Que Piensa Dios De Mi Segun La Biblia?
Felipe Aguirre
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¡Lo que Dios dice de ti! Francisco Rojas Ya que eres precioso a mis ojos, digno de honra, y yo te amo, entregaré a otros hombres en lugar tuyo, y a otros pueblos por tu vida. Isaías 43.4 Muchas personas le dan mucha importancia a lo que pueda decir un individuo de ellos.
- Y toman muy en serio cada comentario que digan, esto puede ser un dardo para deprimirte y ponerte triste o un antídoto para aliviarte, cada palabra tiene un peso en tu vida.
- Tal vez tú seas de esas persona que necesita la opinión de los demás para ser alguien motivado.
- Pero alguna vez te has preguntado qué dice Dios de ti, qué opina Dios de ti.
Porque Dios te creó a su imagen y por eso eres precioso a sus ojos y te ama. Quiero mostrarte algunos versículos que te pueden ayudar a superar opiniones negativas, y son algunas de mis escrituras favoritas: Salmo 139: 14, donde Dios dice: “Estoy temeroso y maravillosamente”.
- Dios me dice en el Salmo 17, “Soy la niña de sus ojos”.
- En Deuteronomio 7: 6, Dios me dice que yo soy “su especial tesoro”.
- En Filipenses 4: 8, Dios me dice que debo pensar en todo lo que sea ” verdadero, noble, justo, puro y encantador”, tremendas verdades que vienen de Dios para ti, eso es lo Él piensa de ti.
Estas son palabras poderosas que pueden cambiar tu manera de verte. Créele a Dios, él te dice que tú eres importante para él. Tenemos una opción para creer y llenar nuestra mente con la verdad de Dios, que cambiará nuestro corazón, o escuchar lo que dicen otras personas y estar tristes.
¿Qué quiere Dios de mi Según la Biblia?
2 – ¿Qué espera Dios de mi? Miqueas 6:8-9: Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide DIOS de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. La voz de Jehová clama a la ciudad; es sabio temer a tu nombre. Presta atención al castigo, y a quien lo establece.
¿Qué es lo que Dios quiere de mí?
Haz preguntas durante la oración – Dios siempre escucha y contesta nuestras oraciones, En el libro de Mateo, Jesús hace una promesa: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). Dios quiere bendecirnos. Él desea dirigirnos, guiarnos y enseñarnos, pero no suele contestar las oraciones o las preguntas que nunca le hacemos.
- Demuestra tu fe en Dios comunicándote con Él por medio de la oración.
- Pregúntale qué es lo que Él desea para ti en la vida.
- Es posible que no recibas una respuesta inmediata o de la manera que esperas, pero llegará.
- Las Sagradas Escrituras están llenas de los tratos de Dios con Sus hijos.
- Tanto la Santa Biblia como el Libro de Mormón nos enseñan quién es Dios, cómo podemos desarrollar una relación con Él y cómo podemos volver a vivir con Él algún día.
Dios es el mismo ayer, hoy y para siempre, por lo que Sus palabras y mandamientos son importantes para nosotros. Desde los días antiguos, Dios ha llamado a profetas para guiar a Su pueblo. Un profeta es alguien al que Dios ha llamado para dar guía al mundo entero.
- Aunque los mandamientos de Dios nunca cambian, las circunstancias que enfrentamos en el mundo siempre lo hacen.
- Por medio de los profetas, Dios nos ayuda a saber cómo navegar a través de los desafíos y las pruebas singulares de nuestros días.
- Al estudiar las palabras de los profetas, apóstoles y otros líderes inspirados, puedes descubrir el mensaje que Dios tiene para ti en la actualidad.
“Siento su amor al leer las escrituras, al tener gente tan buena en mi vida, al saber que me protege de tentaciones y al yo ser feliz por lo que tengo. Eso me hace ser agradecida con él y saber que me ama.” “Lo siento cada vez que miro a mi familia y contemplo a mis hijos.
- Veo a Dios en todo el amor que me rodea.
- Cada vez que sucede algo inesperado veo a Dios y su infinito amor ayudándome a seguir su camino, ayudándome a gozar y disfrutar la vida.
- Él nos quiere felices y cada vez que siento alegría y felicidad, yo siento su amor.” “Siento el amor de Dios en mi vida a través de todas las situaciones positivas que me ocurren; al igual que los momentos difíciles, porque sé que me traerán algo bueno.
Desde el momento en que veo el sol salir hasta el momento en que me despido de mis hijos al dormir.” “Al ver sus creaciones, cuando voy por la calle corriendo o caminando ver las flores, el sol, los pájaros, ver triunfar a las personas que amo.” “Siento el amor de Mi Padre al despertar, al saber que tengo las verdades restauradas del Evangelio para recibir sus bendiciones.
- Siento su amor a través de mi familia y amigos.
- Siento su amor cada vez que tengo una segunda oportunidad.
- Siento su amor cada vez que me tengo que arrodillar a pedirle ayuda por los desafíos que tenga en mi vida.
- Son muchas las oportunidades en que siento este sentimiento cálido en mi corazón.
- De que no estoy solo y que puedo sentir que alguien está a mi lado dándome un amor infinito que no puedo comprender pero que es real.” “El amor de Dios para mi es el ver su mano día a día en mi vida, ya sea por actos de servicio o pequeñas oportunidades que se presentan a través del día.
Estas muchas veces evidencian que Dios nos cuida y que provee para nuestras necesidades.” “Siento el amor de mi Padre Celestial en cada detalle de mi vida. De verdad, Él participa de cada detalle de nuestras vidas. Él me ha dado bendiciones sumamente personales y especiales, me ha brindado fortaleza para hacer frente a mis desafíos, me ha otorgado la confianza necesaria ante las pruebas.
¿Qué dice Proverbios 15 3?
3 Los a ojos de Jehová están en todo lugar,mirando a los malos y a los buenos.4 La sana lengua es árbol de vida,pero la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu.5 El necio menosprecia la disciplina de su padre,pero el que acepta la corrección es prudente.
