Donde Sale El Diezmo En La Biblia?
Felipe Aguirre
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En la antigüedad, Abraham y Jacob obedecieron el mandamiento de pagar el diezmo, que consistía en la décima parte de su interés (véase Hebreos 7:1–10; Génesis 14:19–20; 28:20–22 ).
¿Dónde se habla de los diezmos en el Nuevo Testamento?
Es cierto que en el nuevo testamento no menciona la palabra diezmos muy frecuentemente, más bien se usa ofrendas, pero, eso no quiere decir que el pueblo no diezmara, simplemente se esta haciendo una especie de reforma en los primeros cristianos, y no estaban bajo la ley sino la gracia, muchas veces nos aferramos a
¿Donde aparece por primera vez la palabra diezmo en la Biblia?
Antiguo Testamento – El primer diezmo registrado en la Biblia ( Tanaj ) fue el dado por el patriarca Abram (después llamado Abraham) al sacerdote Melquisedec en acción de gratitud en Génesis 14:20, tiempo antes de que se instituyera el diezmo para los sacerdotes levitas, aunque solo lo hizo una vez.
- En los versículos finales (30-34) de Levítico 27 se dan preceptos sobre los diezmos.
- Varios conceptos de diezmos se describen en Deuteronomio en el capítulo 14 versículo 22-29.
- El diezmo era la manera de sustentar la tribu israelita de Leví, que no podía poseer herencias de tierras, sino que su herencia era el 10% de lo que rindiera lo producido por los cultivos y los ganados de todas las otras tribus de Israel, es decir, sus ganancias eran el 10%, pues su labor era dedicarse a administrar el tabernáculo de Yahveh,
El diezmo no solo era una obligación para el que lo daba (el pueblo judío), sino también para quienes tenían el deber de recibirlos y administrarlos (los ministros); entre algunos de sus usos obligatorios era el de ayudar a las viudas, huérfanos y extranjeros ( Deuteronomio 26:12-13).
¿Qué dice el apóstol Pablo del diezmo?
2 de Corintios 9:6-7: La ley de sembrar y cosechar y (de nuevo) cómo dar – 2 de Corintios 9:6-7 “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” Si hemos escuchado algo, y eso muchas veces, de 2 de Corintios 9 es el verso 6 (“El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará”).
- Pablo no usa el verso 6 para manipular a los creyentes a dar.
- Ya había hablado por lo menos hace un capítulo y medio de cómo dar, antes de llegar a ese verso.
- Lo que Pablo hace en el verso 6 es declarar una simple verdad: si siembras escasamente, escasamente segarás y si siembras abundantemente, abundantemente cosecharás.
De acuerdo a lo que siembras, cosechas. Tu ofrenda será correspondida y será de acuerdo a cuánto hayas dado. SIN EMBARGO, la ofrenda debe ser voluntaria, de corazón. Ninguna ofrenda es bienvenida si se da de mala gana o con tristeza, sin alegría o si se da por compulsión o por necesidad.
Por necesidad ” significa porque tienes que hacerlo. No quieres dar, pero de algún modo te están forzando a dar. Y eso es lo que muchas veces sucede con el diezmo. Los predicadores salen y recitan el verso de Malaquías y las páginas del Nuevo Testamento sobre el diezmo y terminan o insinúan que si no lo das a la iglesia vas a ser como maldecido por Dios y que tu lo estas defraudando.
Luego, tú respondes ante eso y haces un cheque. En realidad, no diste voluntariamente, sino que diste porque no quisiste defraudar a Dios y estar bajo maldición –como el predicador te dijo. Preferirías alimentar al pobre, comprar unos sacos de arroz para esos pobres niños de República Dominicana por ejemplo, o apoyar a ese evangelista que predica la Palabra en la India.
Pero ahora el predicador te forzó a dar para algo más, algo para lo que tú en realidad no querías dar. Así que das porque te sientes culpable, para no sentirte condenado. Ahora, si eso no es dar con tristeza y por necesidad, me pregunto entonces ¿qué es? Querido hermano, ¡no tienes que sucumbir ante tales llamados! Lo que te dijeron simplemente no es la voz de la Palabra de Dios.
No debes de dar porque alguien te presiona a dar sino porque en realidad quieres dar de corazón. Si das porque te sientes culpable, si sientes tristeza, Dios no le dará la bienvenida a esa ofrenda. También, a aquellos que usan técnicas de condenación y culpa para forzar al pueblo de Dios a dar para sus propios propósitos, me gustaría señalar: Pablo dijo que no quería que las ofrendas les fueran quitadas,
En realidad Dios no quiere tales regalos, porque la gente no los dio voluntariamente sino que de hecho les fueron quitados, ¡robados si quieres! ¡No mediante el poder de la fuerza sino mediante el poder de las palabras! Habiendo dicho lo anterior, vayamos a echarle un vistazo a 1 de Juan 3:16-18: 1 de Juan 3:16-18 “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.” La Palabra de Dios dice que no demos de mala gana o por necesidad, porque alguien te dijo que dieras.
- Sino que debemos dar de corazón y ser generosos.
- Dios ama al dador alegre.
- A Dios no le agradan las ofrendas dadas con tristeza.
- De igual manera es pecado el amor al dinero.
- Como Pablo dijo “la raíz de todos los males es el amor al dinero” (1 de Timoteo 6:10).
- También dijo que la autenticidad de nuestro amor se prueba en cuánto amamos a los demás.
Y lo que Juan explica aquí es una situación real: tienes dos hermanos. Uno tiene los bienes de este mundo. Tiene camas disponibles en casa. Tiene suficiente dinero en el banco. Tiene suficiente comida almacenada. Y luego este hermano se topa con otro que padece necesidad.
- Una necesidad que el primero puede satisfacer.
- ¿Qué es lo que el primer hermano debería de hacer? ¿A caso debería orar por su hermano en necesidad? Sí, eso debería hacer también, pero ¡no se debería quedar ahí mirando nada más! Debe de darle para ayudarlo.
- No debería cerrar su corazón hacia el hermano como dice Juan y solo decir una oración o un “Dios te bendiga hermano” y dejarlo ahí.
La prueba de tener cuidado de los otros prueba la sinceridad de nuestro amor y si el amor de Dios mora en nosotros o no. Y en realidad eso es un tema muy importante. Ahora, volviendo al sistema del diezmo, hay otra distorsión creada por eso: se forza a la gente a dar su diezmo en la canastilla de la iglesia local y luego cuando ven a un hermano en necesidad piensan “ya di mi diezmo a la iglesia”.
Así que damos por necesidad para propósitos que poco ayudan al pobre (la mayoría de lo que se da en la canastilla de la iglesia local en realidad no termina ayudando al pobre –es triste pero real y un vistazo al presupuesto de la iglesia es suficiente para verificarlo) y cuando viene un pobre no queremos o no podemos ayudarle.
