no sería debido a cualquier incapacidad de la voluntad o ceguera espiritual del entendimiento, sino simplemente a un mal uso del poder de la voluntad, de la que el hombre es dueño y señor.

Aunque pueda admitirse que está inclinado por naturaleza a rechazar la salvación en Cristo, sin embargo, mantiene el poder para volverse y aceptarle: puede querer lo que le plazca, y desear todo lo que estime oportuno. Su voluntad es libre: soberana y arbitrariamente libre; por eso puede aceptar o rechazar a Cristo.

Y esa facultad la conservará hasta la muerte. Lo que acepta hoy, puede dejarlo mañana. De ahí que sea salvo sólo si acepta a Cristo en el mismo instante de morir, o si mantiene hasta el final la decisión por Cristo que un día hizo. Si la aceptación ha durado toda una vida, pero al final se abandona, entonces estaría perdido.

Este planteamiento supone que es esencial para la libertad de la voluntad su condición de indiferencia o arbitrariedad, es decir, que puede escoger una cosa o su contrario sin ningún condicionante. Sin embargo, en esta postura no se explica por qué, si la voluntad es así, no siguen siempre en el peligro de elegir lo opuesto, y caer en la condenación, aquellos que gozan ya de la presencia de Cristo en el cielo.

Mal encaja este tipo de libertad con la permanencia en la salvación para siempre. En cualquier caso, es evidente que no podemos admitir ese planteamiento, pues es absurdo y opuesto a la experiencia, y contrario a todo lo que enseña la Escritura sobre el estado del hombre natural y sobre la gracia soberana de Dios para salvación.

  • Una tal voluntad del hombre que sea indiferente y arbitraria, que pueda elegir una cosa o su opuesto, sencillamente no existe.
  • La voluntad siempre está motivada para sus elecciones, nunca es neutral.
  • Así ocurre en el mundo material; )por qué quieres comer o beber? porque tienes hambre o sed.
  • Cuando quedas satisfecho entonces ya no quieres.

Lo mismo ocurre en el plano espiritual. El querer ir a Cristo tiene unos motivos específicos. A él se va porque se está anhelante del Dios vivo; porque se está cansado del pecado y se busca reposo, el reposo del perdón, de la justicia eterna y de la comunión con Dios; se va a Cristo porque se sabe que él es el único camino; porque se está sediento del agua viva, y la Fuente está abierta sólo en él.

  • Y todo esto de ninguna manera es del pecador mismo, sino el fruto de la gracia.
  • Cristo es la fuente del agua de vida.
  • En el paraíso de Dios el río del agua de vida fluye del trono de Dios y del Cordero, lo que significa que procede de Dios a través de Cristo.
  • En el último día, el gran día de la fiesta de los tabernáculos, cuando la jarra de oro se llenaba con agua del estanque de Siloé, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: ‘Si alguno tiene sed, venga a mí y beba’ (Jn.7:37).

A la samaritana en el pozo, le dijo: ‘Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le pedirías, y él te daría agua viva’. Y luego: ‘Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna’ (Jn.4:10,13,14).

La apertura de esta fuente de agua viva en Cristo ya fue tipificada y predicha siglos antes en la antigua dispensación. La sed de los hijos de Israel fue maravillosamente apagada con agua de la roca, y el apóstol Pablo refiriéndose a ese milagro de la gracia, escribe que ‘todos bebieron de la misma bebida espiritual, porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo’ (l a Co.10:4).

Cristo los seguía en el peregrinar en el desierto, y se reveló a sí mismo al suplirles con agua de la roca. Es con la mirada puesta en su venida que clama Isaías: ‘A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed.

  • Venid, comprad sin dinero y sin precio vino y leche’ (Is.55:1).
  • Y también pudo proclamar la bendita promesa: ‘Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida’ (Is.44:3).
  • Y el Señor promete por medio de su profeta Zacarías: ‘En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y la inmundicia’.

Y acontecerá en ese día de salvación ‘que saldrán de Jerusalén aguas vivas’ (Zac.13:1; 14:8). Ese manantial está abierto en Cristo, y de él fluyen los ríos de agua viva. ¿Qué significado tiene ese símbolo? El agua tiene en la Biblia un significado simbólico muy rico.

