Versículos Que Hablen De La Oración En La Biblia?

Versículos Que Hablen De La Oración En La Biblia
Textos Bíblicos que hablan de la Oración

  • 1 Tesalonicenses 5:16-18.
  • Marcos 11:24.
  • Jeremías 29:12.
  • Colosenses 1:3.
  • Mateo 18:20.
  • Romanos 12:12.
  • Mateo 6:9-10 Versículo del Padre Nuestro.
  • 1 Timoteo 2:1.

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¿Qué versiculo habla de la oración?

Jeremías 29:12-13 Entonces ustedes me pedirán en oración que los ayude, y yo atenderé sus peticiones. Cuando ustedes me busquen, me hallarán, si me buscan de todo corazón (Jeremías 29:12-13).

¿Cuál es el poder de la oración según la Biblia?

La oración te ayuda a desarrollar una relación con Dios. – Al igual que tus padres aquí en la tierra, tu Padre Celestial quiere saber de ti y hablar contigo. Cuando oras, Él escucha. Luego, Él contesta tus oraciones a través de pensamientos, sentimientos, escrituras y aún por medio de las acciones de otras personas.2

¿Qué dijo Jesús acerca de la oración?

Capítulo 20: Jesús enseña acerca de la oración Capítulo 20: Jesús enseña acerca de la oración Capítulo 20 Jesús enseñó a Sus discípulos a orar. Dijo que algunas personas oran sólo para que otros los vean orar, y enseñó que debemos decir nuestras oraciones personales en un lugar donde podamos estar solos, si es posible. Dijo que algunas personas dicen las mismas palabras una y otra vez cuando oran, sin pensar realmente en lo que están diciendo. Jesús dijo que debemos orar sinceramente por lo que necesitamos. El Salvador hizo una oración para enseñar a Sus discípulos cómo orar. Comenzó diciendo: “Padre nuestro que estás en los cielos”. Alabó a nuestro Padre Celestial y después le pidió ayuda. Dijo “amén” al final de Su oración. Más tarde, Jesús les dijo a Sus discípulos que oraran al Padre en el nombre de Él, y prometió que nuestro Padre Celestial contestaría sus oraciones.

¿Qué dice en 1 Juan 5 14?

14 Y esta es la confianza que tenemos en él: que si pedimos alguna cosa conforme a a su voluntad, él b nos oye.15 Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que a pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos b hecho.

¿Qué poder tiene la oración?

El poder de la oración Capítulo 8 Dios estará siempre dispuesto a guiar y dirigir a aquel que “lo busque con fe, con todas sus fuerzas y toda su alma”. En la primavera de 1921, el entonces élder David O. McKay y el hermano Hugh J. Cannon visitaron Nueva Zelanda como parte de la gira que hacían por todas las misiones de la Iglesia en el mundo.

  1. Un domingo, en el que se había programado que por la tarde el élder McKay dirigiera la palabra a una congregación de santos, estaba tan enfermo y tan ronco al despertar que apenas podía hablar en susurros.
  2. De todos modos, asistió a la conferencia con fe en que le sería posible presentar su mensaje.
  3. Más adelante, escribió lo siguiente al respecto: “Mil personas se reunieron para el servicio religioso de la tarde; habían ido con curiosidad y mucha expectativa.

Yo tenía la obligación de presentarles un mensaje, pero no sólo estaba casi afónico para hablar a la multitud y que me oyeran, sino que también me sentía enfermo. “No obstante, con una oración ferviente en el corazón suplicando ayuda y guía divinas, me puse de pie para cumplir mi deber.

  1. Tenía la voz tomada y ronca “Entonces sucedió algo que nunca me había pasado.
  2. Empecé a hablar del tema con toda la solemnidad y la vehemencia a las que pude recurrir y hablé con la voz tan alta como me fue posible.
  3. Al percibir que mi voz era cada vez más clara y fuerte, olvidé que tenía voz y dediqué mis pensamientos sólo a la verdad que quería que mis oyentes comprendieran y aceptaran.

Continué hablando durante cuarenta minutos y, al terminar, tenía la voz tan fuerte y clara como siempre “Cuando les dije al hermano Cannon y a algunos otros hermanos con cuánto fervor había suplicado la bendición que recibí, él me contestó: ‘Yo también estaba orando; nunca en mi vida he orado más fervientemente por un discursante’ “.

Desde la niñez he atesorado la verdad de que Dios es una Persona, que ciertamente es nuestro Padre, a quien podemos acercarnos mediante la oración y de quien recibimos respuestas. Considero que una de las más estimadas experiencias de mi vida es saber que Dios escucha la oración de fe. Es verdad que las respuestas a nuestras oraciones no siempre pueden venir directamente ni en el momento o de la manera que esperábamos; pero vienen, y en un momento y de una manera más convenientes para los intereses del que ha ofrecido las súplicas.

Sin embargo, ha habido oportunidades en las que recibí una confirmación directa e inmediata de que se me concedía mi petición. En una ocasión particular, recibí la respuesta tan directamente como si mi Padre Celestial hubiera estado a mi lado y pronunciado las palabras.

  1. Esas experiencias son parte íntima de mi ser y quedarán conmigo mientras la memoria y la inteligencia permanezcan intactas.
  2. El Salvador del mundo me parece igualmente real y cercano.
  3. Siento, como nunca lo he sentido, que Dios es mi Padre; no es solamente un poder intangible o una fuerza moral en el mundo, sino un Dios personal que tiene poder creativo, que es gobernador del mundo y director de nuestras almas.