¿Qué dice Proverbios 19 21?
1 Mejor es el a pobre que camina en su b integridad que el de perversos labios y necio.2 Tampoco es bueno que un alma no tenga a conocimiento, y el que se apresura con los pies peca.3 La insensatez del hombre pervierte su camino, y contra Jehová se irrita su corazón.4 Las riquezas atraen muchos amigos, pero el pobre es apartado de su amigo.5 El testigo falso no quedará sin castigo, y el que habla mentiras no escapará.6 Muchos imploran el favor del príncipe, y todos son a amigos del hombre que da regalos.7 Todos los hermanos del pobre le aborrecen, ¡cuánto más sus amigos se alejarán de él! Los buscará para hablarles y no los hallará.8 El que adquiere entendimiento ama su alma; el que guarda el entendimiento hallará el bien.9 El testigo falso no quedará sin castigo, y el que habla a mentiras perecerá.10 No conviene al necio el deleite, ¡cuánto menos al siervo ser señor de los príncipes! 11 La prudencia del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa.12 Como el rugido del león es la ira del rey, y su favor, como el rocío sobre la hierba.13 El hijo necio es la ruina de su padre; y a gotera continua, las contiendas de la b esposa,14 La casa y las riquezas herencia son de los padres, mas la esposa prudente proviene de Jehová.15 La pereza hace caer en sueño profundo, y el alma negligente padecerá hambre.16 El que a guarda el mandamiento guarda su alma; el que menosprecia sus caminos morirá.17 A Jehová presta el que se a apiada del pobre, y él le recompensará por su buena obra.18 a Corrige a tu hijo mientras haya esperanza, mas no se altere tu alma para destruirlo.19 El de gran ira llevará el castigo, y si lo libras, tendrás que hacerlo de nuevo.20 Escucha el consejo y acepta la corrección, para que seas sabio en tu vejez.21 Muchos planes hay en el corazón del hombre, pero el a consejo de Jehová permanecerá.22 Contentamiento es a los hombres hacer misericordia, y mejor es ser pobre que ser mentiroso.23 El a temor de Jehová lleva a la vida; y el que lo tiene vivirá lleno de reposo; no será visitado por el mal.24 El perezoso mete su mano en el plato, pero ni aun a su boca la llevará.25 Golpea al escarnecedor, y el ingenuo se hará astuto; pero reprende al entendido, y este discernirá el conocimiento.26 El que a asalta a su padre y ahuyenta a su madre es un hijo que causa vergüenza y acarrea oprobio.27 Cesa, hijo mío, de a oír la enseñanza que te desvía de las palabras del conocimiento.28 El testigo perverso se burla del juicio, y la boca de los malvados traga la iniquidad.29 Establecidos están los juicios para los escarnecedores, y a azotes para las espaldas de los insensatos.
¿Cuál es el propósito de Dios en mi vida?
El propósito del plan de Dios es darnos la felicidad eterna. Mientras más entendemos Su plan, más nos damos cuenta de que no podemos regresar a Su presencia por nosotros mismos.
¿Cómo nos llama Dios a nosotros?
Dios nos llama a la vida ENTRE LAS DIFERENCIAS que podemos establecer entre creyentes y no creyentes, está el considerar o no que Dios le habla al hombre. El creyente piensa que puede dirigirse a Dios en cualquier momento; y que Dios hace otro tanto con él.
- A veces el Señor nos llama, para encomendarnos una misión.
- A esa llamada le llamamos vocación.
- La primera vocación que el hombre recibe de parte de Dios es la llamada a la vida.
- Pero el Señor continúa llamándonos a lo largo de nuestra existencia, para dirigir nuestros pasos por el camino del bien.
- La 1ª lectura de la Misa de este 2º Domingo de Cuaresma trata de la vocación de Abraham.
Este hombre, natural de Ur de los Caldeos, escucha la voz de un ser superior que le llama a salir de su tierra, indicándole que le protegerá y bendecirá por medio de él a todas las familias del mundo. Abraham escucha a Dios y se pone en camino. La gracia divina, transmitida por las bendiciones que Dios dio a Abraham, la acogió Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, descendiente de Abraham según la carne, e imitador de Abraham por la fe que tenía en Dios, su Padre y nuestro Padre.
- El Señor intimó con Jesús a lo largo de toda su vida, confortándole y dándole ánimos.
- Hoy la liturgia recuerda, en la 2ª lectura de la Misa, la transfiguración de Jesucristo en el monte Tabor: Jesús aparece radiante, ante sus discípulos y ante Moisés y Elías.
- En aquella altura se desarrolla un cuadro sublime, celestial.
El Padre manda escuchar a Cristo, como Moisés había pedido: el Señor suscitará un profeta semejante a mí: a él habréis de escuchar. La 2ª lectura muestra los consejos de S. Pablo a Timoteo: “¡Anuncia el Evangelio con las fuerzas que Dios te dé!”. Él nos da la gracia por medio de Jesucristo, nuestro salvador.
¿Qué es lo que más le agrada a Dios?
La ofrenda que a Dios le agrada es aquella que esta relacionada con la Sangre de Jesús, tu vida esta relacionada con el sacrificio de Cristo en la cruz. – “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto aún habla por ella” (Hebreos 11:4) RVR1960 “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto” (Proverbios 3: 9-10) RVR1960 La ofrenda dada por Abel, tuvo un significado muy especial; él escogió dar lo mejor de su rebaño, pues Dios, como único Creador, merecía lo mejor de todas las cosas.
Su ofrenda fue generosa y redentora, pues escogió un animal que fuera el sustituto de sus pecados, reconociendo que su vida, cerca de la de Dios, era de poco valor. El Señor exalta la fe de Abel sobre la de Caín, pues aunque también trajo una ofrenda a Dios, no fue recibida con agrado, pues estaba acompañada de mezquindad, indiferencia, egoísmo y falta de reconocimiento de quién su Creador era.1.