Algunas veces hace referencia a la aflicción profunda que anega nuestra alma y las olas que nos abaten. Como un signo de realidades espirituales indica tres cosas principalmente: separación, limpieza y vivificación espiritual, y renovación. El agua del bautismo es un signo y sello de la separación espiritual del mundo en la comunión con Cristo, así como de la limpieza del pecado para la justicia eterna.

Por eso las aguas del diluvio fueron un tipo del bautismo en Cristo, pues por el agua (no por el arca) fue limpiada la iglesia y separada del mundo impío que pereció bajo las aguas del juicio (l a P.3:20,21). En el mismo sentido tipificaron el bautismo las aguas del Mar Rojo, porque por ellas el pueblo de Israel quedó separado para Dios frente a Faraón y su ejército, y la casa de servidumbre en Egipto.

Y por el bautismo el viejo hombre de pecado es tragado y surge el nuevo en Cristo, separado del pecado y del mundo impío, resucitado con Cristo a una nueva vida de comunión con Dios. Es evidente, sin embargo, que el significado es algo diferente cuando se refiere a Cristo como la fuente de agua viva.

En este caso indica vivificación, renovación, y satisfacción completa. Puede decirse, en primer lugar, que el agua viva (o de vida) representa principalmente, y en su sentido más profundo, al Espíritu Santo como el Espíritu de Cristo, por quien todas las bendiciones espirituales de salvación son concedidas a la Iglesia como un todo, y a cada creyente en particular.

  1. Ese Espíritu es el río de agua de vida que fluye constantemente de Dios a través de Cristo en la Iglesia.
  2. Esto queda señalado en Isaías 44:3, porque después de decir ‘derramaré aguas sobre el sequedal’, explica el símbolo añadiendo: ‘Y derramaré mi Espíritu sobre tu generación’.
  3. Así lo afirma igualmente Juan 7:37­39, pues la promesa del agua viva la explica el apóstol diciendo: ‘Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él’.

Y la imagen del río de agua de vida en Apocalipsis 22 muestra la misma idea, pues el río se presenta como saliendo del trono de Dios y del Cordero. Con la exaltación del Salvador y el derramamiento del Espíritu Santo poco después, en el día de Pentecostés, fue cumplida la promesa: el río de agua de vida comienza a fluir y se abrió la fuente de agua viva.

El río de agua viva representa al Espíritu Santo precisamente como el autor de nuestra salvación, que lleva a cabo en nosotros todas las bendiciones espirituales en los lugares celestiales en Cristo; bendiciones que él obtuvo para nosotros por medio de su perfecta obediencia, y su Espíritu las toma de él para concederlas a su pueblo.

A este Espíritu se le llama Espíritu de vida; Espíritu de adopción, por el cual clamamos Abba, Padre; Espíritu de verdad, que nos guía a toda verdad; Espíritu vivificante; de santidad y santificación; de sabiduría, conocimiento y revelación; en fin, el Espíritu de Cristo.

  1. Según esto, él es quien nos regenera y nos hace nacer de nuevo: partícipes de la resurrección de Cristo.
  2. Nos da comprensión y discernimiento de las cosas espirituales, ojos para ver, oídos para oír, corazones renovados para entender los misterios del reino de los cielos.
  3. Por él somos llamados de las tinieblas a la luz, del pecado a la justicia, de la corrupción a la santidad, de la muerte a la vida.

Todas las bendiciones espirituales de conocimiento y sabiduría, de vida y gloria, de justicia y santidad, y todas las riquezas de la gracia, fluyen constantemente de Cristo en el Espíritu a toda la Iglesia y a cada creyente. Por esa gracia abundante somos renovados continuamente para vida eterna.

  • Y este raudal de bendición espiritual queda simbolizado por el agua viva, o el río de agua de vida.
  • La multitud de bendiciones espirituales de salvación tienen su base y fundamento en una: la justicia perfecta.
  • La justicia y la salvación están ligadas y conectadas de forma tan inseparable, que a veces la propia Escritura las intercambia.

Tal como la esencia real de nuestra miseria es el pecado, así la justicia lo es de la salvación. Sin ella no hay vida, ni favor de Dios, ni comunión con él. Tenemos, por consiguiente, que ser hechos justos, y eso tanto en el sentido jurídico­legal como en el ético­espiritual.