Esto es real, triste y una situación común. Regresando a 2 de Corintios 9:6, la gente usa este verso para decirles a otros que si dan mucho Dios se los va a regresar multiplicado. De hecho, además de 2 de Corintios 9:6, de nuevo usan Malaquías para lo mismo: Malaquías 3:10-12 “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
- Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
- Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.” Entonces la gente da, esperando que Dios se los regrese multiplicado.
Algunos predicadores y ministros usan el pasaje anterior equivocadamente persuadiendo a su audiencia a dar con la promesa de muchas bendiciones financieras. Así que la gente da. ¿Pero porqué? ¿Cuál es el motivo? Ninguno de los motivos mencionados en 2 de Corintios 2 o en el resto de la Palabra de Dios.
NO es un acto de generosidad de corazón, sino un acto hecho por culpabilidad (dan para no defraudar a Dios como el predicador les dijo) o un acto de codicia (dan para que se les regrese mucho más). A Dios se le presenta como una máquina de hacer dinero, como un banco. Da tu diezmo y te será devuelto multiplicado.
¡Tener al dinero como motivación es un error! Aunque Dios sí regresa generosamente a aquellos que dan en abundancia, estaría fuera de orden y de carácter para Pablo usar 2 de Corintios 9:6 para persuadir a los corintios ¡a dar bajo las promesas de más y grandes cosechas! Lo que yo creo que Pablo quería hacer era declarar los hechos.
Sin duda hay cosecha para los dadores. Sin duda hay recompensa, no sé qué es, pero ¿porqué tendría que ser necesariamente una cosecha financiera o sola y únicamentemente una cosecha financiera o una cosecha que se refiere únicamente a la vida terrenal presente? Lo más importante ¡es que hay una cosecha! Y también el que siembra escasamente, escasamente cosechará y el que siembra abundantemente, abundantemente cosechará.
¡Eso es un hecho! La Palabra no habla de cosechas financieras, habla de cosechas y puede haber muchos tipos de ellas, incluyendo financieras. ¿Las quieres llamar “bendiciones”, aquí y en el cielo? Llámalas bendiciones. ¡A mí me gusta más la palabra cosecha! ¿Quieres cosechar mucho? ¡Siembra mucho también!
¿Qué es el diezmo según la Biblia?
¿Qué es el diezmo? La palabra diezmo significa “una décima parte”. El diezmo es un donativo, o una ofrenda, de la décima parte de tus ingresos para utilizarlos al servicio de Dios. Desde la antigüedad, Dios ha mandado a Su pueblo que le dé a Él la décima parte de todo lo que ganan. Este mandamiento todavía sigue vigente hoy en día. Los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días dan una décima parte de sus ingresos a Dios por medio de Su Iglesia.
- Esos fondos se utilizan para edificar la Iglesia y hacer avanzar la obra de Dios en todo el mundo.
- Dios promete grandes bendiciones a quienes pagan el diezmo.
- Pagar el diezmo demuestra obediencia y amor, y ayuda a fortalecer nuestra fe en Dios.
- La Biblia nos enseña que Dios siempre ha mandado a Sus hijos pagar diezmos.
Abraham pagó el diezmo (véase Génesis 14:20). El diezmo era una ley para los hijos de Israel (véase Números 18:21–28). También lo enseñaron y siguieron personas de la América antigua, tal como se registra en el (véase 3 Nefi 24:8–12). En la actualidad, los profetas vivientes enseñan sobre la importancia continua de pagar el diezmo.
- Cuando somos obedientes a los mandamientos de Dios, Él nos promete innumerables bendiciones a cambio.
- Cuando pagamos el diezmo, nos acercamos más a Dios y ayudamos a hacer avanzar Su obra.
- Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15).
- Dios demuestra Su amor por nosotros al darnos todo lo que tenemos.
A cambio, Él nos pide que apoyemos Su obra y que mostremos amor por los demás. El diezmo ayuda a proclamar el Evangelio y a edificar el Reino de Dios sobre la tierra. Tus contribuciones tienen el potencial de bendecir la vida de muchas personas, así como la tuya.
¿Alguna vez has sentido que el Padre Celestial retiene bendiciones en vez de compartirlas? En realidad, Él nos colma de bendiciones, pero depende de nosotros decidir de qué manera queremos que estas lleguen a nosotros. La invitación de Dios sobre el diezmo es clara: “Traed todos los diezmos ; y probadme ahora en esto, si no os abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde” (Malaquías 3:10).
Es una promesa poderosa. Puedes poner a prueba el principio del diezmo en tu propia vida. Al pagar el diezmo, verás cómo Dios cumple Sus promesas. Llegarás a conocerlo mejor y aumentará tu fe en Él. : ¿Qué es el diezmo?
¿Qué dice en Mateo 22 21?
21 Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.22 Y oyendo esto, se maravillaron, y dejándole, se fueron.
¿Cuál es la forma correcta de diezmar?
El diezmo: Una prueba de fe con bendiciones eternas El diezmo es una prueba de fe con bendiciones eternas. En el Antiguo Testamento, Abraham demostró su fe al pagar diezmos al gran sumo sacerdote Melquisedec. Jacob, nieto de Abraham, prometió al Señor: “De todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti”.
Poco más de tres meses después del martirio del profeta José Smith, cuando los santos edificaban el Templo de Nauvoo, Brigham Young escribió en nombre del Quórum de los Doce Apóstoles:”Observen firme y constantemente la ley del diezmo luego acérquense a la Casa del Señor y sean instruidos en Sus caminos, y caminen por Sus senderos”.La observancia estricta de la ley del diezmo no sólo nos habilita para recibir las ordenanzas salvadoras más elevadas del templo, sino que también nos permite recibirlas en nombre de nuestros antepasados. Cuando se le preguntó al presidente John Taylor, en ese entonces integrante del Quórum de los Doce, si los miembros de la Iglesia que no habían pagado sus diezmos podían ser bautizados por los muertos, contestó:”El que no pague sus diezmos no es digno de bautizarse por los muertos Si un hombre no tiene la fe suficiente para cumplir con estos pormenores, tampoco tiene la fe suficiente para salvarse a sí mismo ni a sus amigos”.
El diezmo desarrolla y prueba nuestra fe. Al sacrificar al Señor lo que podríamos pensar que necesitamos o que deseamos para nosotros, aprendemos a confiar en Él. Nuestra fe en Él hace posible que guardemos los convenios del templo y recibamos las bendiciones eternas del mismo.
- La pionera Sarah Rich, esposa de Charles C.
- Rich, escribió en su diario después de salir de Nauvoo: “Fueron muchas las bendiciones que recibimos en la Casa del Señor, lo cual nos llenó de gozo y consuelo en medio de nuestras tribulaciones, y nos permitió tener fe en Dios, sabiendo que Él nos guiaría y nos apoyaría en la jornada desconocida que estaba ante nosotros”.
Al igual que los pioneros, el pago obediente del diezmo fortifica nuestra fe y esa fe nos sostiene a través de las pruebas, las tribulaciones y el dolor en nuestra jornada por la vida. El diezmo también nos enseña a controlar nuestros deseos y pasiones por las cosas del mundo.