Decide ser parte del Reino de Dios: Sabemos que en el mundo existen dos reinos espirituales: el Reino de Dios, y el reino del enemigo. El enemigo trata de conquistar a las personas, haciéndolas esclavas de lo material (y es cuando se despierta en el corazón de algunos un fuerte deseo por tener mucho dinero sin importarles a quiénes tengan que atropellar).
Muchos han adquirido grandes sumas de dinero y amasado fortunas, pero no tienen la capacidad de disfrutarlas, ni tienen felicidad plena en sus hogares. El Señor dio a entender que la felicidad del hombre no consiste en los bienes que posee. Dios no necesita de nuestro dinero ni de nuestras ofrendas, pero Él nos dio el privilegio de que pudiésemos ofrendar voluntariamente; Dios dejó establecido que nosotros ofrendáramos, pero Él lo hizo para probar nuestra actitud; Dios prueba nuestro corazón de acuerdo a la manera cómo nosotros ofrendamos, porque el Señor dejó principios establecidos sobre la importancia de dar; a Caín y Abel, Dios no les dijo que tenían que ofrendar, sino que ellos se sintieron movidos a ofrendar a Dios, y Abel pensó qué podría ofrecerle a Dios, pues él quería darle lo mejor.
Piensa en lo que más ama un niño; seguramente sus juguetes. Y si le dijéramos que nos compartiera algo, seguramente evitaría darnos esos juguetes. Pero cuando uno tiene un compromiso con Dios, uno le da lo que más ama.2. Tu ofrenda es tan solo el reflejo de tu carácter: Cuando el Señor entró al templo, miró lo que la gente daba.
Unos depositaban grandes sumas de dinero; pero una viuda solo dio dos blancas. Cuando terminó la reunión, Jesús les preguntó a sus discípulos cómo había sido la ofrenda. Ellos respondieron que había gente muy generosa y otros muy tacaños (refiriéndose a la ofrenda de la viuda). El Señor entonces les dijo que estaban equivocados en su apreciación, porque esos que aparentemente habían dado generosamente, dieron de lo que les sobraba, sin esfuerzo, sin embargo la viuda dio una ofrenda que agradaba a Dios porque era todo lo que tenía.
El Señor siempre pide una ofrenda con esfuerzo, y no cualquier ofrenda, porque Él pide la mejor. En la Biblia quedó registrada la ofrenda de Abel, porque él dio lo mejor. ¿Qué ofrenda le darías a Dios para que llegaras a tocar su corazón? Abel pensó en el rebaño, y tomando lo mejor de él, lo presentó ante Dios.
Pero, ¿por qué ese rebaño se constituyó en la mejor ofrenda? Hay un significado, un trasfondo al respecto: Abel le estaba diciendo con ésto a Dios, que él le ofrendaba su vida, que él quería morir por Él, pero como no lo podía hacer, en su lugar le ofrendaba ese animal con su sangre, como sacrificio.
El escritor a los Hebreos dice: “Sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados” (Hebreos 9:22) RVR1960 Esa ofrenda que estaba presentando Abel, se estaba constituyendo en el prototipo de Jesucristo. Cristo es la ofrenda de Dios, y se ofreció a sí mismo por la redención de la humanidad.
Si Jesús no se ofreciera en sacrificio, nadie sería salvo. Por eso la Escritura dice: “¡Gracias a Dios por su don inefable!” (2 Corintios 9:15) RVR1960 3. Jesús se ofreció por nosotros: Solo hay un Dios, El Padre. Jesucristo es el único camino para llegar a Dios. Él dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, y nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6) RVR1960 Jesús se constituyó en el camino porque Él dio su vida por nosotros; Él pagó el precio por nosotros, porque nosotros merecíamos morir; nuestros pecados nos llevaban a la muerte y a la destrucción; pero un día Jesús tomó el lugar de cada uno de nosotros y se ofreció a sí mismo a Dios, para que todo aquel que en Él cree no se pierda mas tenga vida eterna.
Cuando nosotros aceptamos a Jesús en nuestro corazón, estamos ofrendando a Dios lo mejor. Es como si nos presentáramos ante Él y le dijéramos: Señor, me presento ante ti a través de Jesús, acéptame, pues me entrego hoy a Ti de la misma manera que Jesús lo hizo por mí.
Esa es la ofrenda que agrada a Dios, que toca su corazón, es la ofrenda genuina. Por otro lado, estaba Caín. Él no dio una buena ofrenda, porque dio una ofrenda de su esfuerzo, de su capacidad, de sus habilidades, de sus negocios, tomando del producto de la tierra, y dándosela a Dios del sudor de su frente ¡Dios desechó esa ofrenda! Las obras no cuentan para la salvación, sino la sangre de Cristo.
Una persona, si no ha sido lavada con la sangre de Cristo, no puede ser salva, porque lo único que lava nuestros pecados es la sangre de Jesús.4. Dando nuestra mejor ofrenda: El apóstol Pablo dice que fuimos salvos para que andemos en buenas obras. Después de la salvación, podemos hacer obras excelentes; Dios pide que demos nuestra mejor ofrenda.
Nuestra vida; pero también nos confronta a entregar lo que más amamos, Dios le pedirá aquello que usted más ama. El proverbista dijo: “Echa tu pan sobre las aguas, reparte a siete y aún a ocho porque no sabes el mal que ha de venir sobre la tierra”. Cuando usted ofrenda a Dios, nunca puede darle más de lo que Él le da; no hay una sola persona que pueda decir que da más que lo que Dios le da; nadie puede ganarle a Dios en la manera cómo Él nos da.
Con mi hija Sara, jugamos a que si ella me da un beso, me debe dar un dólar; si yo le doy un beso, ella me cobra un dólar. Un día le di cinco besos, y le pagué cinco dólares; ella se puso feliz, ¡pero me sorprendió! porque al rato vino y me dio doce besos y me pagó doce dólares.