Quisiera que todas las personas, y especialmente los jóvenes de la Iglesia, se sintieran tan cerca de nuestro Padre Celestial que se aproximaran a Él diariamente, no sólo en público sino también en privado. Si nuestro pueblo logra tener esa fe, recibirá grandes bendiciones.

  • Su alma se llenará de gratitud por lo que Dios ha hecho por ellos y verán que se les conceden grandes favores.
  • El hecho de que podemos acercarnos a Dios y recibir de Él luz y guía, y que nuestra mente se iluminará y nuestra alma se conmoverá con Su Espíritu no es obra de la imaginación.
  • Cuando se arrodillan a orar por la noche, ¿no sienten Su proximidad, Su Persona escuchándolos, no sienten un poder que opera tal vez como las ondas de radio, o un poder superior que les hace sentir que están en comunión con Él? Quisiera que los jóvenes de Israel se sintieran tan cerca de que se aproximaran a Él diariamente, no sólo en público, sino también en privado; que tuvieran en Él la confianza que tenía en su papá una niñita ciega que iba en el tren; estaba sentada en sus rodillas y un amigo que iba junto a ellos le dijo al padre de la niña: “Permítame darle un descanso”, al mismo tiempo que la tomaba en sus brazos y la sentaba en sus piernas.

El padre entonces preguntó a su hija: “¿Sabes con quién estás sentada?””No”, respondió ella, “pero tú sabes”. ¡Qué gran confianza tenía en su papá! Igualmente grande debería ser la confianza que tuvieran los niños Santos de los Últimos Días en su Padre Celestial.

Es bueno que los niños aprendan que pueden acudir a Dios mediante la oración. Los estudiantes universitarios aprenderán, lo mismo que otros estudiantes de otras instituciones, que cuando tengan dificultades pueden recibir ayuda y guía si la buscan con sinceridad. Puede ser que se levanten después de orar y, como nos pasó a algunos en la juventud, crean que sus oraciones no reciben respuesta; pero un día se darán cuenta de que Dios respondió a sus oraciones como un padre sabio lo haría.

Ese es uno de los más grandes tesoros de la juventud, el de saber que pueden acudir a su Padre y volcar en Él todo lo que esté en su corazón. La oración es el latido de un corazón anheloso y lleno de amor que está en armonía con el Infinito. Es un mensaje del alma que se envía directamente a un amoroso Padre.

  1. No es sólo la expresión de palabras La virtud principal y fundamental para que la oración sea eficaz es la fe.
  2. La creencia en Dios brinda paz al alma; la tranquilidad de saber que Dios es nuestro Padre y que podemos ir a Su presencia en busca de fortaleza y guía es una fuente infalible de consuelo.
  3. Otra virtud esencial es la reverencia.

Ésta se ejemplifica en la oración modelo del Salvador cuando dijo: “santificado sea tu nombre”, Ese principio debe ponerse como ejemplo en las salas de clase y particularmente en nuestras casas de adoración. El tercer elemento esencial es la sinceridad.

La oración es un anhelo del espíritu. La oración sincera implica que si pedimos cualquier virtud o bendición, debemos esforzarnos por la bendición y cultivar la virtud. La siguiente virtud esencial es la lealtad. ¿Para qué orar pidiendo que venga el Reino de Dios a menos que tengamos en el corazón el deseo y la disposición de ayudar a establecerlo? Si al orar dicen que se haga Su voluntad y luego no tratan de vivir de acuerdo con ella, eso les da inmediatamente una respuesta negativa.

Ustedes no darían algo a un hijo que demostrara tal actitud hacia la petición que les hubiera hecho. Si oramos pidiendo éxito para una causa o empresa, estamos manifestando nuestra adherencia a ella. El colmo de la deslealtad es pedir que se haga la voluntad de Dios y no ser capaces de conformar nuestra vida a esa voluntad.

La última virtud esencial es la humildad El principio de la humildad y la oración nos lleva a sentir la necesidad de la guía divina. La autosuficiencia es una virtud, pero debe llevar aparejada la conciencia de que necesitamos una ayuda superior, de que al caminar firmemente en el sendero del deber, existe la posibilidad de dar un mal paso; y acompañando esa conciencia hay una oración, la súplica de que Dios nos inspire para evitar ese paso en falso.

Si me preguntan dónde recibí primero mi fe inalterable en la existencia de Dios, les contestaré: en el hogar de mi infancia, donde mis padres invariablemente juntaban a sus hijos a su alrededor por la mañana y por la noche, e invocaban las bendiciones de Dios para nuestro hogar y para la humanidad.

  • En la voz de aquel buen patriarca había un tono de sinceridad que dejó una impresión imborrable en las almas de sus hijos; y las oraciones de mi madre eran igualmente admirables.
  • Hoy pido a todo padre de la Iglesia que se asegure de inculcar en sus hijos la realidad de la existencia de Dios y de que Él guía y protege a Sus hijos.

Ustedes tienen esa responsabilidad. El hogar es una unidad de la sociedad, la unidad fundamental. Antes de haber oído a mi padre testificar que había escuchado una voz divina, yo ya sabía que él vivía cerca de su Creador. A los niños Santos de los Últimos Días se les ha enseñado a reconocer a, a orar a Él sabiendo que oye y presta atención y siente tal como un padre terrenal puede oír, prestar atención y sentir; y ellos han absorbido de sus padres, en lo íntimo de su ser, el testimonio muy real de que esa Persona que es Dios ha hablado en esta dispensación.