  1. Necesitamos ser justificados.
  2. Nuestros pecados han de ser borrados y perdonados, y se nos tiene que imputar la justicia de Cristo, de manera que, aunque vivamos en medio del pecado y la muerte, nos podamos gloriar en nuestra justificación, con la certeza de ser justos ante los ojos de Dios.
  3. Mas también tenemos que ser santificados, vivificados a una nueva vida delante de Dios en santidad, libres de las tinieblas, la corrupción y toda mancha.
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Todo esto lo abarca la justicia, por eso en ella consiste nuestra salvación. Por lo cual puede decirse realmente que el agua de vida que fluye del trono de Dios y del Cordero, es un manantial constante de justicia, perdón, luz, santidad, amor a Dios, y vida eterna.

¡Benditos los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados! Hay que ir, pues, a Cristo para beber el agua de la vida, esto es, recibir de él y apropiarnos todas las bendiciones espirituales de la gracia para obtener justicia y vida. Cristo dice: ‘Ven a mí y bebe’. Entendamos bien esto.

Es el Cristo de la Biblia, el Hijo de Dios encarnado, el que habitó con nosotros, que nos ha revelado al Padre y habla palabras de vida eterna, el que fue ordenado para morir en la cruz por nuestras transgresiones y fue resucitado al tercer día para nuestra justificación, el que fue exaltado en los cielos y recibió la promesa del Espíritu Santo, el que, finalmente, derramó su Espíritu en la Iglesia el día de Pentecostés: ese Cristo, y no otro, es la fuente abierta del agua de vida; él es nuestra justicia y nuestra redención completa, y se nos da a sí mismo y todas sus bendiciones de salvación por medio de su Espíritu.

  • Y todo esto se realiza de una manera tal, que nos apropiamos y recibimos todas esas bendiciones espirituales de salvación por un acto consciente y voluntario de nuestra parte, con el que correspondemos al acto de Cristo de darse a nosotros.
  • Este acto nuestro se expresa por las palabras ‘venir’ y ‘beber’.

El agua de la vida, si se me permite usar la comparación, no es introducida en nuestra garganta por un tubo, sin que hagamos nada o en contra de nuestra voluntad. Aunque eso fuera posible, de ese modo nunca podríamos gustar su pureza y dulzura renovadoras.

  • Y Dios quiere precisamente que la gustemos.
  • Quiere que gustemos la gracia para cuya gloria hemos sido salvados, y que conscientemente experimentemos sus maravillas.
  • ¡Hay que venir y beber! ¿Qué significa venir y beber de la Fuente de agua viva? Significa que estamos sedientos: ‘Si alguno tiene sed, venga a mí y beba’; ‘a todos los sedientos: ¡Venid a las aguas!’ Esta sed forma parte del querer venir.

A menos que el pecador tenga sed del agua de vida, es decir, de justicia, nunca vendrá a Cristo, ni querrá beber en absoluto. Y esta sed implica, en primer lugar, que su alma tiene una profunda consciencia de su estado de pecado, de su condición perdida, de su carencia de toda justicia y de estar lleno de todo pecado y corrupción que le hace culpable delante de Dios.

  1. Implica que deplora su pecado en verdadero arrepentimiento y anhela el perdón, y la liberación de su poder y dominio, y busca ser revestido con las ropas de justicia.
  2. Significa, igualmente, que reconoce que Cristo, como la plenitud de la justicia, es la única Fuente de agua de vida de la que tiene que beber.

Significa que el pecador suspira por Cristo y todas sus bendiciones de salvación. Pero es necesario más: tiene que oír y atender la palabra de Cristo: ‘Ven a mí y bebe’. No se trata solamente de reconocer su miseria y la grandeza de Cristo, sino que debe volverse a él, recibirle, creer en él y por fe obtener perdón y justicia, sabiduría y conocimiento, luz y vida eterna.

  • Entonces, y sólo entonces, beberá y su alma quedará saciada.
  • A todos los sedientos: ¡Venid a las aguas!’; ‘Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente’.
  • No os quepa duda, todo el que quiera puede venir a Cristo y beber del agua de vida.
  • ¿Quién vendrá? ¿Cuál es la relación entre Cristo como la Fuente de agua viva y el pecador? ¿Se trata simplemente de que Cristo es la Fuente que brota y brota, y envía a sus predicadores para que llamen la atención de la gente respecto a ese manantial, limitándose a esperar que alguien decida venir y beber? ¡No! Si fuera así, nadie vendría; todos despreciarían esa fuente.