Ella entiende que no puede dar más de lo que le da su papá; que si ella da doce, su papá luego le va a dar veinticuatro; ella sabe lo que es la fe. Así sucede con Dios: Cuando tienes un corazón generoso, no cuestionas a Dios, sino que das con todo el corazón y luego Dios te recompensa. Recuerda, nunca podrás dar más de lo que Dios te da, y Dios ama al dador alegre.
Dios se agradó tanto de la ofrenda que dio Abel, que todavía hace memoria de él sobre la tierra. Abel es recordado por la ofrenda que dio.5. Tu ofrenda es un argumento a favor: Cuando ofrendas o diezmas, esto se convierte en un argumento a favor tuyo. Cuando alguien no diezma, un espíritu viene con argumentos para acusarlo ante Dios.
- Recordaras al centurión que tenía un siervo enfermo y los ancianos fueron hasta Jesús y le dijeron: Señor, es digno que le concedas esto, porque él ama nuestra nación, y nos ha edificado una sinagoga.
- Eso era un argumento a favor del centurión.
- Esto quiere decir que cuando tienes una necesidad, en el mundo espiritual los ángeles se presentan ante Dios y le dicen al Señor que es digno que te conceda eso.
Estos ángeles estarán presentando el reporte de las ofrendas que hemos dado, de cómo hemos bendecido a la iglesia, de cómo hemos usado las finanzas para el Reino de Dios y eso se convierte en un argumento a nuestro favor. Los apóstoles le dijeron a Jesús: Señor, nosotros hemos dejado todo por seguirte, ¿qué tendremos? Y el Señor dijo: De cierto os digo que no hay ni uno solo de vosotros, que haya dejado casas, tierras, bienes, familia por causa de mí y del reino de los cielos, que no haya de recibir cien veces más en esta vida y en la otra la vida eterna.
- De todo lo que tu das, el Señor en su banco dice: Ése gana cien veces más de lo que ha depositado.
- Si tu no le has dado correctamente a Dios, debes romper la maldición, (siendo que para tal liberación también se necesitan argumentos a favor).
- Da una ofrenda extra para cancelar los argumentos, y romperás toda maldición financiera.
Luego haz un pacto de fidelidad con Dios.6, Tu ofrenda determina tu excelencia: Hay una palabra en griego llamada “arete”, cuyo significado es “excelencia”. El arete de un atleta, es la manera cómo define la carrera; eso es excelencia, cuando se es el mejor.
- El arete de un ama de casa, es la excelencia en cómo conduce su hogar; el arete de un maestro, es la excelencia en la manera que enseña; el arete de un cristiano, es la manera cómo se relaciona con Dios.
- Cuando el Señor dice que Abel alcanzó mas excelente sacrificio que Caín, se está refiriendo a que la excelencia de un cristiano la determina la manera en cómo él da.
A uno de los pastores de mi equipo, Dios lo rescató de una vida terrible que tenía. Apenas convertido y recién ingresando a la visión, hizo un pacto con Dios, donde declaró que de los siete días de la semana, le iba a dedicar seis al Señor, quedando solo uno para él.
Y así lo hizo: Un solo día trabajaba, pero en ése Dios lo bendecía tanto, que hacía toda la ganancia de una semana en solo un periodo de trabajo; en los otros seis días, él se dedicaba a hacer la obra de Dios, llamando por teléfono, visitando y consolidando. Dios lo empezó a bendecir de una manera increíble: dándole gente, derramando unción sobre su vida y auxiliándolo en todo.
El año pasado, en una semana hizo doce impactos evangelísticos y ganó 6000 personas. Todo porque adquirió un compromiso con Dios. Tienes que pedirle a Dios que te dé esa excelencia como creyente; de esta manera le ofrendas tu vida (no para hacer lo que tu quieres) para lo que Dios quiere que tu hagas, con el propósito de engrandecer su Reino.7.
Tu ofrenda te lleva a la bendición: La fe para ofrendar, es la misma fe que nos lleva a conquistar las finanzas, porque: “La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella” (Proverbios 10:22) RVR1960 En el libro de Hageo, capítulo 2 verso 8, el Señor dijo: “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos”.
El dinero es del Señor, y el diablo ha robado ese dinero, dándoselo a sus súbditos para esclavizarlos y tener control sobre ellos de una manera tirana. A través del profeta Jeremías, el Señor dijo: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras” (Jeremías 17:9-10) RVR1960 Dios sabe que el corazón del hombre está lleno de engaño, y para poder bendecir a Sus hijos, Él primero tiene que probar qué dirección han tomado esos corazones; por tal motivo, Dios permite que las personas pasen por ciertas circunstancias en sus vidas, que los llevarán a un desprendimiento total, tanto de sí mismos, como de los bienes que hayan adquirido.
- Sé que el Señor quiere dar a cada uno de sus hijos la provisión que ellos necesitan; y siempre Él lo hace de una manera mucho más amplia de lo que ellos se imaginan, pues el corazón de Dios es extremadamente generoso.
- Además, todos los hombres de Dios primero fueron probados, antes de ser prosperados.8.
Entendiendo el sentido de la prosperidad: Creo que es importante entender que existe una gran diferencia entre ser próspero y ser rico. Normalmente, cuando se habla de ser rico, se hace referencia a una persona acaudalada y propietaria de muchos bienes; pero una persona puede ser próspera sin que sea acaudalada ni rica.
- Por ejemplo: Cuando Jesús vivió en la tierra, no tenía riquezas, pero fue próspero; no podríamos decir que el Señor era pobre; Él era próspero, porque un pobre no puede alimentar a más de diez mil personas y fue lo que el Señor hizo.
- Jesús no andaba con dinero en el bolsillo, tampoco tenía cuando le fueron a cobrar los impuestos, pero Él sabía que había una fuente de provisión directamente en Dios, y le dijo a Pedro: “Abre la boca del pez y saca la moneda”.
El Señor utilizó el banco de un pez; dijo: “Echa el anzuelo, no le pongas carnada, y en el primer pez que saques vas a encontrar una moneda, y paga con ella los impuestos tuyos y los míos”. Comprobamos de esta manera la prosperidad del Señor. Aunque no hizo alardes de bienes materiales, siempre había gente que lo recibía, que le abría su casa para hospedarlo.