El pago del diezmo nos alienta a tener un trato honrado con nuestros semejantes. Aprendemos a confiar en que lo que se nos ha dado, por medio de las bendiciones del Señor y de nuestro esfuerzo diligente, es suficiente para nuestras necesidades. El diezmo tiene un propósito especial como ley preparatoria.
A principios de esta dispensación, el Señor mandó a ciertos miembros de la Iglesia vivir la ley más alta de la consagración, una ley recibida por convenio. Los santos enfrentaron grandes tribulaciones cuando no guardaron ese convenio. Se retiró entonces la ley de consagración y en su lugar el Señor reveló la ley del diezmo para toda la Iglesia.
El 8 de julio de 1838, Él declaró: “Y esto será el principio del diezmo de mi pueblo “Y todos aquellos que hayan entregado este diezmo pagarán la décima parte de todo su interés anualmente; y ésta les será por ley fija perpetuamente”. La ley del diezmo nos prepara para vivir la ley más alta de la consagración, de dedicar y dar todo nuestro tiempo, talentos y recursos a la obra del Señor.
Mientras llegue el día en que se nos requiera vivir esa ley más alta, se nos manda vivir la ley del diezmo, que es dar liberalmente una décima parte de nuestro ingreso anualmente. A aquellos que viven fiel y honradamente la ley del diezmo, el Señor promete una abundancia de bendiciones.
- Algunas de esas bendiciones son temporales, así como el diezmo es temporal, pero al igual que las ordenanzas físicas externas del bautismo y de la Santa Cena, el mandamiento de pagar el diezmo requiere un sacrificio temporal que, a la larga, se traduce en grandes bendiciones espirituales.
- Conozco a un matrimonio que vivía a miles de kilómetros del templo más cercano.
Aun cuando no ganaban mucho, pagaban fielmente su diezmo y ahorraron todo lo que pudieron para ir a la casa del Señor. Después de un año, el hermano del esposo —que no era miembro de la Iglesia— en forma inesperada les ofreció dos pasajes de avión. Esa bendición temporal hizo posible la bendición espiritual de sus investiduras en el templo y su sellamiento.
- Más tarde recibieron una bendición espiritual adicional cuando el hermano, conmovido por la humilde fidelidad del matrimonio, se unió a la Iglesia.
- Las bendiciones temporales y espirituales del diezmo se adaptan específicamente a nosotros y a nuestras familias, de acuerdo con la voluntad del Señor, pero para recibirlas debemos obedecer la ley sobre la cual se basan.
Con respecto a los diezmos, el Señor ha dicho: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”.
- ¿Rechazaríamos intencionalmente el derramamiento de bendiciones del Señor? Lamentablemente, eso es lo que hacemos cuando dejamos de pagar el diezmo y decimos no a las bendiciones que estamos buscando y por las que estamos orando.
- Si alguno de ustedes duda de las bendiciones del diezmo, le recomiendo aceptar la invitación del Señor de ” ahora en esto”.
Paguen su diezmo; abran las ventanas de los cielos; serán bendecidos abundantemente por su obediencia y fidelidad a las leyes y mandamientos del Señor. Tengan la seguridad de que las bendiciones se derraman por igual sobre ricos y pobres. Como dice el himno, es el sacrificio lo que trae las bendiciones del cielo, no la cantidad de nuestras aportaciones.Los miembros que pagan sin reparos el diez por ciento de su ingreso anual reciben todas las bendiciones prometidas del diezmo, ya sea que la cantidad sea la blanca de la viuda o el tesoro de un rey.
- Hace algunos años visité un centro de reuniones de otra denominación religiosa.
- Grabado sobre los hermosos vitrales provenientes de Europa estaba el nombre de su donante; esculpidas en el majestuoso púlpito de cedro del Líbano estaban las iniciales del rico benefactor; las bancas más deseables llevaban el nombre de prominentes familias que habían hecho los mayores donativos al fondo de construcción de la iglesia.
En contraste, en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, todo el que paga un diezmo íntegro es reconocido y bendecido por igual por el Señor, sin honores especiales ni recompensas públicas. Él “no hace acepción de personas”; su ley de ingresos es en verdad equitativa.
- Es importante en estos días la forma en que se distribuyen los diezmos.
- Mientras que por un lado vemos ejemplos de codicia y avaricia entre algunos ejecutivos corporativos irresponsables, nosotros podemos estar agradecidos de que el Señor proporcionó una forma de administrar los diezmos bajo Su dirección.
De acuerdo con las revelaciones, los obispos han sido ordenados para “administrar el almacén del Señor; recibir los fondos de la iglesia”, Se espera que tanto los obispos como los secretarios paguen un diezmo íntegro y hayan aprendido a vivir en forma prudente de acuerdo con sus medios.
- Horas después de recibir los fondos de diezmos de los miembros de sus barrios o ramas, esos líderes locales traspasan esos fondos a las Oficinas Generales de la Iglesia.
- Luego, de acuerdo con la revelación del Señor, el uso de los diezmos lo determina un consejo compuesto por la Primera Presidencia, el Quórum de los Doce Apóstoles y el Obispado Presidente.
El Señor declara específicamente que el trabajo del Consejo debe ser dirigido “por mi propia voz dirigida hacia ellos”. Este consejo se denomina el “Consejo Encargado de la Disposición de los Diezmos”. Es sorprendente observar cómo ese Consejo está atento a la voz del Señor.
- Cada miembro está al tanto de todas las decisiones del Consejo y participa en ellas.
- No se toma ninguna decisión hasta que haya unanimidad en el Consejo.
- Todos los fondos de diezmos se gastan en los objetivos de la Iglesia, entre los que se cuenta el bienestar: el cuidado de los pobres y los necesitados; templos, edificios y el mantenimiento de centros de reuniones, educación, cursos de estudio; en una palabra, en la obra del Señor.
Cuando un amigo del presidente George Albert Smith le preguntó lo que pensaba del plan que tenía de tomar lo que habría sido el diezmo y donar esa décima parte a organizaciones de beneficencia de su elección, el consejo del presidente Smith fue el siguiente: “Me parece que eres muy generoso con lo que le pertenece a alguien más Me has dicho lo que has hecho con el dinero del Señor, sin ninguna indicación de que hayas dado ni un solo centavo tuyo.
Él es el mejor socio que tienes en el mundo; él te da todo lo que posees, aun el aire que respiras. Él ha dicho que debes dar la décima parte de lo que percibes a la Iglesia; eso no es lo que has hecho; has tomado el dinero de tu mejor socio para regalarlo a otros”. Los diezmos de los miembros de la Iglesia pertenecen al Señor, quien decide, por medio de un consejo de Sus siervos, cómo se deberán usar.
Doy mi testimonio a los miembros de la Iglesia y a otras personas de todo el mundo con respecto al Consejo Encargado de la Disposición de los Diezmos. He formado parte de ese Consejo durante diecisiete años, como Obispo Presidente de la Iglesia y ahora como miembro del Quórum de los Doce Apóstoles.
- Sin excepción, los fondos de los diezmos de la Iglesia se han utilizado para los propósitos del Señor.