Porque todos los hombres son por naturaleza hijos de ira, muertos en delitos y pecados, siguiendo la corriente de este mundo, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos. Tienen sed, pero no de justicia. Su sed es para las cosas del mundo, de los deseos de la carne, de los deseos de los ojos y de la vanagloria de la vida.

  1. El hombre natural siempre se gloría de su propia justicia y desprecia con el pie la de Dios.
  2. Si el venir depende de su voluntad, jamás vendrá.
  3. Ni el más formidable ejército de atrayentes y hábiles predicadores podrá nunca persuadir a un solo pecador para que venga y beba.
  4. Nadie tiene de sí mismo este querer.

Mas Cristo está en primer lugar. Y nuestro querer ir y tomar del agua de vida gratuitamente es sólo la reacción de su acto de gracia por el que se da a sí mismo a nosotros. Él se nos da, y nosotros le recibimos. Nos da ojos espirituales para ver nuestra propia miseria y desdicha espiritual, y vemos las riquezas de su plenitud; entonces le miramos como nunca antes lo habíamos hecho.

  1. El nos lleva, y nosotros vamos.
  2. Nos da sed, y bebemos.
  3. Cambia nuestro corazón, nuestra mente, y nuestra voluntad por su Espíritu y su Palabra, y le encontramos más precioso que todas las riquezas del mundo, y todo lo consideramos estiércol ante la excelencia de su conocimiento.
  4. ¡Que nadie se gloríe en sí mismo! Si no tienes sed del Cristo vivo, se debe a que eres ciego, muerto, desnudo y miserable; enemigo de Dios, aborreciendo toda justicia aunque presumas de bondad; amas más las tinieblas que la luz, y te glorías en tu propia vergüenza.

No te llenes de soberbia delante de Dios, como si tuvieras el poder de decidir venir a él cuando te plazca. Cristo es el Señor. ¡Nadie va a él, si el Padre no lo trae! Por otra parte, si tienes sed y vienes a Cristo para beber, no te ensalces, pues no has venido de ti mismo.

¿Qué significa Jesús como el agua de vida?

Seis maneras de beber a Cristo como el agua viva A través de la Biblia varios versículos nos muestran el deseo de Dios de que lo recibamos, que bebamos de Él como el agua viva. Por ejemplo, en Juan 7:37-38 vemos que el deseo de Dios de que bebamos de Él es tan grande que Jesús hasta se puso de pie y alzó la voz durante la fiesta, haciendo un llamado a las personas a que vinieran y bebieran de Él: ‘En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba,

El que cree en Mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva ‘. Así que, ¿cómo acudimos a Él y bebemos? Solamente el Señor Jesús puede saciar nuestra sed interior; solamente Él es el agua viva. Él quiere que le bebamos para que nuestra sed sea saciada y hasta que los ríos de agua viva fluyan de nuestro interior a otros.

Sin embargo, a menudo en vez de sentirnos satisfechos y regados, nos sentimos secos y hasta muertos. Es probable que queramos beber del agua viva, ¡pero no sabemos cómo!

¿Qué significa el agua en la Palabra de Dios?

La dimensión sagrada, simbólica y mística del agua – P. Alfredo Ferro Medina, s.j., Agosto 10 de 2006, Este artículo ha sido consultado 16006 veces P. Alfredo Ferro Medina, s.j.1 El agua posee diversos tipos de valor: biológico, como fundamento de vida; social, por ser un bien que exige control social, simbólico y espiritual, por ser considerado un elemento vital y sagrado en las diversas culturas y paisajístico y turístico, por su belleza; política y de poder de acuerdo al manejo y al control que se ejerza sobre ella; poética y artística, que se refleja en las canciones y poesías; de salud, por ser fundamental para la vida y por ello mismo no debe ser contaminada; ecológica, ya que todas las formas de vida tiene derecho a ella.

El agua posee un fuerte simbolismo y una dimensión sagrada en las culturas desde varias dimensiones y significados de la vida humana. En todas las religiones y tradiciones espirituales, el agua tiene un rico significado que sobrepasa su realidad material. El agua simboliza fundamentalmente la vida. En la mayoría de los mitos de la creación del mundo, el agua representa la fuente de vida y de energía divina de la fecundidad de la tierra y de los seres vivos.

Las grandes religiones y caminos espirituales expresan su encanto por las aguas a través de los ritos cósmicos, de iniciación y de purificación. En las grandes culturas el agua tiene diversos significados. Para los egipcios el agua está estrechamente ligada a la idea de la reanimación.