¿Cómo puedo saber cuando Dios me dice que haga algo?
Pedid y recibiréis – En las Escrituras se nos enseña que Dios siempre escuchará nuestras oraciones y las contestará si nos dirigimos a Él con fe y verdadera intención. Sentiremos en nuestro corazón la confirmación de que Él sí nos escucha, un sentimiento de paz y sosiego.
¿Qué hay que hacer para agradar a Dios?
¿CÓMO AGRADAR A DIOS? (Mt.6, 1-6.16-18.) La santidad y la fidelidad a la que debemos aspirar todos aquellos que seguimos a Cristo no tienen como límite el mero cumplimiento de la letra de la ley, como hacían los escribas y fariseos. En el evangelio de hoy, Jesús establece un principio y tres aplicaciones concretas respecto a este tema.
El principio es: actuar para agradar a Dios sin buscar el aplauso de los hombres. Y las aplicaciones de este principio se refieren a tres de las más importantes obras, en las que los judíos de aquel tiempo hacían consistir la religión y la vida piadosa. Hablamos de la limosna, el ayuno y la oración. En cada uno de los casos donde se viven estas tres obras, Jesucristo contrasta la conducta de hipocresía con la actitud discreta del verdadero adorador del Padre, que le recompensará porque “ve en lo secreto”.
Estos tres ejemplos nos manifiestan dos actitudes interiores completamente opuestas: la falsedad o la sinceridad ante los ojos de Dios. Lo que da valor a nuestras prácticas cristianas es la rectitud, la sinceridad a Dios y la apertura al prójimo. Las obras de caridad, las aportaciones económicas por los más necesitados, la vida de oración y la práctica sacramental, si se llevan a cabo para ser vistos y aprobados por los demás, se quedan en acciones vacías.
- Es el amor desinteresado lo que les da la auténtica valía.
- El cristiano nunca debe ser un mero actor que trabaja por la fama.
- Se puede hacer el bien como los fariseos que daban limosna, ayunaban, oraban y estudiaban con empeño en las Escrituras; y esas son cosas buenas, pero no lo hacían bien.
- Y de tal forma el modo de su obrar salpicaba lo que hacían, que convertía lo que en sí mismo era bueno en pura apariencia.
La intención lo estropeaba todo. Y las intenciones vienen del corazón. Jesús les dijo que no tenían el corazón limpio, que eran hipócritas y obraban para ser vistos, aplaudidos y admirados por la gente. Jesús pide a sus discípulos “ser” por encima de sólo “parecer”.
- Pide autenticidad.
- Oí decir un día que “el bien no hace ruido, y el ruido no hace bien”.
- Para que nuestro Padre Dios nos comprenda no hace falta gritar, ni hablar mucho, ni siquiera decírselo.
- Él “ve en lo escondido”, ve el corazón y comprende, sin necesidad de que se lo digamos, todas nuestras acciones y omisiones.
: ¿CÓMO AGRADAR A DIOS? (Mt.6, 1-6.16-18.)
¿Qué dice Mateo 6 22?
22 La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu a ojo es b sincero, todo tu cuerpo estará c lleno de luz; 23 mas si tu ojo es malo, todo tu cuerpo será a tenebroso.
¿Qué dice Lucas 6 37?
37 a No juzguéis, y no seréis juzgados; b no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis c perdonados.
¿Qué dice Jeremías 23 24?
1 ¡Ay de los a pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi redil!, dice Jehová.2 Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros habéis dispersado mis ovejas, y las espantasteis y no las habéis cuidado; he aquí, yo os castigo por la maldad de vuestras obras, dice Jehová.3 Y yo a recogeré al b resto de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a su redil; y crecerán y se multiplicarán.4 Y pondré sobre ellas a pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se espantarán, ni faltará ninguna, dice Jehová.5 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David un a renuevo justo, y b reinará como c Rey, el cual será prudente y hará d juicio y e justicia en la tierra.6 En sus días será salvo Judá, e Israel habitará seguro; y este será el nombre con el cual le llamarán: Jehová, a justicia nuestra.7 Por tanto, he aquí que vienen días, dice Jehová, en que no dirán más: Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto, 8 sino: Vive Jehová, que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de Israel de la tierra del norte y de todas las tierras adonde yo los había echado; y habitarán en su propia tierra.9 A causa de los profetas mi a corazón está quebrantado dentro de mí; todos mis huesos tiemblan; estoy como un hombre ebrio, y como un hombre a quien dominó el vino, a causa de Jehová y a causa de sus santas palabras.10 Porque la tierra está llena de a adúlteros ; porque a causa de la maldición la tierra está de duelo; los pastizales del desierto se secaron; la senda de ellos es mala y su poderío no es recto.11 Porque tanto el a profeta como el b sacerdote son profanos; aun en mi c casa he hallado su maldad, dice Jehová.12 Por tanto, su camino les será como resbaladero en la oscuridad; serán empujados y caerán en él; porque yo traeré el mal sobre ellos en el año de su castigo, dice Jehová.13 Y en los profetas de Samaria he visto desatinos; profetizaban en nombre de Baal y hacían errar a mi pueblo Israel.14 Y en los profetas de Jerusalén he visto horrores; cometían adulterio, y andaban en mentiras y fortalecían las manos de los malvados, para que ninguno se volviese de su maldad; todos ellos son para mí como Sodoma, y sus moradores como Gomorra.15 Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjo y les haré beber aguas envenenadas, porque de los profetas de Jerusalén salió la a hipocresía sobre toda la tierra.16 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os conducen a lo vano; hablan a visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová.17 Dicen continuamente a los que me desprecian: Jehová ha dicho: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la terquedad de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros.18 Pero, ¿quién ha estado en el consejo de Jehová, y vio y oyó su palabra? ¿Quién ha estado atento a su palabra y ha escuchado? 19 He aquí que la a tempestad de Jehová saldrá con furor; y el torbellino caerá sobre la cabeza de los malvados.20 No se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho y hasta que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en los postreros días lo entenderéis cabalmente.21 Yo no a envié aquellos b profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, pero ellos profetizaban.22 Y si ellos hubieran estado en mi consejo, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y les habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus obras.23 ¿Soy acaso Dios solo de cerca, y no Dios de lejos?, dice Jehová.24 ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos donde yo no lo vea? ¿Acaso no a lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? 25 Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: ¡He soñado, he soñado! 26 ¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su propio corazón, 27 que piensan hacer a mi pueblo olvidarse de mi nombre con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, como sus padres se olvidaron de mi nombre por Baal? 28 El profeta que tenga un a sueño, que cuente el sueño; y el que tenga mi palabra, que hable fielmente mi palabra.