  1. Y eso es una realidad.
  2. Estoy seguro de que cuando se cría a los niños en estrecha comunión con nuestro Padre Eterno, en ese hogar no puede existir ni mucho pecado ni maldad.
  3. Cuando un niñito afligido por una fiebre ardiente puede mirar a su padre y con sencilla fe pedirle: “Papá, dame una bendición”, les aseguro que de ese tipo de hogar surgen la fortaleza y la gloria de cualquier nación.

Así son los hogares de los Santos de los Últimos Días. “Señor, enséñanos a orar” fue la súplica reverente de los discípulos del Maestro, Con la humildad de niños, buscaron la guía apropiada, y su súplica no fue en vano. Con el mismo anhelo que demostraron los discípulos, a veces los niños sienten la necesidad de la guía y el consuelo divinos, aun cuando no expresen ese anhelo en forma verbal.

  • De ahí que el Señor haya dado a los padres el deber de “enseña a sus hijos a orar”,
  • Las preocupaciones, la incertidumbre y el pesar son tan reales en la vida de un niño pequeño como lo son en el mundo de los adultos, y los niños tienen derecho a recibir la tranquilidad, el consuelo y la guía que se obtienen de Dios por medio de la oración.

No sólo eso, sino que desde el punto de vista de la fe, la sinceridad y la confianza absoluta, es seguro que la oración de un niño inocente recibirá una respuesta rápida de su Padre que lo ama. La inspiración de Dios se evidencia en el hecho de que requiere a los Santos de los Últimos Días que mantengan intacto su hogar y que enseñen a sus hijos los principios del Evangelio de Jesucristo.

Con esto no quiero decir que se enseñe de manera formal ni desagradable, sino que el Evangelio de Jesucristo debe irradiar en todo hogar; que las oraciones nocturnas y matutinas deben ofrecerse con sinceridad; que los niños puedan darse cuenta diariamente de que deseamos la presencia de Dios en nuestro hogar.

Si podemos invitar al Salvador a entrar en él, sabremos que los ángeles no sólo estarán dispuestos sino dedicados a proteger a nuestros hijos. Pienso que en la mayoría de los hogares se enseña a los niños a orar por la noche, antes de acostarse; pero creo que, también en la mayoría de los casos, se descuidan las oraciones de la mañana.

Sin embargo, si nos ponemos a pensar en ello, es en las horas en que están despiertos que nuestros niños necesitan más la protección de Dios y la guía de Su Santo Espíritu, mucho más que cuando duermen. ¿Siguen ustedes la admonición de Cristo de orar al Padre y de enseñar a sus hijos a orar para que queden grabadas diariamente en el corazón de sus hijos la santidad y la reverencia hacia Dios y Su obra? Esto debe hacerse en todos los hogares.

Oren no sólo por ustedes mismos, oren incluso por sus enemigos. “¿Siguen ustedes la admonición de Cristo de orar al Padre y de enseñar a sus hijos a orar?” Padres, por lo menos arrodíllense todas las mañanas con sus hijos. Sé que las mañanas son por lo general muy agitadas pero dediquen cierto tiempo para arrodillarse e invitar la presencia de Dios en su hogar.

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La oración es una fuerza muy potente. Deseo que por medio de la oración familiar, padres e hijos se acerquen a la presencia de Dios. La fuerza de estas oraciones en toda la Iglesia se me hizo evidente ayer, al recibir la carta de un vecino de mi pueblo natal. Se hallaba ordeñando las vacas cuando oyó en la radio que tenía en el establo que el presidente Smith había muerto.

Dándose cuenta de lo que eso significaba para su antiguo paisano, salió del establo, se dirigió a su casa y se lo contó a su esposa. Inmediatamente, ambos llamaron a sus niños y allí, en ese hogar humilde, suspendiendo sus actividades del momento, se arrodillaron juntos y ofrecieron una oración.

Dejo a criterio de ustedes el pensar en la importancia de esa oración. Si la multiplican por cien mil, por doscientos mil, por medio millón de hogares, podrán imaginar el poder de la unidad y las oraciones y la influencia sustentadora de esta institución que es la Iglesia. Si pudiéramos lograr que nuestros jóvenes tuvieran fe, y así se acercaran a su Dios en secreto, hay por lo menos cuatro grandes bendiciones que recibirían de inmediato.

La primera es sentir gratitud, gratitud por bendiciones de las cuales no estaban conscientes antes. Su alma se llenará de agradecimiento por lo que Dios ha hecho por ellos; se encontrarán con que se les han concedido abundantes favores. El joven que cierra su puerta tras de sí y las cortinas de la ventana, y en silencio suplica a Dios Su ayuda, primero debe derramar su alma en gratitud por su salud, por sus amigos, por sus seres queridos, por el Evangelio y por las manifestaciones de la existencia de Dios, como por ejemplo las rocas y los árboles, las flores y todo lo que le rodea.

  1. Debe contar primero sus bendiciones y verá cuántas ha recibido, y se sorprenderá de todo lo que el Señor ha hecho por él,
  2. La segunda bendición que se recibe al orar es la guía.
  3. No concibo que un joven que se arrodille junto a su cama por la mañana para pedir a Dios que le ayude a mantenerse limpio de los pecados del mundo pueda desviarse; pienso que una jovencita que se arrodille por la mañana y ore para mantenerse pura y sin mancha durante ese día no puede equivocarse mucho.

No imagino que un Santo de los Últimos Días que ore a Dios, en secreto y sinceramente, pidiéndole que borre de su ser todo sentimiento de envidia y malicia hacia los semejantes pueda guardar rencor en el corazón. ¿Guía? Sí, Dios estará siempre dispuesto a guiar y dirigir a aquel que “lo busque con fe, con todas sus fuerzas y toda su alma”.