  1. Para los griegos el agua tiene el doble significado de vida y muerte.
  2. Pueblos asiáticos y africanos la tienen como parte de las divinidades; las fuentes son sagradas o veneradas y se usan como elemento purificador.
  3. Una de las diosas más conocidas en las religiones afro es la diosa Iemanja, que para los creyentes es la reina y la diosa de las aguas, expresión de la presencia divina.
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En la mayoría de las religiones el agua como don sagrado tiene un significado de purificación, renovación, liberación, fertilidad y abundancia. El elemento agua está presente, santificando, sacralizando, inte­riorizando credos y culturas ancestrales. En general en las religiones, el agua es utilizada en los ritos de iniciación o de bautismo.

El agua pertenece al patrimonio simbólico de todas las culturas y religiones. En todo el planeta el ser humano proyecta sobre el agua la realización de sus esperanzas y temores, la promesa de la vida y la amenaza de la muerte. El agua carga todo esto; sequías e inundaciones son señales de la dificultad de controlar el poder de agua.

Para muchos pueblos indígenas, el agua es un don de las divinidades, es morada de los espíritus; para estos pueblos, el agua es sagrada; muchas de sus tradiciones afirman en sus mitos fundantes que el ser humano fue hecho o creado del agua, o bien, salió del agua para la tierra, a fin de cuidar de la naturaleza.

  1. Otras tradiciones creen que el agua es el punto de relación entre el cielo y la tierra; lo humano y lo divino.
  2. El cristianismo en el encuentro con otras culturas y tradiciones fue recogiendo una gran riqueza de los ritos y creencias vinculadas al agua.
  3. Los más antiguos templos cristianos contenían una fuente de agua o una piscina interna.

En el santuario del templo de Jerusalén salía una fuente simbolizando la vida dada por Dios y las Iglesias eran construidas en torno al agua del bautismo y de la piedra de la tumba de los mártires sobre el cual se celebraba la cena del Señor. Para algunas de las Iglesias pentecos­tales, el río en que los fieles son bautizados se constituye en un verdadero templo.

  1. Así como en las religiones orientales, muchos santuarios de peregrinación cristiana y grandes movimientos de fe nacieron vinculados a las fuentes, a los ríos y a los lagos.
  2. Una relación de escucha amorosa y de convivencia armoniosa con el agua, no la vamos a encontrar en el sistema capitalista y neoliberal actual, y sí, en las grandes tradiciones religiosas y en las culturas antiguas con sus escritos y ritos.

La mística y la espiritualidad del agua tienen su motivación más profunda en la defensa de la vida; ya que no existe vida sin agua y todas las formas de vida dependen de ella. De esta forma, el agua adquiere un valor vital y sagrado: bien común, patrimonio de la humanidad y derecho de todas y todos.

  • Nadie por lo tanto puede atribuirse el derecho de propiedad del agua, impidiendo el acceso del agua a los humanos y en general a todos los seres vivos.
  • El agua es un don de Dios para todos los seres vivos más allá de su valor en sí.
  • Tenemos un gran desafío; las tradiciones religiosas y espirituales desde la conciencia profunda nos presentan el agua como la propia matriz, la propia raíz de la vida o su núcleo central; luego es una tragedia que las hijas y los hijos del agua, cual fieras salvajes nos lancemos a devorar nuestra propia fuente materna.

Las fuentes de la vida están amenazadas; la muerte de la tierra, del aire y de las aguas será nuestra propia muerte; es necesario por ello una profunda conversión espiritual que se manifiesta en cambios y transformaciones en nuestra mentalidad, costumbres y modos de vivir tanto en lo personal, lo social, como en lo político.

  1. Nuestra tradición teológica considera el universo como el templo de Dios; todo en él es sagrado; por ello mismo, la problemática ecológica y ambiental en si misma, como la del agua tiene que ver con la espiritualidad.
  2. La comunión con el universo nos debe llevar a una actitud de profundo respeto con la ‘lógica de la casa’ (ecología), desde la ecología interna que es la unidad profunda de la persona, hasta el sentir que todas las cosas hacen parte de mi propio cuerpo si estoy en comunión con ellas.

Gratuidad si, como la de un nacimiento de agua que se verte en la quebrada y en el rió, que va al mar y que se convierte en nube.