- El Señor desea que todos Sus hijos tengan las bendiciones que provienen del pago del diezmo.
- Muy a menudo nosotros, como padres, no enseñamos ni alentamos a nuestros hijos a vivir esa ley porque sus aportaciones sólo ascienden a unos pocos centavos.
Pero sin el testimonio de los diezmos, ellos son vulnerables. En los años de su adolescencia les atraen la ropa, las diversiones y las posesiones costosas, y se arriesgan a perder la protección especial que les da el diezmo. Al pasar los años, ¿es posible que un joven sea ordenado élder, sirva en una misión y enseñe a los demás en forma eficaz una ley que él mismo no ha vivido? Al volver a casa y al enfrentar las presiones de los estudios, de empezar una familia y una carrera, ¿se le hará más fácil vivir la ley del diezmo? De igual forma, ¿será digna una jovencita de servir al Señor y de hacer convenios de un matrimonio celestial sin haber ganado un testimonio del diezmo por sí misma? ¿Estará preparada para enseñar a sus hijos una ley que no haya aprendido por experiencia propia? ¡Cuánta fidelidad se necesita de padres y madres que en unión invocan las bendiciones protectoras del diezmo sobre sus familias y las bendiciones que justamente les pertenecen! El presidente Lorenzo Snow dijo: “Enseñen a sus hijos a pagar los diezmos, para que lo hagan perpetuamente.
- Si observamos esa ley, no importa qué hagan nuestros enemigos, el Señor nos preservará”.
- En unas semanas más cada uno de nosotros tendrá la oportunidad sagrada de reunirse nuevamente con su obispo y ajustar sus diezmos con el Señor.
- El obispo de ustedes será delicado y amable; entenderá los desafíos que ustedes enfrentan.
Si no pueden ponerse al corriente, sigan adelante; empiecen a pagar a partir de hoy. Compartan con su obispo la promesa que han hecho de pagar un diezmo íntegro en el futuro y busquen la forma de regresar al templo lo antes posible. Tan pronto como hayan demostrado su fe al pagar el diezmo durante un tiempo y al cumplir con otros mandamientos necesarios, tendrán la posibilidad de disfrutar de las bendiciones eternas del templo.
- Les suplico, no dejen pasar esta oportunidad; no la dejen para después.
- Padres y madres, al prepararse para el ajuste de diezmos, les recomiendo reunir a sus pequeñitos y ayudarles a calcular sus centavos.
- Ayuden a sus jóvenes y jovencitas a consultar sus registros y a hacer un inventario de sus ingresos anuales.
¡Qué oportunidad más maravillosa es sembrar la semilla de la fe en los corazones de sus hijos! Con esto los iniciarán en el camino que lleva al templo. Las generaciones de sus antepasados y su posteridad por venir les llamarán bienaventurados, porque habrán preparado a sus hijos para llevar a cabo ordenanzas salvadoras en beneficio de ellos.
No es coincidencia, mis hermanos y hermanas, que bajo la dirección del profeta viviente de Dios sobre la tierra hoy día, el presidente Gordon B. Hinckley, se estén construyendo templos por todo el mundo. El guardar los mandamientos, que incluye el pago de nuestros diezmos, nos habilitará para entrar en esos templos, ser sellados a nuestra familia y recibir bendiciones eternas.
Ruego que no demoremos y que demos oídos al mandamiento de nuestro Señor de vivir la ley del diezmo. Sé de dos misioneros que visitaron a una familia muy pobre. La casa de la familia estaba hecha de madera prensada y palos, con piso de tierra y sin electricidad ni camas.
El padre, un agricultor, había gastado todo el ingreso del día en alimentos para la cena. Al salir de ese humilde hogar, el compañero mayor pensó para sí: “La ley del diezmo va a ser un obstáculo para esta familia. Quizás no debamos mencionarla por un tiempo”. Unos minutos más tarde el compañero menor, que se había criado en circunstancias similares en su propio país, expresó sus pensamientos en voz alta: “Sé que tenemos que esperar cuatro lecciones más para enseñar la ley del diezmo, pero, ¿podríamos enseñarla en nuestra próxima visita? Ellos necesitan saber sobre los diezmos porque necesitan tanto la ayuda y las bendiciones del Señor”.
Ese misionero entendía que “Hay una ley, irrevocablemente decretada en el cielo antes de la fundación de este mundo, sobre la cual todas las bendiciones se basan; y cuando recibimos una bendición de Dios, es porque se obedece aquella ley sobre la cual se basa”.
El Señor desea bendecir a esa familia y espera ansiosamente su obediencia para poder hacerlo. Mis amados hermanos y hermanas, las bendiciones eternas del diezmo son reales; las he experimentado en mi vida y en la de mi familia. La prueba de nuestra fe es si viviremos o no la ley del diezmo por medio de la obediencia y el sacrificio.
Porque, en las palabras del profeta José Smith, “una religión que no requiera el sacrificio de todas las cosas nunca tendrá poder suficiente para producir la fe indispensable para la vida y la salvación”. Testifico que el Señor Jesucristo sacrificó Su vida para traer esta salvación a cada uno de nosotros.
¿Qué dice Mateo 23 9?
9 a Y no llaméis a nadie en la tierra vuestro padre, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.10 Ni seáis llamados maestros, porque uno es vuestro Maestro, a el Cristo.11 El que es el a mayor entre vosotros será vuestro b siervo.
¿Por qué debemos dar el diezmo?
¿Por qué razón debo contribuir el diezmo? Todo lo bueno que usted tiene en la vida es una dádiva de su amoroso Padre Celestial. Cuando a cambio de ello usted contribuye el diez por ciento, le expresa a Él su amor, fe y gratitud. Le demuestra a Dios que lo seguirá a pesar de que pueda ser difícil; le demuestra que confiará en Él en vez de confiar en el dinero o en las cosas materiales.
- Debido a su fidelidad, su Padre Celestial le promete bendiciones que son mucho más grandes que cualquier cosa de la que se tenga que privar.
- A pesar de que a algunas personas les es difícil pensar que puedan contribuir una décima parte de sus ingresos, las personas que son fieles en el pago de sus diezmos se dan cuenta de que no pueden permitirse el no pagarlos.
De manera muy real y maravillosa se abren las ventanas de los cielos y se derraman bendiciones sobre ellos. Tal como una madre viuda le explicó a su hijo: “no puedo sin las bendiciones del Señor, y recibo esas bendiciones al pagar un diezmo íntegro. Cuando pago mi diezmo, tengo la promesa del Señor de que Él nos bendecirá, y necesitamos esas bendiciones para arreglárnoslas para vivir”(véase Dallin H. El confiar en el Señor brinda fortaleza espiritual. A medida que hacemos frente a las graves tribulaciones de la vida necesitamos mayor fe, inspiración y valor. Esas bendiciones se pueden derramar de las ventanas de los cielos como resultado de la obediencia a la ley del diezmo.
Además, muchas personas se dan cuenta de que a causa de que pagan sus diezmos con fidelidad se encuentran en mejores condiciones de administrar sus finanzas y satisfacer sus necesidades. El pago del diezmo nos ayuda a controlar nuestros deseos por cosas materiales y a ser honrados con nuestro prójimo.