  1. La tercera bendición es la confianza.
  2. Por todos lados hay miles, decenas de miles de estudiantes que se esfuerzan por obtener una educación.
  3. Enseñémosles que si desean tener éxito en sus clases, deben buscar a Dios, que el Maestro más grande que el mundo ha conocido está cerca de ellos para guiarlos.
  4. Una vez que el estudiante sienta que puede acercarse al Señor mediante la oración, obtendrá confianza de que puede aprender sus lecciones, escribir su disertación, ponerse de pie enfrente de sus compañeros y presentar su mensaje sin temor al fracaso.

Mediante la oración sincera se recibe confianza. Y, finalmente, logrará inspiración. El hecho de que podemos acercarnos a Dios y recibir luz y guía de Él, que nuestra mente se verá iluminada y nuestra alma conmovida por Su Espíritu, no es cosa de la imaginación José Smith lo sabía; y el testimonio y la evidencia de la inspiración del Profeta se manifiestan a todos los que abran los ojos para ver y el corazón para comprender.

  • ¿En qué forma ha fortalecido la oración su relación con Dios? ¿Por qué es importante para usted saber que ora a su Padre Celestial, en cuya imagen fue creado? (Véanse las págs.80–81.)
  • ¿Cuáles son algunas de las formas en que Dios contesta las oraciones? (Véanse las págs.80–81.) ¿Por qué a veces parecería que algunas oraciones no reciben respuesta inmediata? ¿Qué bendiciones ha recibido usted por haber obtenido respuesta a sus oraciones?
  • Para que nuestras oraciones sean más sinceras y valiosas, ¿qué atributos o actitudes debemos desarrollar? (Véanse las págs.83–84.) ¿Qué debemos hacer para prepararnos espiritualmente antes de ofrecer una oración?
  • ¿Qué deben hacer los padres para enseñar a sus hijos a orar? (Véanse las págs.83–85.) ¿Qué influencia ejerce la oración personal y familiar en la vida de los hijos? (Véanse las páginas 83–85). ¿Por qué tiene la oración diaria un efecto tan importante en el fortalecimiento y la unión de la familia?
  • ¿Cuáles son algunas de las bendiciones que se reciben de la oración asidua? (Véanse las págs.77–78.) ¿Qué podemos hacer para que nuestras oraciones tengan más significado y sean menos repetitivas o mecánicas?
  • ¿De qué manera puede la oración sincera y ferviente limpiar el alma de los sentimientos malos y rencorosos hacia otras personas?

Pasajes relacionados : Mateo 21:22; Santiago 5:16; 2 Nefi 32:8–9; Alma 17:3; 34:17–28; 3 Nefi 18:18–21; D. y C.19:38. Notas

  1. En “Conference Report”, abril de 1922, pág.65.
  2. Cherished Experiences from the Writings of President David O. McKay, comp. por Clare Middlemiss, ed. rev., 1976, págs.58–59.
  3. En “Conference Report”, abril de 1969, págs.152–153; los párrafos se han cambiado.
  4. En “Conference Report”, oct. de 1954, pág.84.
  5. En “Conference Report”, abril de 1922, pág.64; los párrafos se han cambiado.
  6. Stepping Stones to an Abundant Life, comp. por Llewelyn R. McKay, 1971, pág.42.
  7. Pathways to Happiness, comp. por Llewelyn R. McKay, 1957, págs.225–226.
  8. En “Conference Report”, abril de 1966, pág.107.
  9. En “Conference Report”, abril de 1934, pág.23.
  10. En “Conference Report”, abril de 1912, págs.52–53.
  11. True to the Faith: From the Sermons and Discourses of David O. McKay, comp. por Llewelyn R. McKay, 1966, págs.210–211.
  12. En “Conference Report”, oct. de 1917, págs.57–58.
  13. En “Conference Report”, oct. de 1919, pág.78.
  14. Man May Know for Himself: Teachings of President David O. McKay, comp. por Clare Middlemiss, 1967, pág.300.
  15. Stepping Stones to an Abundant Life, pág.281.
  16. En “Conference Report”, abril de 1951, pág.158.
  17. En “Conference Report”, abril de 1922, págs.64–65.

: El poder de la oración

¿Por qué hay que orar?

¿Cuándo debemos orar? – Podemos orar siempre que sintamos la necesidad de comunicarnos con nuestro Padre Celestial, ya sea en silencio o en voz alta. A veces necesitamos estar a solas para poder derramar toda nuestra alma a Él (véase Mateo 6:6 ). Además, podemos orar durante nuestras actividades diarias, en las reuniones de la Iglesia, en casa, al caminar por un sendero o por la calle, en el trabajo, al preparar la comida, doquiera que nos encontremos sin importar lo que estemos haciendo.

Podemos orar de día o de noche; cuando estemos solos o con otras personas. Podemos tener a nuestro Padre Celestial en nuestros pensamientos en todo momento (véase Alma 34:27 ); podemos “ora siempre” ( D. y C.10:5 ). En ocasiones, quizá no sintamos deseos de orar; tal vez nos sintamos enojados, desilusionados o disgustados.

Sin embargo, en esos momentos es cuando debemos hacer un esfuerzo especial por orar (véase 2 Nefi 32:8–9 ). Debemos orar en privado al menos una vez por la mañana y otra por la noche. En las Escrituras se nos habla de orar por la mañana, al mediodía y al atardecer (véase Alma 34:21 ).