¿Qué significa que en su interior correrán ríos de agua viva?

January 14, 2017 En el Antiguo Testamento, donde no había agua, no había vida. La gente moría durante las sequías. Del mismo modo, a menos que el agua viva del Espíritu fluya en nosotros, nosotros y nuestras iglesias tendremos ausencia de vida espiritual y poca vitalidad.

Al igual que en el Desierto de Mojave, que no haya agua equivale a que no haya vida, ni crecimiento, ni fruto. Podemos asistir a la iglesia con regularidad y tener una doctrina perfecta, pero sin el Espíritu Santo proveyéndonos agua, nos marchitaremos y moriremos. Jesús habló abiertamente sobre las propiedades vivificantes del Espíritu.

‘En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva’ (Juan 7:37-38). Al decir ‘ríos de agua viva’, Jesús se refería al Espíritu que los creyentes recibirían más tarde.

  • Cuando el Espíritu de Dios viene, tenemos nueva vida.
  • Sin el Espíritu de Dios, tenemos que luchar con nuestro esfuerzo propio, que está plagado de debilidad moral y tendencias pecaminosas.
  • Pero cuando viene el Espíritu, tenemos gozo, esperanza y poder.
  • Nota que Jesús no se refiere a una gota de agua sino a ‘ríos de agua viva’.

Como un río, el Espíritu fluye, una fuerza de poder que entra en nosotros y luego fluye para que podamos ser de bendición para los demás. Dios usa el agua como un símbolo del Espíritu Santo de una manera ligeramente diferente cuando dice: ‘Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio’ (Oseas 14:5).

Todos hemos presenciado la hierba y las flores que brillan con diminutas gotas de refrescante agua. Al usar esta metáfora, Dios está diciendo que Él será como el rocío, que se deposita en silencio por la noche y cubre el suelo por la mañana. El rocío no puede formarse cuando las condiciones del tiempo son demasiado calurosas o cuando el viento es demasiado fuerte.

Del mismo modo, no podemos ser refrescados por Dios cuando estamos demasiado ocupados corriendo para todos lados. Jim Cymbala comenzó la iglesia Brooklyn Tabernacle con menos de veinte miembros en un pequeño y deteriorado edificio en una parte difícil de la ciudad.

¿Cuál es la fuente de agua viva?

Lugar donde se guarda agua, para conservarla. Esto lo hace la gente donde escasea el agua.

¿Qué tiene que ver el agua con el Espíritu Santo?

El Espíritu viene a derramarse en nuestras sequías –

  1. En el lenguaje teológico estamos designando a la tercera persona de la Santísima Trinidad, de Dios se puede decir que es espíritu y que es santo, y las tres personas son, pero el Espíritu Santo, la tradición, la Palabra, el magisterio, la enseñanza teológica, el sentido del pueblo de Dios lo identifican en la tercera persona de la Santísima Trinidad.
  2. Este Espíritu Santo aparece en la Palabra de Dios bajo distintos símbolos, distintas figuras que representan la obra del Espíritu, tal vez el mas significativo, que hace a la gracia primera que recibimos en el sacramento que abre la puerta a la vida de Dios en nuestra vida es el agua, el Espíritu Santo es simbolizado en el agua, es significativa la acción del Espíritu Santo en el bautismo.
  3. Después de la invocación del Espíritu Santo el agua se convierte en el signo sacramental y eficaz de la Nueva Alianza, del nuevo nacimiento, es la gestación de un nuevo nacimiento que en el agua bautismal significa realmente que nuestro nacimiento en la vida divina será justamente por la obra del Espíritu Santo.
  4. Estamos bautizados en un solo Espíritu, el Espíritu es personalmente el agua viva, dice Jesús, que brota de Cristo crucificado como en un manantial que llega hasta la vida eterna, el agua que da vida, que purifica, que es identificada como vida y que hace presente al Espíritu.
  5. De allí que Jesús, siguiendo la tradición de su tiempo, identifica a la obra de Dios vinculada con este símbolo vital para sostenernos en la vida y para purificarnos, con lo cual estamos diciendo que la acción del Espíritu que brota en nosotros como agua viva hace eso, nos da vida y nos purifica.

Cuando imaginamos un territorio desierto donde hace tiempo no cae el agua, lo imaginamos agrietado, abierto, como esperando que llegue la bendición del cielo, el agua que renueva y vivifica. Así muchas veces nos encontramos nosotros, como desiertos, abiertos, agrietados, a la espera que se derrame el agua que convierta nuestro desierto en un lugar de vida.