Aprendemos a confiar que lo que se nos ha dado, mediante las bendiciones del Señor y nuestros propios esfuerzos diligentes, es suficiente para nuestras necesidades. No importa cuál sea la cantidad de su ingreso, usted será bendecido al pagar su diezmo. Cuando Jesucristo vio a una mujer depositar unas monedas en el arca del templo, dijo a Sus discípulos: “esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta echó todo lo que tenía” (Marcos 12:43–44).
¿Qué dice en Deuteronomio 26 12?
12 Cuando hayas acabado de separar todo el a diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, para que coman en tus ciudades y se sacien.
¿Qué dice Hechos 2 44 47?
Hechos 2:44-47 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes ca | Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960) | Descargue La Biblia App ahora Lea la Biblia, descubra Planes y busque a Dios todos los días. : Hechos 2:44-47 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes ca | Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960) | Descargue La Biblia App ahora
¿Cuál es la ofrenda que más le agrada a Dios?
La ofrenda que a Dios le agrada es aquella que esta relacionada con la Sangre de Jesús, tu vida esta relacionada con el sacrificio de Cristo en la cruz. – “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto aún habla por ella” (Hebreos 11:4) RVR1960 “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto” (Proverbios 3: 9-10) RVR1960 La ofrenda dada por Abel, tuvo un significado muy especial; él escogió dar lo mejor de su rebaño, pues Dios, como único Creador, merecía lo mejor de todas las cosas.
Su ofrenda fue generosa y redentora, pues escogió un animal que fuera el sustituto de sus pecados, reconociendo que su vida, cerca de la de Dios, era de poco valor. El Señor exalta la fe de Abel sobre la de Caín, pues aunque también trajo una ofrenda a Dios, no fue recibida con agrado, pues estaba acompañada de mezquindad, indiferencia, egoísmo y falta de reconocimiento de quién su Creador era.1.
Decide ser parte del Reino de Dios: Sabemos que en el mundo existen dos reinos espirituales: el Reino de Dios, y el reino del enemigo. El enemigo trata de conquistar a las personas, haciéndolas esclavas de lo material (y es cuando se despierta en el corazón de algunos un fuerte deseo por tener mucho dinero sin importarles a quiénes tengan que atropellar).
- Muchos han adquirido grandes sumas de dinero y amasado fortunas, pero no tienen la capacidad de disfrutarlas, ni tienen felicidad plena en sus hogares.
- El Señor dio a entender que la felicidad del hombre no consiste en los bienes que posee.
- Dios no necesita de nuestro dinero ni de nuestras ofrendas, pero Él nos dio el privilegio de que pudiésemos ofrendar voluntariamente; Dios dejó establecido que nosotros ofrendáramos, pero Él lo hizo para probar nuestra actitud; Dios prueba nuestro corazón de acuerdo a la manera cómo nosotros ofrendamos, porque el Señor dejó principios establecidos sobre la importancia de dar; a Caín y Abel, Dios no les dijo que tenían que ofrendar, sino que ellos se sintieron movidos a ofrendar a Dios, y Abel pensó qué podría ofrecerle a Dios, pues él quería darle lo mejor.
Piensa en lo que más ama un niño; seguramente sus juguetes. Y si le dijéramos que nos compartiera algo, seguramente evitaría darnos esos juguetes. Pero cuando uno tiene un compromiso con Dios, uno le da lo que más ama.2. Tu ofrenda es tan solo el reflejo de tu carácter: Cuando el Señor entró al templo, miró lo que la gente daba.
Unos depositaban grandes sumas de dinero; pero una viuda solo dio dos blancas. Cuando terminó la reunión, Jesús les preguntó a sus discípulos cómo había sido la ofrenda. Ellos respondieron que había gente muy generosa y otros muy tacaños (refiriéndose a la ofrenda de la viuda). El Señor entonces les dijo que estaban equivocados en su apreciación, porque esos que aparentemente habían dado generosamente, dieron de lo que les sobraba, sin esfuerzo, sin embargo la viuda dio una ofrenda que agradaba a Dios porque era todo lo que tenía.
El Señor siempre pide una ofrenda con esfuerzo, y no cualquier ofrenda, porque Él pide la mejor. En la Biblia quedó registrada la ofrenda de Abel, porque él dio lo mejor. ¿Qué ofrenda le darías a Dios para que llegaras a tocar su corazón? Abel pensó en el rebaño, y tomando lo mejor de él, lo presentó ante Dios.
Pero, ¿por qué ese rebaño se constituyó en la mejor ofrenda? Hay un significado, un trasfondo al respecto: Abel le estaba diciendo con ésto a Dios, que él le ofrendaba su vida, que él quería morir por Él, pero como no lo podía hacer, en su lugar le ofrendaba ese animal con su sangre, como sacrificio.
El escritor a los Hebreos dice: “Sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados” (Hebreos 9:22) RVR1960 Esa ofrenda que estaba presentando Abel, se estaba constituyendo en el prototipo de Jesucristo. Cristo es la ofrenda de Dios, y se ofreció a sí mismo por la redención de la humanidad.
- Si Jesús no se ofreciera en sacrificio, nadie sería salvo.
- Por eso la Escritura dice: “¡Gracias a Dios por su don inefable!” (2 Corintios 9:15) RVR1960 3.
- Jesús se ofreció por nosotros: Solo hay un Dios, El Padre.
- Jesucristo es el único camino para llegar a Dios.
- Él dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, y nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6) RVR1960 Jesús se constituyó en el camino porque Él dio su vida por nosotros; Él pagó el precio por nosotros, porque nosotros merecíamos morir; nuestros pecados nos llevaban a la muerte y a la destrucción; pero un día Jesús tomó el lugar de cada uno de nosotros y se ofreció a sí mismo a Dios, para que todo aquel que en Él cree no se pierda mas tenga vida eterna.
Cuando nosotros aceptamos a Jesús en nuestro corazón, estamos ofrendando a Dios lo mejor. Es como si nos presentáramos ante Él y le dijéramos: Señor, me presento ante ti a través de Jesús, acéptame, pues me entrego hoy a Ti de la misma manera que Jesús lo hizo por mí.
Esa es la ofrenda que agrada a Dios, que toca su corazón, es la ofrenda genuina. Por otro lado, estaba Caín. Él no dio una buena ofrenda, porque dio una ofrenda de su esfuerzo, de su capacidad, de sus habilidades, de sus negocios, tomando del producto de la tierra, y dándosela a Dios del sudor de su frente ¡Dios desechó esa ofrenda! Las obras no cuentan para la salvación, sino la sangre de Cristo.
Una persona, si no ha sido lavada con la sangre de Cristo, no puede ser salva, porque lo único que lava nuestros pecados es la sangre de Jesús.4. Dando nuestra mejor ofrenda: El apóstol Pablo dice que fuimos salvos para que andemos en buenas obras. Después de la salvación, podemos hacer obras excelentes; Dios pide que demos nuestra mejor ofrenda.