¿Qué dice en Romanos 12 2?
1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en a sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro b servicio razonable.2 Y no os adaptéis a este a mundo, sino transformaos por medio de la b renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no a tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de la fe que Dios repartió a cada uno.4 Porque de la manera que en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, 5 así nosotros, siendo muchos, somos a un solo b cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.6 De manera que, teniendo diferentes a dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; 7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; 8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, hágalo con sencillez; el que preside, con diligencia; el que hace misericordia, con alegría.9 El amor sea sin fingimiento; aborreced a lo malo, allegaos a lo bueno; 10 amaos los unos a los otros con a caridad fraternal, prefiriéndoos con honra los unos a los otros; 11 en lo que requiere diligencia, no perezosos; a fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; 12 gozosos en la esperanza; a sufridos en la b tribulación ; constantes en la oración; 13 compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.14 Bendecid a los que os a persiguen ; bendecid, y no maldigáis.15 Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.16 Unánimes entre vosotros; no altivos, sino a asociándoos con los humildes.
¿Qué dice Juan 10 27?
1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ese es ladrón y salteador.2 Pero el que entra por la puerta, el a pastor de las ovejas es.3 A este abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre y las saca.4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque a conocen su voz.5 Pero al extraño no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.6 Esta parábola les dijo Jesús, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la a puerta de las ovejas.8 Todos los que vinieron antes de mí eran a ladrones y salteadores, mas no los oyeron las ovejas.9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare será salvo; y entrará, y saldrá y hallará pastos.10 El ladrón no viene sino para hurtar, y matar y destruir.
Yo he venido para que tengan a vida, y para que la tengan en abundancia.11 Yo soy el buen a pastor ; el buen pastor da su vida por las ovejas.12 Pero el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo, y a deja las ovejas y huye; y el lobo arrebata y dispersa las ovejas.13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.14 Yo soy el buen pastor y a conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi a vida por las ovejas.16 También tengo a otras ovejas que no son de este redil; a aquellas también debo traer, y oirán mi voz, y habrá b un rebaño y un pastor.17 Por eso me ama el Padre, porque yo a pongo mi vida, para volverla a b tomar,18 Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo.
Tengo poder para ponerla, y tengo a poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.19 Y volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras.20 Y muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís? 21 Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado.
¿Qué dice Lucas 14 28?
28 Porque, ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, para ver si tiene lo que necesita para acabarla?
¿Qué dice Deuteronomio 10 12?
12 Ahora pues, Israel, ¿ qué a pide Jehová tu Dios de ti, sino que b temas a Jehová tu Dios, que c andes en todos sus caminos, y que lo ames y d sirvas a Jehová tu Dios con todo tu e corazón y con toda tu alma; 13 que guardes los a mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te mando hoy para tu b bien?
¿Qué significa Miqueas 6 8?
8 Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno y lo que a pide Jehová de ti: solamente b hacer justicia, y amar la c misericordia y d humillarte para e andar con tu Dios.9 La voz de Jehová clama a la ciudad, y sabio es temer tu nombre.
¿Qué hay que hacer para agradar a Dios?
¿CÓMO AGRADAR A DIOS? (Mt.6, 1-6.16-18.) La santidad y la fidelidad a la que debemos aspirar todos aquellos que seguimos a Cristo no tienen como límite el mero cumplimiento de la letra de la ley, como hacían los escribas y fariseos. En el evangelio de hoy, Jesús establece un principio y tres aplicaciones concretas respecto a este tema.
- El principio es: actuar para agradar a Dios sin buscar el aplauso de los hombres.
- Y las aplicaciones de este principio se refieren a tres de las más importantes obras, en las que los judíos de aquel tiempo hacían consistir la religión y la vida piadosa.
- Hablamos de la limosna, el ayuno y la oración.
- En cada uno de los casos donde se viven estas tres obras, Jesucristo contrasta la conducta de hipocresía con la actitud discreta del verdadero adorador del Padre, que le recompensará porque “ve en lo secreto”.
Estos tres ejemplos nos manifiestan dos actitudes interiores completamente opuestas: la falsedad o la sinceridad ante los ojos de Dios. Lo que da valor a nuestras prácticas cristianas es la rectitud, la sinceridad a Dios y la apertura al prójimo. Las obras de caridad, las aportaciones económicas por los más necesitados, la vida de oración y la práctica sacramental, si se llevan a cabo para ser vistos y aprobados por los demás, se quedan en acciones vacías.
Es el amor desinteresado lo que les da la auténtica valía. El cristiano nunca debe ser un mero actor que trabaja por la fama. Se puede hacer el bien como los fariseos que daban limosna, ayunaban, oraban y estudiaban con empeño en las Escrituras; y esas son cosas buenas, pero no lo hacían bien. Y de tal forma el modo de su obrar salpicaba lo que hacían, que convertía lo que en sí mismo era bueno en pura apariencia.
La intención lo estropeaba todo. Y las intenciones vienen del corazón. Jesús les dijo que no tenían el corazón limpio, que eran hipócritas y obraban para ser vistos, aplaudidos y admirados por la gente. Jesús pide a sus discípulos “ser” por encima de sólo “parecer”.