  1. Así esta a veces nuestra propia tierra, empantanada de agua por el mal uso que hacemos de la tierra, pero a la vez agrietada en nuestra convivencia, en la corrupción aparentemente sin rostro, en la acumulación de algunos pocos.
  2. Es una tierra desierta que necesita esta presencia del Espíritu que lo renueve todo y lo limpie.

Queremos pedirle al cielo que sea pronto, que venga ese soplo que se lleve las nubes y traiga lo nuevo. Que ponga en el alma lo que nos hace falta. Las zonas interiores desérticas y agrietadas en nosotros es donde Dios quiere venir a hacerse presente se identifican con las situaciones determinadas de nuestra existencia que generan sentimientos de desazón, de tristeza, de angustia y de situación ya no habitable, donde desde dentro no nos sentimos cómodos porque no estamos en conformidad con nosotros mismos.

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Vení a derramarte, Espíritu de Dios y comenzá a generar una nueva historia’, de ustedes brotarán torrentes de agua viva, dice Jesús, con lo cual van a cambiar el rumbo de una historia de muerte y de sinsentido. Posiblemente vos o tu familia en ella pueden haber entrado en esas corrientes de desierto.

En la vida de cada uno de nosotros, en la familia hay realidades que hay que transformar y cambiar, te invito que pienses donde, como y en que lugar, no como quien puede forzar la historia, sino como quien reconoce que allí la vida no tiene lugar y que hace falta que brote un torrente de agua que cambie la historia, que la purifique y que le de una nueva vida.

  • Padre Javier Soteras
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: El Espíritu Santo: símbolo del agua – Podcast

¿Qué representa el espíritu del agua?

Nuestra relación con el agua va más allá de la supervivencia del cuerpo, de la dignidad y la justicia, es espiritual. H 2 O, el corto del bangladesí Ahmmed Raihan, uno de los finalistas del We Art Water Film Festival 4, refleja como desde milenios el agua es un elemento que nos une a todos como símbolo de transformación y metáfora de una forma ética de vivir.

  1. H2O, Ahmmed (Bangladesh), finalista del We Art Water Film Festival 4.
  2. Categoría de Micro-documental.
  3. En Asia, donde ahondan sus raíces las más antiguas religiones, el valor del agua como símbolo de vida y purificación queda de manifiesto en todos los cultos.
  4. En el corto, el monje budista Karunannada Bhikkhu, el sacerdote hindú Sri Sujon Chakraboti, el fraile cristiano Lintu Francis da Costa y el imán mahometano Mohiuddin Rasel describenla profunda presencia del agua en la filosofía y respectivos rituales de sus religiones.

El agua no conoce ni se identifica con ninguna raza, cultura, etnia o religión; está en todos los sistemas de pensamiento de todas las civilizaciones. Un principio común a todos ellos es la contemplación del agua como elemento intrínsecamente ligado a la vida y de unió n con el mundo,

Para el Budismo, ‘ser como el agua’ es un metáfora integradora con la naturaleza que se extendió hace más de 2.500 años por todo Oriente. Para el Hinduísmo, s egún la tradició n védica, el agua es la sustancia primordial de donde nacen todas las formas. En los Upanishads, narraciones que aparecieron hacia el siglo VI a.C., existen constantes referencias al agua como metáfora de la pureza y de la aut é ntica sabiduría: ‘Como el agua pura que vertida en agua pura permanece inalterable, así es el yo de un pensador iluminado’ En la Biblia judeocristiana se refleja el poder simbólico del agua y la intensidad sentimental con que se vivía antaño en relación con ella.

La voz agua aparece 582 veces en el Antiguo Testamento y es usada tanto para describir la creación, como la destrucción, la purificación, la regeneración y el amor. El agua acompaña al espíritu divino y a su relación con los hombres en todas las etapas de la larga historia bíblica.

En los Evangelios cristianos el agua adquiere un significado muy especial como metá fora de sabidur ía divina: ‘Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jam ás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna’,

Los textos coránicos del Islam el agua es donada por Dios para la creación y el mantenimiento de la vida: ‘Dios es el que os ha dado la tierra por lecho y el que ha construido los cielos como un edificio sobre vuestras cabezas; é l es el que hace descender el agua de los cielos y el que hace germinar con ella los frutos destinados a alimentarnos’.