- Nuestra vida; pero también nos confronta a entregar lo que más amamos, Dios le pedirá aquello que usted más ama.
- El proverbista dijo: “Echa tu pan sobre las aguas, reparte a siete y aún a ocho porque no sabes el mal que ha de venir sobre la tierra”.
- Cuando usted ofrenda a Dios, nunca puede darle más de lo que Él le da; no hay una sola persona que pueda decir que da más que lo que Dios le da; nadie puede ganarle a Dios en la manera cómo Él nos da.
Con mi hija Sara, jugamos a que si ella me da un beso, me debe dar un dólar; si yo le doy un beso, ella me cobra un dólar. Un día le di cinco besos, y le pagué cinco dólares; ella se puso feliz, ¡pero me sorprendió! porque al rato vino y me dio doce besos y me pagó doce dólares.
- Ella entiende que no puede dar más de lo que le da su papá; que si ella da doce, su papá luego le va a dar veinticuatro; ella sabe lo que es la fe.
- Así sucede con Dios: Cuando tienes un corazón generoso, no cuestionas a Dios, sino que das con todo el corazón y luego Dios te recompensa.
- Recuerda, nunca podrás dar más de lo que Dios te da, y Dios ama al dador alegre.
Dios se agradó tanto de la ofrenda que dio Abel, que todavía hace memoria de él sobre la tierra. Abel es recordado por la ofrenda que dio.5. Tu ofrenda es un argumento a favor: Cuando ofrendas o diezmas, esto se convierte en un argumento a favor tuyo. Cuando alguien no diezma, un espíritu viene con argumentos para acusarlo ante Dios.
- Recordaras al centurión que tenía un siervo enfermo y los ancianos fueron hasta Jesús y le dijeron: Señor, es digno que le concedas esto, porque él ama nuestra nación, y nos ha edificado una sinagoga.
- Eso era un argumento a favor del centurión.
- Esto quiere decir que cuando tienes una necesidad, en el mundo espiritual los ángeles se presentan ante Dios y le dicen al Señor que es digno que te conceda eso.
Estos ángeles estarán presentando el reporte de las ofrendas que hemos dado, de cómo hemos bendecido a la iglesia, de cómo hemos usado las finanzas para el Reino de Dios y eso se convierte en un argumento a nuestro favor. Los apóstoles le dijeron a Jesús: Señor, nosotros hemos dejado todo por seguirte, ¿qué tendremos? Y el Señor dijo: De cierto os digo que no hay ni uno solo de vosotros, que haya dejado casas, tierras, bienes, familia por causa de mí y del reino de los cielos, que no haya de recibir cien veces más en esta vida y en la otra la vida eterna.
- De todo lo que tu das, el Señor en su banco dice: Ése gana cien veces más de lo que ha depositado.
- Si tu no le has dado correctamente a Dios, debes romper la maldición, (siendo que para tal liberación también se necesitan argumentos a favor).
- Da una ofrenda extra para cancelar los argumentos, y romperás toda maldición financiera.
Luego haz un pacto de fidelidad con Dios.6, Tu ofrenda determina tu excelencia: Hay una palabra en griego llamada “arete”, cuyo significado es “excelencia”. El arete de un atleta, es la manera cómo define la carrera; eso es excelencia, cuando se es el mejor.
- El arete de un ama de casa, es la excelencia en cómo conduce su hogar; el arete de un maestro, es la excelencia en la manera que enseña; el arete de un cristiano, es la manera cómo se relaciona con Dios.
- Cuando el Señor dice que Abel alcanzó mas excelente sacrificio que Caín, se está refiriendo a que la excelencia de un cristiano la determina la manera en cómo él da.
A uno de los pastores de mi equipo, Dios lo rescató de una vida terrible que tenía. Apenas convertido y recién ingresando a la visión, hizo un pacto con Dios, donde declaró que de los siete días de la semana, le iba a dedicar seis al Señor, quedando solo uno para él.
- Y así lo hizo: Un solo día trabajaba, pero en ése Dios lo bendecía tanto, que hacía toda la ganancia de una semana en solo un periodo de trabajo; en los otros seis días, él se dedicaba a hacer la obra de Dios, llamando por teléfono, visitando y consolidando.
- Dios lo empezó a bendecir de una manera increíble: dándole gente, derramando unción sobre su vida y auxiliándolo en todo.
El año pasado, en una semana hizo doce impactos evangelísticos y ganó 6000 personas. Todo porque adquirió un compromiso con Dios. Tienes que pedirle a Dios que te dé esa excelencia como creyente; de esta manera le ofrendas tu vida (no para hacer lo que tu quieres) para lo que Dios quiere que tu hagas, con el propósito de engrandecer su Reino.7.
Tu ofrenda te lleva a la bendición: La fe para ofrendar, es la misma fe que nos lleva a conquistar las finanzas, porque: “La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella” (Proverbios 10:22) RVR1960 En el libro de Hageo, capítulo 2 verso 8, el Señor dijo: “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos”.
El dinero es del Señor, y el diablo ha robado ese dinero, dándoselo a sus súbditos para esclavizarlos y tener control sobre ellos de una manera tirana. A través del profeta Jeremías, el Señor dijo: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras” (Jeremías 17:9-10) RVR1960 Dios sabe que el corazón del hombre está lleno de engaño, y para poder bendecir a Sus hijos, Él primero tiene que probar qué dirección han tomado esos corazones; por tal motivo, Dios permite que las personas pasen por ciertas circunstancias en sus vidas, que los llevarán a un desprendimiento total, tanto de sí mismos, como de los bienes que hayan adquirido.
Sé que el Señor quiere dar a cada uno de sus hijos la provisión que ellos necesitan; y siempre Él lo hace de una manera mucho más amplia de lo que ellos se imaginan, pues el corazón de Dios es extremadamente generoso. Además, todos los hombres de Dios primero fueron probados, antes de ser prosperados.8.
Entendiendo el sentido de la prosperidad: Creo que es importante entender que existe una gran diferencia entre ser próspero y ser rico. Normalmente, cuando se habla de ser rico, se hace referencia a una persona acaudalada y propietaria de muchos bienes; pero una persona puede ser próspera sin que sea acaudalada ni rica.
- Por ejemplo: Cuando Jesús vivió en la tierra, no tenía riquezas, pero fue próspero; no podríamos decir que el Señor era pobre; Él era próspero, porque un pobre no puede alimentar a más de diez mil personas y fue lo que el Señor hizo.
- Jesús no andaba con dinero en el bolsillo, tampoco tenía cuando le fueron a cobrar los impuestos, pero Él sabía que había una fuente de provisión directamente en Dios, y le dijo a Pedro: “Abre la boca del pez y saca la moneda”.
El Señor utilizó el banco de un pez; dijo: “Echa el anzuelo, no le pongas carnada, y en el primer pez que saques vas a encontrar una moneda, y paga con ella los impuestos tuyos y los míos”. Comprobamos de esta manera la prosperidad del Señor. Aunque no hizo alardes de bienes materiales, siempre había gente que lo recibía, que le abría su casa para hospedarlo.