Pide autenticidad. Oí decir un día que “el bien no hace ruido, y el ruido no hace bien”. Para que nuestro Padre Dios nos comprenda no hace falta gritar, ni hablar mucho, ni siquiera decírselo. Él “ve en lo escondido”, ve el corazón y comprende, sin necesidad de que se lo digamos, todas nuestras acciones y omisiones.
: ¿CÓMO AGRADAR A DIOS? (Mt.6, 1-6.16-18.)
¿Que pide Dios de ti hacer justicia?
Haz justicia, ama la misericordia y humíllate para andar con Dios Como seguidores de Jesucristo y como Santos de los Últimos Días, nos esforzamos, y se nos aconseja esforzarnos, por actuar mejor y ser mejores. Tal vez se hayan preguntado, como lo he hecho yo, “¿Estoy haciendo lo suficiente?” ¿Qué más debería estar haciendo? o, “¿Cómo puedo yo, siendo una persona con defectos, ser merecedor de ‘mor con Dios en un estado de interminable felicidad’?”.
El profeta Miqueas, del Antiguo Testamento, formuló la pregunta de esta manera: “¿Con qué me presentaré ante Jehová y adoraré al Dios Altísimo?”. Miqueas se preguntaba satíricamente si acaso las ofrendas exorbitantes podrían bastar para compensar el pecado, diciendo: “¿Se agradará Jehová de millares de carneros o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por el pecado de mi alma?”.
La respuesta es no. Las buenas obras no son suficientes. La salvación no se gana. Ni siquiera los vastos sacrificios que Miqueas sabía que eran imposibles pueden redimir el menor de los pecados. Si dependiéramos solamente de nuestros medios, la perspectiva de volver a vivir en la presencia de Dios carecería de esperanza.
- Sin las bendiciones que provienen del Padre Celestial y de Jesucristo, nunca podremos hacer lo suficiente ni ser suficientemente aptos por nuestra propia cuenta.
- Sin embargo, la buena noticia es que a causa de Jesucristo y a través de Él podemos llegar a ser suficientemente aptos.
- Todas las personas serán salvas de la muerte física por la gracia de Dios, por medio de la muerte y la resurrección de Jesucristo.
Si volvemos nuestros corazones a Dios, la salvación de la muerte espiritual está al alcance de todos mediante “la expiación de y la obediencia a las leyes y ordenanzas del Evangelio”. Podemos ser redimidos del pecado para comparecer limpios y puros ante Dios.
- Tal como explicó Miqueas: “Oh hombre, te ha declarado lo que es bueno y lo que pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar la misericordia y humillarte para andar con tu Dios”.
- La instrucción de Miqueas sobre cómo volver el corazón a Dios y cómo ser merecedores de la salvación contiene tres elementos relacionados entre sí.
Hacer justicia significa actuar de manera honorable con Dios y con otras personas. Actuamos honorablemente con Dios al humillarnos para andar con Él. Actuamos honorablemente con los demás al amar la misericordia. Hacer justicia es, por lo tanto, la aplicación práctica de los dos grandes mandamientos: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente” y “marás a tu prójimo como a ti mismo”.
Hacer justicia y humillarnos para andar con Dios es retraer deliberadamente nuestra mano de la maldad, andar en Sus estatutos y permanecer verdaderamente fieles. La persona justa se aparta del pecado y se vuelve hacia Dios, hace convenios con Él, y guarda esos convenios. La persona justa elige cumplir los mandamientos de Dios, se arrepiente cuando falla, y sigue intentándolo.
Cuando el Cristo resucitado visitó a los nefitas, les explicó que la ley de Moisés había sido reemplazada por una ley mayor. Les indicó que no “ofrec sacrificios y holocaustos”, sino que ofrecieran “un corazón quebrantado y un espíritu contrito”. Él prometió, además: “Y al que venga a mí con un corazón quebrantado y un espíritu contrito, lo bautizaré con fuego y con el Espíritu Santo”.
Cuando recibimos y utilizamos el don del Espíritu Santo después del bautismo, podemos disfrutar de la compañía constante del Espíritu Santo y se nos enseñan todas las cosas que debemos hacer, incluyendo cómo humillarnos para andar con Dios. El sacrificio de Jesucristo por el pecado y la salvación de la muerte espiritual están al alcance de todos los que tengan tal corazón quebrantado y espíritu contrito.
El corazón quebrantado y el espíritu contrito nos inspiran a arrepentirnos con gozo, y a intentar ser más como nuestro Padre Celestial y Jesucristo. Al hacerlo, recibimos el poder purificador, sanador y fortalecedor del Salvador. No solo hacemos justicia y nos humillamos para andar con Dios, también aprendemos a amar la misericordia del modo en que lo hacen el Padre Celestial y Jesucristo.
Dios se deleita en la misericordia y no niega su uso. En palabras de Miqueas a Jehová: “¿Qué Dios hay como tú, que perdona la iniquidad?”, y que “volverá a tener misericordia de nosotros y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados”. Amar la misericordia tal como Dios la ama va inseparablemente conectada al hecho de tratar con justicia a los demás y no maltratarlos.
La importancia de no maltratar a los demás se recalca en una anécdota sobre Hillel el sabio, un erudito judío que vivió en el siglo I antes de Cristo. Uno de los alumnos de Hillel estaba exasperado por la complejidad de la Torá: los cinco libros de Moisés con sus 613 mandamientos y los escritos rabínicos relacionados con ellos.
El alumno desafió a Hillel a explicar la Torá solo durante el lapso de tiempo en que pudiera permanecer parado en un pie. Puede que Hillel no hubiera tenido mucho equilibrio, pero aceptó el desafío. Citó Levítico, diciendo: “No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Enseguida, Hillel concluyó: “Lo que es odioso para ti, no lo hagas al prójimo. Esa es la Torá completa; el resto es la explicación. Ve y aprende”. Tratar siempre a los demás de manera honorable es parte de amar la misericordia. Consideren una conversación que escuché hace décadas en el servicio de urgencias del Hospital Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland, en los Estados Unidos.