¿Quién es el agua de vida?

El agua es el elemento más importante para la vida. Es de una importancia vital para el ser humano, así como para el resto de animales y seres vivos que nos acompañan en el planeta Tierra. Resulta curioso que el 70 por ciento de la Tierra sea agua y que el 70 por ciento de nuestro cuerpo también sea agua.

¿Qué importancia tiene el agua en la Biblia?

La Biblia ve el agua de muchas maneras: como símbolo de destrucción (Génesis 6-9), como símbolo de limpieza (por ej. en Exodo 30:18), un símbolo de bendición (Jeremías 17:8) y como símbolo de necesidad espiritual (Salmos 42).

¿Qué significa nacer del agua y del espíritu según la Biblia?

Qué entiende Gracia y Vida sobre este texto – Nos gustaría invitarte a prestar atención al texto de Mateo, en él nos encontramos con otra figura que nos llama a pensar en la purificación: ‘el fuego’. Y además, es más que evidente que ‘Nacer del Espíritu’ tiene relación muy estrecha con la actividad del Espíritu Santo, la cual inicia con el llamado: ‘Bautismo del Espíritu’.

Por ende, a nuestro humilde criterio, nacer del Agua y el Espíritu significa nacer a una nueva vida en Cristo Jesús (Nueva vida: 2 Corintios 4.16, 5.17; 2 Pedro 1.4; Romanos 6.4-6; Colosenses 3.1; Efesios 2.10, 4.24, etc., etc.), a la cual se llega a través del arrepentimiento de nuestros pecados y del bautismo purificador del Espíritu Santo.

Creemos que a eso se refería Jesús al hablar de nader de agua y el Espíritu. Pero también veremos que Jesús seguirá ampliando su explicación y le irá mostrando qué más hace falta para ingresar al Reino de los Cielos. Aunque varios de estos elementos serán tratados en los próximos estudios, veamos por un momento lo siguiente:

3.3 Hay que nacer de nuevo.3.5 Nacer de agua y del Espíritu para ver/participar del reino de los cielos.3.6 Nacer del Espíritu para ser un ser espiritual (más allá de nuestro cuerpo físico).3.15 Creer para tener vida Eterna.3.16 Creer para no perderse y para tener vida eterna.3.18 Creer para no ser condenado.

¿Como dice la Escritura de su interior correrán ríos de agua viva?

El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Juan 7:38.

¿Cómo se utiliza el agua espiritual?

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¿Donde dice en la Biblia fuente de agua viva?

Jeremías 2:14 – ‘Porque dos males ha hecho mi pueblo: dejáronme a mí, fuente de agua viva, para cavar para sí cisternas, cisternas rotas que no detienen agua.’

¿Donde dice en la Biblia ríos de agua viva?

Juan 7:38 El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: “De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva.

¿Qué significa refugio en Dios?

3-Mi refugio en la vida real: – 6 y habrá un abrigo para sombra contra el calor del día, para refugio y escondedero contra el turbión y contra el aguacero. Cada día cuando nos levantamos empiezan nuevas aventuras, al abrir nuestros ojos, no sabemos que nos depara el día, que noticias vendrán a nosotros que nos pasará, si cosas muy buenas o cosas no tan buenas, esta verdad es justo para esto, para saber que Dios es un refugio pase lo que pase en mi vida real.

  1. Tengamos una dosis de fe: El refugio en la vida real Se siente en pobreza espiritual o natural 9 Jehová será refugio del pobre, Refugio para el tiempo de angustia.
  2. Siente usted que no tiene salida, que todo es un enredo en su vida y esta atrapado por algo 8 Jehová es la fortaleza de su pueblo, Y el refugio salvador de su ungido.

La Angustia le está ganando 7 Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; Con cánticos de liberación me rodearás. Selah Protección contra los enemigos 9 Líbrame de mis enemigos, oh Jehová; En ti me refugio. Un tiempo donde no tiene razón para vivir 4 Porque fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción, refugio contra el turbión, sombra contra el calor; porque el ímpetu de los violentos es como turbión contra el muro.19 Oh Jehová, fortaleza mía y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción, a ti vendrán naciones desde los extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho.

¿Como dice la Escritura de su interior correrán ríos de agua viva?

El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Juan 7:38.

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