  1. Se nos ha mandado hacer oraciones familiares para que nuestra familia sea bendecida (véase 3 Nefi 18:21 ).
  2. Los líderes de la Iglesia nos han aconsejado orar en familia cada mañana y cada noche.
  3. También tenemos el privilegio de orar para agradecer y pedir una bendición por los alimentos antes de cada comida.

Iniciamos y concluimos todas las reuniones de la Iglesia con una oración; damos gracias al Señor por Sus bendiciones y pedimos Su ayuda con el fin de adorarle en una forma que sea agradable para Él.

¿Cuál es la oración más poderosa de la Biblia?

¿Existe una oración más poderosa en el mundo para pedir un milagro? – La oración más poderosa es la que sale del alma, se reza con fe y busca no solo el bien propio sino el de las personas que nos rodean. Es por ello que una de las oraciones que tienen mayor poder es el Padre Nuestro,

  • El Padre Nuestro es el primer acercamiento de los católicos con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
  • Se conoce como “La oración del Señor” y por sobre él no existe otra figura.
  • Santo Tomás de Aquino lo definió como la súplica más perfecta de todas.
  • El principal poder de esta oración es que encierra las siete peticiones fundamentales que todo ser humano puede anhelar: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre venga a nosotros tu reino hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Jesús dio a conocer a sus discípulos esta poderosa forma de pedir un milagro y de conversación cotidiana con él, convirtiéndola en la oración cristiana fundamental, Lic. en Comunicación Social. MBA en Mercadeo. CEO de Link BTL. Disfruto de leer y escribir. Soy madre y esposa agradecida con la vida. [email protected] Más de Jeralí Giménez

¿Por qué la oración es poderosa?

Cuando uno reza, su ángel de la guarda también está allí, él es quien une su oración a la tuya y se la presenta al Señor, convirtiéndola en una poderosa arma de lucha espiritual que te hará crecer en santidad. La oración es poderosa, puede mover montañas (Mt 21,21-22).

¿Qué dice Colosenses 4 2?

1 a Amos, haced lo que es justo y equitativo con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un b Amo en los c cielos,2 Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias, 3 orando también juntamente por nosotros, para que el Señor nos abra a puerta para la palabra, a fin de proclamar el b misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, 4 para que lo manifieste como debo hablar.5 Andad en a sabiduría para con los extraños, aprovechando el tiempo.6 Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con a sal, b para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.7 Todos mis asuntos os los hará saber a Tíquico, hermano amado y fiel b ministro y consiervo en el Señor, 8 a quien os he enviado para esto mismo, para que conozca cómo os encontráis, y consuele vuestros corazones, 9 con a Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros.

Todo lo que acá pasa, os lo harán saber.10 a Aristarco, mi compañero de prisión, os saluda, y b Marcos, el sobrino de Bernabé (acerca del que habéis recibido instrucciones; si fuere a vosotros, recibidle), 11 y Jesús, el que se llama Justo; estos son los únicos de la a circuncisión que me ayudan en el reino de Dios, y que me han sido de consuelo.12 Os saluda a Epafras, el que es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando fervorosamente por vosotros en sus oraciones, para que permanezcáis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere.13 Porque de él doy testimonio, de que tiene gran celo por vosotros, y por los que están en a Laodicea y los que están en Hierápolis.14 Os saluda a Lucas, el médico amado, y b Demas,15 Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa.16 Y cuando esta carta se haya leído entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que a la de Laodicea la leáis también vosotros.17 Y decid a Arquipo: Mira que cumplas el ministerio que has recibido del Señor.18 Esta salutación es de mi propia mano, de Pablo.

Acordaos de mis a prisiones, La gracia sea con vosotros. Amén. Escrita desde Roma a los colosenses; enviada con Tíquico y Onésimo.

¿Qué dice Lucas 6 12?

12 Y aconteció en aquellos días que él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.

¿Qué dice Lucas 11 1?

1 Y aconteció que, estando Jesús orando en un lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.2 Y él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.

  • Venga tu reino.
  • Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.3 El pan nuestro de cada día, dános lo hoy.4 Y a perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que b nos deben.
  • C Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.5 a Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, 6 porque un amigo mío ha venido a mí de camino, y no tengo qué ofrecerle; 7 y el de dentro, respondiendo, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme para dártelos? 8 Os digo que, si no se levanta a dárselos por ser su amigo, sin embargo, por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite.9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá, 10 porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.11 ¿Y qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? 12 O, si le pide un huevo, ¿le dará un escorpión? 13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre Celestial dará a el Espíritu Santo a los que se lo pidan? 14 Y estaba Jesús echando fuera a un demonio, el cual era mudo; y aconteció que, después de haber salido fuera el demonio, el mudo habló y la gente se maravilló.15 Pero algunos de ellos decían: Por a Beelzebú, príncipe de los demonios, echa fuera los demonios.16 Y otros, para tentarle, le pedían una a señal del cielo.17 Pero él, conociendo los a pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae.18 Y si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá en pie su reino? Porque decís que por Beelzebú yo echo fuera los demonios.19 Pues si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿vuestros hijos por quién los a echan fuera? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.20 Pero si por el a dedo de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros.21 Cuando el hombre fuerte y armado guarda su casa, en paz está lo que posee.22 Pero si viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba y reparte sus despojos.23 El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama.24 Cuando el a espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y, al no hallarlo, dice: Volveré a mi casa de donde salí.25 a Y cuando llega, la halla barrida y b adornada,26 Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él; y entran y habitan allí; y el estado final de aquel hombre es peor que el primero.27 Y aconteció que, mientras él decía estas cosas, una mujer de la multitud, levantando la voz, le dijo: ¡ a Bienaventurado el vientre que te trajo y los pechos que te criaron! 28 Y él dijo: ¡Antes bien, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la guardan! 29 Y apiñándose la gente alrededor de él, comenzó a decir: Esta generación es mala; busca señal, pero señal no le será dada, sino la señal de a Jonás,30 Porque como Jonás fue señal a los ninivitas, así también lo será el Hijo del Hombre a esta generación.31 La a reina del sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón.
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Y he aquí uno mayor que Salomón está en este lugar.32 Los hombres de a Nínive se levantarán en el juicio con esta generación y la condenarán, porque ante la predicación de Jonás se arrepintieron; y he aquí uno mayor que Jonás está en este lugar.33 Nadie pone en oculto la a vela encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entren vean la luz.34 La lámpara del cuerpo es el ojo; pues si tu ojo es a bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero si es malo, también tu cuerpo está en b tinieblas,35 Mira, pues, no sea que la luz que hay en ti sea tinieblas.36 Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor.37 Y luego que hubo hablado, le rogó un fariseo que comiese con él; y Jesús entró y se sentó a la mesa.38 Y el fariseo, cuando lo vio, se sorprendió de que no se hubiese lavado antes de comer.39 Y el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato; pero vuestro a interior está lleno de b rapiña y de maldad.40 ¡Necios!, el que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? 41 a Pero de lo que tenéis, dad b limosna ; y he aquí todo os será limpio.42 Pero, ¡ay de vosotros, fariseos!, que diezmáis la menta, y la ruda y toda hortaliza; pero pasáis por alto el juicio y la caridad de Dios.