¿Qué dijo Jesús sobre el dar?
Un hombre que estaba tras el mostrador, miraba la calle distraídamente. Una pequeña niña de 8 años llegó a la tienda y apretó su naricita contra el vidrio de la vitrina. De pronto, sus ojos de color del cielo brillaron cuando vio aquello que estaba buscando.
Pidió ver el collar de turquesa azul. – Es para mi hermana. ¿Puede hacer un paquete bien bonito?, dijo al hombre del mostrador. El dueño del negocio miro desconfiado a la niña y le preguntó: – ¿Cuánto dinero tienes? Sin dudar, ella sacó del bolsillo de su ropa un pañuelo todo atadito y fue deshaciendo los nudos.
Los colocó sobre el mostrador y dijo feliz: – ¿Eso da? Eran apenas algunas monedas que ella exhibía con orgullo. – Sabe, continuó la niña, quiero dar este regalo a mi hermana mayor. Desde que murió nuestra madre, ella cuida de nosotros y no tiene tiempo para ella.
Es su cumpleaños y estoy convencida que estará feliz con este collar que es del color de sus ojos. El hombre fue para la trastienda, colocó el collar en un estuche, envolvió con un vistoso papel rojo e hizo un trabajado lazo con una cinta verde. – Tome -dijo a la niña-. Llévelo con cuidado. Ella salió feliz corriendo y saltando calle abajo.
Aún no acababa el día, cuando una linda joven de cabellos rubios y maravillosos ojos azules entró en el negocio. Colocó sobre el mostrador el ya conocido envoltorio deshecho y preguntó: – ¿Este collar fue comprado aquí? – Sí señora, respondió el dueño – ¿Y cuánto costó? – ¡Ah! El precio de cualquier producto de mi tienda es siempre un asunto confidencial entre el vendedor y el cliente.
- La joven continuó: Pero mi hermana tenía solamente algunas monedas.
- El collar es verdadero, ¿no? Ella no tenía dinero para pagarlo.
- El hombre tomó el estuche, rehízo el envoltorio con extremo cariño, colocó la cinta y lo devolvió a la joven diciéndole: – Ella pagó el precio más alto que cualquier persona puede pagar.
Ella dio todo lo que tenía. ****** En la portada del periódico “El Pueblo Latino,” de la semana pasada, se leía la frase “Es mejor dar que recibir.” Basándome en ese título le pregunte a algunos hermanos de mi congregación, en esta portada dice que es mejor dar que recibir, ¿Qué tu prefieres, dar o recibir? Desde luego, esa pregunta no es fácil para un cristiano porque hemos aprendido que mejor es dar que recibir.
- Algunos dijeron, yo prefiero dar; yo me sonreía y los dejaba.
- Yo, conociendo el pensar de algunos de ellos, le pregunté a un hermano, sabiendo ya lo que me iba a decir, le dije: – Te voy a dar dos opciones y tú me das tu respuesta, ¿Qué tu prefieres, dar $100 o recibir $100? Su respuesta fue media turbada, y me dijo: – la Biblia dice que es mejor dar que recibir.
Yo le dije: – yo no te estoy preguntando lo que dice la Biblia, te estoy preguntando ¿Qué tu prefieres, dar $100 o recibir $100?, a lo que él me respondió, “recibir $100.” ¿Quién puede decir que prefiere dar que recibir? Nadie, todo el mundo prefiere recibir que dar.
- El ser humano prefiere las cosas para sí mismo, que para los demás.
- Eso es normal entre los humanos.
- Pero Dios es diferente, él prefirió dar el tesoro más grande que tenía, a su unigénito hijo, Jesucristo, y lo hizo sin esperar nada a cambio.
- Lo único que desea es que le entreguemos el corazón para salvar nuestra alma; o sea que nos sigue dando.
La Biblia no dice que es mejor dar que recibir, lo que la Biblia dice es, “Más bienaventurado es dar que recibir.” O sea, que es de mayor bendición cuando damos, aunque cuando recibimos es de bendición para nosotros. Pero cuando damos sin esperar nada a cambio, cuando damos en forma de agradecimiento por algo que nos hayan hecho, o simplemente por gusto, recibimos bendiciones de parte de Dios.
¿Qué dice Génesis 14 20?
20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos. Y le dio Abram los a diezmos de todo.21 Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas y toma para ti los bienes.
¿Qué dice Deuteronomio 14 22?
No cocerás el cabrito en la leche de su madre.22 Indefectiblemente a diezmarás todo el producto de la semilla que rinda tu campo cada año.
¿Qué dice en Santiago 1 5?
Línea por línea El apóstol Santiago nos enseñó la clave para recibir sabiduría de Dios.5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
¿Qué dijo Jesús sobre el diezmo en el Nuevo Testamento?
Capítulo 32: El diezmo y las ofrendas Capítulo 32: El diezmo y las ofrendas Capítulo 32
¿En qué forma nuestra disposición de pagar el diezmo y las ofrendas demuestra gratitud a nuestro Padre Celestial por todas las bendiciones que nos da?
Se nos han dado mandamientos para que nos preparemos en todos los aspectos con el fin de volver a vivir en la presencia de nuestro Padre Celestial. Él nos ha proporcionado la forma de agradecerle nuestras bendiciones. El pagar los diezmos y las ofrendas y hacerlo de buena voluntad es una forma de agradecerle. Al pagar las ofrendas, le demostramos que lo amamos y que obedeceremos Su consejo.
¿De qué manera el pagar los diezmos y las ofrendas nos ayuda a demostrar nuestro agradecimiento a nuestro Padre Celestial?
¿Qué es un diezmo íntegro?
A los maestros: Utilice las preguntas que se encuentran al principio de la sección a fin de comenzar un análisis y pida a los miembros de la clase o de la familia que consulten el texto a fin de encontrar más información. Haga uso de las preguntas al final de la sección para ayudar a los miembros de la clase o de la familia a meditar y analizar el significado de lo que leyeron y a ponerlo en práctica.
- En la antigüedad, Abraham y Jacob obedecieron el mandamiento de pagar el diezmo, que consistía en la décima parte de su interés (véase ; ; ).
- En tiempos modernos, el profeta José Smith suplicó: “¡Oh Señor! Indica a tus siervos cuánto requieres de las propiedades de tu pueblo como diezmo” (, encabezamiento); el Señor le contestó: “Y esto será el principio del diezmo de mi pueblo.
Y después de esto, todos aquellos que hayan entregado este diezmo pagarán la décima parte de todo su interés anualmente; y ésta les será por ley fija perpetuamente” (). La Primera Presidencia explicó que “la décima parte de todo su interés anualmente” se refiere a nuestro ingreso (véase Carta de la Primera Presidencia, 19 de marzo de 1970).
- ¿De qué forma es el diezmo un principio de fe más que un principio económico?
- ¿Qué pueden hacer los padres para enseñar a sus hijos a pagar el diezmo y para que comprendan su importancia?
¿Por qué es importante nuestra actitud cuando pagamos el diezmo?