Un paciente, el señor Jackson, era un hombre cortés y agradable, bien conocido por el personal del hospital. Anteriormente había sido hospitalizado varias veces para el tratamiento de enfermedades relacionadas con el alcohol. En esa ocasión, el señor Jackson había regresado al hospital con síntomas de lo que se diagnosticaría como una inflamación del páncreas a causa del consumo de alcohol.
Casi al final de su turno, el Dr. Cohen, un médico muy trabajador y admirado, examinó al señor Jackson y determinó que la hospitalización estaba justificada. El Dr. Cohen asignó a la Dra. Jones, la siguiente médica de turno, que hospitalizara al señor Jackson y supervisara su tratamiento.
- La Dra. Jones había asistido a una facultad de medicina de prestigio y acababa de comenzar sus estudios posgrado.
- Esta capacitación extenuante a menudo estaba asociada con la privación del sueño, lo que probablemente contribuyó a la respuesta negativa de la Dra. Jones.
- Ante su quinta hospitalización de la noche, la Dra.
Jones se quejó en voz alta al Dr. Cohen. Le parecía injusto que tuviera que pasar tantas horas atendiendo al señor Jackson, ya que, después de todo, el problema se lo había provocado él mismo. La respuesta rotunda del Dr. Cohen se pronunció casi en un susurro.
Le dijo: “Dra. Jones, usted se hizo médica para cuidar de las personas y trabajar para curarlas. No se hizo médica para juzgarlas. Si no entiende la diferencia, no tiene derecho a formarse en esta institución”. Después de esa corrección, la Dra. Jones cuidó diligentemente del señor Jackson durante la hospitalización.
El señor Jackson ha fallecido desde entonces, y tanto la Dra. Jones como el Dr. Cohen han tenido una carrera sobresaliente; pero en un momento crítico de su formación, la Dra. Jones necesitó que se le recordara que hiciera justicia, que amara la misericordia y que cuidara del señor Jackson sin juzgarlo.
- A lo largo de los años, aquel recordatorio me ha sido de beneficio.
- Amar la misericordia significa que no solo amamos la misericordia que Dios nos extiende a nosotros, sino que nos deleitamos en que Dios extienda esa misma misericordia a los demás.
- Y seguimos Su ejemplo.
- Odos son iguales ante Dios” y todos necesitamos tratamiento espiritual para que se nos ayude y sane.
El Señor ha dicho: “No estimaréis a una carne más que a otra, ni un hombre se considerará mejor que otro”. Jesucristo ejemplificó lo que significa hacer justicia y amar la misericordia. Se relacionó abiertamente con los pecadores, tratándolos de manera honorable y con respeto; enseñó el gozo de guardar los mandamientos de Dios y procuró elevar en vez de condenar a quienes tenían dificultades.
- Acusó a los que lo culpaban por ministrar a personas que aquellos consideraban indignas.
- Tal arrogancia lo ofendió y todavía lo hace.
- Para ser semejante a Cristo, la persona actúa de manera justa, comportándose de manera honorable tanto con Dios como con otras personas.
- La persona justa es cortés en palabra y en hecho, y reconoce que las diferencias de opinión o creencia no impiden la bondad ni la amistad genuinas.
Las personas que actúan de manera justa “no tendr deseos de injuriar el uno al otro, sino de vivir pacíficamente” unos con otros. Para ser semejante a Cristo, la persona ama la misericordia. Las personas que aman la misericordia no son prejuiciosas; muestran compasión por los demás, especialmente por los menos afortunados; son gentiles, amables y honorables.
- Esas personas tratan a todos con amor y comprensión, sin importar características como la raza, el sexo, la afiliación religiosa, la orientación sexual, el nivel socioeconómico, ni las diferencias tribales, de clan o nacionales.
- A estas las reemplaza el amor cristiano.
- Para ser semejante a Cristo, la persona elige a Dios, se humilla para andar con Él, procura complacerlo, y guarda los convenios que hace con Él.
Las personas que se humillan para andar con Dios recuerdan lo que el Padre Celestial y Jesucristo han hecho por ellas. ¿Estoy haciendo lo suficiente? ¿Qué más debería estar haciendo? Las acciones que emprendamos en respuesta a esas preguntas son fundamentales para nuestra felicidad en esta vida y en las eternidades.
- El Salvador no quiere que demos por sentada la salvación.
- Incluso después de hacer convenios sagrados, existe la posibilidad de que “caiga de la gracia y aleje del Dios viviente”, así que debemos “cuid y or siempre”, para evitar “ca en tentación”.
- Pero, al mismo tiempo, nuestro Padre Celestial y Jesucristo no quieren que nos paralicemos por una continua incertidumbre durante nuestra travesía terrenal, preguntándonos si hemos hecho lo suficiente para ser salvos y exaltados.
Ciertamente, no quieren que nos atormenten los errores de los que nos hemos arrepentido, viéndolos como heridas que nunca sanan, ni que seamos excesivamente aprensivos de que podamos volver a tropezar. Podemos evaluar nuestro propio progreso. Podemos saber “que el curso que en la vida está de acuerdo con la voluntad de Dios” cuando hacemos justicia, amamos la misericordia y nos humillamos para andar con Dios.
- Incorporamos los atributos del Padre Celestial y de Jesucristo a nuestro carácter, y nos amamos los unos a los otros.
- Cuando hagan estas cosas, seguirán la senda de los convenios y serán merecedores de “mor con Dios en un estado de interminable felicidad”.
- Sus almas serán infundidas con la gloria de Dios y con la luz de la vida sempiterna.
Serán llenos de un gozo indescriptible. Testifico que Dios vive y que Jesús es el Cristo, nuestro Salvador y Redentor, y que Él extiende con amor y gozo Su misericordia a todas las personas. ¿No es maravilloso? En el nombre de Jesucristo. Amén. : Haz justicia, ama la misericordia y humíllate para andar con Dios