¿Qué dice Lucas 5 16?

1 Y aconteció que, estando Jesús junto al lago de a Genesaret, la gente se agolpaba alrededor de él para oír la palabra de Dios.2 Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes.3 Y entró en una de esas barcas, la cual era de Simón, y le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la gente.4 Y cuando cesó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.5 Y respondiendo Simón, le dijo: Maestro, hemos trabajado toda la noche y nada hemos pescado; pero por tu palabra echaré la red.6 Y habiéndolo hecho, recogieron tal cantidad de peces que su red se rompía.7 Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca para que viniesen a ayudarles; y vinieron y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.8 Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.9 Porque el asombro se había apoderado de él y de todos los que estaban con él, por la cantidad de peces que habían pescado; 10 y asimismo de Jacobo y de Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.

Entonces Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora a serás pescador de hombres.11 Y cuando las barcas llegaron a tierra, a dejándolo todo, b le siguieron.12 Y aconteció que, estando Jesús en una ciudad, he aquí un hombre lleno de a lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró sobre su rostro y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.13 Jesús entonces, extendiendo la mano, le tocó diciendo: Quiero; sé limpio.

Y al instante la lepra se fue de él.14 Y él le mandó que no se lo dijese a nadie. Ve, le dijo, muéstrate al a sacerdote y ofrece por tu purificación como mandó Moisés, para testimonio a ellos.15 Pero más y más se extendía su fama; y se reunían muchas multitudes para oírle y para que los sanara de sus enfermedades.16 Pero él se apartaba a lugares desiertos y oraba.17 Y aconteció un día en que él estaba enseñando, los a fariseos y los doctores de la ley estaban allí sentados, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanarlos.18 Y he aquí, unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él.19 Pero no hallando por dónde entrar a causa de la multitud, subieron encima de la casa y por el tejado le bajaron con el lecho y le pusieron en medio, delante de Jesús.20 Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo: Hombre, tus pecados te son a perdonados,21 Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a pensar, diciendo: ¿Quién es este que habla a blasfemias ? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios? 22 Jesús entonces, a conociendo los pensamientos de ellos, respondió y les dijo: ¿Qué pensáis en vuestros corazones? 23 ¿ a Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? 24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: ¡Levántate!, toma tu lecho y vete a tu casa.25 Y al instante, se levantó en presencia de ellos, tomó el lecho en que estaba acostado y se fue a su casa glorificando a Dios.26 Y el asombro sobrecogió a todos, y glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: ¡Hoy hemos visto maravillas! 27 Y después de estas cosas, salió y vio a un a publicano llamado b Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme.28 Y él, dejando todas las cosas, se levantó y le siguió.29 E hizo Leví un gran banquete en su casa, y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos.30 Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores? 31 Y respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no necesitan médico, sino los que están enfermos.32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.33 Entonces ellos le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan ayunan muchas veces y hacen oraciones, y asimismo los de los fariseos, pero tus discípulos comen y beben? 34 Y él les dijo: ¿Acaso podéis hacer que los que están de bodas ayunen entretanto que el esposo está con ellos? 35 Pero vendrán días cuando el a esposo les será quitado; entonces, en aquellos días ayunarán.36 Y les dijo también una parábola: Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo, pues de esa manera, el nuevo se rompe, y el remiendo nuevo no armoniza con el viejo.37 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romperá los odres, y el vino se derramará, y los odres se perderán.38 Pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar, y lo uno y lo otro se conservan.39 Y ninguno que haya bebido del añejo quiere luego el nuevo, porque dice: El añejo es mejor.

¿Qué dice en Romanos 12 2?