Es importante que paguemos el diezmo y que lo hagamos de buena voluntad. “Cuando alguien paga el diezmo sin gozo, se está robando una parte de la bendición. Debe aprender a dar alegremente, voluntariamente y con gozo, y lo que dé será bendecido” (Stephen L Richards, The Law of Tithing, folleto, 1983, pág.8).
¿Qué significa para usted ser un “dador alegre”?
¿De qué forma utiliza la Iglesia los fondos de los diezmos y de las otras ofrendas?
Como miembros de la Iglesia, damos al Señor el diezmo y otras ofrendas. La Iglesia utiliza el dinero del diezmo para diversos fines, algunos de los cuales son:
- La edificación, el mantenimiento y el funcionamiento de templos, centros de reuniones y otros edificios.
- El proporcionar fondos de funcionamiento para las estacas, los barrios y otras unidades de la Iglesia. (Esas unidades utilizan los fondos para llevar a cabo los programas eclesiásticos de la Iglesia, entre los cuales se encuentra la enseñanza del Evangelio y el realizar actividades sociales).
- La ayuda al programa misional.
- La educación de la juventud de la Iglesia en escuelas, seminarios e institutos.
- La publicación y distribución de materiales didácticos.
- La ayuda para la historia familiar y la obra del templo.
Las ofrendas de ayuno. Los miembros de la Iglesia ayunan una vez al mes, para lo cual se abstienen de alimentos y líquidos por dos comidas consecutivas; luego contribuyen, por lo menos, con la cantidad de dinero que hubieran gastado en ellas. Pueden dar en forma tan generosa como su situación se los permita.
- A ese donativo se le llama ofrenda de ayuno.
- Los obispos utilizan las ofrendas de ayuno para proporcionar comida, alojamiento, ropa y atención médica a los necesitados.
- Véase el capítulo 25 de este libro).
- Como parte del día de ayuno, los miembros asisten a una reunión llamada reunión de ayuno y testimonio, en donde expresan su testimonio de Cristo y Su evangelio.
Otros donativos, Los miembros de la Iglesia pueden dar donativos a otros programas de la Iglesia, tales como la obra misional, el Fondo Perpetuo para la Educación, la construcción de templos y la ayuda humanitaria. Servicio, Los miembros también ofrecen parte de su tiempo, habilidades y bienes para ayudar a otras personas.
Ese servicio permite a la Iglesia ayudar a los necesitados, ya sean miembros o no, por todo el mundo a nivel comunitario, nacional e internacional, especialmente cuando ocurre alguna catástrofe. El Señor promete bendecirnos si pagamos fielmente los diezmos y las ofrendas. Él dijo: “Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto si no os abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde” ().
Una revelación de los últimos días habla sobre otra bendición que recibirán quienes paguen el diezmo: “y en verdad, es un día de sacrificio y de requerir el diezmo de mi pueblo, porque el que es diezmado no será quemado en su venida” (). Las bendiciones que se nos han prometido son tanto materiales como espirituales.
- Si damos de buena voluntad, nuestro Padre Celestial proporcionará lo necesario para satisfacer nuestras necesidades diarias de comida, ropa y alojamiento.
- Dirigiéndose a los Santos de los Últimos Días de Filipinas, el presidente Gordon B.
- Hinckley dijo que si las personas “aceptan el Evangelio y viven de acuerdo con sus principios, pagan sus diezmos y ofrendas, no importa cuán mínimos sean, el Señor cumplirá con ellos Su antigua promesa y tendrán arroz en sus platos, abrigo en sus espaldas y refugio sobre su cabeza.
Yo no veo otra solución. Ellos necesitan un poder mayor que cualquier otro poder terrenal que los levante y ayude” (“Las palabras del profeta actual”, Liahona, junio de 1997, pág.33). El Señor también nos ayudará a progresar “en el conocimiento de Dios, y en testimonio, y en poder para vivir de acuerdo con el Evangelio e inspirar a nuestras familias a hacer lo mismo” ( Enseñanzas de los presidentes de la Iglesia: Heber J.
¿Cuáles son algunas bendiciones que usted, los miembros de su familia o sus amigos han recibido por medio del pago del diezmo y de otras ofrendas?
: Capítulo 32: El diezmo y las ofrendas
¿Qué dice Mateo 23 9?
9 a Y no llaméis a nadie en la tierra vuestro padre, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.10 Ni seáis llamados maestros, porque uno es vuestro Maestro, a el Cristo.11 El que es el a mayor entre vosotros será vuestro b siervo.
¿Qué dice Hechos 2 44 47?
Hechos 2:44-47 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes ca | Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960) | Descargue La Biblia App ahora Lea la Biblia, descubra Planes y busque a Dios todos los días. : Hechos 2:44-47 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes ca | Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960) | Descargue La Biblia App ahora
¿Por qué debemos dar el diezmo?
¿Por qué razón debo contribuir el diezmo? Todo lo bueno que usted tiene en la vida es una dádiva de su amoroso Padre Celestial. Cuando a cambio de ello usted contribuye el diez por ciento, le expresa a Él su amor, fe y gratitud. Le demuestra a Dios que lo seguirá a pesar de que pueda ser difícil; le demuestra que confiará en Él en vez de confiar en el dinero o en las cosas materiales.
- Debido a su fidelidad, su Padre Celestial le promete bendiciones que son mucho más grandes que cualquier cosa de la que se tenga que privar.
- A pesar de que a algunas personas les es difícil pensar que puedan contribuir una décima parte de sus ingresos, las personas que son fieles en el pago de sus diezmos se dan cuenta de que no pueden permitirse el no pagarlos.
De manera muy real y maravillosa se abren las ventanas de los cielos y se derraman bendiciones sobre ellos. Tal como una madre viuda le explicó a su hijo: “no puedo sin las bendiciones del Señor, y recibo esas bendiciones al pagar un diezmo íntegro. Cuando pago mi diezmo, tengo la promesa del Señor de que Él nos bendecirá, y necesitamos esas bendiciones para arreglárnoslas para vivir”(véase Dallin H. El confiar en el Señor brinda fortaleza espiritual. A medida que hacemos frente a las graves tribulaciones de la vida necesitamos mayor fe, inspiración y valor. Esas bendiciones se pueden derramar de las ventanas de los cielos como resultado de la obediencia a la ley del diezmo.
Además, muchas personas se dan cuenta de que a causa de que pagan sus diezmos con fidelidad se encuentran en mejores condiciones de administrar sus finanzas y satisfacer sus necesidades. El pago del diezmo nos ayuda a controlar nuestros deseos por cosas materiales y a ser honrados con nuestro prójimo.
Aprendemos a confiar que lo que se nos ha dado, mediante las bendiciones del Señor y nuestros propios esfuerzos diligentes, es suficiente para nuestras necesidades. No importa cuál sea la cantidad de su ingreso, usted será bendecido al pagar su diezmo. Cuando Jesucristo vio a una mujer depositar unas monedas en el arca del templo, dijo a Sus discípulos: “esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta echó todo lo que tenía” (Marcos 12:43–44).