1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en a sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro b servicio razonable.2 Y no os adaptéis a este a mundo, sino transformaos por medio de la b renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no a tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de la fe que Dios repartió a cada uno.4 Porque de la manera que en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, 5 así nosotros, siendo muchos, somos a un solo b cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.6 De manera que, teniendo diferentes a dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; 7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; 8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, hágalo con sencillez; el que preside, con diligencia; el que hace misericordia, con alegría.9 El amor sea sin fingimiento; aborreced a lo malo, allegaos a lo bueno; 10 amaos los unos a los otros con a caridad fraternal, prefiriéndoos con honra los unos a los otros; 11 en lo que requiere diligencia, no perezosos; a fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; 12 gozosos en la esperanza; a sufridos en la b tribulación ; constantes en la oración; 13 compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.14 Bendecid a los que os a persiguen ; bendecid, y no maldigáis.15 Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.16 Unánimes entre vosotros; no altivos, sino a asociándoos con los humildes.

¿Qué dice Romanos 6 1 y 2?

1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Continuaremos en el pecado para que abunde la gracia? 2 ¡ a De ninguna manera ! Porque los que hemos b muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido a bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por medio del bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros a andemos en vida nueva.5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su a muerte, así también lo seremos en la de su b resurrección ; 6 sabiendo esto, que nuestro a viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea b deshecho, a fin de que no c sirvamos más al pecado.7 Porque el que a está muerto, libre está del pecado.8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él, 9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.10 Porque al haber muerto, a murió al pecado de una vez y para siempre; mas al vivir, para Dios vive.11 Así también vosotros, considerad que de cierto estáis muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, no sea que le obedezcáis en sus a concupiscencias ; 13 ni tampoco a presentéis vuestros miembros al pecado como b instrumentos de iniquidad; antes bien, c presentaos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de d justicia,14 a Porque el pecado no b se enseñoreará de vosotros, pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.15 Entonces, ¿qué? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la a gracia ? ¡De ninguna manera! 16 ¿No sabéis que a quien os entregáis vosotros mismos por siervos para obedecer le, a sois siervos de aquel a quien obedecéis, ya sea del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia? 17 Pero gracias a Dios, que aunque erais siervos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y a libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.19 Hablo como humano, por la debilidad de vuestra carne; porque así como para maldad ofrecisteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora, para santificación, ofreced vuestros miembros para servir a la justicia.20 Porque cuando erais siervos del pecado, erais a libres en cuanto a la justicia.21 ¿Qué a fruto, pues, teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.22 Mas ahora que habéis sido librados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la a santificación, y como fin, la vida eterna.23 Porque la a paga del b pecado es c muerte, pero la dádiva de Dios es d vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.

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¿Qué dice Filipenses 4 19?

19 Mi Dios, pues, os proveerá de todo a lo que os falta conforme a sus b riquezas en gloria en Cristo Jesús.20 Al Dios, pues, y Padre nuestro, sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

¿Qué dice Juan 14 13?

1 No a se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.2 En la a casa de mi Padre muchas moradas hay; de otra manera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.3 Y si me voy y os preparo lugar, a vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que b donde yo esté, vosotros también estéis.4 Y sabéis a dónde yo voy, y sabéis el camino.5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? 6 Jesús le dijo: Yo soy a el camino, y b la verdad y la vida; nadie viene al c Padre sino d por mí,7 Si me conocierais, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis y le habéis visto.8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Padre, y nos basta.9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al a Padre ; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre? 10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mí mismo, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las a obras que yo hago él también las hará; y aun mayores que estas hará, porque yo b voy al Padre.13 Y todo lo que a pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.15 Si me a amáis, b guardad mis c mandamientos,16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro a Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17 El Espíritu de verdad, al que el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros.18 No os dejaré a huérfanos ; vendré a vosotros.19 Todavía un poquito, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré y me a manifestaré a él.22 Le dijo Judas, no el Iscariote: Señor, ¿cómo es que te vas a manifestar a nosotros y no al mundo? 23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos a morada con él.24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.25 Estas cosas os he hablado estando con vosotros.26 Mas el Consolador, el a Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.27 a La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da.

No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo.28 Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vuelvo a vosotros. Si me amarais, ciertamente os regocijaríais, porque he dicho que voy al Padre, porque a el Padre mayor es que yo.29 Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que, cuando suceda, a creáis,30 No hablaré ya mucho con vosotros, a porque viene b el príncipe de este mundo, y él no tiene nada en mí.31 Pero para que conozca el mundo que amo al Padre, y como el Padre me dio el mandamiento, a así hago.

¡Levantaos, vámonos de aquí!

¿Qué dice Colosenses 4 2?

1 a Amos, haced lo que es justo y equitativo con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un b Amo en los c cielos,2 Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias, 3 orando también juntamente por nosotros, para que el Señor nos abra a puerta para la palabra, a fin de proclamar el b misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, 4 para que lo manifieste como debo hablar.5 Andad en a sabiduría para con los extraños, aprovechando el tiempo.6 Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con a sal, b para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.7 Todos mis asuntos os los hará saber a Tíquico, hermano amado y fiel b ministro y consiervo en el Señor, 8 a quien os he enviado para esto mismo, para que conozca cómo os encontráis, y consuele vuestros corazones, 9 con a Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros.

Todo lo que acá pasa, os lo harán saber.10 a Aristarco, mi compañero de prisión, os saluda, y b Marcos, el sobrino de Bernabé (acerca del que habéis recibido instrucciones; si fuere a vosotros, recibidle), 11 y Jesús, el que se llama Justo; estos son los únicos de la a circuncisión que me ayudan en el reino de Dios, y que me han sido de consuelo.12 Os saluda a Epafras, el que es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando fervorosamente por vosotros en sus oraciones, para que permanezcáis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere.13 Porque de él doy testimonio, de que tiene gran celo por vosotros, y por los que están en a Laodicea y los que están en Hierápolis.14 Os saluda a Lucas, el médico amado, y b Demas,15 Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa.16 Y cuando esta carta se haya leído entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que a la de Laodicea la leáis también vosotros.17 Y decid a Arquipo: Mira que cumplas el ministerio que has recibido del Señor.18 Esta salutación es de mi propia mano, de Pablo.

Acordaos de mis a prisiones, La gracia sea con vosotros. Amén. Escrita desde Roma a los colosenses; enviada con Tíquico y Onésimo.

¿Qué dice Marcos 11 24?

1 Y cuando estaban cerca de Jerusalén, de Betfagé y de Betania, junto al monte de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, 2 y les dijo: Id a la aldea que está delante de vosotros y, al entrar en ella, hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado; desatadlo y traedlo.3 Y si alguien os dice: ¿Por qué hacéis eso?, decid que el Señor lo necesita; y enseguida lo enviará acá.4 Y fueron y hallaron el pollino atado afuera, a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron.5 Y algunos de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino? 6 Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado, y los dejaron ir.7 Y trajeron el a pollino a Jesús, y echaron sobre aquel sus mantos, y se sentó sobre él.8 También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino.9 Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡ a Hosanna ! ¡ b Bendito el que viene en el nombre del Señor! 10 ¡ a Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas! 11 Y entró Jesús en Jerusalén y fue al templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, y siendo ya tarde, salió para Betania con los doce.12 Y al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre.13 Y viendo a lo lejos una higuera que tenía hojas, se acercó para ver si hallaba en ella algo; y cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos.14 Entonces Jesús habló y dijo a la higuera: ¡Nunca jamás coma nadie fruto de ti! Y lo oyeron sus discípulos.15 Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas; 16 y no consentía que nadie atravesara el templo llevando utensilio alguno.17 Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa, casa de oración será llamada para todas las naciones? Pero vosotros la habéis hecho a cueva de ladrones.18 Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo a quitarle la vida; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba maravillado de su doctrina.19 Pero al llegar la noche, Jesús salió de la ciudad.20 Y por la mañana, al pasar, vieron que la higuera se había secado desde las raíces.21 Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, he aquí la higuera que maldijiste se ha secado.22 Y respondiendo Jesús, les dijo: Tened a fe en Dios.23 Porque de cierto os digo que cualquiera que diga a este monte: Quítate y échate al mar, y no a dude en su corazón, sino que crea que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.24 Por tanto, os digo que todo lo que pidáis en a oración, b creed que lo recibiréis, y os vendrá.25 Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos a os perdone a vosotros vuestras ofensas.26 Porque si vosotros no a perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.27 Y volvieron a Jerusalén; y andando él por el templo, vinieron a él los principales sacerdotes, y los escribas y los ancianos; 28 y le dijeron: ¿Con qué a autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te ha dado autoridad para hacer estas cosas? 29 Y Jesús, respondiendo, les dijo: Os haré también yo una pregunta; y respondedme, y os diré con qué autoridad hago estas cosas: 30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respondedme.31 Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? 32 Y si decimos de los hombres.

¿Qué dice Dios de la oración?

Pasajes de la Biblia que hablan sobre la oración. – Hay varios pasajes bíblicos sobre la oración que nos enseñan cómo debemos presentar nuestras peticiones delate de Dios, En los siguientes versos notaras que hay ciertos conceptos relacionados con la oración, tal como la fe, la voluntad de Dios, la oración con propósito, y la humildad.

La próxima vez que ores, reflexiona en lo que la Biblia dice sobre la oración, y chequea si tu actitud, corazón y fe están de acuerdo. Orar en humildad: “Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea.

Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará”.- Mateo 6:5,6 (NVI) Orar con propósito: “Y al orar, no hablen sólo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras.”- Mateo 6:7 (NVI) Orar con conciencia: “Ya se acerca el fin de todas las cosas.

  • Así que, para orar bien, manténganse sobrios y con la mente despejada.”- 1 Pedro 4:7 (NVI) Orar con fe: “Pero tiene que pedir con fe y sin dudar nada, porque el que duda es como las olas del mar, que el viento agita y lleva de un lado a otro.
  • Quien sea así, no piense que recibirá del Señor cosa alguna, pues quienes titubean son inconstantes en todo lo que hacen.”- Santiago 1:6-8 (RVC) “Y ésta es la confianza que tenemos en él: si pedimos algo según su voluntad, él nos oye.

Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, también sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.”- 1 Juan 5: 14, 15 (RVC) Las cosas que podemos pedir en oración: “¿Hay alguien entre ustedes, que esté afligido? Que ore a Dios.

¿Alguno de ustedes está de buen humor? Que cante alabanzas. ¿Hay entre ustedes algún enfermo? Que se llame a los ancianos de la iglesia, para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe sanará al enfermo, y el Señor lo levantará de su lecho. Si acaso ha pecado, sus pecados le serán perdonados.

Confiesen sus pecados unos a otros, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es muy poderosa y efectiva.”- Santiago 5:13-16 (RVC) “Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre.

¿Acaso alguno de ustedes sería capaz de darle a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿O de darle una culebra cuando le pide un pescado? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan!”- Mateo 7:7-11 (DHH) Orar en el nombre de Jesús: “Y todo lo que pidan al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

Si algo piden en mi nombre, yo lo haré”-. Juan 14:13, 14 (RVC) “Si ustedes permanecen unidos a mí, y si permanecen fieles a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará.” – Juan 15:7 (DHH) Diferentes tipos de oraciones: “Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias a Dios por toda la humanidad.” – 1 Timoteo 2:1 (DHH)